domingo, abril 24, 2011

“He venido para que tengan vida y vida en abundancia” (Jn. 10, 10).

Queridos hermanos:

Cristo quiebra la hegemonía de la muerte y resucita. Es Pascua. Por Cristo en el universo renace la vida y la esperaza. Él es nuestra Pascua.

Como cristianos, celebrar la Pascua del Señor nos compromete con la Vida que Él nos regaló. Siguiendo a Cristo y con la ayuda de María, trabajemos por una vida más digna aquí en nuestra tierra y anunciémoslo a Él, el camino viviente que nos lleva al Padre (Heb.11, 20).

¡Feliz Pascua de resurrección!
P. José Javier Arteaga

sábado, abril 23, 2011

“Estaba al alba María
la fiel esposa que aguarda…”

Pascua de Resurrección, 2011

Queridos hermanos y hermanas en la fe:

Esta mañana del miércoles santo al abrir la página del diario El País (España), leí el titular: “Se prohíbe la procesión atea del jueves santo”. Yo siempre creí que los ateos hacían “manifestaciones”, pero hoy utilizan también una expresión cargada de contenido religioso para vaciarla del mismo. Tres de los cinco jueces votaron en contra de la iniciativa y dos manifestaron sus dudas y hasta simpatías. Ejemplos de este tipo se
podrían multiplicar increíblemente, las palabras de Juan Pablo II se cumplen al pie de la letra: “El mundo actual quiere marginar a Dios de su vida”. Marginar a Dios es marginar lo humano, es desfigurar lo más propio del hombre: “dar noticia de lo divino”, revelar “su imagen”.

Sin duda que algo grande va siendo azotado, escarnecido y crucificado en el hombre, esto es: su impronta divina. Todos sabemos qué ocurre cuando el hombre se aleja de su modelo: ¡se desfigura! Al decaer lo divino, crece el mono, el ídolo, es la irrupción de la idolatría. La fe puede disminuir en el hombre, pero el grito por lo divino permanecerá  siempre. El ídolo no libera, esclaviza y desintegra. La conocida frase de San Ignacio de Antioquia ha de ser completada: “La gloria de Dios es el hombre viviente” y, además, “la gloria del hombre es vivir en Dios”.

San Pablo habla de “morir al pecado”, los maestros del espíritu hablan de “morir al hombre viejo, para que nazca el hombre nuevo”. Esto significa que el “morir para” pertenece a la vida del hombre creyente. Morir al pecado, supone la superación del mismo. Morir al hombre viejo, supone una superación y un nuevo modo de vivir. Morir al desamor supone vivir en y para el amor. Esto nos señala un contenido fundamental de la Pascua: morir para Vivir. Morir para resucitar. No sólo resucita Jesucristo en la acción litúrgica, también algo ha de resucitar en nosotros, se trata de más vida, más humanidad y por eso más comunión con lo divino.

Deseo muy de corazón que para todos ustedes sea esta una “gran semana”. Semana en la que crezca la comunión con Jesucristo a fin de que su Vida sea más la nuestra. María será entre la madrugada del viernes y la noche del sábado La Dolorosa, pero en la mañana del domingo será La Gloriosa, María de la Pascua. Que María nos enseñe a seguir a Jesús como ella lo siguió. Así se realizará en nosotros lo que se reza en el
himno de las Vísperas:

Al fin será la paz y la corona,
los vítores, las palmas sacudidas,
y un aleluya inmenso como el cielo
para cantar la gloria del Mesías”

¡Muy bendecida Pascua de Resurrección!

P. Alberto E. Eronti

miércoles, abril 20, 2011

Saludos de Alianza

Algo atrasado, pero de todo corazón y desde el Santuario de Memhoelz, en el sur de Alemania: Feliz día de Alianza de con nuestra querida MTA y con todos los aliados de ella. ¡Faltan 42 días 18 para el centenario de la Alianza de Amor, 42 días de dirigirse, física o espiritualmente, junto a toda la familia de Schoenstatt al Santuario Original para renovar allí la Alianza de Amor en su fuerza plasmadora misionera vinculada e interconectada internacionalmente, es decir, en el espíritu del 2014.

“El 18 de cada mes no es para nosotros solamente un día de recuerdo, sino también y por sobre todo un día de renovación, un día en el que renovamos la Alianza de Amor que la Santísima Virgen selló en Schoenstatt el 18 de octubre de 1914 y que vuelve a sellar ahora con nosotros insertando nuestra entrega en aquella primera alianza”, dice el Padre Kentenich en una conferencia sobre la Alianza de Amor en Nueva Helvecia, Uruguay (pueden acceder a dicha conferencia aquí: http://cmsms.schoenstatt.de/es/conociendo_schoenstatt/la-alianza-de-amor/alianza-explicado-por-el-pkentenich.htm). Y continúa diciendo: “Hace unos días vino al Santuario un señor de Montevideo con un gran ramo de flores. Le pregunté por qué llegaba hasta aquí. Como respuesta me dijo que quería sellar la Alianza de Amor con la Mater ter Admirabilis. En este señor los veo simbolizados a ustedes y a miles de personas que en el correr del tiempo peregrinarán a este Santuario. (…) Todos los que estamos aquí deberíamos sabernos unidos por el vínculo de la Alianza de Amor; casi diría que deberíamos ser nosotros mismos "el ramo de flores" para la Virgen. Ahora, acudamos con confianza a su Santuario para implorar estas gracias. Les repito, con mucha confianza, pues de ella depende la medida de gracias que recibamos... Pensemos una vez más en el ramo de flores. El ramo espiritual que le ofrecemos a María debería estar formado por una confianza grande e invencible, por el profundo anhelo de estar cobijados en Dios, por la disponibilidad para ser transformados interiormente y por el serio esfuerzo por ser defensores de las cosas buenas y nobles...”.

Con esta confianza y “unidos por el vínculo de la Alianza de Amor”, en esta Semana Santa cientos y cientos de jóvenes partieron y siguen partiendo aún a misionar – acompañados por la oración de muchísimos miembros de nuestra gran familia de Schoenstatt. Vía Facebook y vía nuestra página internacional schoenstatt.org http://cmsms.schoenstatt.de/es/news/1386/54/Misiones-en-Semana-Santa.htm, nos llega el pedido de unirnos en oración por las misiones en Ecuador, Chile, Argentina, México, Italia, Uruguay y Paraguay, al igual que las respuestas de tantos países que pueden resumirse en una frase: “Todos unidos en las misiones”. Esta es la realidad de la Alianza de Amor que nos hace familia misionera… En la Misa en preparación al 2014, celebrada por Islandia el sábado pasado, el Padre José María García invitó a todos a unirse en oración con los misioneros jóvenes de nuestro Movimiento, en su esfuerzo por llevar a Cristo y a la MTA a tantas personas.

Esta experiencia de saberse unidos en una red de alianza forma una parte esencial de la peregrinación rumbo al 2014. Queremos expresar esta experiencia en un momento sumamente emotivo en la apertura del Año de la corriente del Santuario en la víspera del próximo 18 de octubre, a las 21.00 (hora del Santuario Original): En Schoenstatt, los grupos de peregrinos de los diferentes Santuarios se reunirán aproximadamente al mismo tiempo (poco antes de las 9 pm hora local) en las calles que llevan al Santuario Original donde aguardarán a que estén todos presentes. Entonces marcharán todos juntos hacia el Santuario Original, donde las antorchas, fuegos y luces serán simultáneamente encendidos. La campana del Santuario Original repicará al igual que las campanas de los Santuarios cercanos mientras rezamos la Oración de la Peregrinación 2014: “Con alegría peregrinamos a tu santuario…”. Se encenderán entonces simultáneamente las antorchas y velas en todos los Santuarios, ermitas, capillas, santuarios-hogar y santuarios-corazón del mundo entero, como signo de unidad y saludo al Santuario Original, y como una expresión de la vida y las gracias que fluyen hacia el Santuario Original desde todos los Santuarios. Este momento, en que la tierra se encuentre rodeada por una red de luces y fuego, podrá ser visto desde los aviones y desde la estación espacial internacional. El fuego que viene del fuego del Santuario Original habrá llegado a los confines de la tierra. Será una realidad visible, capaz de cambiar el mundo. Una joven alemana - que acaba de llegar de un viaje de tres semanas a Argentina y Chile, que experimentó como un viaje de Santuario a Santuario en familia - comentó el otro día: “Posiblemente estaré en el metro de Munich en ese momento, volviendo de mi trabajo. Encenderé una linterna… y tal vez en ese momento algún desconocido que viaje en el mismo tren lo haga también, y dos santuarios del corazón se encontrarán… ¡Qué emoción!!!”.

En la alegría de la realidad de esta Alianza de Amor los saludo desde este Santuario filial donde anoche nos unimos al Santuario Original y a todos los Santuarios, ermitas y santuarios hogar del mundo, con mis deseos de una muy bendecida Semana Santa,

Hna Kornelia

Esperamos que en la semana posterior a la Pascua podamos realizar la migración definitiva de nuestra página internacional al nuevo dominio: www.schoenstatt.org. Eso significa que schoenstatt.de deja de funcionar como página internacional, aunque durante un tiempo habrá un link todavía que lo redirigirá a schoenstatt.org. ¡Es un regalo pascual poder continuar con el mismo espíritu con este dominio mucho más internacional! Desde ya contamos con su oración para que este anhelo tan largamente esperado se vea concretado.

¿Quiere vivir la Misa de Alianza del 18 de abril en el Santuario Original? Celebrante: Msgr. Dr. Peter Wolf - http://schoenstatt-tv.de/DE/Mediathek.html?film=2011-017

Meditaciones para Semana Santa:

Vía Crucis de Mario Hiriart http://cmsms.schoenstatt.de/es/uploads/news/2011/04/meditacion-via-crucis-con-MH.pdf

Retiro del P. Nicolás http://cmsms.schoenstatt.de/es/news/1389/174/Las-bienaventuranzas-Retiro-de-Semana-Santa.htm

Prédica del P. Carlos Padilla http://cmsms.schoenstatt.de/es/material/publicaciones-periodicas/predicas-carlos-padilla.htm

lunes, abril 18, 2011

Círculo de Adoración - CAFeM

Queridas hermanas de Federación:

Comenzamos ayer la semana más fuerte del año litúrgico, aquella en la que revivimos y actualizamos la Pasión , Muerte y Resurreción de nuestro Señor Jesucristo.

Para esto vino Cristo al mundo....para salvarnos

El Padre José María, hace dos días, en la Misa de la Jornada anual nos decía que "podemos estar más cerca de Jesús si nos sumergimos en el dinamismo de su amor".

Jesús comienza ya su camino de entrega : da su vida para que recibamos su amor.

Quiero compartir y rezar junto a ustedes esta "oración" nacida en la Adoración de ayer, Domingo de Ramos como antesala de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.

Unidas en al amor a Jesús .........
Cristina Celso. 2º Curso. CAFeM

Luces y sombras

Dia de luces y sombras
vives hoy, dulce Señor.
Entrada gloriosa, ¡¡¡Hosanna!!!
Más allá, cruz y dolor.

El pueblo te alaba y viva
más luego tendrán temor
es que el amor de los hombres
necesita redención.

Tu trono: un simple asno;
la corona, tu Pasión.
Ramos de olivo te aclaman
mas luego vendrá el dolor

Antesala de la muerte
murmullos de tu pasión
camino que va al Calvario
y que aceptas por amor.

Comienzas ya a transitarlo.
Cual designio: tu misión.
Nunca aprendemos los hombres
tal holocausto de amor.

En este día Maestro,
quiero caminar con vos,
mas soy débil, Tú lo sabes
y eso es lo que te doy.

Porque si sigo a tu lado
y tu cruz acepto hoy,
sé, que a pesar de la muerte,
resucitaré con vos.

CC.
Domingo de Ramos,
Santuario de Echeverría 17/4/2011

domingo, abril 17, 2011

Carta de Alianza - Abril 2011

Queridos hermanos en la Alianza:

Mientras escribo estas líneas recuerdo un conocido aviso que anuncia “¡luchemos por la vida!”; también la frase de una asociación ecológica “respetemos la naturaleza, salvemos la vida”, y slogans que promueven “más vida”, “mejor calidad de vida”, “¡viva la vida!”. Vivimos en un tiempo en que la vida es exaltada como pocas veces en la historia. Pero también, y como un duro revés, leo que el cardenal de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, advirtió que “en las puertas mismas de las escuelas se vende muerte”, y añadió que “hay mucha gente responsable ante Dios de que a estos chicos, de una y otra manera, se les hacen llegar esa dosis de muerte".

Diariamente constatamos que, no obstante la exaltación de la vida, se ha instalado entre nosotros una cultura que carcome nuestra existencia; una cultura de la muerte que se manifiesta en el tráfico y consumo de drogas cada vez más generalizado, en el abuso y la violencia verbal, psíquica y física, en el abandono de la persona indefensa, en los abortos y la eutanasia, en la miseria, el hambre, la manipulación y el engaño, en la falta de techo, de trabajo y de educación básica. Pero también la muerte se expresa en la falta de cariño, falta de familia, de vínculos estables; se muere también por falta de amor. Hace unos días alguien decía que vivimos en una atroz esquizofrenia social: somos capaces de “mimar” a los animales y tirar un ser humano a un basurero; y luego preguntaba: “¿cuánto vale para vos la vida?”.

El bien convive con el mal, la vida con la muerte. Y la confusión de los valores todo lo desquicia. Estas realidades nos muestran cómo nuestra naturaleza está transida por un desorden intrínseco que anhela sanación y salvación. No obstante en el corazón del hombre hay un anhelo de Vida porque tenemos vocación de vida, hemos sido creados para la vida.

Hay una muy Buena Noticia: Dios es el Dios de la Vida. Jesús mismo lo anunció diciéndonos: “He venido para que tengan vida y vida en abundancia” (Jn. 10, 10). Dios se mete y compromete con nuestra vida porque no puede permanecer indiferente ante tanto dolor, tanto mal y tanta muerte entre sus hijos. Tanto es su amor que dio su vida por nosotros. Y padeció la muerte y muerte de cruz. Pero en Cristo habita la Vida, por eso quiebra la inercia de la muerte y resucita: en nuestra tierra renace la vida, renace la luz y renace la esperaza. “He venido para que tengan vida…”. Sí, Dios es un Dios de Vida y nosotros queremos seguirlo, comprometiéndonos con la Vida.

- Comprometerse con la “Vida” en todas sus dimensiones: desde su concepción hasta su muerte natural; se trata del sentido de la vida, del amor a la vida humana y a toda la creación como expresión de la vida de Dios.

- Comprometerse con la Vida es proclamar con claridad: la vida es un don y merece ser vivida; la vida es un derecho para todos los hombres.

- Comprometerse con la Vida para dignificar y honrar la vida de tantos hombres, mujeres, niños, adultos y ancianos que viven en condiciones infrahumanas.

- Comprometernos con la Vida en cada diálogo, en la familia, con los amigos y en el ambiente de trabajo, siendo factor de unidad, reconciliación y encuentro.

Nuestro “no” a la anticultura de la muerte nace con fuerza por nuestro “sí” a la vida.

María es sinónimo de vida porque es madre: concibe, da a luz, ama, cuida y educa a su Hijo. María está atenta a la vida, es solidaria con aquellos novios en Caná que se han quedado sin vino en su fiesta de bodas y pide a Jesús por ellos. María acompaña en el dolor a su Hijo y permanece al pie de la cruz. María es la madre que une y reúne a los discípulos de Jesús y los alienta a permanecer fieles y a anunciar la Vida Nueva resucitada. Ella es la madre de la Vida.

Queridos amigos, en esta Pascua pidámosle a María que nos enseñe a dignificar, cuidar y amar la Vida (con mayúsculas); que Ella nos enseñe a ser fieles discípulos de Cristo y verdaderos hermanos entre nosotros, y nos anime en el compromiso diario por la Vida, para que todos los hombres en nuestra Patria “tengan Vida y Vida en abundancia”. ¡Cristo es nuestra Pascua, Cristo es nuestra Vida!

Desde el Santuario les deseo una bendecida Semana Santa y Feliz Pascua de Resurrección.

P. José Javier Arteaga

HEREDEROS DEL PADRE, PROFETAS DE LA VIDA

viernes, abril 15, 2011


El Puente

Año 5 - Nº 17 - Abril 2011

Sumario

a) Carta para nosotras: M. Inés Erice de Podestá, Encargada de las Comunidades Libres
b) Espíritu Mariano: “Como María” “María, si fuésemos como Tu”. Aporte 1º Curso Mendoza
c) Espíritu Comunitario: “Mujer nueva en una comunidad nueva” “Pastoral de familia, hacer familia”. Aporte 2º Curso RMet
d) Espíritu Apostólico: “Como sal y levadura en masa” “¡Caritas Christi urge nos!” El amor de Cristo nos apremia! Aporte 3º Curso Córdoba
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a) Carta para nosotras

M. Inés Erice de Podestá
Encargada de las Comunidades Libres
 Mendoza, abril 2011
Querida madres de Federación:

Cuando lean esta carta, ya estaremos terminando la Cuaresma y por comenzar la semana mayor de nuestra Liturgia. Este año la Pascua es casi, casi la más tardía. Como sabrán, la Pascua es una fecha móvil que se rige por la astrología, ya que se celebra el domingo siguiente a la primer luna llena posterior al 21 de marzo (la más temprana 22-3 y la más tardía 25-4).

Estamos viviendo momentos difíciles a nivel mundial y también de países, y posiblemente familiar o personal. Ante estas situaciones podemos preguntarnos ¿dónde está Dios? La respuesta está en la fe y confianza que ponemos en el Dios de la vida. El Padre Kentenich nos dice que “Dios es Padre, Dios es bueno y es bueno todo lo que Él hace”. Por eso, si todo lo vemos a la luz de la fe práctica en la Divina Providencia, nada puede asustarnos o angustiarnos. Nuestra vida y nuestra historia están signadas por el misterio de la Pascua. Pasamos del carnaval al Miércoles de Ceniza, y del viernes santo a la Resurrección, de la cruz a la Luz, de la noche a la aurora.

La Pascua nos regala un nuevo nacimiento, es el primer día de una nueva creación. Pascua es el paso, pasamos de la muerte a la vida, del mundo viejo y cansado al mundo nuevo de la libertad. Cada una de nosotras también tiene que ser una nueva creación y abandonar todo lo que no es de Dios. Para eso nos hemos estado preparando durante la Cuaresma, para dejar al hombre viejo y dar lugar al hombre nuevo. El Padre relacionaba la Cuaresma con la autoeducación, es la oportunidad que tenemos para cambiar, para convertirnos y mirar nuevamente hacia Dios, hacia el proyecto que Dios tiene para cada una de nosotras.

El Padre nos llama a seguir sus huellas. El otro día, Norma, mi hermana de curso, nos contaba que habían bendecido el Santuario de Miami y que en el camino hacia el Santuario, alguien había tomado los zapatos que usó el Padre y fue marcando sus pisadas sobre el cemento fresco. Así también me imagino que tiene que ser nuestra vida como herederas del Padre. Cierro los ojos y me imagino que voy pisando cada una de sus huellas. El Padre va adelante, él nos precede, es importante ponernos en camino cuanto antes. Si el Padre nos precede, no podemos volvernos atrás, no podemos quedarnos sentadas, sino seguir sus enseñanzas para alcanzar la meta. Es cierto que muchas veces podemos equivocar el camino, pero lo importante es volver a él. Dios Padre nos espera con un corazón pleno de amor misericordioso, que fue capaz de regalarnos a su Hijo para salvarnos.

Estamos transitando el año del Padre en preparación hacia los 100 años de la primera Alianza y como hijas suyas, como herederas de su misión, no sólo tenemos que conocerlo y seguir sus pasos, sino también ser profetas como él, ser profetas de la vida como dice el lema de la Familia argentina.

Como hermanas, unimos el lema argentino con el de Paraguay, ya que nos mueven objetivos y acciones muy similares en este año. Como herederas del Padre, de su mano, siendo familia misionera queremos regalar una cultura de Alianza, para refundar Paraguay y Argentina.

Ser profetas es ser misioneras, es llevar la buena noticia. Queremos ser y hacer apostolado en nuestra familia, y allí donde la Providencia nos muestre. Queremos regalar nuestro aporte, lo que es tan propio de Schoenstatt que es la Alianza de Amor.

En la fuerza de la Alianza de Amor podremos asumir nuestra misión y ser profetas de la vida, proclamando la vida humana como un don sagrado e inviolable, como nos dice el P. Carmona en su libro “Profetas de la vida”:

“Considerarnos instrumentos de María y de Jesús, y por lo tanto, instrumentos de la vida, no es ni vanagloria barata ni un yugo pesado, sino una alegría y un santo orgullo. La tarea del apóstol es asociarse a los primeros elegidos por Jesús: “Lo que hemos visto y oído, se lo anunciamos” (1Jn 1,3).

Para poder ser defensores de la vida y animarnos a defenderla en todo momento, aún cuando nos critiquen, nos agredan y nos pongan el mote de “mojigatas”, tenemos que capacitarnos para saber qué contestar frente a los ataques.

Como madres de Federación vivimos el ideal matrimonial católico y por lo tanto protegemos y cultivamos la vida “mediante cuidados maternales porque la vida es fruto del amor de Dios y en él tiene sentido la sexualidad y la donación de la vida” (Profetas de la vida).

Capacitarnos y también educar a otros, dar razones de la vida y promover movimientos que defiendan la vida porque somos responsables ante nuestra familia y la sociedad (ibidem).

Es todo un desafío, pero de la mano del Padre y de la Mater podremos ponernos en camino. Que esta Pascua despierte en nosotras un profundo cambio y nos regale la gracia para llevar y ser luz del mundo.

El Padre nos recuerda que “El hombre pascual es el hombre de la alegría... la alegría de saber que Dios nos quiere y tiene en sus manos las riendas de nuestra vida" (B. Blanca 13/4/52). Seamos también profetas de la alegría, porque el amor, todo lo vence.

Unidas en la Alianza y desde el corazón de nuestra Madre, les mando un cariñoso saludo a cada una

M. Inés Erice de Podestá
Encargada de las Comunidades Libres.

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b) Espíritu Mariano: “Como María”

Aporte Curso 1º Mendoza

¡MARIA, SI FUERAMOS COMO TÚ!

¡Dios te salve María, llena eres de GRACIA!

Este saludo de Isabel expresa la inmensa grandeza que Dios concedió a María, por la importante misión para la que había sido elegida. Los Padres de la tradición oriental la llaman toda Santa, la celebran como inmune a toda mancha de pecado, plasmada por el Espíritu Santo y hecha una nueva creatura L,G. 56.

Ella es la nueva Eva, la Madre de Jesús, del Hombre Nuevo.

Nuestro Padre y Profeta, que ha recibido la misión de formar un hombre nuevo para las nuevas playas del tiempo (que él juzga profundos y decisivos) piensa en María como la gran señal, así como Dios la pensó desde la eternidad y tal como nos la reveló. Quiere anunciar su misterio y su misión y llevarla al campo de batalla del tiempo actual porque Ella es el ser humano nuevo y plenamente redimido, y muestra en sí misma el orden querido por Dios, es el concepto incorrupto de Dios acerca del hombre.

En los albores del Movimiento propone a los jóvenes: Bajo la protección de María, queremos aprender a educarnos a nosotros mismos, para hacernos caracteres firmes, libres y sacerdotales y así años más tarde, a través de una Alianza de Amor con ella el pequeño Santuario se convierte en cuna de santidad, en un Tabor de María.

Dirá el Padre, lo mariano es lo fundamental de nuestra espiritualidad.

¿Cómo vivimos el Espíritu Mariano las madre de Federación?

Profundizando nuestra Alianza de Amor, estando unidas a Cristo en lo profundo del corazón y permaneciendo como ella serena y confiada, con un Fiat en los labios a los planes de Amor de Dios Padre.

María es la belleza plena del ser humano, porque sus instintos están totalmente bajo el dominio de la razón iluminada por la fe y de la voluntad no quebrantada, sostenida por la Gracia, y porque la razón, el corazón y la voluntad están unidos a Dios.

Como María queremos ser santas de la vida diaria, ser reflejo de su dignidad, de su belleza y armonía interior, de su integridad femenina materializada en una sana vinculación natural y sobrenatural.

Debemos implorar su ayuda, para cultivar un profundo espíritu de oración, preparando los momentos de encuentro con el Señor, haciendo un silencio interior para que Él pueda irrumpir en nuestros corazones.

Trabajamos nuestro Horario Espiritual, que es nuestro “plan de lucha” para lograr esa armonía, para que nuestra inteligencia, voluntad, afectos, vida instintiva estén ordenados para ser las “pequeñas María” que nuestro Padre soñó para los nuevos tiempos.

¿Qué significa llegar a ser una pequeña María? Es convertirse por obra del poder y amor divinos, en una imagen lo más perfecta posible de la Santísima Virgen, tanto en nuestro ser como en nuestro actuar. Schoenstatt no necesita tantas palabras, necesita vidas santas, porque es camino de santidad. El Padre nos dio una forma de vivir, de enfrentar y plasmar un estilo de vida mariano en un mundo adverso.

Si somos imágenes de María tendremos la función de María, que es dar a luz a Cristo y llevar a Cristo al mundo. Es la gran misión mariana a la cual el Padre nos invita para forjar en la crisis actual una sociedad y cultura nueva. Nuestro estilo de vida tiene un carácter evangelizador ¡que quien me mire te vea!

Por eso pedimos:

Piensa Tú en mí, María,
y mi pensar será iluminado y claro.
Habla Tú en mí, María,
y puro y veraz será mi hablar,
Obra Tú en mi, María,
y justo será mi tratar y obrar.
Santificado será mi trabajo.
Santificado será mi descanso.
Llena y compenetra todo mi ser;
que en mí se refleje
tu manera de ser y de actuar.
AMEN.

¡El Padre lo ha dejado en nuestras manos!

Bibliografía:

Catecismo de la Iglesia Católica.
Apunte de Espíritu Mariano. Primer curso.
Documento Fundamental. Primer curso.

Aporte de Leonor Fornés e Isabel de Danús. Primer curso: “Altera María Splendor Ordinis”.

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c) Espíritu Comunitario

“Mujer nueva en la Comunidad Nueva”:
Aporte del 2º Curso Región Metropolitana

Pastoral de presencia, hacer familia

Es providencial que escribamos este Puente en tiempo de Cuaresma. Tiempo como dice el P. Javier en su Carta de Alianza, en el cual, el Dios de la Vida, el Dios de nuestra vida, quiere que crezcamos más en el amor, porque sin amor no hay verdadera vida… será sólo un rudimento de vida. La vida verdadera es la que se plasma en, por y para el amor. Mujeres santuario y custodia de la vida, en especial nosotras, por “fuertes” razones: por ser mujeres en Alianza con María, por ser madres de Federación, por ser hijas del Profeta…

El ideal de “La mujer nueva en la comunidad nueva” responde netamente a la intención pedagógica del PK en la cual se da especial importancia al “firme apoyo en una comunidad religiosa, firme apoyo en un conocimiento claro y coherente y al apoyo en un ejemplo vivido previamente”. Por esto vemos que el PK fue un impulsor de la vida y de la originalidad femenina, fue un observador de los signos de los tiempos e inspirándose en ellos, elaboró nuevos acentos y objetivos, para la mujer. Dándole importancia a la formación y a su incidencia en la familia, en la comunidad, en la sociedad y por qué no, en la vida pública, intelectual y política. “… la mujer debe intervenir con energía en los destinos del mundo.” PK

Para ahondar en la comunidad tenemos que auscultar al “Dios del Corazón”, valorar a la persona, poniendo el acento en “creación predilecta de Dios”. Cada miembro de la comunidad es un misterio, su trato y desarrollo es también un misterio, al cual sólo puede acercarse con actitud de respeto y confianza. Esto vale tanto conmigo mismo, como con los demás.

Si como comunidad, tomamos conciencia del Bautismo y del anhelo de una cultura de Alianza, como un nuevo nacimiento en Cristo, entonces la Sma. Virgen pasará realmente a ser nuestra Madre y Educadora. Ella nos iluminará, protegerá y elevará de nuevo en Cristo para ese “más” de vida, que llamamos Gracia. El PK habla de milagros de la educación mariana. Pequeñas Marías, hijas del Padre, que en Ella podemos asumir la Incriptio Cordis in cor, en el espíritu del Cántico al Terruño.

“El auténtico amor jamás dice: “Es suficiente”. Porque la medida del amor es justamente no tener medida. Y nuestra mutua relación tiene que llevar más y más hondamente hacia esa medida sin medida, hacia el Dios eterno e infinito.” “…renovemos juntos la Inscriptio. Yo la renovaré junto con Uds.” “Vivimos en una estrecha comunión de amor y destinos que nos liga indisolublemente a Dios” PK. Estas Cartas del Carmelo, enriquecen nuestra Alianza Filial con el Padre.

¿Cómo hacemos realidad nuestro ideal de hacer familia?

Somos mujeres, capaces de comprender, de cultivar los vínculos, con tendencia a intuir, a ver lo personal, pero hoy la moda, la agitación de la vida, las obligaciones, la novedad, los cambios de lugar y de noticias etc. amenazan la condición femenina y cuesta encontrar el camino adecuado que nos lleve a hacer familia. “Quien conozca la época actual sabe que la naturaleza femenina ha sido afectada hasta su raíz más honda y por eso vacila.”PK

“Lo expresaré con mayor claridad aún: intuyo que todos los principios pedagógicos que hemos elaborado con sumo cuidado es lo correcto y lo orientador para el tiempo actual”, “a la sombra del Santuario”… “se puede atraer y formar cristianamente al hombre nuevo que poco a poco aparece en el horizonte del futuro” PK.

Queremos en “fidelidad creadora” generar una Pastoral de presencia, siendo mujeres: toda entrega, toda alma y toda pureza. Una Pastoral de presencia que convierta paulatinamente y por pequeños gestos de amor (Cántico al Terruño) a la sociedad y al mundo, en un Nuevo Nazaret.

Nos damos cuento que esto excede a lo netamente hogareño, exige una maduración psíquica y espiritual, acompañada de oración, entrega, desprendimiento y un actuar y pensar coherente; espíritu de inscriptio. Requiere actualización en todos los ámbitos, para elegir el bien, prudente, pero siempre “audaz en el riesgo”, como lo enseña el Padre, con su vida. A modo de ejemplo, para vestirnos adecuada y elegantemente: debemos saber qué cosas integrar y qué cosas dejar de lado. Es necesario la vida ascética: IP y EP.

Cuanto más claro es el Estilo de Vida, tanto mayor será el reflejo del ser, por lo tanto la resonancia que provocará en la familia, amigos, trabajo etc., producirá un proceso de búsqueda, hacia otra calidad de vida. Es decir el Estilo de Vida hará bello y bien a nuestro medio: siendo la mujer nueva en la comunidad nueva, constructora de la Cultura de la Vida. Como por ejemplo en la “aceptación gozosa”, actuar desde lo profundo, tranquila, serena y a la vez con sensibilidad y responsabilidad ante las exigencias de la realidad.

Esta Pastoral de presencia, nos invita a armar una fuerte red de vínculos, como lo hiciera la Sma. Virgen, que luego de la Muerte y Resurrección de su Hijo, la vemos en la joven comunidad cristiana, no como la que será consolada, sino como la Madre y Educadora que está gestando una nueva unión: Nuevo Nazaret.

El Santo Padre nos esclarece:

”Cristo murió por todos. Vivir para El significa dejarse moldear en su “ser-para”.

Y continúa, citando un ejemplo práctico de San Agustín:

“Esto supuso para Agustín una vida totalmente nueva. Así describió una vez su vida cotidiana: “corregir a los indisciplinados, confortar a los pusilánimes, sostener a los débiles, refutar a los adversarios, guardarse de los insidiosos, instruir a los ignorantes, estimular a los indolentes, aplacar a los pendencieros, moderar a los ambiciosos, animar a los desalentados, apaciguar a los contendientes, ayudar a los pobres, liberar a los oprimidos, mostrar aprobación a los buenos, tolerar a los malos y [ ¡pobre de mí! ] amar a todos”. “Es el Evangelio lo que me asusta”, ese temor saludable que nos impide vivir para nosotros mismo y que nos impulsa a transmitir nuestra común esperanza.”

Como "HEREDEROS DEL PADRE, PROFETAS DE LA VIDA" la mujer nueva está llamada a dar respuesta a la crisis actual en la familia y la sociedad.

El mundo necesita la presencia y la acción de mujeres santas, encendidas en los valores evangélicos que, como pequeñas Marías, generen una cultura de Alianza, promuevan y trabajen por la vida, ocupando espacios que han quedado vacíos . Este vacío de auténticos valores es lo que ha roto la armonía y la integración del orden social y familiar, porque se ha roto el vínculo con Dios.

Frente a esta sociedad desintegrada, Schoenstatt quiere forjar el hombre nuevo, una personalidad armónica y madura, capaz de ser apóstol del Evangelio, constructor de una sociedad renovada. Para ello nos propone como modelo a la Sma. Virgen; mirar a María es mirar al hombre nuevo integrado. Por la Alianza, María nos educa y nos forma según su imagen.

Caminando hacia el 2014 y en el año del Padre, seamos fieles a Ella y al Padre viviendo como auténticas personalidades nuevas, integradas, armónicas, constructoras de una nueva sociedad basada en la cultura de Alianza. Aunque veamos por delante un complicado panorama, de la mano de nuestro Padre caminemos en la " confianza divina ", hacia un horizonte de esperanza donde brilla la luz del amor de Cristo Resucitado.

Bibliografía:
- “Spe Salvi” – P. Benedicto XVI
- “Qué surja el hombre nuevo” P. José Kentenich
- Kentenich reader”, Tomo 1 – P. Locher, J. Niehaus, H-W. Unkel, P.Vautiér
- “¿Quién, si no yo?” Dra. Hna. M. Nurit Stosiek

Equipo: Inés, Lagos, María Marta Echavarría, Finita Beveraggi, Silvia Sánchez, Cristina Celso y Graciela Horga.
2do. Curso RMet:
“Filia Patris, Inscriptio Cordis in cor, Corazón de la Iglesia Nuevo Nazaret”

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d) Espíritu Apostólico



“Como sal y levadura en masa”

Aporte del Curso 3º Córdoba

¡Caritas Christi urget nos! ¡El amor de Cristo nos apremia!

“Jesús entre los samaritanos” Cita de Juan 4, 5/42

Hemos tomado esta cita del Evangelio de Juan recientemente propuesta por la Iglesia para su meditación porque es un pasaje que ilustra con toda claridad el proceso de la conversión y el envío apostólico:

En primer término está el encuentro de Jesús con la samaritana. Es un encuentro profundo y personal. Jesús le pone al frente toda su vida sedienta e insatisfecha y le propone algo nuevo, un “agua viva” que le quitará la sed para siempre porque brotará permanentemente hasta la vida eterna. La samaritana encendida por la revelación de Jesús se libera de su pasado y “dejando allí su cántaro corrió a la ciudad” a llamar a otros al encuentro con el Señor.

Este espíritu apostólico es un espíritu eminentemente mariano. María en la Anunciación recibe y acepta su misión, de prisa se pone en camino hacia la casa de Isabel y cuando llega hace un canto de alabanza al Padre por haberla elegido y haber bendecido con grandes dones su pequeñez. Revelada su misión María consagra toda su vida a ella.

Una vez convertido, el cristiano vive para. Este vivir para es la acción del Espíritu, es esa agua viva que fluye hasta la eternidad y que jamás vacía el corazón del misionero. Ese para es un acto de amor que no desgasta sino que acrecienta permanentemente el amor. El fuego misionero se re-alimenta en la realización de la propia misión.

Hay diversas formas de apostolado. El hacer está determinado por el momento que se está viviendo y los deberes de estado de cada una pero el espíritu es siempre el mismo. En donde estemos, todo lo que somos y hacemos tiene que ser apostólico, tiene que ser testimonio y anuncio de esa “agua viva” que brota permanentemente hasta la eternidad.

En la oración, en el silencio, en la meditación de la Palabra y en las voces del tiempo se nos revela nuestra misión personal. Una vez conocida y aceptada “ya no hay excusas” como decía Nonino Flecha de la familia de Paraguay, con prisa “que cada uno ponga al servicio de los demás la gracia que ha recibido como buenos administradores de las diversas gracias de Dios” San Pedro 1º 4/10. Esto es apostolado.

Todo apostolado supone coherencia y responsabilidad entre la palabra y el testimonio. Estas coherencias como federadas la logramos y garantizamos por medio de la autoformación en la Alianza de Amor.

“Para evitar el peligro de mundanizarse en medio de la labor apostólica, el instrumento se esforzará continuamente por consolidar, profundizar y asegurar una íntima unión con Dios, porque si pierde la unidad de vida y pensamiento con la causa principalis se degradará, borrará su carácter instrumental y con el paso del tiempo perderá la unidad de metas con ella. Al no existir en él plenitud interior, sucumbirá tarde o temprano a la soberbia y se buscará a sí mismo; la labor apostólica transparente y entusiasta se convertirá en mero activismo sin alma, en puro desarrollo de las cualidades naturales de la persona y autoglorificación que se alternarán con períodos de asedia y búsqueda compulsiva de gratificaciones” P.K. (Instrumento de María).

Es bueno preguntarnos si:

-¿La Alianza de Amor nos vincula con nuestro apostolado cotidiano?
-¿La tenemos presente y apelamos a ella en todo momento?
-¿Nos ponemos los anteojos de la Fe práctica en la Divina Providencia, para descubrir el querer de Dios en nuestro ser y quehacer de todos los días?
-¿Escuchamos la voz del Señor que nos habla en su Palabra, en las voces del tiempo y en los otros?
-¿Somos testimonio y anuncio de vida y esperanza?

La oración y el sacrificio realizados para son la forma de más elevada de apostolado . La vida de Santa Teresita del Niño Jesús que la Iglesia designó como patrona de las misiones es un testimonio de ello.

Todo lo dicho se resume en la tercera gracia del Santuario. En el Santuario, al experimentar el encuentro con el Señor de la mano de la Mater, recibimos del Espíritu el fuego y el fermento de nuestro apostolado que nos urge a ponernos en camino para anunciar a otros la Buena Nueva revelada.

Participaron: Nelly D. de Vázquez, Roxana A. de Rey Nores, Milagros D. de Ramacioni, Ana Ma. Tonnelier, Bibiana Beberina y Diana A. de González del Pino
 “Mujer nueva portadora de Cristo, sirve gozosa como manantial de agua viva”

Bibliografía:
“Instrumento de María” (P. José Kentenich)
“Retiros” (P. Nicolás Schwizer)
Conferencia P. Guillermo Carmona “Id y encended el mundo”
 María al pie de la cruz

Reflexiones
Padre Nicolás Schwizer Nº 105 – 15 de abril de 2011
Es allí cuando María será verdaderamente importante. Entonces descenderá sobre ella una palabra dedicada a su más íntimo corazón de madre, que se verá misteriosamente ensanchado.

Si Cristo ha elegido la vocación de sufrir y morir por la salvación del mundo, es claro que cuantos, a lo largo de los siglos, le estarán unidos por amor, tendrán que aceptar, cada uno en su rango y función, esa misma vocación de morir y sufrir por esa salvación. Y, si un miembro de Cristo, huye de esa función, falta algo, no sólo a ese miembro, sino, como explicaría san Pablo, a la misma pasión de Cristo. Porque su pasión pide ser prolongada en la compasión corredentora de todos los miembros de Cristo. Este es el misterioso sentido de la frase de san Pablo a los colosenses: “Completo en mi carne lo que falta a los sufrimientos de Cristo, para el bien de su cuerpo que es la Iglesia” (1, 24).

Aquel pequeño grupo al pie de la cruz, aquella Iglesia naciente, estaba, pues, ahí por algo más que por simples razones sentimentales. Estaba unida a Jesús, pero no sólo a sus dolores, sino también a su misión.

Y, en esta Iglesia, tiene María un puesto único. Hasta entonces ese puesto y esa misión habían permanecido como en la penumbra. Ahora en la cruz se aclararán para la eternidad.

Esta es la hora, este el momento en que María ocupa su papel con pleno derecho en la obra redentora de Jesús. Y entra en la misión de su hijo con el mismo oficio que tuviera en su origen: el de madre.

Es evidente que, en la cruz, Jesús hizo mucho más que preocuparse por el futuro material de su madre, dejando en manos de Juan su cuidado. La importancia del momento, el juego de las frases bastarían para descubrirnos que estamos ante una realidad más honda.

Si se tratara de una encomienda solamente material sería lógico el “he ahí a tu hijo”.
María se quedaba sin hijo, se le daba uno nuevo. Pero ¿por qué el “he ahí a tu madre”? Juan no sólo tenía madre, sino que estaba allí presente. ¿Para qué darle una nueva?


Es claro que se trataba de una maternidad distinta. Y también que Juan no es allí solamente el hijo del Zebedeo, sino algo más. Ya desde la antigüedad, los cristianos han visto en Juan a toda la humanidad representada y, más en concreto, a la Iglesia naciente. Es a esta Iglesia y a esta humanidad a quienes se les da una madre espiritual. Es esta Virgen, envejecida por los años y los dolores, la que, repentinamente, vuelve a sentir su seno lleno de fecundidad.

Ese es el gran legado que Cristo concede desde la cruz a la humanidad. Esa es la gran tarea que, a la hora de la gran verdad, se encomienda a María. Es como una segunda anunciación. Hace treinta años - ella lo recuerda bien - un ángel la invitó a ser la madre de Dios. Ahora, no ya un ángel, sino su propio hijo, le anuncia una tarea más empinada si cabe: recibir como hijos de su alma a quienes son los asesinos de su primogénito.

Y ella acepta. Aceptó, hace ya treinta años, cuando dijo aquel “fiat”, que era una total entrega en las manos de la voluntad de Dios. De ahí que el olor a sangre del Calvario comience extrañamente a tener un sabor de recién nacido. De ahí que sea difícil saber si ahora es más lo que muere o lo que nace. De ahí que no sepamos si estamos asistiendo a una agonía o a un parto. ¡Hay tanto olor a madre y a engendramiento en esta dramática tarde...!

Preguntas para la reflexión

1. A María, ¿la siento como mi madre?
2. ¿Cómo me imagino a María al pie de la cruz?
3. ¿Qué me dice la frase "he ahí a tu hijo"?

Si desea suscribirse, comentar el texto o dar su testimonio, escriba a: pn.reflexiones@gmail.com



jueves, abril 14, 2011

Crónica del Retiro Anual de la Región Mediterránea
8-9-10 de abril de 2011

Gracias Padre!!!!!!!!!! :

Al Padre Jóse Kentenich por su Herencia : nuestra misión
Al Padre Javier por ser un transparente del Padre
Al Padre Eterno y Misericordioso por su presencia Divina, por la elección que hizo para nosotras desde la eternidad. Así lo expresaba el Padre Kentenich en un cartel que nos daba la bienvenida “Dios nos pensó juntos desde la eternidad, yo no existiría sin uds. ni uds. sin mí”.
Al Padre del Cielo por regalarnos unos días brillantes de sol y otoño por las mañanas y las tardecitas y de millares de estrellas por la noche.

Nuestro silencio fue ofrecido como pieza de un rompecabezas que juntas fuimos construyendo con cada aporte a un enorme Capitalario que concluyó siendo la imagen de un cielo en cuya entrada se encuentran dos Padres: Juan Pablo II y Nuestro Padre Fundador quienes de rodillas miran a María-Mater, que desde ese cielo los espera en una misma canonización, la de ser Imagen de Padre, Transparente de Dios en una época huérfana. “ Padre…mi silencio por tu canonización” reza en el margen del Capitalario.

!!!Gracias por ser elegidas para esta misión en esta época!!! fue nuestro final, ¡!gracias por encargarnos tan nobles tareas!!!.

Una alegría: !!Nos acompaño el nuevo curso 23!!!!!!!!!!!!! Recién cocinadito!!! Su jornada de inicio a la candidatura había sido un día antes .

Un chisme: era tan omnipresente el capitalario que nos resistimos a quemarlo, rompiendo la tradición.
Un secreto: el contenido del retiro ( fuimos las primeras)
Una receta: cada retiro es un liffting del alma
Un misión: Uno con el otro, en el otro y para el otro, creando puentes de Amor.

Un final: ¡!!!GRACIAS PADRE!!!!!!!!!

Teresita Buteler de Cabanillas

martes, abril 12, 2011

Un día como hoy, 12 de abril de 1894, la mamá del Padre Kentenich, con mucho dolor, dejaba a su hijo en el orfanato y lo consagraba a María. A partir de allí, Ella fue su Educadora y se comenzaba a gestar la Primera Alianza del 18 de octubre de 1914.

"¡Educa Tú a mi hijo! ¡Sé para él plenamente Madre! ¡Cumple Tú en mi lugar los deberes de madre!”

Queridas hermanas de Federación:

Comparto con todas ustedes nuestra alegría, porque un día como hoy, 12 de abril de 1988 -hace 23 años!- recibimos la carta de aceptación del P.Antonio para comenzar Federación de Madres en Argentina, con mi querido primer curso de Mendoza.

Han sido años en los que la Mater y el Padre se han tomado su trabajo para tratar de modelar en nosotras el Ideal que desde toda la eternidad el Padre Dios soñó para nosotras. Les hemos dado trabajo!! y se lo seguiremos dando, porque nosotras ponemos el 1% y ellos ponen el  99 restante para ayudarnos a conquistar el ser Altera María Splendor ordinis, para poder ir y encerder el mundo.

Dios quiere que seamos otra María, que seamos la Mujer nueva capaz de mostrar a Cristo forjando una nueva cultura. Que seamos instrumentos dóciles en sus manos, que nos dejemos formar como el esplendor del orden, que seamos íntegras y armónicas en nuestro pensar, amar y vivir, para poder encender el mundo en Cristo.

Difícil tarea, pero no imposible, si aspiramos a lo más alto, la medida del anhelo será la medida de la realización en nosotras. El "Nada sin Ti, nada sin nosotras" nos pone en camino.

Hoy recordamos la Consagración de nuestro Padre a María, sabemos todo lo que influyó en él ese momento. Renovemos también nuestra Consagración y bajo su protección y la de nuestras hermanas que nos precedieron, nos tomamos de su mano para conquistar una Federación santa.

Les mando un cariñoso saludo a cada una y en especial a las "Altera María Splendor ordinis"
M.Inés Erice de Podestá
1°Curso Arg. AMSO

domingo, abril 10, 2011

V Domingo Cuaresma

Ezequiel 37, 12-14; Romanos 8, 8-11; Juan 4, 5-42
«Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí no morirá para siempre»

10 Abril 2011 Padre Carlos Padilla Esteban

«Pero vosotros no estáis sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros»

A veces la vida parece muy complicada y otras veces demasiado simple. Una admiradora de Justin Bieber decía en Madrid esta semana: «Yo sólo pido una cosa para ser feliz. Poder verlo, que se haga una foto conmigo, y poder susurrarle: eres mi mayor sueño. Tras eso, que él haga lo que quiera. Yo seré feliz para el resto de mi vida». Algunos se contentan con muy poco para ser felices. Otra admiradora exclamaba: «Es el día con el que voy a soñar toda mi vida, el día en el que vi a Justin en persona». Sus sueños no son tan grandes. El mismo Justin Bieber decía: «Si llego a hacer un diez por ciento de lo que hizo Michael Jackson por el mundo sabré que habré conseguido algo grande». ¿Cuáles son nuestros sueños? ¿Son sueños extraordinarios? ¿Soñamos con hacer mucho por la humanidad? ¿Con qué nos conformamos? Parece todo muy sencillo. Sin embargo, no lo es.

Todos queremos vivir la vida de tal forma que podamos decir que ha merecido la pena. Deseamos ser felices. La cabeza nos da vueltas y más vueltas buscando caminos. La paz no llega. La felicidad se esfuma rápidamente porque es pasajera. ¿Dónde está puesta nuestra esperanza? ¿Qué hacemos con nuestra vida? ¿Qué hizo Lázaro el resto de años que vivió en este mundo? ¿Por qué Dios le regaló esos años cuando ya había pasado el umbral de la muerte? Lázaro tendría una misión que cumplir todavía en esta tierra. Es necesario encontrar una misión en esta vida. Parece todo tan sencillo, pero luego las cosas no son tan fáciles.

Nuestros sueños tienen que ser tan grandes que no se esfumen de un día para el otro. Lo cierto es que todos tenemos algo de obsesivos con aquello que deseamos lograr. No es tan grave, es parte de esta vida en la que vamos corriendo de un lado para otro persiguiendo sueños. Nos preocupamos de forma obsesiva por el presente y por el futuro. Queremos atarlo todo, controlarlo todo. Nos asustan los fracasos y la evaporación de nuestros sueños. Pensamos que fracasar acaba con toda esperanza. Pero no es así. Leía hace poco: «Nadie es digno de sus sueños si no utiliza sus derrotas para cultivarlos»1. Las derrotas nos enseñan a vivir. Nos abren nuevos caminos. Siempre que se cierra una puerta se abre una ventana. La losa sobre el cuerpo muerto de Lázaro era la puerta cerrada a la vida de este mundo y la ventana abierta a la vida eterna. El fracaso es sólo un camino truncado. El punto y aparte de nuestras ilusiones. Perder una gran final es el comienzo de una anhelada victoria. Siempre se puede dar un paso más. Pero vivimos con miedo a equivocarnos, a no estar en el tren correcto, a iniciar un descenso que nos conduzca a ninguna parte. Una persona me comentaba hace poco hablando de María:

«Cuando contemplo la vida de la Virgen, no me llama la atención que hiciera lo que hizo, ni que viviera como vivió, si estaba segura de que era eso lo que Dios le había pedido. Lo que me llama la atención es que estuviera segura de que eso era lo que Dios le pedía, que no se volviera loca ante la duda, que no dudara en su convencimiento de que Dios la había llamado, que no lo había soñado, que no lo había imaginado, que no se lo había inventado».

La duda. Siempre nos obsesiona esta duda. María vivió meditándolo todo en su corazón. Vivió con la duda humana y la certeza de Dios. Había entregado todo. No estaba atada a nada, no tenía miedo. ¿Y nosotros? Tal vez nos atan demasiadas cosas. Hemos enterrado raíces y sueños. Hemos construidos sobre arenas inconsistentes. La vida se acaba con una losa. Pero el grito de Jesús puede abrir un nuevo rumbo. «Levántate», escuchamos. El corazón revive. Soñamos. Porque el tiempo que tenemos es para vivir, para amar, para soñar y llorar. Estamos recorriendo el camino hacia la Pascua. Hemos encontrado a la mujer samaritana, esa mujer herida que tiene sed. Ella busca agua y encuentra la paz del alma.

Cristo toca sus heridas y llega a una sed más profunda que ella misma desconoce. En Cristo puede beber un agua nueva y un surtidor de agua viva brota de sus entrañas rotas. Luego acompañamos al ciego de nacimiento. No busca a Cristo y es Cristo el que lo encuentra. Recupera la vista y comienza a ver el corazón de las personas. No es fácil mirar así, porque normalmente nos quedamos en las apariencias. Con el ciego pasamos del reino de las tinieblas al Reino de la luz. Empezamos a creer con su fe recién nacida. Y es que todo es posible si dejamos que Cristo vuelva a tocar nuestros ojos ciegos. El paso más complicado lo damos este domingo. Un hombre muerto vuelve a la vida. Lázaro, que significa «aquel al que Dios ayuda», es rescatado de la oscuridad de su sepulcro. En esta ocasión no se trata del agua que Cristo nos da con su palabra. Tampoco estamos ante el barro y la saliva con los que el ciego recibe la vista. En este caso el muerto no pide la vida. Tampoco lo hacen sus hermanas que sólo lamentan que Jesús llegue demasiado tarde. Nadie pide nada, es la actitud común. Ninguno pide y los tres reciben lo que más necesitan. Lázaro yace muerto y sus hermanas lloran. La esperanza en la vida de esta tierra se ha perdido. Tal vez si Cristo hubiera llegado antes todo hubiera sido distinto.

Pero Cristo se había retrasado: «Las hermanas mandaron recado a Jesús, diciendo: -Señor, tu amigo está enfermo. Jesús, al oírlo, dijo: -Esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando se enteró de que estaba enfermo, se quedó todavía dos días en donde estaba. Sólo entonces dice a sus discípulos: -Vamos otra vez a Judea». Ya solo se puede esperar la vida eterna porque Lázaro ha muerto para esta vida. La promesa de la vida eterna brilla en Betania. Cristo llora por el dolor y grita. Lázaro vive.

Los tiempos de Dios no son nuestros tiempos. El tiempo de la ausencia de Jesús permitió la muerte de Lázaro: «Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado Betania distaba poco de Jerusalén: unos tres kilómetros; y muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María, para darles el pésame por su hermano. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. Y dijo Marta a Jesús: -Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá». Muchas veces le reclamamos a Dios cuando no logramos controlar la vida. Le pedimos cuentas por su ausencia, por no hacer nada, por permitir que nuestra vida fracase, por quitarnos a aquellos a los que queremos. Y gritamos: «Señor, si hubieras…» Le echamos la culpa de la muerte y de la enfermedad, de la soledad y de las tragedias. Sin embargo, Dios no tiene la culpa, Dios respeta nuestra libertad y nuestras decisiones aunque no sean acertadas. Somos limitados en nuestras capacidades. La vida y las cosas que hacemos son caducas. Nos extrañamos por las desgracias cuando todo pende de un hilo. Nuestra salud es quebradiza y nuestros días contados. En cualquier momento se acaba esta vida casi sin que nos demos cuenta, sin esperarlo. La promesa de la eternidad es lo único que le da sentido a nuestro caminar en esta tierra, es lo único que brilla. Pero vuelve a surgir la pregunta: « ¿Qué hay detrás de la muerte?» Es lo que preguntaba la protagonista de la película «Más allá de la vida». Pero ella no obtenía respuestas. Sólo la pregunta inquietante que todo hombre se hace al enfrentarse al último momento de su vida. ¿Hay algo? Tal vez, piensan algunos, un vacío eterno, la ausencia de vida, ojos que se apagan. Pero nosotros sabemos que no, que el tiempo que se desliza suavemente no puede tener la última palabra. La voz de Dios tiene que sonar por encima de la muerte.


Hay momentos en la vida en que nos confrontamos con preguntas importantes. Por eso Jesús le pregunta a Marta: «Jesús le dijo: -Tu hermano resucitará. Marta respondió: -Sé que resucitará en la resurrección del último día. Jesús le dice: -Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto? Ella le contestó: -Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo». Jesús espera nuestro acto de fe. Nuestra respuesta afirmativa al misterio que envuelve la vida y la muerte. Marta sabe la respuesta, no en teoría, no aprendida. Ahora que ve la muerte de aquel a quien quiere su acto de fe cobra más fuerza. No son palabras dichas en un momento de entusiasmo sino la fidelidad sencilla en el dolor. Ya ha cerrado la losa sobre la vida de Lázaro. Ya ha presenciado su último suspiro. Duele el adiós y su amor por Lázaro le oprime el pecho.

Como a nosotros cuando no comprendemos la cruz. Marta ya ha pasado página y mira hacia delante con esperanza. Sus palabras están llenas de vida. Ella confía. No entiende pero confía. Cree en Jesús porque lo ama con todo el alma. Sabe la respuesta. La muerte no tiene la última palabra. Por eso Marta confiesa su fe con un corazón grande. Ella lo sabe con el corazón. Sabe que Jesús es la vida y que todo con Él cobra un nuevo sentido. Pero lo cierto es que Lázaro ya huele mal cuando Cristo llega y la muerte parece el final de todo: «Jesús, sollozando de nuevo, llega al sepulcro. Era una cavidad cubierta con una losa. Dice Jesús: -Quitad la losa. Marta, la hermana del muerto, le dice: -Señor, ya huele mal, porque lleva cuatro días». Es el poder de la muerte que todo lo destruye.

Parece que no hay esperanza en la muerte. La enfermedad es más fuerte. El mal olor habla de la vida pasada. Es el olor de la corrupción. El mismo olor de nuestro pecado. Cuando vivimos lejos de Dios olemos a muerte. Llevamos en nuestros miembros la muerte del abandono y de la negación a Dios. Pero sabemos que Cristo es más fuerte que nuestra muerte, más fuerte que el olvido. El poder de su amor que derrama lágrimas es más fuerte que la soledad del sepulcro y en la oscuridad de la muerte entra la vida. Hay luz donde antes había tinieblas, cuando se impone el amor. La vida de Lázaro parece muerta. Muerta y tapada. Nadie espera ver a Lázaro con vida de nuevo. Sus días en la tierra estaban contados, no así los de la vida eterna. Sólo la fe ciega del que ama puede ver la vida.

Al pensar en el grito de Jesús imagino su grito hoy ante tanta muerte que nos rodea. Cristo alza su voz, quiere vencer el silencio oscuro de la muerte que reina en muchos corazones: «Jesús le dice: -¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios? Entonces quitaron la losa. Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo: -Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado. Y dicho esto, gritó con voz potente: -Lázaro, ven afuera». Hay muchas vidas apagadas detrás de losas pesadas. Hay mucho silencio y el corazón muerto también huele mal. El pecado también huele, y el egoísmo que nos encierra en un sinsentido.

Nuestro corazón muere cuando no vive plenamente, cuando le da miedo vivir de verdad. Morimos cuando no nos levantamos de nuestro sepulcro. Morimos cuando nos atan los miedos, los prejuicios, las heridas del pasado. Morimos cuando pensamos que siempre van a repetirse las heridas de otros días. Morimos cuando nos da miedo arriesgar, soltar amarras, perder las seguridades. La muerte nos atenaza y hace que huela mal nuestra vida, que no huela a Dios. Nos acostumbramos a una vida demasiado pobre y deambulamos sin vida. Con miedo a amar.

El otro día me comentaban de una persona: «Tiene el corazón en blanco, porque no ha amado, porque no se ha vinculado ni ha sufrido por nadie». Es el riesgo que corremos cuando no nos entregamos, cuando no dejamos de ponerle peros a Dios para que no entre en nuestra propia tumba, para que no descorra la losa que nos permite morir seguros. Pero no es lo que queremos, el corazón quiere la vida. El corazón quiere escuchar el grito de Cristo y obedecer, romper las vendas. ¿Es demasiado tarde para darnos la vida? A veces nos parece que sí, que Jesús no llegará a tiempo para salvar nuestra vida de la muerte. Pensamos que no hay salida y nos agobiamos convencidos de que no hay nada que hacer, que no tenemos solución. Que basta con dejar que el tiempo pase y la vida transcurra lentamente, sin sinsabores, sin arriesgar, sin amores y sin odios.

«Cero grados», como me decía una persona cuando le preguntaba por su matrimonio. Sí, cero grados, ni frío ni calor, todo tibio. La tibieza y la mediocridad no son ninguna amenaza. Es mejor vivir sin sufrir, que morir sufriendo. La vida sin dolor es más atractiva, aunque sea una vida vivida en la superficie, sin profundidad ninguna.

Hoy escuchamos al profeta Ezequiel: «Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel. Y, cuando abra vuestros sepulcros y os saque de vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis que soy el Señor. Os infundiré mi espíritu, y viviréis; os colocaré en vuestra tierra y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago». Ezequiel 37, 12-14.

En el fondo queremos vivir. El corazón revive al escuchar la voz de Dios, su grito poderoso. Nuestro corazón, como el de Cristo, llora. Llora de impotencia cuando se deja llevar por la vida. Dejamos que otros vivan nuestra vida y morimos. No nos arriesgamos a tomar grandes decisiones, porque nos da miedo equivocarnos. Una persona me hablaba el otro día de sus miedos: «Hasta ahora pensaba que el valor está en lo que haces si al mismo tiempo intentas poner a Dios en ello. Hago un montón de cosas que en algún momento me habrían hecho sentirme satisfecha, y aún así me siento mal, como siempre, y ni siquiera sé por qué lo hago, ni qué amo, ni qué me mueve». Pensaba en estas palabras y en la tentación que tenemos tantas veces. Queremos hacer algo para estar satisfechos, para estar contentos. Hacer cosas y meter a Dios en ellas. Y así parece que todo va mejor. Pero, ¿qué pasa si luego seguimos insatisfechos? Hacemos muchas cosas y no hay paz. ¿Consiste la vida en hacer muchas cosas? Somos y hacemos.

Queremos metas y hacemos lo posible por alcanzarlas. ¿Qué hay de malo en ello? Nada, el cuerpo nos lanza a esa carrera vertiginosa. ¿Y si no alcanzamos la meta? El tiempo es de Dios, el deseo surge en el corazón. Muchas cosas hechas no traen la felicidad del alma.

El corazón permanece inquieto. Sólo basta con estar junto a Dios, con Cristo en Betania. A veces hemos pensado que Dios podía querernos sólo para Él, pero nos da miedo la apuesta. Es más seguro hacer lo que los demás esperan de nosotros, lo que no desentona, lo que está en la línea que los demás consideran razonable.

¡Cuánto llora Dios con nuestra muerte! ¡Cuánto llora con la falta de paz, con las agonías detrás de la losa! Cristo muestra su humanidad en Betania: «En aquel tiempo, un cierto Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta, su hermana, había caído enfermo. María era la que ungió al Señor con perfume y le enjugó los pies con su cabellera; el enfermo era su hermano Lázaro». Cristo llora, solloza, se entristece y su corazón se conmueve. Acude al ser llamado por sus amigos: «Cuando llegó María adonde estaba Jesús, al verlo se echó a sus pies diciéndole: -Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano.» Jesús, viéndola llorar a ella y viendo llorar a los judíos que la acompañaban, sollozó y, muy conmovido, preguntó: -¿Dónde lo habéis enterrado? Le contestaron: -Señor, ven a verlo. Jesús se echó a llorar». De nuevo llora. La amistad es muy fuerte: «Los judíos comentaban: -¡Cómo lo quería! Pero algunos dijeron: -Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podía haber impedido que muriera éste?» Tal vez nos parece demasiado humano, demasiado hombre. Pero Cristo amaba hasta el extremo. No tenía miedo de sus vínculos, de los corazones apegados al suyo. Llora con María cuando María se derrumba.

Llora al pensar en su amigo muerto. El llanto de Jesús nos estremece. Ver llorar a Jesús es como si nos dejara sin un lugar seguro sobre el que descansar nuestra vida. Su llanto nos hace pensar en la fragilidad de la vida, en lo caducos que son nuestros días. Pero, al mismo tiempo, nos alegra el alma. Porque Cristo se hizo uno con nosotros. No vivió en la superficie. Amó hasta lo más profundo del corazón humano. Amó nuestro pecado y nuestra imperfección. Quiso la debilidad manifiesta de sus amigos. No tuvo miedo, se dio por entero. Su llanto es un canto a la vida y a la libertad, a la esperanza eterna. Y sus amigos lo amaron profundamente y por eso confiaban. Por eso lo llamaron para descansar en Él, para entregarle su pena, para compartir el dolor. El llanto despierta el llanto, pero el llanto compartido es menos doloroso. El amor se hace fuerte en el dolor, en el consuelo de un abrazo. El amor unió a Cristo con los suyos. Su amor humano los condujo a amar a Dios en las dudas del camino.

Decía el Padre Kentenich: «Quien no haya amado humanamente, me refiero a un “tú”, no al amor a un “ello”, no sé cómo habrá de llegar al amor a Dios»2. El corazón que echa raíces en otros corazones, aunque sufra por ello, está preparado para entregarse a un Dios personal.

El corazón sin heridas, en blanco, no es capaz de amar a los hombres y no podrá amar a un Dios personal, a un Dios vivo. Jesús anticipa la resurrección, su propia resurrección, su vida eterna. En la muerte de Lázaro y en su resurrección anticipa su Pascua: «El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo: -Desatadlo y dejadlo andar. Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él». Juan 11,1-45. La tumba de Lázaro ya olía mal. Nuestra vida llena de pecado también huele mal. Pero Cristo se acerca y entra. Sólo hay que correr la losa. Y llega la vida.

Pero a nosotros nos da miedo descorrer el velo de lo que ocultamos. La losa mantiene tapados nuestros pecados, nuestras debilidades que huelen. Nos da miedo que nuestro olor escandalice. No queremos dejar a Dios entrar. Porque creemos que dejará de querernos al ver nuestra muerte. No acabamos de entender ese amor de Dios por nuestra vida. Sólo si dejamos pasar a Dios resucitaremos a la vida de la gracia. La samaritana calma su sed sólo cuando cree en un agua que no logra ver. El ciego ve la luz y lo profundo del corazón de los hombres cuando cree que Cristo es Dios a quien no ve. Lázaro rompe la atadura de la muerte cuando escucha la voz que lo llama y vive.

¿Qué huele mal en nosotros, en nuestra miseria personal? Nos encerramos bajo nuestra losa y nos cubrimos con sudarios. Algo está muerto. Nos da miedo la luz y no queremos oír la voz de la misericordia. Pero lo sabemos, la misericordia sólo viene de Dios: «Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa. Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica. Si llevas cuentas de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón, y así infundes respeto. Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora. Porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa; y él redimirá a Israel de todos sus delitos». Sal 129, 1-2- 3-4ab. 4c-6. 7-8.

Desde lo hondo gritamos al Señor. Desde lo más profundo del propio sepulcro en el que nos hemos enterrado. Sólo Él nos salva. Sólo Él logra levantarnos. La vida es el mensaje que hoy nos despierta. Dice San Agustín «Lázaro, saliendo del sepulcro, representa al alma separándose de sus apetitos carnales. El salir atados los pies y las manos con vendas, nos enseña que aun los que abandonan las cosas carnales y sirven de corazón la ley de Dios, mientras están revestidos de este cuerpo no están libres de las tentaciones de la carne».

No queremos vivir apegados a la carne, aunque sabemos que nuestras heridas nos atan con fuerza. Pero S. Pablo hoy nos pide que vivamos en el Espíritu: «Los que viven sujetos a la carne no pueden agradar a Dios. Pero vosotros no estáis sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo. Pues bien, si Cristo está en vosotros, el cuerpo está muerto por el pecado, pero el espíritu vive por la justificación obtenida. Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros». Romanos 8, 8-11. Vivir en el espíritu es vivir soñando con algo más en nuestra vida. Nos conformamos fácilmente y nos damos por vencidos. Dejamos la losa corrida porque ya huele. Huimos de la voz de Dios, porque liberarnos de los sudarios que nos atan no es tarea fácil.

Hoy pedimos la gracia de la vida. Hoy nos preparamos para la Pascua aceptando el olor de nuestra muerte. Queremos vivir, queremos aprender a vivir. Queremos caminar sin vendas.

1 Augusto Cury, “El vendedor de sueños”, 56
2 J. Kentenich, “Textos pedagógicos”, 357

jueves, abril 07, 2011

HACE 6 AÑOS,UN 2 DE ABRIL...

Ese día nacía a la Vida eterna el querido Juan Pablo II, el Papa polaco, el Papa universal. En un mes más será reconocido como Beato, que significa feliz por participar en la felicidad eterna del cielo.

Esta proclamación solemne nos permite venerarlo públicamente, invocar su intercesión y tenerlo como modelo de cristiano ejemplar.

Si el 2 de abril fue su Pascua, en la que sentíamos dolor y esperanza, el 1 de mayo de este año será la fiesta que nos hará mirar al cielo con gozo y sin dolor, con una esperanza cierta que un día participaremos de la eternidad.
Para valorar mejor su santidad de vida tenemos que captar la profundidad de su vida espiritual, a partir de su amor a María que
lo expresó desde su juventud y hasta su muerte en su TOTUS TUUS. Ella lo educó en su amor muy personal a Jesucristo, el Buen Pastor, a quien quiso representar en su vida sacerdotal con palabras y gestos que se pusieron nítidamente de manifiesto en sus 27 años de Pastor Universal de la Iglesia.

Para dimensionar su figura de Padre de la humanidad basta recordar sus más de 100 viajes internacionales visitando 160 países y con el anhelo de llegar también a los otros países que no alcanzó a visitar.

Pero su paternidad se hacía cercana y concreta en los encuentros personales y grupales también en Roma, en las miles de Audiencias y Encuentros en San Pedro, en las visitas a las más de 300 Parroquias de su Diócesis romana y a las incontables visitas dentro de Italia. Esto solo a título ilustrativo.

Su santidad de vida se mostraba cuando oraba, con una fe conmovedora y una autenticidad que revelaba un alma mística.

También cuando daba testimonio de esa fe con su palabra lúcida, valiente y profética a viva voz o por los
medios de comunicación que lo conectaban con nuestro mundo globalizado.

Con sus gestos espontáneos y sinceros, por eso convincentes, que atraían a todos y especialmente a los jóvenes.

Con sus múltiples y variados Documentos de gran claridad conceptual y aplicación pastoral, dirigidos no solo a la Iglesia sino al mundo entero.

Su figura se agiganta cuando miramos lo que hizo a nivel de los cambios sociales, políticos y culturales en tantos contextos desde su Polonia natal y los países de la órbita soviética hasta la mediación entre Chile y Argentina evitando una guerra inminente.

Pero hay dos temas reiterados con un énfasis impresionante desde el inicio y hasta el final de su Pontificado: la defensa de la vida y la dignidad del hombre en todas sus etapas y el valor de la familia para la transformación de la sociedad y la educación de cara al futuro de la humanidad.

Al reconocer su santidad de vida y proponerlo como modelo a la humanidad, la Iglesia nos motiva a pensar como imitarlo.

Mi propuesta es que asumamos su herencia en tres campos vitales para el futuro y urgentes en nuestra cultura globalizada:

+ VIDA Y FAMILIA creando lo que él llama la CULTURA DE LA VIDA con sus radicales opciones a
favor de la vida frágil, de los más pobres, de los que carecen de vínculos sanos y luchando de manera valiente e inteligente contra toda forma de CULTURA DE LA MUERTE que va desde las guerras y violencias hasta el aborto y la eutanasia.

+ FE TESTIMONIAL que nos compromete a vivir, conocer y practicar en serio la propia fe, a compartirla entre los creyentes, no solo los católicos o cristianos sino también los que tienen otras formas de expresar su religiosidad.

También nos impele a ser MISIONEROS evangelizando los ambientes, la cultura, la educación, las comunicaciones, la economía, la política, el arte y toda expresión de la vida en sociedad.
+ MIRADA ESPERANZADA DEL FUTURO sabiendo que es Dios quien conduce la historia, que el bien
siempre triunfa sobre el mal y que el amor es más fuerte que el odio y que la muerte. Esto nos lleva a cambiar nosotros para cambiar la historia, como instrumentos de la Providencia, abriendo las puertas a Cristo y confiados en el amor de María, nuestra Madre.

Que Juan Pablo II nos ayude a vivir como él. FELIZ PASCUA A TODOS !!!

P. Guillermo Mario Cassone

miércoles, abril 06, 2011

CRÓNICA JORNADA INICIO CURSO 23 - CÓRDOBA 
 De izquierda a derecha: Ileana Solís de Longhi- Silvia Torres Carranza de Shaw- Cecilia Lanfranchi de Marquez- Florencia Bravo de Rotondo(tiene el triptico)- Alicia Tonnellier de Aguero- Susana Calloni de Ranzoni ( tiene estampa de la Mater) - Nilda Cerutti de De la Colina-
Detrás : Lorena Navarro Alegre de Nores Tonnellier -Paula Guerra de Aita Tagle - Liliana Fuster Rossello de Serrano (prefecta)- Roxana Morelli de Passero -
En una tarde brillante del día 6 de abril (CUARESMA), el curso 23 de la Federación de madres de la Región Mediterránea, celebró su "jornada de inicio" en el Santuario de la Vida y la Esperanza, acompañadas por nuestra Jefa Regional y el acompañamiento musical de Patricia Ferreyra del curso 15 "Hija amada, Santuario de Luz y Alegría".-

La misa fue celebrada por el P. Guillermo Carmona, que gentilmente aceptó reemplazar a nuestro asistente. Su prédica llegó a lo más profundo del corazón de cada madre.

Les habló de la importancia de este camino que iniciaban, camino de ratificación de esta vocación a la que han sido llamadas.

Hay un susurro interior del corazón que se siente, que surge del alma.

Es un camino, en primer lugar, bendecido y hermoso que no lo hacen solas sino con las hermanas de curso. Pleno de gracias y también de tareas .

Camino a veces difícil porque a medida que avanzamos vamos viendo oscuridades, esclavitudes, piedras, sobre todo siendo madres. Lo importante es no asustarse ni desanimarse. Las luces (dones) hay que acrecentarlas y las oscuridades, descartarlas con la ayuda de Dios .-

Esta soy yo con mis fortalezas y debilidades, y Dios me ama como soy, su hija.-

Suelen surgir miedos, como en todo camino vocacional (lo podré lograr? seré capaz? estaré llamada a esta vida comunitaria? y para ello la mejor respuesta es ser dócil para dejarme educar y crecer con confianza, haciendo siempre el ejercicio de tomarme de la mano del Padre y de la Mater que jamás me dejan solo.

Esta elección es gratuita, un llamado al que debo responder con mucho amor.

Pensemos en todo el Capital de Gracias, ofrecido por cada una para que este camino que comienzan sea fecundo y atraigan a otras madres a transitarlo.

Es muy importante tener un cuadernillo, donde puedo ir escribiendo día a día cómo Dios, la Mater me demostraron su amor y agradecer .

Tener también muy presente que sólo vale aquello que se conquista y se crece en las crisis, para fortalecernos y contamos siempre con la ayuda de la Mater, el Padre y todo el Capital de Gracias desde el Santuario.

Agradecer el ser discípulos, depositando todo en el corazón de nuestra Madre, para estar a resguardo y que siempre seamos regalados con la Palabra y la Eucaristía.-

En este espíritu queremos compartir este inicio de camino y agradecer todas las demostraciones de cariño y afecto de toda una familia que nos acompaña.-

Lilian fue elegida prefecta.

Finalizamos el encuentro con una hermosa sorpresa preparada por las madres del curso 15 "Hijas amadas, Santuario de Luz y Alegría", y una mesa colmada de saludos, mails regalos, de toda la Federación de Argentina y Paraguay. Leímos en voz alta la hermosa carta de Matilde, nuestra Jefa Territorial

Seguimos rezando unas por otras para que esta hermosa Federación sea fiel al querer de nuestro Padre Fundador!!!

martes, abril 05, 2011



PRESIDENCIA NACIONAL
DE LA OBRA DE SCHOENSTATT
DE ARGENTINA


¡TU ALIANZA, NUESTRA MISIÓN!


Sión del Padre, F. Varela, 21 de marzo de 2011

Querida Familia de Schoenstatt argentina,

2014: 100 años de Schoenstatt

100 años atrás el Padre Kentenich apenas tenía 25 años, y estrenaba su sacerdocio. Daba clases de latín y ayudaba los fines de semana en diversas parroquias, gozaba con las confesiones, especialmente cuando venían algunos “corderos pascuales que hacían crujir el confesionario”. Pero pronto el buen Dios lo pondría a disposición de los jóvenes del seminario menor palotino como director espiritual. Y apenas un poco más adelante lo llamaría a dar el “salto de fe” más audaz de su vida: la alianza de amor del 18 de octubre de 1914, hora de fundación de Schoenstatt, cuando María convirtió la antigua capilla abandonada de San Miguel en su Santuario.

Pronto celebraremos los 100 años de este acontecimiento fundacional. Ya nos estamos preparando, precisamente con un trienio, cuyo primer año está dedicado al Padre fundador. Anhelamos que el 2014 sea una hora de gracias como cien años atrás, gracias de una nueva fundación, donde Schoenstatt surja renovado, más unido como familia y más misionero al servicio de la Iglesia y del mundo de hoy. Celebramos volviendo a las fuentes, al espíritu original de los primeros, pero mirando hacia adelante. El mismo P. Kentenich nos dejó una clara orientación:

“¿Qué quiere un año jubilar? ¡Una nueva fundación! ¿Qué quiere un año jubilar? Quiere despejar los fundamentos de la familia, para construir nuevamente sobre estos fundamentos. ¿Qué quiere un año jubilar? Probar si todo lo que ha surgido y crecido es sano y bien orientado, o si está torcido y debe ser enderezado.” PK OW 1951

La Mater nos invita a ser nuevos “congregantes héroes”, como aquellos primeros jóvenes fundadores. “No se preocupen por la realización de sus deseos… Pruébenme con hechos que me aman realmente… entonces yo me estableceré entre ustedes…”. Hoy, un nuevo 18 de octubre.

El Santuario Original

Como hace cien años, también hoy es María la principal protagonista, la que toma la iniciativa y la que nos sorprende. El gran regalo-sorpresa es nuevamente el Santuario. ¿Cómo podía ser de otra manera? Cuando nadie lo imaginaba Ella quiere entregar el Santuario Original, hasta ahora jurídicamente propiedad de los Padres palotinos, a la Familia de Schoenstatt. Un acontecimiento muy trascendente y comprometedor. El P. Heinrich Walter, quien preside la Presidencia Internacional de la Obra de Schoenstatt, publicó un comunicado a fines de año pasado, que aún no se ha difundido mucho, pero de enorme importancia, y el que quisiera destacar:

Schoenstatt International
Presidencia Internacional
Presidente
P. Heinrich Walter - Berg Sion 1 - D-56179 Vallendar


Información sobre el Santuario Original

Los delegados de la Asamblea Provincial de los Palotinos han decidido, en octubre del 2010, “las directrices para un acuerdo con el Movimiento de Schoenstatt sobre el lugar del Santuario Original”. Los pasos concretos para llevar a cabo estas directrices, serán acordados entre el Provincial de los Palotinos, el P. Hans-Peter Becker, y el Provincial de los Padres de Schoenstatt en Alemania, el P. Theo Breitinger. Desde el 1 de enero del 2012 el Santuario Original junto con la plaza de los peregrinos y la sacristía de la casa frente al Santuario (St. Marien), pasará a ser usufructo del Movimiento de Schoenstatt. Este acuerdo constituye el primer paso en el camino de una pronta y plena clarificación de las relaciones en torno al Santuario Original y el valle de Schoenstatt.

Un contrato de usufructo y sus necesarias negociaciones se llevarán a cabo entre una comisión de los Palotinos y una de los Padres de Schoenstatt hasta septiembre del 2011. Posteriormente queda tiempo para los cambios que se deban hacer hasta el 1 de enero del 2012.

En la Presidencia Internacional de la Obra de Schoenstatt se acordaron las líneas fundamentales para el trabajo común en el Santuario Original. Según la voluntad del Fundador los Padres de Schoenstatt deben ser los responsables del Santuario Original y se debe, además, constituir un Patronato. Una comisión de miembros de la Familia de Schoenstatt elaborará los Estatutos del Santuario Original. Estos serán aprobados por la Presidencia Internacional de la Obra de Schoenstatt. A pedido de muchas personas se ha abierto la siguiente cuenta bancaria, dedicada exclusivamente a esta finalidad:

Banco: DKM Darlehnskasse Münster
Titular de la cuenta: Schönstatt-Patres-International e.V.
Referencia: "Urheiligtum"
Número de la cuenta: 3161602
Código del banco: 40060265
Para transferencias internacionales:
IBAN: DE60400602650003161602
Para formulario impreso: DE60 4006 0265 0003 1616 02
BIC: GENODEM1DKM


Agradecemos a la Comunidad de los Palotinos por las fructíferas conversaciones de los últimos meses y por la apertura y disposición a cambiar el uso del Santuario Original.

Depositamos llenos de confianza en las manos de la Virgen María los próximos pasos y el trabajo de las respectivas comisiones.
Schoenstatt, 08.12.10

Un nuevo 18 de octubre. “no se preocupen por la realización de sus deseos… Pruébenme con hechos que me aman realmente… entonces yo me estableceré entre ustedes…”. ¡Ella ha obrado, obra y obrará milagros! Pruébenme: es hora de intensificados aportes al Capital de Gracias, con nuestra intensa vida de oración, a través de nuestra autoeducación, del fiel cumplimiento de nuestro deber y de nuestro compromiso apostólico y misionero.

Comisión Nacional 2014

A fin de preparar, motivar y organizar todos los acontecimientos referidos al 2014, esta gran peregrinación de toda la Familia al Santuario original para renovar la alianza de amor, la Presidencia Nacional de la Obra de Schoenstatt ha constituido una Comisión Nacional 2014. Ella actuará por encargo de la Presidencia Nacional y en estrecha colaboración con la central de asesores del movimiento. Estará en contacto con los dirigentes diocesanos para todas las tareas y actividades que le competen y será el nexo con la Comisión internacional 2014, responsable en Schoenstatt/Alemania de las celebraciones jubilares en Schoenstatt original.

Por eso queremos dar a conocer oficialmente esta comisión para que puedan remitirse a ella. La conforman:
Silvina y Raúl Viñas (San Isidro, Federación de Familias) (Coordinadores)
Mabel y Marcelo Caraballo (La Plata, Instituto de Familias)
Gabriela y Gastón Zurita (La Plata, Federación de Familias)
Isabel Gortari (San Isidro, Federación de Madres)
Patricia García Castro (Buenos Aires, Federación de Mujeres)
Silvia Losada (Tucumán, Campaña)
Maia Wyler (Buenos Aires, JF)
Hna. M. Bárbara (Hermanas, Central)
P. Pablo J. Pol (Padres, Central)

Unidos al Padre en su salto de fe y en la audacia de su entrega en la Alianza, los saludo en nombre de la Presidencia y los bendigo desde el Santuario del Padre, su

P. Juan Pablo Catoggio