martes, agosto 31, 2010

Fechas importantes setiembre 2010

05. Beata Teresa de Calcuta
08. Natividad de María
12. Dulce nombre de María
13/9/65. P.Kentenich recibe telegrama en Milwaukee ordenando presentarse en Roma
14. Exaltación de la Cruz
15. Nuestra Señora de los Dolores

15/9/68 Fallece Padre Kentenich.




15. Tercera Consagración 3° Curso Paraguay
16/9/65 P.Kentenich sale de Milwaukee rumbo a Roma
20/9/41. P.Kentenich es interrogado por la Gestapo en Coblenza quedando detenido

22 Consagración Perpetua 10° Curso
23 y 24 Capítulo Territorial

24 al 26 Encuentro Federación Madres Argentina y Paraguay
24. Nuestra Señora de la Merced
25. Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás
29. Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael
30/9/51. Se decreta la salida del P.Kentenich de Schoenstatt

domingo, agosto 29, 2010

Noticias de Schoenstatt: Experiencias, historias, encuentros
Creado el 29/08/2010 - 2014
Rumbo al año 2014: ¿cómo expresar el mensaje 2014 en un logotipo y un lema?

Faltan tan sólo siete semanas para la apertura del trienio en preparación al año 2014: el 18 de octubre, desde todos los Santuarios del mundo, todas las ermitas, Santuarios del hogar, Santuarios del trabajo de la familia de Schoenstatt, partirá la gran peregrinación al Santuario Original, donde "con alegría y humildad la Familia de Schoenstatt de cada nación, comunidad y generación se reunirá para renovar su Alianza de Amor, "la esencia de nuestra familia", "la fuente de nuestro fructificar y la manera concreta en la que vivimos y seguimos a Cristo" (Mensaje 2014). Esta "Alianza de Amor 2014" es misionera e internacional. Proyecta una Familia misionera internacional y configura una Cultura de Alianza en torno a los Santuarios en el "Nada sin Ti, nada sin nosotros".

Durante los últimos meses, muchos han trabajado con esmero para transformar el Mensaje 2014 en una peregrinación a Schoenstatt - y posteriormente a Roma - que se llevará a cabo el 18 de octubre de 2014, con una preparación espiritual conjunta de toda la Familia Internacional de Schoenstatt. Ahora se invita a crear los símbolos de identificación que hacen falta para la celebración y su preparación: un logotipo y el lema. El Team 2014 espera que surjan como fruto de la participación de muchos. Al mismo tiempo, algunas personas están dando lo mejor de sí para redactar una oración común.

2014 en pocas palabras...

El núcleo de la celebración del centenario de la Alianza de Amor en el año 2014 - en Schoenstatt y en Roma - y de la preparación a ésta, en unión con nuestro Padre y Fundador, es la renovación de la Alianza de Amor en su fuerza plasmadora misionera, vinculada e interconectada internacionalmente (proceso interno).

El proceso externo, en el que se expresa esta renovación, consiste en una peregrinación internacional.

Como frutos de esta renovación de la Alianza de Amor esperamos la renovación de toda la Familia de Schoenstatt (mensaje interno de la renovación) y una Cultura mundial de Alianza (mensaje externo de la renovación).

Los gestos simbólicos usados para expresar este proceso central, tanto en Schoenstatt como en Roma, se centran en la imagen de la MTA y en la cruz misionera (Documento de trabajo).

Logotipo y lema

Ya han surgido varias propuestas para el lema. Todos coinciden en que debe ser breve, simple y traducible, atractivo y - por supuesto - debe ser esencialmente el mensaje 2014 transformado en lema. Con el comunicado del team 2014 sobre la competencia internacional, se abre a toda la Familia la formulación de un lema.

Otra convocatoria va dirigida a todos los diseñadores del Movimiento - sean profesionales o no - para presentar un logotipo que exprese el contenido del acontecimiento de 2014. La Hna Marion, a quien el Team 2014 le encargó este tema, explica que no se trata de reemplazar o cambiar el logotipo internacional de Schoenstatt, sino de crear algo que identifique el "2014" según el Mensaje 2014 y la ejecución del mismo, planteado en el documento de trabajo y resumido en el extracto arriba citado.

El plazo para entregar las propuestas, tanto del lema como del logotipo, es el 15 de septiembre. La presentación se hará en vísperas del 18 de octubre, en la apertura internacional del trienio, en el Santuario Original. Se transmitirá en directo por www.schoenstatt-tv.

Fuente: http://www.schoenstatt.de/

miércoles, agosto 18, 2010

Carta de Alianza
Agosto 2010

Queridos hermanos en la Alianza:

El domingo pasado celebramos la fiesta de la Asunción de la Virgen María. Una chica se le acercó a un sacerdote antes de comenzar la Misa y le preguntó: “¿qué significa esta fiesta para nosotros hoy?”. Este hermano comentaba después en nuestra casa que esa simple pregunta le cambió la perspectiva de la prédica que había preparado. María, la pura de cuerpo y alma, la que no experimentó la corrupción en la vida tampoco en su muerte, fue elevada al cielo. María, la inmaculada, la incorruptible.

En Argentina hay corrupción. No es nada nuevo. La sufrimos todos. Así lo demuestra el “Informe de Percepción de la Corrupción”, publicado por Transparencia Internacional correspondiente al año 2009, donde el puntaje de la Argentina es 2,9 en una escala donde los países más corruptos se acercan al 0 y los más transparentes al 10. En el informe del “Barómetro Global de la Corrupción”, el 81% de los ciudadanos argentinos consultados en 2009 consideraron que las políticas de lucha contra la corrupción eran inefectivas. La corrupción se define como echar a perder, pudrir, trastocar la forma original. La corrupción es una traición, por ejemplo:
- del funcionario al pueblo, cuando se enriquece robando a costa del cargo;
- del empleado al jefe, cuando declara horas no trabajadas o roba mercadería;
- del empresario cuando coimea por una licitación y del funcionario que recibe la coima;
- del esposo/a al cónyuge cuando le es infiel y engaña y traiciona el amor y la confianza.

Los móviles de la corrupción pueden ser el dinero, el poder, el placer. Se trata de la corrupción económica, política, moral… pero siempre tienen algo en común: la mentira y la ambición, que, como un gusano, van carcomiendo una tras otra las raíces del árbol personal o social hasta secarlo y matarlo.

Por eso es bueno que nos preguntemos si esta situación que vivimos a diario y que tanto deploramos no es fruto de una cultura de la mentira en la cual muchas veces participamos activamente. Nos quejamos de que el INDEC distorsiona -corrompe- los datos de la inflación; ¿y cuando nosotros distorsionamos los datos de las declaraciones o de los impuestos o de los aportes de empleados, o en nuestros comentarios, exageraciones, omisiones y olvidos voluntarios, etc.? Podremos aducir que la diferencia es el “volumen que se negocia”, pero no nos engañemos, el acto tiene la misma intención: mentir, corromper la verdad y la confianza recibida. No hay bien que se funde en la mentira, al contrario, la mentira es la madre de todos los males.

Opuesta a la corrupción es la honradez. Es la integridad en el obrar, la cualidad moral que lleva al cumplimiento de los propios deberes respecto del prójimo y de uno mismo. En tiempos de nuestros abuelos se hablaba del hombre veraz, coherente, sin dobleces, “de una sola tabla”, que honra la verdad y el bien. Pero hoy la verdad y la honradez no cotizan alto en la bolsa de valores de los argentinos, se podría decir que no son buenos tiempos para estos y otros valores. ¿Pero cuándo son buenos tiempos? El P. Kentenich nos diría: ¡éste es el mejor tiempo, el que nos ha tocado para actuar! Por eso él definió al Movimiento de Schoenstatt como un movimiento de renovación religioso-moral en Cristo y decía en una conferencia de 1929: “Como Movimiento tenemos la tarea de ocuparnos de la renovación religioso-moral del mundo. … Hasta ahora hemos trabajado por la renovación religiosa. Ésta debe desembocar ahora en la cuestión social”. Esta magnífica frase del P. Kentenich, un apasionado por la verdad, nos orienta y anima en nuestra acción hoy, aquí, en nuestra Argentina del Bicentenario y del relativismo. Como las tres Marías, que nos orientan en las noches sureñas, miremos a lo alto: busquemos la Verdad, seamos fieles a la Verdad y anunciemos la Verdad con nuestra vida. Como María, la que escuchó la Verdad, le fue fiel y la anunció con su vida, incorruptible. Hasta el final, hasta el Cielo.

P. Javier

Con María Reina, construyamos una Patria para todos.

lunes, agosto 16, 2010

Madre de la santa esperanza
Padre Nicolás Schwizer

El Concilio definió la Iglesia de hoy como un pueblo en marcha, un pueblo peregrino. Y la esperanza es la virtud de los caminantes. La esperanza resulta la virtud más olvidada de los cristianos, pero la más necesaria para ir por la ruta de la vida. Ella mantiene en pie el corazón de los cristianos. Y hoy necesitamos esa virtud en nuestra patria más que nunca, porque muchos hermanos han perdido la esperanza en un futuro mejor.

Mientras hay vida hay esperanza. Vivir es tener deseos, vivir es anhelar algo y luchar para alcanzarlo. Siempre estamos esperando alguna cosa: el ascenso en el trabajo, ampliar la casa, un televisor más grande, un par de zapatos nuevos. Y cuando una de estas esperanzas se nos frustra, entonces nos sentimos amargados.

Sin embargo, lo curioso es que también, muchas veces, nos sentimos vacíos cuando alcanzamos lo que tanto queríamos. Antes creíamos que con eso ya seríamos plenamente felices, que no nos faltaría nada más. Pero a medida que se cumple una esperanza, nos surgen otros anhelos y sentimos que todavía no estamos satisfechos.

Siempre deseamos algo nuevo, porque lo antiguo, lo que ya tenemos, no nos ha llenado. La fiebre de lo nuevo se ha convertido en una enfermedad para el hombre de hoy.

Nuestras esperanzas las podemos apoyar sobre arena o sobre roca. Y sabemos que la única roca verdadera es JESUCRISTO. Las cosas de este mundo fueron creadas para conducirnos y acercarnos a Él. Por hermosas y nobles que sean, no son más que hitos en el camino, no pueden saciar toda nuestra esperanza. No podemos apoyar la esperanza de nuestra vida sobre arena.

Tenemos que edificar sobre la roca de Cristo. Cuando apoyamos nuestras esperanzas sobre Él, entonces tenemos entusiasmo y optimismo para enfrentar la vida.

Pero, ¿cómo encontrar a Cristo en mi vida concreta? ¿Cómo hacer que la luz de su esperanza me penetre y me llene el corazón?

Sabemos que la Estrella que nos conduce a Cristo es María, su Madre.

La Iglesia la llama Madre de la esperanza. Desde la Anunciación, Ella apoya todos sus anhelos en su Hijo. Ella sabe que Cristo es la roca que no pasa y que nunca desengaña. Por eso, espera contra toda esperanza, incluso cuando Él muere, junto a Ella, en la cruz. Para los apóstoles, la muerte de Jesús resulta el tremendo fin de todas sus esperanzas. No así para María: Ella continúa su camino por la oscuridad, pero con el corazón lleno de esperanza.

Acerquémonos, por eso, a Ella, esa tierra de encuentro y de esperanza que es María. Con su luz, Ella enciende también en nosotros la esperanza de Cristo y nos precede en el camino. Así Ella nos ilumina para saber apoyar en el Señor todas nuestras esperanzas humanas. Y como la vida de María, así también la nuestra se llenará de alegría, de un entusiasmo que no pasa, de una eterna juventud.

Queridos hermanos, pidámosle, por eso, a la Virgen que nos ayude a construir una Iglesia de la esperanza, pero apoyada sobre la roca de Cristo. Sólo sobre este fundamento podremos edificar un futuro mejor de nuestra patria y nuestro pueblo. Para ello, debemos empezar apoyando en esa roca nuestras esperanzas personales.

Porque una Iglesia de la esperanza sólo se construye con hombres y mujeres de esperanza, alegres y confiadas, que han tenido un encuentro vital con Cristo en el corazón de María. ¡Que la Madre de la santa esperanza nos ayude en esta misión!

Preguntas para la reflexión

1. Las tragedias, las enfermedades… ¿son mis temas favoritos de conversación?
2. Los demás, ¿me ven como una persona optimista, llena de esperanza?
3. ¿Uso frases del tipo: “eso no va resultar”, “no hay nada que hacer”, “está todo mal”…, etc ?

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martes, agosto 10, 2010

Novedades del proceso de canonización del Padre Kentenich
10 de agosto de 2010

En el mes de julio el delegado episcopal, Dr. Jorge Holkenbrink, ha podido dedicarse con intensidad a la causa de canonización. Ya están cumplidos todos los requisitos jurídicos establecidos por la ley canónica. Restan ahora una serie de trabajos técnicos, tales como focopiado, legalización de las actas, confección de los índices, etc., lo cual demandará tiempo y trabajo en los próximos meses.

La fecha de la sesión de clausura la fijará el obispo diocesano, Mons. Ackermann.

A su debido tiempo informaremos a toda la Familia internacional para que pueda unirse a la celebración.

Junto con agradecer a Dios por estos avances en la causa es importante continuar implorando la gracia de una buena continuación y finalización de la instrucción de la causa en la diócesis de Tréveris y la gracia de un milagro obrado por intercesión del Padre Fundador.

P. Angel Lorenzo Strada

lunes, agosto 02, 2010

Reflexiones

¿Existe el demonio?

Padre Nicolás Schwizer

En el Evangelio solemos oír relatos de la expulsión de demonios por Jesús. Tal vez, este hecho nos suena a nosotros un poco raro. Porque el estar poseído por un demonio nos parece algo exclusivo de aquellos tiempos. Sin embargo sucede también en nuestros días, aunque sea poco frecuente.

Pero el problema de fondo para el hombre de hoy es la pregunta, si el demonio, como persona existe o no. Resulta que el hombre moderno e incluso el cristiano moderno apenas creen en el demonio. Éste ha conseguido realizar, en nuestros días, su mejor maniobra: hacer que se dude de su existencia.

Queremos, por eso, ahora reflexionar un poco sobre el diablo y su actuar en el mundo y en nuestra vida.

Los habitantes del infierno buscan, contrarrestar el poder y dominio de Dios. Y porque no les es dado enfrentarse directamente con Dios, lo hacen indirectamente. Tratan de arrebatarle su creatura preferida de la tierra: el hombre.

Así cada uno de nosotros es un campo de lucha en que se enfrentan el bien y el mal, las fuerzas divinas y las fuerzas diabólicas.

¿Quién negaría tal realidad? Nadie de nosotros va a ser tan ingenuo de creerse fuera de esa lucha permanente. Cada uno de nosotros experimenta esta tensión, este conflicto en su propio cuerpo y en su propia alma. Nos damos cuenta de que un ser fuerte obra en nosotros y nos quiere imponer su voluntad, y que necesitamos a otro más fuerte para liberarnos.

Fuimos liberados ya el día de nuestro bautismo. Pero el demonio volvió a nosotros y lo dejamos entrar de nuevo, por medio de nuestros pecados.

La gran obra del diablo es el pecado. Él es el “padre del pecado”. La realidad del mal, que lleva a los hombres a matar, robar y engañar; que hace triunfar al injusto y sufrir al justo.

Que vuelve egoístas a los que tienen ya demasiado y lleva a la desesperación a los marginados, todo esto y mucho más es su obra, bien presente y actual en nuestro mundo.


Realmente, el hombre no vive solo su destino. Es incapaz de ser absolutamente independiente. O se entrega a Dios o es encadenado por el demonio. Tanto en el bien como en el mal, no somos nosotros los que vivimos: es Cristo o Satanás el que vive y triunfa en nosotros. ¡O somos hijos de Dios o somos hijos del diablo!

Jesucristo choca, desde el comienzo de su misión, con esta potencia del mal increíblemente activa y extendida por el mundo. Por todas partes Jesús la descubre, la expulsa, la destrona. En este contexto debemos ver también los textos del Evangelio. En el centro de los textos no está el poseído por el demonio, sino Cristo mismo. En Él debe fijarse nuestra mirada.

Porque nosotros mismos no lograremos soltarnos del poder del demonio. Con nuestras propias fuerzas no podremos vencer el mal dentro de nosotros. Es necesario que Cristo nos fortalezca en nuestra lucha diaria contra el enemigo. Es necesario que Cristo nos libere, paso a paso, de su poder destructor. También María, la vencedora del diablo, ha de ayudarnos en ello.

Como Cristo procedió en el Evangelio con los poseídos, así quiere expulsar la injusticia, la mentira, el odio y todo el mal de esta tierra. Quiere en nosotros y por nosotros crear un mundo nuevo mejor, renovar la faz de la tierra. Quiere construir una Nación de Dios, donde reinan la verdad, la justicia y el amor.

Queridos hermanos, también nosotros seremos, un día, totalmente libres de la influencia del maligno. Será en el día feliz de nuestro encuentro final con Dios, de nuestra vuelta a la Casa del Padre.

Preguntas para la reflexión

1. ¿Creo realmente en la acción del demonio?
2. ¿Soy consciente de la lucha que se libra en mi interior?
3. ¿Conozco mi punto débil, que es donde más me ataca el demonio?

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