He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu
palabra (Lc. 1,37-38)
“La pequeñez de María, su humildad y sencillez complacieron
sobremanera a Dios, tanto que le llevaron a derramar sobre ella una medida plena
de riqueza de su propia grandeza y belleza.
Ella como ninguna otra creatura comprendió su dependencia absoluta de
Dios, y también, como ninguna otra creatura, la acrecentó y llevo a un gran amor
al Padre eterno.
Hoy en día, en una época cuando se da tanta libertad a las pasiones,
cuando niñas y mujeres están de continuo mirando hacia el otro campo para
someter su ser y estilo de vida a lo que impone el varón.
¿Por qué servir a un orden superior cuando se puede tener todo tan
cómodamente?
Saberse pequeña ante Dios y alegrarse de la propia pequeñez es propio
de un estilo de vida mariana en la mujer. Un fino sentimiento de delicadeza
cubre el alma femenina que, en una actitud de profunda unión interior con Dios,
reconoce y confiesa ante El sus limitaciones y debilidades, sus faltas y
pecados.
Esclava del Señor, su creador.!!
Siempre que una persona muestra en si un orden singular, grande,
basado en Dios, el amor es el instinto más fuerte y poderoso y otorga el
resplandor de la verdadera belleza. El amor asemeja a Dios, porque Dios es
Amor. Por consiguiente toda mujer que ama mucho transparentara una belleza y
donaire supra terrenales.
Si la hermosura esta en el interior, en la riqueza de amor del
corazón. Y la belleza interior, tarde o temprano se refleja al exterior.
Las jóvenes y mujeres en quienes reina la verdadera armonía y belleza
pueden llevar a cabo cosas difíciles, cuando ven y persiguen un fin grande: los
instintos deben estar al servicio del ángel y del Hijo de Dios en nosotras y
todo subordinarse a Dios.
Tenemos que volver a aprender a amar.!!
Si !, las palabras de María, nos dicen algo, la gran misión singular
que tiene la mujer frente a la desorientada generación actual.
¡Se tu misma, pequeña María! ¡Aseméjate a la oculta esclava del
Señor, servicial y pronta al sacrificio.”(María si fuéramos como Tu-
PJK)
También en la vida práctica, María revela en su totalidad una actitud de
sensibilidad para ayudar a los necesitados.
Tan pronto como el milagro de milagros sucedió y el Hijo de Dios se hizo
hombre en su Vientre, Ella no permaneció recluida para adorar al Dios de su
Corazón, al niño de su Vientre, sino que rápidamente se fue a casa de Isabel,
donde puso manos a la obra.
¡En qué forma tan humana se reveló la Santísima Virgen! Fue allí, al
servicio de otra persona, que cantó su glorioso
Magníficat.
Tú te acercas ahora con una gran súplica. Tal vez estés decepcionado de
Dios y de los hombres, o te encuentras atormentado por un profundo conflicto
interno. O tal vez haya muchos obstáculos frente a ti. ¿Cómo vas a tener tiempo
de preocuparte por alguien más? Tienes bastantes problemas propios, demasiadas
preocupaciones. Nadie se va a ocupar de resolver tus problemas. ¿No es ésta tu
manera de pensar? Tal vez en ocasiones te has indignado, entristecido, o has
envidiado la buena fortuna de otros.
Tal vez la Santísima Virgen te pueda dar alguna enseñanza en su
Magníficat ¿Acaso no te habla de servir y ayudar desinteresadamente? ¿Porqué no
tratar, a pesar de tus propias penas y preocupaciones, de llevar un poquito de
felicidad a otros y de ser verdaderamente amable y caritativo con la mirada, con
las palabras y con hechos? Ruega por otros. Haciendo esto hallarás profunda
felicidad en medio de tu sufrimiento tal como lo ha escrito San Pablo: “Yo
reboso de alegría en mis tribulaciones” (II Cor. 4,7)
ORACION
PODER EN BLANCO
Usa de nosotros según tu voluntad, haz que por Schoenstatt vuelvan a
llenarse las amplias naves de la Santa Iglesia y que alabanzas circunden tu
trono. Si deseas, puedes dedicarnos al trabajo, puedes mandarnos cruces, penas,
dificultades.
En el éxito o en el fracaso, anunciaremos siempre tu amor. (HP
8-9)
Y me consagro a ti diciendo : Oh Señora mía,
Oh Madre mía . . . . . .
PROPÓSITO
Trata de ser alegre y amigable en tu trabajo hoy. Usa
todas las oportunidades para servir a otros.
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