viernes, febrero 18, 2011

Carta de Alianza

Febrero 2011

Queridos hermanos en la Alianza:

Era una luminosa mañana de finales de enero en Coronel Dorrego, Pcia. de Buenos Aires, donde habíamos llegado con las Misiones Familiares de La Plata. La capilla del colegio San José, nuestro Santuario misionero, desbordaba de anhelos de misión, listos para comenzar a visitar a los vecinos de los barrios con el mensaje del Señor y de María. Luego de los cantos y oraciones la Hermana Ligia (Hermana franciscana de 90 vitales y juveniles años) se adelantó al altar, nos dio la bienvenida como dueña de casa y se alegró de nuestra presencia y la presencia de la “Mater” (así la llamó) en Dorrego. Y volviéndose para mirar el cuadro del P. Kentenich dijo: “cuando miro su imagen lo veo a él vivo”. Un silencio expectante nos envolvió a todos. Y la Hna. Ligia nos contó cómo ella lo había conocido cuando era joven, en la portería de su convento en Florencio Varela: “El Padre tocó el timbre de nuestra casa y yo le abrí la puerta. Estaba allí, tenía una mirada serena, profunda y era muy reverente, sí, muy reverente”. Luego nos contó que el Padre Fundador también había estado en Dorrego en junio de 1947, en ese mismo colegio donde estábamos viviendo. Nuestra sorpresa y alegría eran cada vez mayores. Días más tarde fuimos a visitar el Santuario de la Madre y Reina del Pueblo en Paso Mayor. Allí la familia de Schoenstatt nos relató el paso del Padre Fundador por ese lugar en los años 1948 y 1952, y también experimentamos su presencia viva. El Padre nos había precedido en esas tierras pampeanas como misionero, más aún, él sigue presente en la memoria viva de sus hijos.

Esa misma experiencia la tenemos cuando visitamos el Santuario del Padre en Nuevo Schoenstatt o tantos lugares donde sentimos su presencia viva. Presencia a través de la vida y el testimonio de sus hijos; una presencia que nos motiva a vivir el ideal del hombre nuevo y de la santidad de la vida diaria; presencia viva que nos invita a vivir en Alianza de Amor con María y nos envía como sus misioneros. Una presencia que nos dice nuevamente: “En los planes de Dios nunca debo haber existido sin ustedes ni ustedes sin mí. Desde la eternidad Dios nos pensó en una Alianza de Amor” (Nueva Helvecia, 1947).

De este vínculo nacen lazos paterno-filiales y lazos fraternales, nace espíritu de familia. Él es nuestro padre porque nos ha engendrado en el seguimiento a Cristo, nos ha abierto el camino a la Alianza con María, nos ha educado en la santidad y nos ha unido como familia al servicio de la Iglesia. Algo semejante les decía San Pablo a los cristianos de Corinto: “Porque, aunque tengan diez mil preceptores en Cristo, no tienen muchos padres: soy yo el que los ha engendrado en Cristo Jesús, mediante la predicación de la Buena Noticia. Les ruego, por lo tanto, que sigan mi ejemplo” (1 Cor. 4, 15-16). Esta última exhortación de San Pablo a los corintios nos recuerda el urgente pedido de Jesús a sus discípulos: “Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes” (Juan 1, 15). Esta es la herencia que les deja, una herencia que es envío y misión. Así también el P. Kentenich nos dice una vez más: “Ustedes, a su manera, pueden ayudarme a llevar la responsabilidad y compartir la misión de la Familia” (P. J. K., 31 de mayo de 1949).

Mons. Tenhumber, obispo de Münster (Alemania), le dijo una vez a la Familia de Schoenstatt que éramos “la carta de presentación de la santidad del Padre”. Realmente una excelente imagen para describir nuestra responsabilidad frente a la misión del Padre Fundador. Somos “su carta de presentación”, de nosotros depende que su misión sea hoy “legible, motivadora y atractiva”. Somos sus hijos y herederos del Padre. Pero, ¿conocemos profundamente la vida, la misión del P. Kentenich? ¿Conocemos sus pasos por nuestra tierra Argentina y la herencia que nos ha dejado? ¿Nuestro vínculo a él nos impulsa a “hacernos cargo” de su obra?

Espero de corazón que por nuestra altura de vida en la Alianza, por nuestra valentía para vivir auténtica y creativamente nuestra misión, la Iglesia y la sociedad reciban lo que nosotros mismos hemos recibido en la persona del Padre Fundador. Y, por otra parte, que quien nos vea pueda decir: “estos son verdaderamente buenos hijos y herederos del Padre Kentenich”.

Querido hermanos, camino al gran jubileo del 2014 celebremos este año al Padre y unámonos más entrañablemente a él, para descubrir lo que Dios nos ha regalado con su vida, para crecer en santidad y para llevar a muchos hermanos la inconmensurable gracia de la Alianza de Amor con María. ¡Padre, tu Alianza, nuestra misión!

Desde el Santuario reciban un cordial saludo y bendición,

P. Javier Arteaga

HEREDEROS DEL PADRE, PROFETAS DE LA VIDA

miércoles, febrero 16, 2011

Una nube de alegres postales alemanas para el Papa
Schoenstantt prepara la bienvenida a Benedicto XVI a su país


SCHOENSTATT, martes 15 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- Con motivo de la visita papal, en el próximo mes de septiembre a la República Federal de Alemania, el Movimiento de Schoenstantt, especialmente la Campaña de la Virgen Peregrina, organizó una cruzada de amor y apoyo hacia el Papa, denominada: "Acción de las Tarjetas Postales". Toda una nube de alegres postales, ya se han distribuido treinta mil, para arropar el viaje de Benedicto XVI a su país.

El objetivo principal es "lograr estar totalmente abierto para él [Benedicto XVI] y para el mensaje que nos quiere traer", dijo el padre Michael Marmann, perteneciente al círculo de exalumnos del cardenal Ratzinger, en el lanzamiento oficial de esta iniciativa.

Esta acción pretende, según sus impulsores comunicaron a ZENIT, "lograr llegar a mucha gente y con ello crear en toda Alemania un clima óptimo para la visita. La propuesta invita a enviar una postal al Papa para darle la bienvenida y comentarle cómo se van a preparar para recibirlo con el corazón abierto y el amor puesto en Dios".

Hasta el momento la campaña imprimió cincuenta mil tarjetas y fueron difundidas treinta mil.

Desde el Movimiento, sostienen que se desconoce si Benedicto XVI leerá todas las postales, lo que sí aseguran es que percibirá una alegre bienvenida por parte de los alemanes. "Seguramente tendrá en sus manos alguna que otra tarjeta que podrá leer y que le dará fuerza y consuelo", afirman.

"Con seguridad --indican- las miles de tarjetas postales que lleguen al Vaticano serán un signo de la vinculación con el Papa, pero sobre todo serán una aportación a crear un clima positivo como preludio a la visita papal".

Junto con otros signos de solidaridad, comentan los responsables de la campaña, estas misivas son para el Papa un "concierto de consuelo", como él mismo dice. En este concierto se unen todos los que participan en la campaña. También se editará al final una documentación con fotos y ejemplos de las postales enviadas que será entregada al Papa durante su visita.

El lanzamiento oficial de la acción, realizado en el Santuario Original en Schoenstatt, Alemania, el pasado dos de febrero, comenzó con una hora de oración por Benedicto XVI.

Familias de las veintiséis diócesis de Alemania llenaron las primeras tarjetas postales y las enviaron al Vaticano con testimonios y fotos. Estas diócesis se unieron virtualmente con letanías de alegría anticipadas, expresando sus esperanzas y deseos en palabras de las que muestran aquí algunos ejemplos.

Diócesis de Aquisgrán: "La visita del Papa, para nosotros como familia es un refuerzo. Somos una gran comunidad y todos estamos en camino".

Archidiócesis de Berlín: "Esperamos con interés la visita del Papa, porque esta visita, así esperamos, se convertirá en un impulso para renovar y profundizar la vida de fe de muchos cristianos".

Diócesis de Eichstätt: "Nos alegramos por su visita, con la esperanza de conocerlo personalmente, o por lo menos poderlo ver. Lo más lindo sería si pudiera darle a nuestra familia la bendición papal".

Diócesis de Essen: "Esperamos que la luz de la fe arda brillante de nuevo en Alemania a través de la experiencia y la percepción de muchas personas en el testimonio sencillo de fe con el Papa. Él proclamará el Dios de la vida".

En su discurso inicial, el padre Marmann dijo que se sabe que en Alemania hay gente que lo espera con una gran alegría y apertura, pero también hay otras que son muy críticas, que esperan algo de él que con seguridad no puede ni quiere darles.

"Pero él quiere algo que estuvo siempre presente en toda su vida y en su labor como teólogo: los hombres buscan a Dios y es tarea de la Iglesia anunciarlo. Se trata, por lo tanto, de encontrar la vinculación con Dios", afirmó el promotor de la campaña.

Las tarjetas pueden ser adquiridas en: postkartenaktion@pilgerheiligtum.de.

martes, febrero 15, 2011

La misión de testimoniar el ideal de familia
Padre Nicolás Schwizer N° 101 – 15 de febrero de 2011

Es dar testimonio de Cristo en nuestra vida matrimonial y familiar. Es transmitir el amor que vivimos en nuestros hogares. Es una experiencia que no podemos ni debemos callar. Y creo que muchos de nosotros sentimos esa necesidad: Vivimos algo tan hermoso en nuestras familias que tenemos que anunciarlo como una Buena Noticia. Debemos anunciar el Evangelio de la familia, la Buena Nueva del matrimonio cristiano, el gozo profundo de la comunión matrimonial y familiar.

Esa experiencia que estamos haciendo en nuestras casas, ha de darnos fuerzas no sólo para hablar, sino también para luchar para que el mundo sea más familia: que queden felices otras familias, que haya leyes que respetan los derechos de la familia. Pero estas grandes tareas se pueden cumplir sólo partiendo de un ideal vivido, de una experiencia profunda. Y esa experiencia la tenemos que hacer con Cristo en la Eucaristía y, como vivencia del amor humano, en nuestro propio hogar.

Nosotros, los matrimonios, debemos transmitir al mundo el ideal de familia. Tenemos que sentir esa conciencia de misión. Porque ese fuego que arde en nuestros hogares, si lo transmitimos bien, es un fuego que puede transformar el mundo. Nuestras familias son la base de la renovación: renovación de la Iglesia, de la sociedad y del mundo.

Hombre poseído por su misión
Creo que es imposible lograr los objetivos de ayudar a transformar el mundo sin una fuerte conciencia de misión. Es una tarea demasiado grande. Las circunstancias actuales son demasiado difíciles. Los instrumentos humanos somos demasiado frágiles.

Muchas veces la conciencia de misión no es suficiente, tenemos que estar "poseídos (captados, compenetrados) por la misión”. Porque el que no está “poseído” de Dios, de su misión, será incapaz de superar las dificultades con que se va a enfrentar en una sociedad pluralista.

El que no cree que tiene una misión divina, va a sucumbir, no va a jugarse por Dios. Pienso que a todos nos falta todavía ese empuje irresistible para llevar adelante nuestra misión.

Hace falta el hombre que se sabe elegido y enviado por Dios, y que por eso vive y vibra por su misión. Es necesario conciencia de misión para intervenir en la historia de nuestra Iglesia y de nuestra patria, como los grandes profetas y santos. ¿Estamos poseídos por nuestra misión?

Dios nos llama a transformar el mundo. Si queremos hacerle presente no podemos quedarnos tranquilos en nuestra casa, vivir allí nuestro cielo. Tenemos que luchar para que nuestra tierra llegue a ser, una colonia del cielo. Significa promover una nueva cultura cristiana, una civilización del amor, un nuevo orden social.

Es necesario heroísmo. Es el heroísmo de cada día, de las cosas cotidianas y ordinarias: hacer todo con el máximo de amor, de entrega, de generosidad. Es el heroísmo de la vida matrimonial y familiar: pero no de esa entrega pobre, quejosa y mezquina, sino de una entrega magnánima, fiel y sin excusa, de un crecimiento constante en el amor. La pregunta es, si realmente queremos escapar de la tibieza, la mediocridad y encaminarnos heroicamente hacia la santidad. Es únicamente nuestra decisión personal y como familia, si jugamos con la vida o nos jugamos la vida.

Lo opuesto a todo esto son los espectadores, para quienes la situación del mundo, de la sociedad, de la Iglesia les llega como comentario, como una situación externa, y no como el “campo de lucha” donde tenemos que plasmar nuestra visión integral. Espíritus frenados, en la apatía y la indiferencia, de quienes no están dispuestos y se hallan sin fuerzas para dar los saltos mortales.

Preguntas para la reflexión

1. ¿Qué hago para que el mundo sea más familia?
2. ¿Soy consciente que Dios me encomendó una misión?
3. ¿Soy agradecido de lo que Dios me ha dado, o soy una persona quejosa?

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martes, febrero 01, 2011

El apostolado hacia fuera

Padre Nicolás Schwizer N° 100 – 01 de febrero de 2011

Podemos distinguir algunos medios diferentes.

1. El apostolado de la palabra. La palabra pone nombre a lo que un modo de vivir sugiere. Propone abiertamente el sentido que uno da a la vida y que se transparentó en el testimonio. Es una palabra que para ser realmente apostólica, debe ser respetuosa, comprensible, fundamentada.

El testimonio más hermoso se revelará a la larga impotente, si no es esclarecido, justificado, explicitado, nos enseña Pablo VI en una de sus encíclicas. Y nosotros somos cristianos porque un día nos llegó esa palabra esclarecedora. Y por gratitud nosotros también debemos dirigir esa palabra, en un momento dado, a hermanos que están buscando, consciente o inconscientemente, el sentido de su vida.

2. El apostolado de la acción. Son sobre todo tres campos que se nos ofrecen para ello: nuestra comunidad, la Iglesia y el mundo.

2.1 La construcción de nuestra comunidad, es una prioridad para nosotros. El mejor servicio que podremos prestar a nuestra Iglesia, consistirá en forjar una comunidad pujante, numerosa, misionera. Y esto exige dedicación y entrega constante.

Personalmente estoy convencido de que algunos de nosotros hacemos muchas cosas y, entre ellas, participamos también de nuestra comunidad. Algunos, quizás, hacen lo urgente y ya no les queda tiempo y fuerza para hacer lo importante.

Otros no son capaces de decir el “no apostólico”. Probablemente nos falte a todos una clara escala de valores. ¿No sería ésta la oportunidad para que cada uno o cada matrimonio se haga una lista de sus prioridades personales?

2.2 Otro campo apostólico es la Iglesia. Queremos ser corazón de la Iglesia. Creo que tarde o temprano vamos a tener que desarrollar también una estrategia apostólica. Nuestro apostolado no puede ser fruto solamente de gustos o vocaciones personales, sino también tiene que responder a necesidades más grandes y amplias.

Tenemos que estar dispuestos a ello, si hace falta. Pensemos p. ej. en la posibilidad de asumir algún día la responsabilidad por un instituto de pastoral familiar, etc.

2.3 El otro campo es el mundo, campo más específico de los laicos. Somos llamados a transformar el mundo, a transformar nuestra patria, a transformar el mundo. Dios, a través nuestro, quiere crear un nuevo orden social. Tenemos la responsabilidad de trabajar y luchar para que nuestra tierra llegue a ser un trozo de cielo.

El mundo de la política, lo social, la economía, la cultura y las artes y otras realidades abiertas al apostolado nos esperan.

3. Un último medio, además de la palabra y de la acción, es el apostolado de la oración y del sufrimiento. Es un apostolado que todos pueden realizar.

En algunos momentos es el único apostolado eficaz y fecundo. De todos modos debería acompañar siempre nuestras acciones apostólicas externas. Pero me da la impresión que nos cuesta mucho más que la acción. Estamos lejos todavía de ser maestros de la oración y del sacrificio.

4. Un paso más. A nivel familiar, hemos de buscar, tal vez, formas de apostolado comunitario en el cual todos los miembros puedan ayudar. Así la familia se va convirtiendo en una escuela de apóstoles y en un pequeño Cenáculo, desde el cual cada uno es enviado a asumir sus compromisos apostólicos personales en la Iglesia y el mundo. Para ello, nuestro hogar juega un papel decisivo: como lugar de arraigo y de apoyo, como lugar de formación y transformación, como lugar de envío apostólico.

Preguntas para la reflexión

1. ¿Qué apostolado estoy realizando actualmente?
2. ¿Qué tipo de apostolado me gustaría hacer?
3. ¿De qué manera puedo cambiar mi ambiente?

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