sábado, julio 31, 2010

Fechas importantes agosto 2010

04 San Juan María Vianney. Día del Párroco
06 Transfiguración del Señor
07 San Cayetano
15 Asunción de la Sma. Virgen
18 Día de Alianza

19/8/1915 Se coloca imagen de MTA en Santuario Original
20 Aniversario de Hoerde
20 Primera Alianza Filial
22 María Reina
24 Es admitido el P.Kentenich para su Consagración
26 Beato Ceferino Namuncurá
27 Santa Mónica
28 San Agustín
29 Martirio de San Juan Bautista
30 Santa Rosa de Lima, Patrona de América Latina

domingo, julio 18, 2010

Carta de Alianza - Julio 2010
Argentina, 18 de julio de 2010

Queridos hermanos en la Alianza:

En la fría tarde del 13 de julio una muchedumbre se convocó en la Plaza del Congreso Nacional en Buenos Aires, como también en Córdoba, Mendoza, Salta, Bariloche y varias ciudades más, para demostrar en favor del matrimonio varón y mujer y la familia. Católicos, evangélicos, judíos, musulmanes, de diversas religiones, agnósticos y no creyentes se acercaron para pedir a los legisladores que, sin dejar de atender las legítimas necesidades de las parejas del mismo sexo en cuanto a seguridad social, salud, herencia, etc. etc., escucharan las solicitudes de una inmensa mayoría que pedía mantener la institución matrimonio y la adopción de niños como lo establecía la legislación hasta ese momento vigente. En la madrugada del 15 de julio, después de una maratónica sesión de más de 12 horas, donde abundaron las exposiciones y pocos fueron los debates de fondo, fue sancionada en la cámara de senadores la ley de matrimonio para personas del mismo sexo. Ahora resta su promulgación, publicación y puesta en vigencia. Se trata de un cambio (¿daño?) de inimaginables consecuencias para la familia y la sociedad argentina.

1. Una realidad dolorosa. La ley es legal pero “carece de legitimidad social” (Mons. Delgado). Sólo basta leer los diarios y fijarse en la votación de esa noche: dos senadoras que habían adelantado su voto negativo fueron invitadas a acompañar a la Presidenta en su viaje a oriente; senadores que sufrieron fuertes presiones para que cambiaran su voto negativo a positivo; otros tres que estaban en contra del proyecto de ley se levantaron, e incomprensiblemente, se ausentaron al momento de la votación; otro, como ya es costumbre, faltó aparentemente a cambio de mejorar su situación procesal en varios juicios. Una ley que fue votada en estas condiciones es débil porque tiene origen dudoso, sospechado de trampa, presiones y mentiras. ¿No hubiera sido preferible esperar y después de un trabajo más sereno, de investigación, debate y diálogo, sacar una ley consensuada, que contemplara las necesidades de minorías y mayorías? Sólo 9 países en el mundo tienen esta ley, y en la mayoría de los casos ha sido fruto de años de trabajo. ¿Qué urgencia u oscuros intereses había para sacar esta ley en estas condiciones de “todo o nada”? Nuevamente nos cubre la sombra de la crispación, la confrontación y la desunión.

2. Buscando la voz de Dios en estos hechos. “Por todas partes se topa el cristiano actual con lo no cristiano… Ya no hay murallas chinas que separen el espacio físico y espiritual de las diversas cosmovisiones. Una cultura universal, como una inmensa red, abarca pueblos y naciones en forma creciente y casi incontenible. (…) Los valores propios y peculiares, a no ser que estén arraigados en un modo extraordinario, son barridos en un momento” (P. José Kentenich, “Desafíos para nuestro tiempo” Pág. 57). Estas palabras del P. Kentenich nos revelan el espíritu imperante. Somos un pueblo que se dice mayoritariamente católico pero es evidente que no hemos hecho del Evangelio nuestra norma de vida, somos un pueblo católico “de barniz”, como dice un amigo. Cuando éramos chicos la cultura y las normas sociales eran “cristianas”, era un ambiente cristiano por herencia y tradición; hoy vivimos en esa “cultura universal” que dice el P. Kentenich, secularista, consumista y hedonista que todo lo arrasa. En esta cultura con leyes, usos y costumbres plurales, diversos y hasta adversos a nuestra cosmovisión los creyentes somos, y seremos cada vez más, una minoría. En un mundo así ya no se podrá mantener en pie un “cristiano de barniz” ni subsistirá el cristiano por tradición sino el cristiano por convicción y decisión personal, aquel que sepa nadar contra la corriente. “Se trata de un cristiano que pone el acento en la opción personal, en la decisión personal lúcida. (…) Más que antes lo que ahora importa es educarse a sí mismo y a otros hacia la conquista de la verdadera libertad de los hijos de Dios. Es decir, educar en la capacidad de decidirse a sí mismo, responsable y concientemente, en el sentido de Dios, y de llevar a cabo esa decisión en forma consecuente y valiente a pesar de todos los obstáculos que se presenten en el camino” (Ibidem, Pág. 61). Éste y así es nuestro tiempo, distinto y desafiante; Dios nos ha puesto en él para que le imprimamos su rostro. Nuestro desafío es ser fieles y fuertes en la fe, el amor y la esperanza en Cristo.

3. ¿Cómo seguir adelante? ¿Cómo educar a nuestros hijos en el valor del matrimonio si en los colegios, la calle y televisión recibirán una versión contraria? se preguntan muchas familias en estos momentos. El P. Kentenich siempre recordaba que la verdad, la vida más fuerte es la que prevalece. Se trata de vivir nuestra vida matrimonial y familiar con decisión y convicción y hacerla atractiva para nosotros y para los demás. En el futuro, para nuestros hijos, ser cristianos y vivir una vida matrimonial y familiar ya no estará asegurado por leyes sino que será una elección personal por convicción, porque lo que experimentaron y vieron en la propia casa o en la casa de un amigo era bueno y positivo. Pero ¡atención! eso depende de cómo vivamos hoy nosotros nuestra vida familiar; depende de nuestra convicción hoy en el ideal del matrimonio y la familia; depende de nuestra coherencia de vida y de nuestra “densidad de vida interior” hoy. Algo así sucedió en los primeros tiempos del cristianismo: el argumento más convincente fue la natural irradiación de una vida auténtica. Por eso las palabras de Jesús a sus discípulos son tan válidas para nosotros en estos momentos cambiantes y confusos: "Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede esconder" (Mateo 5, 14). En este sentido quiero nombrar la fuerte experiencia de familia que hemos tenido los 1.200 participantes del Encuentro de Familias de Huerta Grande, Córdoba, el 9, 10 y 11 de julio. Todo un signo de vida y esperanza para nuestra Patria. La familia es cuna y comunidad de vida; es escuela de dignidad humana y el taller donde se forja el futuro de un pueblo; la familia es el mejor regalo para la vida del hombre. ¡De esta convicción vivimos, es nuestra fortaleza y nuestra misión!

Queridos hermanos, en Alianza con María caminemos seguros, confiados y llenos de esperanza; éste es nuestro tiempo, nuestro mejor tiempo; ¡aquí tenemos que trabajar!

Desde el Santuario reciban un cordial saludo y bendición,

P. Javier

viernes, julio 16, 2010

Encuentro nacional de Familias de Schoenstatt

Familias de Schoenstatt se comprometieron a recuperar los valores

Huerta Grande (Córdoba), 15 Jul. 10 (AICA)

El pasado fin de semana se realizó en la Casa Serrana de Huerta Grande (Córdoba), el “Encuentro de la Obra de Familias”, organizado por el Movimiento Apostólico de Schoenstatt que, con el lema “Mi familia, nuestra Patria”, reunió a 1.200 personas -casi 400 familias- de todo el país, en el marco de la celebración del Bicentenario de la Patria y de los 100 años de la ordenación sacerdotal del padre José Kentenich, fundador del Movimiento.

A lo largo de los tres días que duró el encuentro, los padres, adolescentes y jóvenes se capacitaron en charlas y talleres, mientras los niños participaron de juegos preparados por profesores de gimnasia especialmente para ellos.

Cada una de las jornadas cerró con la misa. La del viernes estuvo presidida por el padre Javier Arteaga, director del Movimiento Apostólico de Schoenstatt en la Argentina; la del sábado, por monseñor Gustavo Help, obispo de Venado Tuerto y miembro de la Comisión de Apostolado Laico y Pastoral Familiar del Episcopado; y el domingo, por monseñor Carlos José Ñáñez, arzobispo de Còrdoba.

Durante el encuentro se buscó reforzar la vitalidad que tiene hoy la familia cristiana recostada en María, según el modelo de la Sagrada Familia, y cada familia selló un compromiso de “crecer en los valores y en el apostolado concreto que lleve hacia una recuperación de aquellos que, en definitiva, son fundamentales para la célula básica de la sociedad y para la sociedad en su conjunto”.

En la primera jornada hubo una charla titulada “Refundar la Patria nueva desde la familia, con pautas y valores que porta Schoenstatt”, luego de la cual se abordaron problemáticas de vivencia cotidiana en la vida argentina, en forma de talleres cuyos temas fueron: “La familia forjadora de líderes sociales”, “Educación en y para el amor”, “Cómo educar mejor a nuestros hijos”, “Los adolescentes hoy, un desafío a la paternidad”, “Consejeros matrimoniales, una tarea que urge”, “Medios de comunicación y nuevas tecnologías”, “Liderazgo y participación ciudadana”.

Entre otros, participó también -venido especialmente desde Chile- el padre Rafael Fernández, autor de varios libros sobre el padre Kentenich y su método de educación, que son de consulta permanente en el movimiento.

Queremos mostrar la verdad sobre el matrimonio y la familia

“En medio de tantas incógnitas sobre nuestra identidad queremos mostrar el esplendor de la verdad sobre el matrimonio y la familia. Ella es el ‘santuario de la vida’, donde la maternidad y la paternidad humanas se hacen santas, porque reflejan a Dios Padre y a nuestra Madre, María” afirma el documento final del encuentro.

Asimismo, la Obra de Familias reunida en Huerta Grande destaca el respeto “a aquellos que piensan diferente” y aclara que “no discriminamos sino afirmamos nuestras convicciones. Aceptar el mensaje de la familia es una oferta inconclusa del Paraíso, pero siempre abierta a construirse por quienes guardan la promesa”.+


AICA - Toda la información puede ser reproducida parcial o totalmente, citando la fuente

jueves, julio 15, 2010

La autoridad en la Iglesia

Padre Nicolás Schwizer

“El que quiera ser grande entre vosotros, sea vuestro servidor; y el que quiera ser el primero, sea esclavo de todos.”
He aquí un texto que los enemigos de la Iglesia recuerdan y comentan apasionadamente. Cristo no exaltó nunca al superior, ni al sacerdote, ni al jefe. Para él, lo que hace discípulo suyo, no es la autoridad, ni la ciencia, sino el servicio. Rechazó expresamente como una tentación de Satanás el dominio y el poder absolutos sobre los pueblos.

Pero todos sentimos la tentación de recurrir a esos medios de gobierno, porque nos parecen mucho más eficaces para conducir a los hombres que la persuasión, la libertad y el amor. Algunos discípulos deseaban ejercer un apostolado desde un trono, y Jesús les reveló que lo ejercerían desde la cruz.

La iglesia tiene que convertir a los hombres por medio de la manifestación del espíritu de Dios y sus inventos desconcertantes. Y éstos están expresados en las bienaventuranzas de los pobres, de los misericordiosos y de los perseguidos. Pero nosotros nos sentimos espontáneamente más a gusto sometiéndolos por medio de una organización que les dispense de escuchar al Espíritu y les obligue a obedecer a los jefes.

Cristo es el jefe y maestro por excelencia. Para saber cómo tiene que ejercitarse la autoridad en la iglesia, no hay más que ver cómo usaba él sus poderes. Para él, su reino era una sociedad radicalmente distinta de los estados y de las naciones. No se impuso a los hombres por necesidad de naturaleza, sino por opción de conciencia. Su invitación típica apela a la libertad: “Si quieres ser mi discípulo…; si quieres ser perfecto…; ¡feliz serás si obras de este modo!…” La autoridad cristiana tiene que proceder por el convencimiento, instruyendo, iluminando, persuadiendo.

Pero estos ejemplos y estas instrucciones de Jesús estaban francamente en contradicción con las ambiciones naturales de sus discípulos, que se ha repetido indefinidamente en la historia de la Iglesia. Poco a poco se ha ido mudando la noción de servicio, mientras que se concedía especial atención a los títulos, a las pompas y a los honores.

Sin embargo, lo más extraordinario que hay en la Iglesia es que su fidelidad al Evangelio le obliga a juzgarse y a reformarse sin cesar. El Concilio Vaticano II ha recordado las exigencias evangélicas de servicio y las ha confrontado con la noción y el funcionamiento de la autoridad eclesiástica.

Se vuelve a descubrir en la actualidad que la autoridad en la Iglesia no es el poder de imponer a los miembros las decisiones de un jefe, sino la capacidad de suscitar una conversión. No se trata de ordenar o de proscribir, sino de apelar a la conciencia y a la convicción. El jefe no es el que da órdenes, sino el que crea una atmósfera de fe, de amor y de respeto, una comunión de ideas y de aspiraciones.

Jesús no habló de que en la iglesia hubiera peligro de anarquía, pero denunció abundantemente el peligro de un poder eclesiástico ejercido como el poder civil. Jesús no dijo que los jefes tengan que gobernar, sino portarse como esclavos y servidores; que el verdadero jefe es aquel que más sirve a los demás.

Sólo un espíritu evangélico, sólo el espíritu de Jesús puede inspirar a los responsables eclesiásticos la forma de cumplir con esta misión. Del buen ejercicio de la autoridad, lo mismo que del buen empleo de la riqueza, es necesario decir con Jesús: “Esto es imposible a los hombres pero todo es posible para Dios”.

El único trono, el único poder, la única autoridad que Cristo prometió a sus discípulos, es amar como él, beber su cáliz, dar su vida por amor a los hermanos.

Preguntas para la reflexión

1. ¿Cómo ejerzo la autoridad en mi iglesia doméstica?
2. ¿Cómo es mi relación con los sacerdotes, párrocos...?
3. ¿Creo que los jefes deben servir, o es para mí una utopía?

Si desea suscribirse, comentar el texto o dar su testimonio, escriba a: pn.reflexiones@gmail.com

sábado, julio 10, 2010

El buen pastor - el sacerdocio paternal
del Padre Kentenich

En un tiempo donde el sacerdocio tuvo los acentos más diversos y las crisis más profundas, él vivió y propuso un sacerdocio de rasgos profundamente paternales. Así lo experimentaron las miles de personas que lo conocieron, trataron y recibieron el don de su hacer sacerdotal.

Lo primero es lo que el Padre manifestó a los jóvenes del seminario de los Padres Pallottinos, cuando él asumió el cargo de director espiritual del mismo en 1912. En su primera comunicación con el grupo, de por sí bastante revoltoso, les dijo algo que sorprende por dos motivos al menos: porque es inusitadamente cercano en lo que dice a los jóvenes, y, segundo, porque pone a disposición de ellos su calidez afectiva. Lo dice así: (Estoy) "...firmemente decidido a cumplir del modo más perfecto, mis deberes para con todos y cada uno de ustedes. Me pongo, por lo tanto, enteramente a su disposición, con todo lo que soy y tengo; con mi saber y mi ignorancia, con mi poder y mi impotencia, pero, por sobre todo, les pertenece mi corazón".

El servicio a los demás pasa por el corazón.

Vemos cómo ya desde el inicio de su vida sacerdotal, el Padre Fundador tenía claro que su servicio a los demás pasaba por el corazón. Tenía la convicción de que no se puede educar, ni ayudar a alguien a educarse si no se le ama. Se trata de un servicio que no pasa en primer lugar por la inteligencia y la voluntad, sino por el compromiso afectivo, por el corazón. Es este profundo convencimiento el que le llevará más tarde a formular su definición de educador: "Educar es el servicio abnegado, desinteresado y apasionado a la vida y originalidad del educando". No hay educación sin amor, porque el amor es lo único que produce apertura en los otros y les abre a los ideales y valores de la vida. Sin lugar había tomado absolutamente en serio las palabras de Jesús: "Donde está tu tesoro estará tu corazón".

El Buen Pastor conoce a sus ovejas y las ovejas lo conocen a él

Esta actitud del alma lo llevará -segundo acento- también a simbolizar su vivir sacerdotal en la imagen evangélica del Buen Pastor. Cuántas veces repetirá en su vida las palabras de Jesús: "el Buen Pastor conoce a sus ovejas y las ovejas lo conocen a él". El trato personal, original, con cada persona es esencial a la acción del sacerdote-padre y educador, por ello cita nuevamente el texto del Evangelio de Juan (cap. 10): "El Buen Pastor llama a las ovejas por su nombre... y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. A un extraño no lo seguirían...". Es así como el Padre concebía su relación sacerdotal con los que se confiaban a él: como un conocimiento mutuo. Nadie abre su alma a otro si se experimenta extraño, esto es no respetado, no amado. Por eso, hay que llamarlas por el nombre, esto es por su originalidad, a fin de servir la vida concreta del que viene a buscar orientación y guía. Pero no sólo el pastor ha de conocer a las ovejas, las ovejas han de conocer al pastor. Si éste fuera inaccesible, ellas no lo conocerían, o en todo caso no habría una relación de confianza y acogida de lo que brota del corazón y los labios del educador, en este caso sacerdote-padre.

Es así como señala tres características del sacerdote para con aquellos que se confían y confían en él: ocuparse de los suyos, como el Buen Pastor; cuidar de los suyos, como el Buen Pastor; cultivar la fidelidad del Buen Pastor para con los suyos. Si observamos la vida del Padre Kentenich veremos cómo vivió intensamente este trípode de su ser sacerdotal. Es muy revelador lo que, en el campo de concentración, ora a la Virgen pensando en los suyos: "...mira a los míos, a quienes te encomiendo. Cuando debo verlos librar solitarios el combate, sólo confiado en ti puedo continuar el camino".

Ser manifestación del amor misericordioso de Dios

Cuando estuve por última vez con el Padre, pocos días antes de su muerte, él salía de la casa de formación de las Hermanas, en el Monte Schoenstatt, hacia el jardín. Un grupo de jóvenes lo vimos y corrimos hacia él. Nos atendió con alegría y serenidad, se notaba que no estaba bien de salud. Tras oírnos unos minutos nos dijo con enorme sencillez: "Ahora los dejo, porque voy a rezar el rosario por la conversión de los pecadores". ¿Qué me conmovió de estas palabras, dichas en agosto de 1968? Que me hicieron recordar otras dichas por él 56 años antes, cuando explicó a los seminaristas por qué no le había sido fácil aceptar el cargo de director espiritual de ellos: "...para poder dedicar todo mi tiempo libre y mis fuerzas a los laicos, especialmente a la conversión de los viejos y empedernidos pecadores. Quería dar caza a los llamados ‘corderos pascuales' y mi mayor alegría de sacerdote la sentía cuando venía uno de ellos agobiado por el peso de una vieja carga... de modo que el confesionario llegaba a crujir".

¿Qué es lo que me tocó el alma? La constatación de cómo mantuvo el anhelo de ser manifestación del amor misericordioso de Dios desde la ordenación hasta el final de su vida. Éste es el Dios que anunció y que propuso como la imagen de y para "los tiempos más nuevos", la misión de "la Iglesia de las nuevas playas". Que este 18 de julio, al renovar la alianza, podamos seguir diciendo a nuestro Padre y Fundador: "Padre, nuestro corazón en tu corazón, nuestro pensamiento en tu pensamiento, nuestra mano en tu mano, tu misión nuestra misión".
P. Alberto Eronti, Argentina

jueves, julio 08, 2010

Carta P. Javier Arteaga

Buenos Aires, 8 de julio de 2010

Queridos hermanos en la Alianza:

En la Carta de Alianza de junio reflexionábamos sobre el proyecto de ley de matrimonios de personas del mismo sexo que ya tiene media sanción en la Cámara de Diputados de la Nación y que el próximo miércoles 14 de julio será votada en la Cámara de Senadores.

En este sentido creo oportuno transcribirles algunos párrafos de una carta que el Cardenal Jorge Bergoglio escribiera a las Hermanas Carmelitas de Buenos Aires:

"Les escribo estas líneas a cada una de ustedes que están en los cuatro monasterios de Buenos Aires. El pueblo argentino deberá afrontar, en las próximas semanas, una situación cuyo resultado puede herir gravemente a la familia. Se trata del proyecto de ley sobre matrimonio de personas del mismo sexo". Y continuaba "está en juego la identidad, y la supervivencia de la familia: papá, mamá e hijos. Está en juego la vida de tantos niños que serán discriminados de antemano privándolos de la maduración humana que Dios quiso se diera con un padre y una madre. Está en juego un rechazo frontal a la ley de Dios, grabada además en nuestros corazones".

Dada la trascendencia del tema a decidir por nuestros representantes, los senadores, y haciendo uso de nuestros derechos y deberes ciudadanos, los convoco a participar activamente en los encuentros que se realizarán el próximo martes 13 de julio a las 18.00 hs en la Plaza de los dos Congresos en Buenos Aires y en las distintas ciudades del país. Y todos los que no puedan ir a los lugares de convocatoria recen en sus casas, capillas o donde se encuentren, unámonos en la fuerza de la oración.

Finaliza el Card. Bergoglio en su carta: “Clamen al Señor para que envíe su Espíritu a los senadores que han de dar su voto. Que no lo hagan movidos por el error o por situaciones de coyuntura sino según lo que la ley natural y la ley de Dios les señala. Pidan por ellos, por sus familias; que el Señor los visite, los fortalezca y consuele. Pidan para que ellos hagan un gran bien a la Patria”.

Queridos hermanos, unámonos en la fuerza de la participación y la oración. Que nuestra voz se escuche en el cielo y en la tierra. Sin discriminaciones y sin confusiones anunciemos la Buena Nueva del matrimonio y la familia. Participemos todos el 13 de julio.

María, nuestra Madre buena y fiel, nos fortalezca en la misión y anime en la esperanza.
Desde el Santuario les mando un cordial saludo y bendición el día del 100º aniversario de la ordenación sacerdotal del P. José Kentenich.

P. Javier Arteaga
"Matrimonio" homosexual hiere gravemente a la familia, alerta Cardenal Bergoglio

BUENOS AIRES, 07 Jul. 10 / 09:46 pm (ACI)

El Arzobispo de Buenos Aires y Primado de Argentina, Cardenal Jorge Mario Bergoglio, advirtió que, de aprobarse, el proyecto de ley para permitir "el matrimonio" entre personas del mismo sexo "puede herir gravemente a la familia".

"Les escribo estas líneas a cada una de ustedes que están en los cuatro monasterios de Buenos Aires. El pueblo argentino deberá afrontar, en las próximas semanas, una situación cuyo resultado puede herir gravemente a la familia. Se trata del proyecto de ley sobre matrimonio de personas del mismo sexo", explicó en una carta dirigida a las monjas carmelitas de Buenos Aires.

El Purpurado sostuvo que "está en juego la identidad, y la supervivencia de la familia: papá, mamá e hijos. Está en juego la vida de tantos niños que serán discriminados de antemano privándolos de la maduración humana que Dios quiso se diera con un padre y una madre. Está en juego un rechazo frontal a la ley de Dios, grabada además en nuestros corazones".

"No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una 'movida' del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios", alertó.

Asimismo, consideró que "hoy la Patria, ante esta situación, necesita de la asistencia especial del Espíritu Santo que ponga la luz de la Verdad en medio de las tinieblas del error; necesita de este Abogado que nos defienda del encantamiento de tantos sofismas con que se busca justificar este proyecto de ley, y que confunden y engañan a personas de buen voluntad".

El Cardenal Bergoglio explicó que recurrió a esas religiosas para "pedirles oración y sacrificio, las dos armas invencibles que confesaba tener Santa Teresita. Clamen al Señor para que envíe su Espíritu a los senadores que han de dar su voto. Que no lo hagan movidos por el error o por situaciones de coyuntura sino según lo que la ley natural y la ley de Dios les señala. Pidan por ellos, por sus familias; que el Señor los visite, los fortalezca y consuele. Pidan para que ellos hagan un gran bien a la Patria".

"El proyecto de ley se tratará en el Senado después del 13 de julio. Miremos a San José, a María, al Niño y pidamos con fervor que ellos defiendan a la familia argentina en este momento. Recordémosle lo que Dios mismo dijo a su pueblo en un momento de mucha angustia: ‘esta guerra no es vuestra sino de Dios’. Que ellos nos socorran, defiendan y acompañen en esta guerra de Dios", concluyó.

Fuente: ACI prensa
100 AÑOS ORDENACIÓN SACERDOTAL PADRE KENTENICH

Hoy me pregunto: ¿qué sería de mí, qué sería de nosotros, si el Padre no se hubiera ordenado?
Si bien desde los 9 años se venía gestando su obra, es fundamental este hecho en la vida de la Familia.

Fue Padre y profeta, sabía interpretar los planes de Dios a la luz de la Divina Providencia. Él mismo se definía como quien "tiene la mano en el pulso del tiempo y el oído en el corazón de Dios. Pongamos en práctica sus enseñanzas y vivamos con la mano en el pulso del tiempo y el oído en el corazón de Dios, observemos el camino recorrido y el camino a recorrer para poder interpretar el querer de Dios y el del Padre para los próximos 4 años. Nos preparamos para un nuevo Capítulo, asumamos la misión encomendada tomadas de la mano de la Mater y en la fuerza de la Alianza.

En este día, unámonos todas espiritualmente en gratitud por la fecundidad de estos 100 años de sacerdocio del Padre. Que en cada ermita, Santuario y Santuario Hogar, junto con el agradecimiento hagamos nuestro ofrecimiento por su canonización. Comprometámonos a seguir creciendo en santidad, para cumplir con la propuesta de Juan Pablo II "Canonícenlo ustedes", recordand que "por sus frutos lo conocerán".

Feliz y bendecido día, con cariño,
Inés de Podestá

miércoles, julio 07, 2010

Schoenstatt-MTA:
Lo que define a schoenstatt.de

Schoenstatt universal, Schoenstatt extra-muros, Schoenstatt presente en el mundo, Schoenstatt como familia internacional, comunicada para conocer a los demás, compartir ideas, acciones, gracias, vivencias, con los demás para que, día a día, todo esto encienda más vida... en otras palabras, reencarnar la revista MTA del Padre Kentenich: ésta es la misión de la página schoenstatt.de desde hace 10 años (que ahora, para destacar su misión y su enfoque, se encuentra también en la red como www.schoenstatt-mta.org).

Elementos claves de la Filosofía kentenijiana de la Comunicación (FKC) Elaborada en la Revista MTA

La imagen que usa el PK es: sentarse en torno a la mesa y compartir lo que cada uno vivió caminando de la mano de Maria.

“Decálogo” de la comunicación kentenijiana

1) La vida se enciende en la vida

La alianza de amor del 18 de octubre de 1914, que dio comienzo a Schoenstatt, es una irrupción de gracias que impulsó un proceso de vida (JK, diciembre de 1966), de ahí que Schoenstatt – al igual que el cristianismo y, en el fondo, todo el acontecer humano - es una corriente de vida y de gracias. Por esto, se cree en la importancia de procesos de vida y en el valor y la importancia de experiencias personales religiosas y humanas. El “Dios de la vida” llama a relatos de la vida.

En primer lugar, hay que trasmitir la vida, no las ideas; las experiencias, no las teorías; lo vivido, no lo propuesto; lo dinámico, no lo estático.

2) Las palabras conmueven, los ejemplos arrastran

Dios hace historia con los hombres, la MTA hace historia con la familia de Schoenstatt, con cada uno de sus hijos. Los ejemplos de vida – las biografías de personas que fueron o que son modelo de entrega, confianza, compromiso, transformación, educación... – se deben multiplicar para bien de muchos.

Seamos buscadores de historias – historias de esfuerzos y fracasos, historias de entrega y consuelo, historias de personas que caminan por la vida de la mano de la Mater y del Padre; historias de los héroes de la Alianza de Amor.

3) Servir desinteresadamente a la vida de los demás

No se trata de presentarse uno mismo o al propio grupo, sino de hacer participar a otros de los momentos de gracia vividos, de las historias vividas con Dios, a modo de invitación y regalo.

Hay que llenar los medios, llenar Internet con las maravillas de la MTA y el anhelo y esfuerzo de tantos por una sociedad más justa, más fraterna, más solidaria, más de Dios y más humana.

Hay que saber extraer - de las fotos, las citas, el relato que se transmite - los momentos más importantes, aquello que uno sabe que a la gente le van a gustar más y le van a trasmitir más vida.

Hay que ponerse en la "piel" del otro en cada artículo que uno escribe, preguntándose antes que nada qué les gustaría ver y conocer a los demás.

Cantaremos las maravillas de la MTA y del Padre y las maravillas obradas por sus hijos: nada sin ti, nada sin nosotros.

4) Concentrar todo en el Santuario como punto de unidad

Asegurar a toda la Familia siempre de nuevo en los “elementos centrales” que tenemos en común, en el consenso fundamental de una familia muy diversa. En Schoenstatt, con su diversidad y heterogeneidad de grupos e ideas, es preciso concentrar todo en el Santuario como hogar común de la familia y lugar de gracias, fuente de la alianza de amor del 18 de octubre de 1914. Todo hay que llevarlo al santuario. El grado de seguridad común en los elementos centrales de una comunidad federativa y diversa permite un alto grado de tolerancia frente a expresiones diversas de la misma convicción y el grado de diálogo abierto dentro de la comunidad. El Padre Kentenich pensó Schoenstatt – tanto en sus ramas y grupos como en lo espiritual/ideológico - como una comunidad de contrastes no armonizados (la ley de tensiones creadoras). Esto sólo funciona con un alto grado de seguridad en lo que todos comparten como “elementos centrales” no discutibles. En la convicción de que todos los congregantes quieren a la MTA y su lugar de gracias, el Padre con serenidad pudo dejar a los mismos congregantes discutir durante más de un año si en gratitud se tira abajo el Santuario y se construye en el mismo lugar una iglesia más grande, o si se conserva el santuario tal como es...

Que siempre, detrás de todo, de cada noticia, cada iniciativa, cada hecho, esté presente la alianza de amor, se palpe la alianza de amor. Si lo que transmito no está inspirado y avalado de alguna manera por la alianza de amor vivida, si no es una manera de hacer presente la alianza de amor en ese lugar o acontecimiento, no va a llegar fácilmente al corazón de la gente.

Como decía el Padre Alex Menningen: En medio de la multiplicidad, de las diferencias y de la variedad, centrar todo en el Santuario, en la alianza de amor, en el Padre. Detrás de cada artículo, está siempre el “Nada sin Ti, nada sin nosotros”; aún la iniciativa humana más espectacular está respaldada siempre por el actuar de la MTA. Cada artículo muestra nuestra acción como respuesta a la de la MTA.

Debajo de cada carta enviada por los congregantes en Schoenstatt a los congregantes en el frente de batalla durante la guerra había un saludo firmado por el Padre. Así deben ser “enviados” también todos los artículos que escribimos.

Hay que vincular siempre todo con el actuar de la MTA, del Padre, con lo que ella hace a través nuestro, como instrumentos.

5) Servir a la unidad de Schoenstatt (aplicable a: iglesia, país…)

El grado de federatividad de una comunidad mide el grado de comunicación necesaria para mantener o fortalecerla. Así como durante la guerra mundial a través de la revista MTA e innumerables cartas el Padre hizo que cada congregante en Schoenstatt supiera con lujo de detalle todo lo que acontecía en los grupos en el campo de batalla y a su vez los congregantes en el campo de batalla sabían todo lo que pasaba en Schoenstatt y en los demás grupos en el frente de batalla, el Padre más tarde hizo lo mismo entre las Hermanas de María en Schoenstatt y las enviadas a otros países (él mismo redactó una revista para las Hermanas llamada “Sonidos del terruño”). La “Crónica de la semana” que hizo en Schoenstatt – sea para las Hermanas, sea para toda la familia – fue el instrumento para despertar y mantener el interés en los demás a través de relatos sobre lo que pasaba dentro de las comunidades pequeñas. Fue un “sentarse en torno a la mesa y compartir lo vivido”. Así despertó interés mutuo y solidaridad.

Ayudemos a que la familia en todo el mundo sepa de los demás, y se pueda inspirar en lo que se vive en torno a los Santuarios y ermitas del mundo.

6) El radar: Dios habla donde El quiere

El Dios de la vida no tiene vacaciones ni agendas fijas: actúa y habla cuando quiere, donde quiere y a través de todo tipo de eventos y personas, dentro y fuera de jornadas, talleres y retiros; a través de conferencistas y a través de participantes, a través de gente sencilla y pequeños acontecimientos...

Requiere estar atento de antemano a los acontecimientos, para hacerse presente y transmitirlos. El buen “periodista” tiene olfato para detectar qué cosas vale la pena transmitir, comunicar, dar a conocer. Y por tanto se preocupa de cubrir el evento en cuestión o que alguien lo cubra.

A su vez, hay que desarrollar como una especie de radar para saber detectar cosas para transmitir, en instancias en que de antemano no se pensó que pudiera ser ocasión de hacer una nota. Por ejemplo, en medio de una reunión, surge algo que vale la pena compartir.

Lo mismo con los pequeños “detalles”- testimonios de la gente, comentarios al pasar – que muchas veces dicen más que toda la información “seria” y formal que se transmite.

Los aportes de la gente – aunque sean muy breves – casi siempre ayudan a vivenciar mejor el acontecimiento, a captar mejor lo que se vivió.

7) El Schoenstatt de todos nosotros y para todos: Amplitud

La revista MTA fue “alimentada” por los aportes de unas 180 personas que en aquel entonces era todo “Schoenstatt”. Había 2000 suscritores. Fue un compartir cosas 100% schoenstattianas con una audiencia que era todo Schoenstatt (en schoenstatt.de estamos lejísimos de llegar a todo Schoenstatt) y más del 90% de los lectores que no eran de Schoenstatt. En schoenstatt.de hay más o menos un tercio de no schoenstattianos entres los lectores. Significa tener que comunicar las cosas, en primer lugar, para que los schoenstattianos se sientan “en casa” (“Es algo nuestro” – “Se trata de nuestros hermanos”) y los demás entiendan y no se sientan excluidos o “intrusos” en una comunicación exclusiva. Hoy también la audiencia schoenstattiana es diversa: hay diferentes ramas y grupos, hay diferentes ciudades, provincias, países; diferentes generaciones.

Hay que pensar "en amplio", para todos y no sólo para mi "grupito" (rama, país, provincia), en algo que sea un aporte para todos, no para un grupo nomás. Tener en cuenta a la gente, a toda la gente, otras ramas, otros países, incluso a la gente fuera de Schoenstatt: El Schoenstatt de todos nosotros. Con la revista MTA, el Padre quiso llegar a todos, no sólo a un grupito, ¡¡y lo logró!!

No hay que quedarse en su "chacrita", no cerrar las puertas sino abrirlas a todos. Esto significa también explicar procesos y expresiones propias que no se entienden afuera o decirlas de otra manera.

Partiendo de la base que el objetivo central es llegar al pueblo, a la masa del pueblo, es necesario cuidar el léxico. El idioma debe ser sencillo y comprensible para todos. Que cualquiera que lea el artículo entienda de qué se trata - y no se tope con un cúmulo de palabras ininteligibles para el común de la gente…

Schoenstatt es amor, ¡no lo compliquemos de veras! A través de lo que comunicamos, popularicemos el preparamos el jubileo de los 100 años de la alianza de amor.

9) Dialogar, mover y movilizar

Parte del título de la revista MTA fue: Inspiraciones mutuas: Que inspire, que contagie, que despierte entusiasmo, que anime, que encienda, unos a otros, mutuamente. “Muchas veces, al leer un artículo, pienso: ¡cómo me hubiera gustado estar, lo que me perdí!”, dice una lectora habitual de schoenstatt.de. Es eso exactamente a lo que hay que apuntar.

Requiere también entrar en un diálogo (interno) con los demás, dejar el espacio para que (interiormente) puedan preguntarse, comentar, resumir, sacar conclusiones. Los artículos del estilo MTA van sin la habitual “moraleja final” de los cuentos pedagógicos. Si el lector al final de un artículo no puede sacar su propia moraleja, el artículo está mal escrito o en el evento no hubo nada para mover y movilizar.

De ahí que tampoco hace falta cerrar el artículo con una oración como por ejemplo “Que la MTA nos ayude a cumplir con las promesas”. Esto es algo que debe nacer en el lector al leerlo.

Un artículo que quiere despertar diálogo debe dejar “vacíos” a llenar con los comentarios del lector.

Con el estilo inspirativo a través de ejemplos, de experiencias “sin moraleja”, se da también la libertad al lector de aplicarlo o no, sin sentirse mal al no aplicarlo a su vida.

No se trata sólo de buenas ideas, lindos discursos, testimonios conmovedores, sino que tiene el potencial de movilizar a la acción, al compromiso, al cambio de vida, al apostolado – pero en la decisión libre del Hombre Nuevo.

10) Crear vínculos

Meta y método de la comunicación kentenijiana es el crear vínculos, crear un mundo de vínculos alrededor del Santuario.

Fiel al estilo del Padre Kentenich, no deberían existir artículos autistas ni solitarios, que se mandan (aisladamente) para mencionar lo que se recibe a partir de ellos – es decir, no se habla sin escuchar. Ejemplo: artículos sobre el 18 de octubre en Tupãrenda tienen como vínculos necesarios el jubileo del año pasado y el 18 de octubre como fiesta de toda la familia; vínculos útiles: 18 de octubre en Schoenstatt, Un millón de niños rezan, Campaña del Rosario, pastoral del Santuario, 2014, internacionalidad, popularización de la Alianza de Amor y del Santuario, Aparecida, misión continental...

En Internet, se mide la importancia de cada página por el número de enlaces que tiene; en el mundo de Schoenstatt, que es un mundo de vínculos, se mide el “peso” de un comunicado por el número de vínculos.

Además, es crear vínculos personales con personas que “se conocen”, con lugares que se “visitan”, con ideas que se “intercambian” a través de la comunicación. Creamos vínculos a través de lo que comunicamos, para llegar a un mundo de vinculaciones personales.

Autores: P. Antonio Cosp, Monina Crivelli, Hna Kornelia Fischer
Fuente: Schoenstatt.de

lunes, julio 05, 2010

Carta P.Juan José Riba

Sión del Padre, 29 de junio de 2010

QUERIDOS MISIONEROS DE LA CAMPAÑA:

En este día de San Pedro y San Pablo les escribo esta carta. En mi viaje por Roma y Schoenstatt los he tenido muy en cuenta y he rezado por cada uno de ustedes y por nuestra esforzada Campaña en Argentina. Las palabras que les escribo surgieron a la sombra del Santuario original. Ellas quieren plantearles dos propuestas concretas.

A la aceleración de la historia le corresponde la aceleración de la gracia

Con esta frase el P.Kentenich expresaba la convicción que cuánto más duro se pueden poner los tiempos, más gracias nos concede Dios para soportarlo y superarlo. Aquí escuchamos el eco de la palabra de Jesús: “No teman yo he vencido al mundo” (Jn 16, 33) y el de Don Joao: “Cuanto más luchas, tanto más pudimos palpar el carácter divino de la Obra”. El miércoles 14 de julio el Senado debatirá sobre la ley del matrimonio gay. Como misioneros no queremos ser meros espectadores sino actores desde nuestro lugar en esta hora.

Por eso quiero invitar a que toda la Campaña haga dos cosas: la primera es promocionar la carta del P.Javier de este mes. Es un buen resumen de la posición católica frente a este tema. Hay que hacerla llegar a la mayor gente posible. Lo segundo pediría que el mismo miércoles 14 se recen las 1000 Avemarías en todos los lugares posibles de nuestra patria pidiendo para que los legisladores tomen una decisión siguiendo su conciencia y no según razones de conveniencia. Lo hacemos en ese día para mover con nuestro anhelo y nuestra necesidad al Dios vivo. Queremos realizarlo rezando el rosario que es la oración de los pobrecitos, como la llamaba con cariño Don Joao. Que ella mueva los corazones de todos nuestros legisladores para que puedan actuar a conciencia. Quizás se puede concluir las 1000 Avemarías coronando a la Peregrina como “Reina de las familias argentinas”. Invitemos a mucha gente a que se sume a esta Campaña de oración en ese día en nuestras Santuarios, ermitas y parroquias. Por último les pido que hagan llegar a la página web de la Campaña su adhesión a esta iniciativa y así sentir que toda Argentina reza por esta inquietud.

¿Estás haciendo algo por el Encuentro sacerdotal en Nuevo Schoenstatt?

Una vez me tocó comprar regenerantes para el roble que crecía en el jardín de nuestra casa de los padres. El precio era altísimo pero se trataba de cuidar el árbol que nos daba sombra y cobijo. Ahí aprendí a distinguir entre un gasto y una inversión.

Ya desde el año pasado estamos promocionando el encuentro de sacerdotes del 13 al 15 de septiembre en Nuevo Schoenstatt. Es la gran oportunidad de invitar a los sacerdotes que conocemos para que puedan tener un contacto con Schoenstatt, impregnarse de nuestra espiritualidad, compartir con otros sacerdotes venidos de todo el país sus experiencias, conocer más a una figura sacerdotal profética como el P.Kentenich, rezar juntos en el Santuario y prepararse así mejor para su tarea.

¡Qué hermoso regalo para nuestros sacerdotes sería ayudarles económicamente para que puedan participar de la misma. Les comento que ya hay anotados sacerdotes de Mendoza, Santa Fe, Corrientes, etc.

Me sigo confiando a la oración de uds. y les envío mi bendición. Especialmente en este mes queremos estar cerca de las comunidades de la Campaña que cumplen 25 años.

P.JUAN JOSÉ RIBA

jueves, julio 01, 2010

Reglas del diálogo conyugal - II

Padre Nicolás Schwizer

(Primera parte fue publicada el martes 15 de junio)


Para que el diálogo conyugal sea eficaz y creador debe ser, también: cálido, oportuno, constante y renovado.

4. Cálido. Hay que insistir siempre en que el diálogo sea cálido, porque la frialdad es un peligro que amenaza a todos los cónyuges. Una vez que se han acumulado algunas incomprensiones consecutivas, la irritación contenida se traduce en un marcado enfriamiento de las relaciones de la pareja. No se es propiamente hostil al otro; se es simplemente indiferente a él, con una indiferencia helada. Evidentemente, esto es algo que aumenta la incomunicabilidad y cierra toda salida. No se llegará jamás al encuentro interior en tales condiciones.

5. Oportuno. Es un arte saber escoger lo que debe decirse y lo que debe callarse. El proverbio lo enseña: No toda verdad es para ser dicha. Existen algunas que es mejor callar, porque diciéndolas sólo lograríamos herir; sin provecho alguno para un mejor entendimiento. Existen silencios que deben ser respetados, secretos que son inviolables. No todo ha de decirse ni tampoco puede preguntarse todo. Para poder escucharse, la pareja debe respetarse, una de las formas de respeto consiste en saber no preguntar o no insistir cuando no conviene; otra forma es no decir al cónyuge una verdad demasiado dolorosa. La discreción, en el sentido profundo de la palabra, es la clave de los diálogos conyugales. Es decir, deben discernir qué puede comunicarse y qué debe callarse, en todos los casos.

Esto se aplica también al momento escogido para manifestarse. La verdad no puede ser dicha en cualquier momento. No habría que hablar jamás cuando se está en determinados estados de espíritu. Por ejemplo, cuando se está dominado por la cólera, los celos, la tristeza profunda o una excepcional euforia.

No son las emociones las que deban animar al diálogo, sino exclusivamente la razón. Se juzgará, a nivel de la inteligencia, no de las pasiones, cuando es el momento oportuno para decir tal o cual verdad, o pedir determinada explicación. Escoger en forma acertada el momento del diálogo es asegurar su éxito.


6. Constante. Tenemos que imprimir un ritmo seguro al diálogo, una periodicidad regular, para evitar que aumenten las incomprensiones y se acumulen los problemas.

Aquí podríamos decir también algunas palabras sobre las interrupciones del diálogo. Pasa todavía bastante frecuentemente que después de una pelea o un enojo suspendemos ese diálogo que tendría que ser permanente, y hasta lo suspendemos por tiempo indefinido. Y después viene la pregunta: ¿quién de los dos inicia de nuevo el diálogo?

Mucho depende del temperamento: el colérico es demasiado orgulloso para iniciarlo él; el melancólico está demasiado hundido por lo que pasó; al flemático probablemente no le importa mucho; el más indicado sería entonces el sanguíneo que no aguanta la situación por mucho tiempo. Ahora, si a mí me preguntan, yo suelo decir: es evidente que el más maduro debe reiniciar el diálogo.

7. Renovado. La constancia en el diálogo exige, en compensación, un esfuerzo de renovación. Porque es necesario, a pesar de todo, tener algo que decirse para poder hablar. Por lo contrario, reinará la monotonía en nuestros diálogos.


Si la esposa sólo sabe hablar de la moda o del servicio doméstico, y por su lado, el marido sólo sabe hablar de negocios o de política, es evidente que la conversación será a la larga aburrida. La palabra está en función del pensamiento. Es urgente, por lo tanto, cultivarlo como un deber. Pero la cultura sería, en el sentido de abrir cada vez más su espíritu y su horizonte con el propósito de aprender a vivir mejor y de saber responder a las preguntas que todo ser inteligente se plantea. Muy actual entonces el tema de nuestras lecturas, de nuestras realizaciones artísticas, de nuestra cultura religiosa...

Preguntas para la reflexión

1. ¿Soy de los que quieren saber todo, todo del otro?
2. ¿Podría encontrar tres virtudes de mi cónyuge?
3. ¿Dialogamos de temas espirituales?

Si desea suscribirse, comentar el texto o dar su testimonio, escriba a: pn.reflexiones@gmail.com