sábado, octubre 17, 2015

CARTA DE ALIANZA OCTUBRE 2015


Queridos hermanos en la Alianza,

El 18 de octubre en este año coincide con el “día de la madre”. Es un domingo que nos invita a expresar sentimientos de amor y gratitud hacia María, nuestra Madre, y hacia la mujer que nos regaló la existencia y nos hizo capaces de sentir y amar la vida. Muchas de ellas viven aún entre nosotros; otras recibirán nuestra veneración en el cielo. En Alianza, salimos al encuentro de la Mater y de las madres.

La maternidad es un valor universal que hay que celebrar y proteger. El festejo de la madre es de antigua data. En tiempos ancestrales, para honrar la condición materna se creó el concepto y la figura de la “diosa madre”. El cristianismo personificó este anhelo en la Virgen María. El dogma de su Maternidad Divina -Madre de Dios y, por tanto, madre de la humanidad- fue solemnemente definido por el Concilio de Éfeso en el año 431.
No hay vínculo más estrecho en la vida de una persona, que el que lo liga a su madre; ella representa en nuestra biografía la experiencia singular y única, que nos hace decir -por mucho que se multiplique en otras mujeres- que “madre hay una sola”. Esto vale para la maternidad física y la del corazón. Es de Francoise Dolto, gran psiquiatra francesa, la frase: “Sólo existen los padres adoptivos.”
Ser madre, hoy en día, no es tarea fácil. El permanente cambio social, las corrientes contrarias a la familia y aquellas que determinan la maternidad "por capricho", generan numerosas preguntas.  
La maternidad no es asunto solamente de la mujer: debe ser complementada por la paternidad. Hay una “deuda” que contrae el padre con la madre de sus hijos, ya que es ella quien durante nueve meses se "encarga" de la gestación de lo que fue engendrado por ambos. Por eso el varón debe saldar esa deuda con un servicio abnegado, con la generosidad en el tiempo que le dedica a su mujer y con el buen humor que hace agradable la vida a su esposa.
La maternidad es la divina coronación de la mujer. Es una vocación que hace a lo humano: las madres transmiten la vida pero también la humanidad, algo que la revolución biotecnológica de nuestro tiempo no debería olvidar. La deshumanización del mundo en que vivimos clama a la mujer-madre, la que no se promueve, sino promueve; la que no busca el poder sino el bienestar, que no está discriminando sino reuniendo en la mesa del amor.  
La ausencia de la generosidad maternal engendra el defecto más corrosivo del hombre, que es el egoísmo y la ausencia de ternura. Como afirmaba un escritor español: “La falta de la madre es en parte, el origen de los regímenes de fuerza, especie de correccionales donde se infunden tardíamente y con vigorosa aspereza las virtudes que los pueblos no aprendieron a tiempo en el hogar” (Gregorio Marañón).
Por eso admiramos a las mujeres que se comprometen cuidando a los niños huérfanos, a los enfermos y abandonados, a los pobres y desventurados, a los atribulados por la vida… Ellas nos permiten creer que el mundo no es tan malo, que tenemos esperanza y hay mañana.
Una mujer que vive así su maternidad es un espejo de las numerosas iniciativas suscitadas por el amor, que Jesús vino a proclamar y a encarnar. El ser humano “no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo” (Gaudium et Spes, 24). Esto me recuerda una frase del Padre Fundador: “cuando más madre es una mujer, más mujer es ella”. Es un hermoso resumen metafísico.  
Schoenstatt cuida y protege la maternidad como un legado sagrado. No sólo se identifica con Juan, a quien Jesús le entregó su madre desde Cruz, sino percibe su enorme trascendencia en la cultura de la Alianza. La primera gracia del Santuario -hallar cobijo y nido- no es sólo para disfrutarla, sino para regalarla a otros cada día. Esta primera gracia “aliancista” es enormemente materna y maternal.
Desde esta Carta de Alianza, en este 18 de octubre, felicitamos a todas las madres. Rezamos por aquellas mamás que con responsabilidad admirable superan los problemas de sus hijos, luchan sin rendirse en medio de la escasez de recursos, la exclusión, la soledad, la enfermedad, la desorientación moral de los suyos.
En el Breviario hay un cántico que me recuerda la maternidad de Dios y de María. Dice así:
“Tú endulzaras mi última amargura, tú aliviarás el último cansancio,
Tú cuidarás los sueños de la noche, tú borrarás las huellas de mi llanto.
Tú nos darás mañana nuevamente, la antorcha de la luz y la alegría,
Y por las horas que te trigo muertas, tú me darás una mañana viva.”
¡Feliz día de Alianza, bendecidos 101 años de la Familia de Schoenstatt y ¡Gracias, mamás, por existir!

                                          P. Guillermo Carmona

domingo, octubre 11, 2015

Primera Consagración Curso 21

                                                                                        Buenos Aires, 04  de  octubre   
CURSO XXI  REGIÓN METROPOLITANA 

CRONICA DE LA PRIMERA CONSAGRACION

El día tan anhelado, deseado y rezado por fin había llegado. Nos reunimos  temprano en el  Santuario de Villa Ballester para ultimar los detalles antes de la ceremonia. La hermana María Luz nos ayudó con las intenciones para la Misa y practicó con nosotras en  la guitarra  las canciones.
Todo quedó muy lindo, las flores en el Santuario, el cuadro con el símbolo, nuestras carpetas de curso y las que entregaríamos al P. Javier, a Lux Elena, a la hermana Gertrudis y a nuestras educadoras, se reflejaba el gran amor que pusimos al realizar cada tarea.
También probamos la conexión de la computadora en el Santuario porque nuestra hermana Ingrid iba  a hacer la consagración con nosotras, pero desde Jamaica.
Antes de entrar al Santuario un grupo de hermanas nos detuvimos frente a la imagen de José Engling ya que era el día en el que recordamos que la Mater aceptó su ofrecimiento y le pedimos que nos guíe en nuestro camino, como  hermano mayor.
En el Santuario hicimos una oración en silencio para aquietarnos. Lux Elena nos saludó y se presentó como jefa territorial. Luego bajo la mirada amorosa de la Mater  hicimos la votación para elegir a la madre de curso.
Todos los invitados fueron llegando, se vivía un clima de alegría y mucha paz. También de festejó ya que era el cumpleaños de una hermana de curso.
El P. Javier ofició la Santa Misa, se tomó la licencia de cambiar el evangelio que correspondía al domingo por el pasaje de “La visitación de María Santísima a su prima Santa Isabel” para poder relacionarlo con nuestro ideal de curso en la homilía.
El rito de Consagración fue hermoso, profundo. De rodillas le ofrecimos nuestra oración de curso a la Mater. Nos entregamos totalmente a Ella para que nos eduque y poder ser instrumentos aptos en sus manos.
Ingrid, a pesar de la distancia participó activamente en toda la ceremonia, fue una bendición que no se cortara internet en ningún momento.
Lux Elena nos entregó  una a una la medalla y la constitución de Federación. ¡Cuánta emoción!! El corazón rebosaba de gozo.
Luego el P. Javier nos anunció que Mónica  era la madre de curso electa por un año. Hubo aplausos y saludos cuando ella aceptó.
Finalmente cantamos nuestra canción de curso, sentimos que nos reflejaba, que sin dudas estuvo presente el Espíritu Santo  cuando con muchas dudas empezamos a armarla.
A la salida del Santuario nos esperaban muchas mamás para saludarnos y darnos sus palabras de aliento para este camino que vamos a recorrer.
Cuando entramos al salón nos encontramos con Nora Heredia en  guitarra, Patricia Acquisti en  bombo y Héctor Lanzieri en vientos que interpretaron “Canción del Sí”. Luego tocaron varios temas  más, entre ellas el feliz cumpleaños. Volvimos a cantar la canción de curso, esta vez ayudadas por los que saben de música, salió más hermosa aún.
La mesa estaba llena de cosas ricas, cuánto trabajo entregado al Capital de Gracias.
Todos sentimos mucha alegría  por lo vivido en Villa Ballester, la Mater que no se deja ganar en generosidad, derramó abundantes gracias.
Queremos agradecer a todos los que nos acompañaron con su presencia, con sus oraciones, con su trabajo y con sus regalos. A los  miembros del Consejo, al  Asistente, a  la  hermana María Luz, a la  hermana Gertrudis, a la Federación de Madres, a la  Liga de Madres, a nuestras educadoras Silvia y Rosita, a Schoenstatt todo.
Le pedimos a la Mater que nos ayude a encarnar el ideal para el que fuimos llamadas, “Transparente del Amor Misericordioso del Padre, sirviendo con alegría y esperanza para transformar el mundo”.

Ministerio de crónicas.   Susana Bonino y Mónica Sivadon

sábado, octubre 10, 2015

Reuniones Consejo

 El jueves 1 de octubre se realizó la reunión de Consejo Territorial, junto al Santuario de Belgrano, Buenos Aires.

   Participaron: La Jefa Territorial, Lux Elena Ramírez de Villalba; subjefa,Isabel Mendizabal de Nicholson; encargada de las comunidades libres, M. Inés Erice de Podestá, Consejeras: Dolores Otero de Calvo y Matilde Di Battista de Gimenez y los asistentes, la Hna. María Luz y el P. Javier.
 
 El viernes 2 de octubre se realizó la reunión del Consejo Ampliado, participando, además de las personas citadas, las jefas regionales: Virginia Filippo de Caliri (Cuyo), Iris Wiersma (Mediterránea), Nelly  Bayeta de Pazos (Metropolitana)  y Liza Ferraro de Cabral (Paraguay).

Comenzamos con una Misa a la que participaron madres de la zona, para conocernos e intercambiar.

En ambos días colaboró como secretaria de actas Graciela Almira de Greco.





viernes, octubre 09, 2015

Reflexiones

Familia: comunidad de corazones
 Padre Nicolás Schwizer
N° 173 – 01 de octubre de 2015

Forjar una familia, una comunidad de corazones no es tarea fácil. Exige mucha nobleza, dedicación, paciencia y amor desinteresado de parte de cada uno. Existen muchos obstáculos en el camino, principalmente por nuestros límites, nuestra falta de autoeducación y madurez personal.

Nos cuesta p.ej. querer a cada uno, a pesar de su manera de ser distinta, de sus rarezas y locuras que nos van molestando y cansando. Todas las familias han experimentado éste u otro tipo de dificultades. Y los más jóvenes que no lo han vivido aún, lo vivirán en su momento.

Pero a pesar de todos los problemas, hay que seguir luchando, por una profunda comunidad de corazones. Porque sin ello, nuestras familias pueden transformarse en pequeños infiernos, en los cuales reinan intrigas, envidias, celos, venganzas.

Ahora, ¿qué podemos hacer, para llegar a ser una verdadera comunidad de corazones? O con otras palabras, ¿Cómo debe ser ese amor que nos une como vínculo en la profundidad de nuestras almas?

1. Cualidades de nuestro amor. Para forjar una comunidad de corazones, nuestro amor debe tener tres cualidades:

1.1 Debe ser un amor que cobija al hermano. Es un amor para siempre, que nunca deja de cobijarlo. Es como con un hijo degenerado a quien toda la familia echa; pero en el corazón de su madre siempre encuentra un hogar. Es un amor que cobija a los demás, sin excepción.

Todos deben encontrar un lugar predilecto en mi corazón, en todas las situaciones, también en momentos de crisis, de alejamiento o de caída.


1.2 Ha de ser también un amor enaltecedor, nunca un amor que tira abajo. Y eso no es fácil, en nuestra sociedad de hoy, con todos sus antivalores. Pero nuestro amor debe tender y tirar hacia las alturas, igual que las llamas de un fuego que quieren llevar todo hacia arriba.

1.3 Nuestro amor debe ser un amor que sobrelleva y soporta. Un amor tan profundo que quiere llevarnos a una comunidad de corazones, no puede existir sin sacrificios y renuncias. Tenemos que aprender a aguantarnos no sólo con amor, sino también con alegría. Tenemos que dar un sí pleno y total a los demás, es decir, aceptar y soportar también todos sus caprichos y disparates.

2. Educación de nuestro corazón. ¿Cómo debemos educarlo en la relación con los demás?

2.1 He de procurar tener un corazón respetuoso. Un corazón que tiene un respeto y hasta veneración ante cada persona. Y ese respeto lo mantengo inalterado ante sus debilidades, limitaciones y fracasos. En la familia que formamos, queremos llegar a ser un solo corazón y una sola alma, pero de tal modo que ninguno pierda su originalidad, que cada una tenga libertad en el pensar y actuar.

2.2 Mi corazón debe convertirse en un corazón sumamente bondadoso. Es una bondad que pasa por alto las limitaciones y debilidades ajenas, que no hace caso a las cosas ofensivas o hirientes de los demás. Y todo esto como fruto de una bondad honda y desbordante del corazón.

2.3 Mi corazón debe sentirse responsable por los otros. Tengo que responsabilizarme por ellos, por su salud, su alegría de vivir, su madurez afectiva, su equilibrio emocional, su libertad interior, su independencia frente a la sociedad de consumo. Soy responsable por su crecimiento ascético y espiritual, su aspiración a los ideales, su cumplimiento de los propósitos, su fidelidad en la lucha por la santidad. Esta responsabilidad fraterna significa también hablarle con gran franqueza; hacerle ver, con amor, sus errores y fallas; criticarla, si es necesario, con humildad y sinceridad.

Preguntas para la reflexión
1.      ¿Tengo yo ese corazón respetuoso que ve con profunda admiración a cada familiar?
2.      ¿Poseo yo esa riqueza interior de una bondad sincera y benévola, que se olvida de las experiencias malas y sólo mira sus cosas buenas?
3.      ¿Tengo yo ese corazón responsable por los otros?

Si desea suscribirse, comentar el texto o dar su testimonio, escriba a: pn.reflexiones@gmail.com

martes, octubre 06, 2015

Primera Consagración Curso 22

El 3 de octubre sellaron las madres del curso 22 su Primera Consagración en el Santuario del Padre, Florencio, Varela-






















De izquierda a derecha, atrás Caro, Juana, Alicia, Lucía
De izquierda a derecha adelante, María del Carmen, María del Rosario, Inés, Gaby,  María Teresa, Hna M.Luz, Griselda y Violeta









lunes, octubre 05, 2015

Primera Consagración curso 21

El domingo 4 de octubre hizo su Primera Consagración en el Santuario de Villa Ballester, el curso 21
























De izquierda a derecha, detrás, Marisa, Adriana, Marcela, Graciela, Susana G
De izquierda a derecha, adelante, Susana B, Mónica, Sarita, Gabriela, y en la notebook, desde Jamaica, Ingrid