miércoles, junio 30, 2010

Fechas a tener en cuenta julio 2010



08. 100 años Ordenación sacerdotal Padre Kentenich
09. Independencia Argentina
10. 100 años primera Misa Padre Fundador
16. Nuestra Sra. del Carmen
17. Toma de túnicas de novicios en Tuparenda
18. Día de Alianza
25. Santiago Apóstol
26. Santa Ana y San Joaquín. Día de los abuelos
31. San Ignacio de Loyola

jueves, junio 24, 2010

CAPITULO "CORAZÓN DE AMÉRCIA"

LUGAR: Magnificat. Asunción, 2 de junio de 2010
-Se dio lectura a los puntos a ser tratados en el capitulo regional, donde algunas expresaron su opinión sobre los siguientes puntos:

Dificultades
1 -Disponibilidad de tiempo
2-No todas tienen apostolado fijo
3-Nuestra participación en comunidad oficial
4- Falta de Asesores
5-A medida que la Federación crezca en número, tendremos diferencia de edad, de nivel.
6-Crecer en responsabilidad

Desafíos
Sugerencias
Participar más de los acontecimientos de la Familia.
Este es el fundamento para las líneas de acción.

Consejo Regional
Jefa Regional Carolina Peralta
Sub jefa regional Regional Lux Elena Villalba.
Consejeras titulares:
Maque López Moreira
Lucy Sanabria
Liza Ferraro
Fanny Daniel

Consejeras suplentes:
1° Lilian Fleitas
2º Ma. Celia Ramírez
3ºNorma Figueredo
4ºMamilyn Vera

Delegadas titulares para el capítulo territorial:
1. Maque López Moreira
2. Marta Elena Hünicken.
3. Cira Bejarano
4. Donatella Bogado

Delegadas suplentes en el siguiente orden
1. Fanny Daniel
2. Liza Ferraro
3. Ma. Inés Zavala
4. Lilian Fleitas
5. Ma. Celia Ramírez
6. Stella Duarte

El cierre estuvo a cargo del Padre Javier.

domingo, junio 20, 2010

¡Feliz día del Padre!
Recordando especialmente a nuestro Padre y Fundador, quien nos regaló una verdadera imagen y experiencia de padre, les dejo un video del Padre y la canción"Padre Amerindio" de la Hna. Eugenia María Muñoz. Podrán verlo accediendo a este link

http://www.youtube.com/watch?v=x3zPXCcQ0E0

viernes, junio 18, 2010

CARTA DE ALIANZA
18 de junio de 2010

Queridos hermanos en la Alianza:

Las grandes celebraciones del Bicentenario del 25 de mayo ya han pasado, pero la Patria sigue necesitada y hay que construirla cada día. Está herida por la corrupción y la ambición, por la pobreza y exclusión, por la desunión y fragmentación de sus hijos. Pero también está herida por la confusión y la manipulación de conceptos que hacen a las instituciones fundamentales de la sociedad, como lo son el matrimonio y la familia, en aras de la una dudosa igualdad y libertad. Disculpen si me extiendo en esta Carta de Alianza pero creo que el tema lo amerita.

El 14 de julio se votará en el Senado de la Nación la ley del matrimonio entre personas del mismo sexo y su posibilidad de adopción. Este proyecto de ley ya tiene media sanción de Diputados, y me pregunto y les pregunto: ¿tenemos idea de qué se trata o nos dejamos llevar por las opiniones de los medios masivos de comunicación? ¿Qué podemos hacer frente a este proyecto de ley que, según nuestros obispos, no contempla el parecer y sentir de la mayoría de los argentinos?

En estos días he escuchado a muchas personas que ante la pregunta: “¿Qué opinás sobre el matrimonio entre personas de un mismo sexo”? contestaban: “Esta bien, tienen los mismos derechos que los heterosexuales a vivir en matrimonio”. Otros agregaban: “Lo contrario sería una discriminación.” Estas opiniones, tan mediatizadas y equívocas, merecen que les pongamos luz y las clarifiquemos.

Primero, ¿qué entendemos por “matrimonio”?

- El matrimonio se funda en el vínculo, libre, permanente y exclusivo entre un varón y una mujer, en orden a la ayuda mutua, al amor, a la procreación y educación de los hijos.

- Este vínculo matrimonial responde a un dato fundamental de la realidad humana: nuestra condición sexuada y la complementariedad entre el hombre y la mujer en distintos aspectos, pero fundamentalmente en orden a la transmisión de la vida.

- Este fin central del matrimonio, que ha servido a la sociedad desde tiempos remotos, no ha cambiado. Si bien se han modificado condiciones culturales en las que se daba el matrimonio (hoy se reconoce la igualdad entre los esposos, no se tolera la violación entre esposos, etc.), la naturaleza del matrimonio permanece inalterable.

- El ‘matrimonio’ no es sólo una relación privada o una institución religiosa, sino ante todo un vínculo de naturaleza antropológica y sociológica. El matrimonio es un hecho social porque comporta en potencia y naturalmente (familia), la aportación de nuevos miembros a la sociedad.

- La institucionalización de la unión entre un hombre y una mujer para vivir juntos por el vínculo del amor y la procreación se ha denominado históricamente matrimonio.

Segundo, ¿es discriminatorio objetar el matrimonio entre personas del mismo sexo?

- Distinguir y definir realidades no significa discriminar, sino ordenar y dar claridad a las personas e instituciones.

- En la mayoría de las culturas y por siglos el matrimonio ha sido definido como una institución en orden a la unión de un hombre y una mujer. Así también está definido en nuestras leyes.

- La institucionalización del matrimonio nace del perfil jurídico que se le otorga como reconocimiento a una realidad natural.

- No se discrimina cuando se establece una norma jurídica en orden al bien social, que distingue posturas o concepciones. De allí que nadie habla de discriminación cuando la ley señala que no se pueden casar los hermanos entre sí, los padres con sus hijos, determinados grados de consaguinidad, por citar un ejemplo relacionado directamente al matrimonio.

- No se discrimina al sostener que el “matrimonio” es el nombre específico que denomina a una institución caracterizada por el amor y la unión de personas heterosexuales, en la cual se da la procreación, con derechos y deberes que surgen de este vínculo específico. Por lo tanto toda unión entre personas que no tenga esas características deberá recibir otro nombre diferente a “matrimonio”, porque sus componentes y su fin son distintos.

- Por otra parte en la actualidad existe legislación que protege el vínculo de convivencia entre personas del mismo sexo, otorgándoles el reconocimiento de la pensión en caso de fallecimiento, del derecho a heredarse, etc.

Tercero, ¿y qué hay de la adopción de hijos?

- El matrimonio es un status especial que la sociedad reconoce a la unión comprometida entre un hombre y una mujer por una razón: porque su relación corporal es la forma natural capaz de generar nuevos miembros de la especie humana, y porque su relación interpersonal es la idónea para criarlos, protegerlos y educarlos.

- Este servicio es tan importante y benéfico para la sociedad que merece protección legal por estar ordenado al bien común de la nación.

- Las sociedades han valorado históricamente que para el desarrollo y crianza de los niños es necesaria la presencia del varón y la mujer como referentes de identificación. No se trata sólo de una cuestión de “dar amor”, sino de que el mismo se dé en un marco que permita a los niños desarrollarse en plenitud como persona.

- La niñez es una etapa decisiva de la vida donde se forja la personalidad. La privación de la riqueza que significan un padre y una madre conlleva un daño hacia los niños. La niñez no puede ser objeto de experimentos sociales.

- Si bien es cierto que hay uniones heterosexuales donde la ausencia del padre o madre, por alguna razón, deja privado a los niños de esta presencia vital (madres solteras, viudos/as, situaciones de abandono, etc.), la situación por sí misma no alcanza para justificar que es mejor la presencia de una pareja de personas homosexuales antes que dichas ausencias, ya que una cosa es elaborar la ausencia de una de las figuras paterno/materna, y otra diferente es afrontar la equiparación de figuras distintas en sí mismas.

- Como demuestra la naturaleza, para la concepción de un niño es necesaria la unión entre la célula germinal masculina y la célula germinal femenina; sólo de ellas se gesta un nuevo ser. Si biológicamente es necesaria esta condición, es lógico deducir que para un desarrollo adecuado de la persona sea necesario que desde la primera infancia pueda interactuar con progenitores, tutores o padres adoptivos de diferente sexo.

- El niño tiene derecho a ser educado por su padre y su madre, quienes, a su vez, tienen la responsabilidad de guiar la educación de sus hijos conforme a sus convicciones. Y la ley debe anteponer el supremo interés del niño.

- La Constitución Nacional y los Tratados Internacionales de Derechos Humanos reconocen la responsabilidad primaria e indelegable del padre y la madre en lo concerniente a la educación de sus hijos (cf. artículo 75 inc. 19 Constitución Nacional y tratados con jerarquía constitucional).

Por último, como reflexiona el Dr. Guillermo Cartasso (abogado, director general de la Fundación Latina de Cultura, profesor y director del Departamento de Extensión de la Facultad de Derecho de la UCA, miembro del Departamento de Pastoral Universitaria de la Conferencia Episcopal Argentina), “cabe preguntarse las motivaciones que llevan a tan rápida consideración de la reforma del Código Civil en una cuestión de fondo tan fundamental como es el matrimonio. Países muy desarrollados en su cultura democrática han demorado años, en homenaje a la consideración pública, antes de legislar sobre un tema tan sensible”.

Queridos hermanos en la Alianza, en estos días se están llevando a cabo audiencias públicas con políticos y diferentes agentes sociales donde se trata de discernir sobre este tema vital y tan trascendente. Participemos e involucrémonos; se trata de nuestra cultura y modo de vida. Sin discriminaciones y sin confusiones anunciemos la Buena Nueva del matrimonio y la familia como lo haremos en el encuentro nacional de la Obra de Familias en Huerta Grande – Córdoba – el próximo 9,10 y 11 de julio.

¡Feliz día de la Alianza!

En Cristo y María,
P. Javier

martes, junio 15, 2010

El Puente
Federación de Madres
Argentina / Paraguay

Año 4 - Nº 14
junio 2010


Sumario

a) Carta para nosotras “La Iglesia de las nuevas playas”
de Gigi Fontana
b) Esto nos pasa: “Con Cristo y María, sembremos Esperanza”
Aporte del Curso 16º Bs As
c) Mujeres hoy y acá “Como vive las dificultades, las crisis una mujer federada hoy”
Aporte del Curso 14º Bs As
d) A la sombra del Santuario: “La Patria es un don, la Nación es una tarea”
Aporte del Curso 15º Cba


a. Carta para nosotras
“La Iglesia de las nuevas playas”

Cecilia, Gigi, Baccarelli de Fontana
Pertenece al Curso 5º de Mendoza y es jefa de la Región Cuyo
“Hija Inmaculada del Padre, instrumento de tu amor”


QUERIDAS HERMANAS
Mucho se ha hablado del cambio brusco de valores, violencia, actuar de algunos pocos sacerdotes, ataque permanente a la Iglesia, conflictos a todo nivel, corrupción, etc. La Iglesia soy yo. De mi depende el cambio que todos anhelamos. Ya en el año 1912, el Padre Kentenich dijo a los jóvenes de la generación fundadora: “lo que estamos haciendo tiene valor en la medida que es una solución en pequeño a los grandes problemas del mundo”.
Me pareció bueno ver textos proféticos del Padre Kentenich, en los cuales anunciaba la tarea para nuestro tiempo: ¡Id por todo el mundo!
Recordemos el diálogo de los dos beduinos que caminaban por el desierto:
-Dime, ¿cuál es a tu parecer el pecado más grande que puede cometerse? -¡El mayor pecado es matar a un amigo!- No. Ese no es el mayor pecado.- ¿Será pues robarle, mentir, traicionarlo?- Tampoco lo es. Caminaron unos metros en silencio…-Y bien, ¿podrías decirme entonces cuál es el mayor pecado? -Ciertamente. El pecado más grande es andar por el desierto, haber descubierto un oasis y no comunicarlo a sus amigos.
Schoenstatt es uno de esos oasis que pertenecen al jardín fecundo de la Iglesia. Debemos tener, como pequeñas Marías “mente clara, corazón cálido, sentir alegre y voluntad firme”, debemos ser apóstoles de María llevando a su Hijo amado al corazón de los hombres.
La Iglesia de las nuevas playas
Los fines de Schoenstatt se compendian en las siguientes metas: 1- El hombre nuevo en la nueva comunidad; 2- El rescate y cumplimiento de la misión históricos- salvífica del cristianismo en Occidente; 3- La constitución de la Confederación Apostólica Universal.
Como fruto de estos tres fines se espera contribuir en la formación de la “Iglesia de las nuevas playas” y de un “nuevo orden social”.
La preocupación por la actualización del mensaje cristiano ha sido central en la historia de Schoenstatt. Las dos audiencias del Padre Kentenich con los Santos Padres Pío XII (1947) y Pablo VI (1965) fueron oportunidades para renovar este compromiso.
Hay una imagen que el Padre Kentenich supo utilizar para designar la aspiración del Concilio: “la Iglesia de las nuevas playas”.
Esta visión presupone un cristianismo basado en la elección personal, el amor y la conquista apostólica. Un cristianismo dispuesto a dinamizar a los «rezagados» y apáticos, que cuenta con personalidades de jefes, para quienes la religión es un elemento vital, existencial y activo:
«Hay un proceso irreversible que tiende a la secularización y al pluralismo. El carro de la historia no retrocederá. No tiene sentido alguno hacer de la situación medieval la norma de vida y de acción. Todo proceso regresivo será superado radicalmente por una tendencia prospectiva; de lo contrario desintegraremos nuestras fuerzas, lucharemos por una utopía y dejaremos a las fuerzas enemigas, sin ninguna oposición, el campo de batalla del presente y del futuro.»
Padre Kentenich. 1961
Esta visión de la Iglesia coincide con el anhelo del Papa Juan Pablo II que resalta la responsabilidad de la Iglesia «para los novísimos tiempos», es decir, para la Iglesia que asume los desafíos del siglo XXI.
Rasgos de la Iglesia de las nuevas playas:
La Iglesia de las nuevas playas tiene características específicas:
Es una Iglesia dinámica, siempre en proceso de conversión interna y de renovación en su encuentro con Dios y los hombres. De allí su conciencia de peregrina y viajera que se expresa en el símbolo de la barca, o de la roca peregrina de la que nos habla San Pablo (1 Cor 10,4). En su conferencia programática del 8 de diciembre de 1965 (colocación simbólica de la piedra fundamental del Santuario Matri Ecclesiae, en Roma), el Padre Kentenich dijo:
«…Con gusto he retomado la imagen de la barca. Una barca que en aquel entonces fue zarandeada por las olas del lago de Genezaret. Una barca en la cual el Señor parecía dormir, tal como pareciera hacerlo hoy. Una barca que no teme al furor de las aguas y que valientemente navega en el mar de la convulsionada vida moderna. Nuevamente: una concepción dinámica de la Iglesia que expresa el fuerte anhelo de que todo el mundo sea tocado por ella... ¡Qué grande es el riesgo que implica hoy día ser miembro de esta Iglesia! ¡Cuán grande es la audacia que exige! ¡Qué enormes exigencias se ponen! Una confianza magnánima en que el barco no va a ser víctima de la tormenta; una gigantesca confianza en que será capaz de cumplir su tarea. Evidentemente tendrá que recoger, a babor y a estribor, todos lo náufragos posibles. No serán ellos los que traten de rescatar a los que vacilan y titubean. En medio de la tormenta, la Iglesia quiere recalar en todos los continentes y en todos los lugares para buscar a los llamados por Dios que anhelan un lugar permanente en esta barca.».
Padre Kentenich. 1965
Una Iglesia familia y pueblo de Dios en donde se redescubre el valor de la fraternidad y que impulsa a sus miembros a una corresponsabilidad y a un sentimiento comunitario.
«Una Iglesia fraternal... ¿Cuál fue la imagen de la Iglesia en el pasado? Una Iglesia enteramente autoritaria…Y ahora... sabemos que Juan XXIII se consideraba hermano de todos. Él quería ser hermano, para que la Iglesia llegara a ser fraternal... Por eso se termina con una Iglesia regida dictatorialmente. En su lugar, se acentúa el estar fraternalmente el uno junto al otro, el actuar en común, y el obrar en conjunto en todo el pueblo de Dios... »
« ¡Familia de Dios! En una familia de Dios no existe una obediencia militar, sino una obediencia familiar… Es propia de una obediencia familiar una profunda y amplia corresponsabilidad... » «Pero también expresamos nuestra protesta contra una cierta concepción moderna donde sólo se habla de 'compañerismo y fraternidad' Frente a esa concepción, nosotros sostenemos, en forma sobria, firme, clara y decidida: no hay fraternidad sin paternidad»
Padre Kentenich. 1965
Una Iglesia guiada por el Espíritu Santo, fuente de nuestra confianza y de nuestras esperanzas.
«Una Iglesia regida por el Espíritu Santo, esto es, que no se apoya en el Estado ni se basa tanto en leyes propias que le puedan brindar seguridad... En el centro de la Iglesia está el Espíritu Santo que todo lo rige... Estas son altas exigencias. Debemos educarnos para ser capaces de cumplirlas... Cuando el fundamento de las tres virtudes teologales ha sido perfeccionado por los dones del Espíritu Santo, entonces la persona puede contar con una seguridad singular. Es este tipo de seguridad que hemos denominado “seguridad pendular”, que nos viene desde arriba y no desde abajo. Es la seguridad que nos cobija en el corazón de Dios, en su amor.»
Padre Kentenich.1968
Una Iglesia pobre y humilde, que se sabe limitada en su humanidad y que incluso pide perdón por sus fallas. Consecuencia de tal vivencia es la actitud de servicio, de testimonio humilde y sencillo.
«La Iglesia, así nos lo ha dicho el Concilio, debe ser cada día más y más una Iglesia pobre; una Iglesia que busque para sí misma la pobreza; que cada día se distancie más de la pompa; pero que a la vez sea amiga de los pobres, que no solicite ni mendigue constantemente la benevolencia del Estado»
Padre Kentenich.1968
Una Iglesia que quiere ser alma del mundo, que quiere forjar una nueva cultura humana, dignificadora y liberadora del hombre. Sin inmiscuirse en los vericuetos políticos partidistas, pero influyendo con su espíritu, como levadura en la masa, en todos los ámbitos humanos.
«Esta Iglesia debe ser, tal como en el cristianismo primitivo - y como siempre debiera haberlo sido - el alma de la cultura y de todo el mundo actual. Se debe vencer la separación entre la Iglesia y la cultura, entre Iglesia y mundo. La Iglesia debe llegar a ser alma de toda esta cultura actual, tan convulsionada y mundana, de esta naturaleza tan influida por la acción del demonio... ¡Id por todo el mundo! ¿Que significa esto? Significa dinamismo en toda su amplitud... No huida del mundo, tampoco avidez por el mundo o mundanismo; no sólo vencer al mundo, sino penetración del mundo por la Iglesia. Esta debe compenetrarlo hasta llegar a ser el alma del mundo.»
Padre Kentenich. 1965
No resulta siempre fácil cumplir con lo que el Padre Kentenich esperaba de todos aquellos llamados a forjar la Iglesia de las nuevas playas y que quería ver encarnado en sus hijos:
«La Iglesia necesita conductores proféticos que… mantengan en la doctrina y la vida aquello que posee valor esencial más allá del tiempo; y que a su vez sean flexibles y receptivos como para revestir creadoramente de nuevas formas el espíritu originario del catolicismo; formas que anticipen la Iglesia del futuro y le confieran solidez.»
Preguntémonos: 1- ¿Cómo nos ven los demás? ; 2- ¿Vivo lo que predico?; 3- ¿Soy alma del mundo?; 4- ¿Tengo actitud de servicio?; 5- ¿Soy coherente? , ¿Me esfuerzo por transmitir todo lo que conozco de Schoenstatt?
Estos interrogantes no nos sorprenden, ya que los que pertenecemos al Movimiento estamos en ese camino. Somos instrumentos de Dios para vivir el carisma del padre fundador.
Gigi Fontana

Bibliografía:
"Schoenstatt, ¿Qué es?", Padre Guillermo Carmona. Editorial Patris – Argentina
Un profeta de María. Padre Esteban J. Uriburu. Editorial Claretiana.
Padre Nicolás Schwizer. Retiros y homilías del Padre Nicolás Schwizer. El apostolado del ser


b. Esto nos pasa
Con Cristo y María, sembremos Esperanza

Aporte del Curso 16º de Bs As
“Hija Predilecta del Padre, Instrumento de Amor y Alegría”

Nuestro Padre nos dejaba este regalo el día de su cumpleaños, el 16-11- 1.958: si preguntáramos a San Pablo cuál era su misión, entonces nos diría: “se me confió la misión de anunciar al mundo el misterio de Cristo, el Redentor, el Mediador, la Cabeza del Cuerpo Místico.”

Espontáneamente nos preguntamos ahora: ¿cuál fue la misión que se me confió hace 73 años? Teniendo presente el ejemplo de San Pablo puedo decir: mi misión, fue y es anunciar al mundo el misterio de María. Mi tarea es proclamar a la Santísima Virgen, revelarla a nuestro tiempo como la Colaboradora permanente de Cristo en toda su obra de redención y como la Corredentora y Mediadora de las gracias. Revelar a la Santísima Virgen en su profunda unión con Cristo, en bi-unidad con Él y con la misión específica que Ella tiene desde sus Santuarios de Schoenstatt para el tiempo actual.

A la luz de la pedagogía profética de nuestro Padre, pues está escrita para este momento, recibimos como madres federadas en el Padre, la misión de San Pablo; revelar a Cristo y a María, pues vemos y vivimos en una realidad donde la sociedad se ha convertido en una sociedad de antivalores, donde la familia ha perdido la esencia de familia cristiana, anclada en los valores religiosos.
Las costumbres que conforman nuestro ambiente ya no son cristianas; están cambiando de signo y son cada día más contrarias al espíritu cristiano. La sustancia de la fe está carcomida; ya no existe la fe que antes existía.

Ahora bien, cuando se debilita la fe, se trastoca la escala de valores del hombre, de la familia y de la sociedad, se distorsiona la moral y luego, al no existir la moral, caemos inexorablemente en el relativismo, en la amoralidad y en la inmoralidad.
Esto es una consecuencia absolutamente lógica del deterioro moral que será cada vez mayor, en este cambio cultural están surgiendo nuevas costumbres, otro estilo de vida. Nosotras madres federadas tenemos el compromiso de evangelizar en la raíz de esas nuevas costumbres y mostrar e instalar, en cada lugar que nos encontremos nuestro estilo de vida mariano, heredamos corresponsabilidad, eso se traduce en magnanimidad para reafirmar nuestras buenas costumbres y cultivar y expresar otro espíritu: el que arde de Amor, el que sana, el que da vida y la plenifica, el Espíritu Santo.

Con la falta de valores y la pérdida de la fe, también se ha perdido la Esperanza.
Como hijas del Padre, tenemos un Ideal por el cual nos sentimos comprometidas a cultivar costumbres coherentes con la elección y el llamado por el cual hemos sido escogidas.

¡Sí! Que donde yo esté, la tierra se transforme precisamente porque el cielo la toca.
La Hija Predilecta que se siente instrumento de amor y alegría tiene grabado en el corazón.
"Que donde yo esté, el cielo toque la tierra”

Rosana Mariela Piccio de González – Graciela Heredia de Silva – Marisa Morán de Vázquez
Curso 16º RMet
“Hija Predilecta del Padre, Instrumento de Amor y Alegría”

Bibliografía:
Nuestro estilo de Vida
Desafíos de nuestro tiempo.


c. Mujeres hoy y acá

Aporte del Curso 14º de Bs As
“Hija Amada”

Como vive las dificultades, las crisis una mujer federada hoy
En estos tiempos donde las crisis y dificultades son grandes, tanto en lo comunitario como en lo particular, nos preguntamos: Como vivimos esto como Hijas Amadas, para no quedarnos en el camino...
El P. Kentenich decía: “…Nadie llegará a ser un hombre íntegro, nadie podrá resistir como una roca en medio del mar, si no hunde las raíces de su ser en forma cada vez más profunda en el corazón Paternal de Dios.”
”La Sagrada Escritura habla de la mujer fuerte que está sentada de día y de noche frente al telar Prov. 31,10-31. Con ello hace referencia a lo que consideramos como el tronco del árbol de la grandeza femenina. Pero si queremos mantenerlo sano debemos poner la mayor atención posible en la raíz. Y la raíz es la sencilla filialidad frente a Dios, el espíritu filial.....

Hunde las raíces en el corazón Paternal de Dios.... ¿Como?
1. Reforzando nuestra confianza en la Oración y acercándonos humildemente más a los Sacramentos para tener la fuerza y la luz necesarias para afrontar las dificultades.

2. Cobijándonos más y más en María que como Madre nos llenará de consuelo y suavizará así nuestro sufrimiento. Ella está siempre junto a nosotros.... La expresión stabat denota vigorosamente la actitud de María: es un estar de pie, sin claudicación ni desmayo. María está junto a la Cruz. Nunca nos deja solas.

3. El Sacramento de la Reconciliación nos dará la Gracia necesaria para confiar más, no desesperarse, tener más fortaleza, paciencia y lucidez para ver lo que tenemos que hacer y no perder la paz.

4. El Sacramento de la Eucaristía nos llenará de consuelo, será la luz que disipe las tinieblas, la fuerza que nos sostenga, así encontraremos la paz, paz que da el señor cuando confiamos en El. “Conformidad en el abandono....” PK

Las crisis y dificultades serán para la Hija Amada una escuela de crecimiento de la que saldrá enriquecida, más madura, más comprensiva de las crisis y dificultades de los demás. Toda situación difícil la puede abordar con mente nueva, con esperanza, tratando de mirarla con los ojos de Dios, no con ojos humanos.
Asumir el sufrimiento con una cierta naturalidad. No asombrarse de lo que pueda traer consigo. No dramatizarlo, como si sólo a nosotros se nos impusiese una carga de esa índole...... “Necesitan paciencia en el sufrimiento para cumplir la voluntad de Dios y conseguir así lo prometido” (Hb 10,36)

Sin embargo a la hora de sufrir no necesitamos ni debemos sofocar nuestros sentimientos. También el hombre “perfecto” puede gritar de dolor. Así suele recordarlo muchas veces nuestro Padre Fundador para prevenir que en este punto la ascética nos embrutezca interiormente. No tenemos que “sofocar afectos naturales sanos”. Quien sufre puede, más aún, debe llorar. San Agustín dice que: “las lágrimas son la sangre del alma”. Lo ideal no es tener un alma anémica sino rebosante de sangre.

Proponiéndola como ejemplo, con frecuencia el Padre Fundador nos recuerda la lucha interior que libro Jesús en el huerto de Getsemaní. “Padre, si es posible aparta de mi este cáliz...”
Es importante entender el sufrimiento como formador del alma y entenderlo así cada vez más. El sufrimiento hace que vayamos más a lo esencial, que podamos tratar con Dios, con uno mismo y con los demás con un alma despojada. Paradójicamente, la aspiración a la perfección puede dar pie, con facilidad, al endurecimiento.
“La vida interior y la búsqueda de continuo recogimiento y de estar totalmente apartado en el santuario interior del alma inhabitada por el Dios Trino corre continuamente el peligro de engañarse y estafarse a sí misma, de caer en el egoísmo...San Ignacio opina que noventa de cada cien personas o bien la mayoría de los que se entregan a largas oraciones, padecen de un endurecimiento contemplativo del entendimiento, vale decir, de obstinación espiritual”. (El Dios de la Vida- Heriberto King.)

Solamente podremos vivir todo esto si nos sabemos profundamente amadas por el Padre, El nos amó primero.
Tenemos que pedir que el Espíritu de Dios nos ilumine, nos de fuerza y paz para que veamos el camino que Dios tiene preparado para nosotras, en los momentos de crisis y dificultad.

Y así la Hija Amada, viviendo en Alianza con María, doblando sus fuerzas, se levanta nuevamente, para seguir en el camino, aceptando la Voluntad del Padre, aún sin comprenderla, guardando todas las cosas en su corazón, sintiéndose protegida, cobijada y enviada.

“Creo firmemente que nunca perecerá quién permanece fiel a su Alianza de Amor” Padre José Kentenich

Curso 14º RMet
“Hija Amada”

Bibliografía:
Desafíos de nuestro tiempo. PK.
Para Nosotras. PK
María si fuéramos como tú. PK
El Dios de la vida. P. Heriberto King


d. A la sombra del Santuario
La Patria es un don, la Nación es una tarea
Aporte del Curso 15º de Cba
“Hija Amada Santuario de Luz y Alegría”

Resuenan, todavía, en nuestros corazones las emociones vividas en los festejos del bicentenario de nuestra querida Patria. Fiesta que fue ejemplo de conducta ciudadana y que nos permite vislumbrar el país que podemos llegar a ser.
La Patria que nos fue legada gracias a los valores que movieron a nuestros antepasados a luchar por ella nos depara una tarea, ya que hoy somos nosotros los protagonistas de la historia que se continúa escribiendo, y debemos abordar los desafíos que encontramos en nuestro tiempo.
Nuestra patria es un don de Dios confiado a nuestra libertad, como un regalo que debemos cuidar y perfeccionar. Estamos ante una oportunidad única. Podemos aprovecharla, privilegiando la construcción del bien común, o malgastarla con nuestros intereses egoístas y posturas intransigentes que nos fragmentan y dividen.
“La situación de la sociedad es espejo de la situación de la familia. Cada uno debería decir: mi familia debe llegar a ser un reino de la verdad, de la justicia y del amor… Esta es la gran tarea que vemos en la consagración de la familia: si queremos renovar el mundo y nuestra comunidad debemos comenzar con la familia” (P. Kentenich, Ennabeuren, 1945)
Conquistando los valores en nuestras familias estaremos conquistando el porvenir.
Hemos elegido algunos de los muchos valores cristianos sobre que los podemos trabajar:
El diálogo, esencial en la vida de toda familia y de cualquier construcción comunitaria. Si aceptamos este camino ampliamos nuestras perspectivas. Gracias a la opinión constructiva del otro, descubrimos nuevos aspectos y dimensiones de la realidad, que no alcanzaríamos a reconocer en el aislamiento y la obstinación.
La confianza. Todos necesitamos que alguien confíe en nosotros. La Patria también precisa que confiemos en ella: los hombres y mujeres que la habitamos nos debemos un mínimo de confianza. Quien confía en una persona, la hace crecer y contribuye a su realización.
Tenemos que fortalecer en nuestra patria el valor de la confianza. Esto exige una gran transparencia: conocernos mejor, comunicarnos, superar los prejuicios, buscar los consensos y construir puentes.
El respeto es valorar al otro en su individualidad y dignidad. El respeto es el “quicio del mundo” decía el P. Kentenich, es decir, lo que lo mantiene en equilibrio. Sabemos por experiencia que el trato respetuoso facilita la intercomunicación, ya sea con el cónyuge y los hijos, en el trabajo, en la vida social y política. El respeto es como el aceite en los engranajes de una máquina.
El servicio al que estamos llamados por nuestra fe en Jesucristo resucitado y que nos convierte en agentes de cambio y portadores de un mensaje de esperanza. La humanidad espera de nosotros el testimonio del amor de Dios a los hombres. Este servicio es propio de la naturaleza del hombre. Más aún de quienes tenemos como Maestro a Aquel que se hizo servidor de todos. El mundo espera de nosotros “vino nuevo en odres nuevos”.
Este es el desafío: transformarnos nosotros, y a la vez, transformar las estructuras.. Esta tarea no se realizará solamente con el esfuerzo humano. Precisamos de la gracia. Según el P. Kentenich, la gracia presupone la naturaleza, pero la eleva, la perfecciona y la sana. Esta naturaleza tiene que ver con el tejido social de los argentinos. Se trata de la paz, el restablecimiento del orden social y la reconquista de la dignidad de la persona.
Esta es la razón por la que invitaba y motivaba a consagrar la patria a María. Forjar una patria para todos exige la consagración a María.
“En la medida que la Santísima Virgen nos usa como instrumentos, primero en pequeños círculos para luego abarcar otros más amplios, Ella fundará un reino diferente y salvará el destruido y amenazado orden social” (Padre Kentenich, semana de octubre de 1946)
Los que tuvimos el privilegio de participar en la consagración de la Argentina a María desde Rosario, Luján, Itatí, San Juan o Bariloche pudimos sentir en carne propia las tres dimensiones que caracterizan a la coronación:
1. El espíritu filial con que los argentinos reconocimos nuestra impotencia para solucionar los graves problemas de nuestra sociedad. “Nos sentimos heridos y agobiados… Pero queremos ser Nación, una Nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común”
2. El compromiso personal de cada uno para involucrarnos y caminar hacia aquello por lo que la coronamos. Si coronamos a la Virgen como “Reina de una patria para todos”, es porque también nos queremos esforzar por la inclusión y el respeto de todos los miembros de nuestra comunidad. Lo maravillosos de la coronación es que María toma nuestro aparte y lo amplifica. Ella le regala a nuestro esfuerzo humano, necesario pero siempre pobre, una dinámica inaudita y generosa. Esto responde a la estructura bilateral de la alianza: “Nada sin Ti, nada sin nosotros”.
3. La gratitud cuando al experimentar su enorme ayuda y poder porque sabemos que Ella es la “vencedora de todas las batallas”.
Como Hija Amada, Santuario de Luz y Alegría compartimos los deseos de toda la Familia de formar parte de una gran Nación y le pedimos al coronar a nuestra Madre Reina de nuestra Patria en el Bicentenario de nuestro Primer Gobierno Patrio, que cobije bajo su manto a todos y a cada uno de los argentinos como así también a nuestros hermanos sudamericanos. Que despierte, aumente o mantenga, vivo el amor por el esfuerzo diario, por el bien común para construir una Patria más justa y más fraterna.
Y juntas digamos: “Madre, con tu Hijo Divino desciende a los caminos de nuestra Patria para que siguiendo vuestras huellas encienda la paz verdadera y estable. Patria, sólo tendrás salvación si en amor te unes a María y a su Hijo. Amén” P.K.

Ana María Alanís de Monte, Juana Inés Armesto de Feole,
Patricia Cecilia Ferreyra de Bertonazzi

Curso 15º RMed
“Hija Amada Santuario de Luz y Alegría”

Bibliografía:
Camino al Bicentenario: Una mirada desde el Evangelio.
Hacia la Argentina del Bicentenario. Congreso de Laicos 2005
Una patria para todos. P. Guillermo Carmona.



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Reglas del diálogo conyugal
Padre Nicolás Schwizer

Para que el diálogo sea enriquecedor y fecundo, hay que cumplir determinados requisitos. Cada pareja, al poseer una identidad propia, tendrá que encontrar su manera peculiar. Existen, no obstante, determinadas reglas básicas. ¿Cuales son estas reglas del diálogo conyugal? Se pueden resumir así: el diálogo conyugal, para que sea eficaz y creador, debe ser: humilde, paciente, simpático.

1. Humilde. La primera cualidad del diálogo es la humildad. No se debe avanzar hacia el otro hinchado por su propia perfección, seguro de lo definitivo de sus razones. No existe el cónyuge ideal, ni tampoco nadie es dueño de toda la verdad. Semejante actitud imposibilita el intercambio desde el origen.

El peligro de todo diálogo conyugal es que, frecuentemente, se vuelva una acusación: se tortura, se ataca, se acusa recíprocamente, y se sale de esta situación más apartado que nunca. Por eso conviene que los esposos, a la hora de iniciar el diálogo, tengan la prudencia de ejercer la autocrítica.

Es algo básico. Hay que tener un gran cuidado - a la hora de las recriminaciones, críticas, preguntas embarazosas - para examinarse a sí mismo y verificar hasta qué punto puede uno mismo ser sujeto de censura. No es tan raro que uno proyecte sus fallas y limitaciones en el otro. Con una actitud de humildad y autocrítica, la conversación se desarrollará en un clima de lucidez, calma y comprensión.

2. Paciente. En un solo día no se conseguirá la comprensión del cónyuge. Como todo, la vida de dos juntos requiere un largo aprendizaje, una permanente educación.


Y toda educación descansa sobre la paciencia. Sabemos que consiste, antes que nada, en repetición incansable, en incesante recomenzar. Así ocurre entre marido y mujer. A veces, será necesario repetir durante toda una vida la misma observación, formular la misma petición.

No es que el otro tenga mala voluntad; sucede que simplemente se le olvida o no logra crear el hábito, que sólo nace con la repetición. Lo importante, pues, es saber repetir con una paciencia que, además, es atributo de la fortaleza. En el caso de la vida matrimonial, esta paciencia es aún más importante, ya que la mayor parte de las veces, están en juego solamente detalles. Pero estas pequeñeces sin importancia, al multiplicarse, se hacen irritantes. La impaciencia crece y amenaza con manifestarse en los momentos de charla. Y es eso lo que hay que evitar. La paciencia dará al diálogo un clima de calma, de serenidad, sin tensiones e irritación.

3. Simpático. Para que el diálogo conyugal sea un instrumento de aproximación, no debe llevarse a cabo en términos agresivos, sino por el contrario, de la forma más simpática. De otro modo, no podrán menos que defenderse y volver a atacar.

En el momento en que los dos se encuentran cara a cara para iniciar un análisis de la situación conyugal, importa mucho el sentirse amado.


Los roces inevitables de la vida en común crean, al multiplicarse, una antipatía reprimida que, tarde o temprano, hará explosión. Si triunfa la antipatía por encima de la simpatía, el clima del diálogo se hace denso y llega a sofocar. Y entonces las personas se cierran en seguida, se recogen en sí mismas o se irritan. La conversación se hace entonces imposible, inútil. En tales condiciones se da un extraño diálogo de sordos en el que nadie quiere escuchar a nadie. Sólo la simpatía presente en cada momento, asegura un intercambio fructífero.

Preguntas para la reflexión

1. ¿Contesto antes que el otro termine de hablar?
2. ¿Me pongo impaciente cuando otros hablan?
3. ¿Con los demás, tengo un diálogo de sordos?

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martes, junio 01, 2010

Mes del Sagrado Corazón de Jesús


Acto de Consagración

Rendido a tus pies, ¡oh Jesús mío! considerando las inefables muestras de amor que me has dado y las sublimes lecciones que me enseña de continuo tu adorabilísimo Corazón, te pido humildemente la gracia de conocerte, amarte y servirte como fiel discípulo tuyo, para hacerme digno de las gracias y bendiciones que generoso concedes a los que de veras te conocen, aman y sirven.

¡Mira que soy muy pobre, oh dulcísimo Jesús, y necesito de Ti! Mira que soy muy ignorante, oh soberano Maestro, y necesito de tus divinas enseñanzas, para luz y guía de mi ignorancia! ¡Mira que soy muy fragil, oh poderosísimo amparo de los débiles, y caigo a cada paso, y necesito apoyarme en Ti para no desfallecer! Sé todo para mí, Sagrado Corazón: socorro de mi miseria, luz de mis ojos, báculo de mis pasos, remedio de mis males, auxilio en toda necesidad. De Ti lo espera todo mi pobre corazón. Tú lo alentaste y convidaste cuando con tan tiernas palabras, dijiste repetidas veces en tu Evangelio: Venid a Mí,... Aprended de Mí... Pedid, llamad... A las puertas de tu Corazón vengo pues hoy, y llamo, y pido, y espero. Del mío te hago, oh Señor, firme, formal y decidida entrega. Tómalo, y dame en cambio lo que sabes me ha de hacer bueno en la tierra y dichoso en la eternidad.
Amén.

Rezar tres Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria, en recuerdo de las tres insignias, cruz, corona y herida de la lanza, con que se apareció el Sagrado Corazón a Santa Margarita María Alacoque.