miércoles, marzo 31, 2010

Fechas importantes abril 2010

01.- Jueves Santo. Última cena del Señor
02.- Viernes Santo. Pasión del Señor
03.- Vigilia Pascual
04.- Pascua de Resurrección
06/4/1945.- P.Kentenich sale del campo de concentración de Dachau
12/4/1894.- P.Kentenich es Consagrado a la Sma. Virgen
15.- Curso 12º de Mendoza hace su tercera Consagración
18.- Día de Alianza
19.- San Expedito
25.- Buen Pastor
25.- Día del matrimonio

martes, marzo 30, 2010

La traición de Judas
Padre Nicolás Schwizer

Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará. Muy entristecidos, se pusieron a decirle uno por uno: ¿Acaso soy yo, Señor? Él respondió: "El que ha mojado conmigo la mano en el plato, ése me entregará. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!» Entonces preguntó Judas, el que iba a entregarle: ¿Soy yo acaso, Rabbí? Dícele: Sí, tú lo has dicho.

La traición de Judas Iscariote nos parece una acción totalmente repugnante. Y nos cuesta entender el misterio de ese hombre. ¿Qué motivos tenía para traicionar a su Maestro?
Fue elegido, un día, por Jesús para formar parte del círculo más íntimo de sus amigos. Lo acompañó durante su vida pública. Escuchó sus enseñanzas. Vio sus innumerables milagros. Y sin embargo lo entrega por treinta monedas. ¿Qué habrá pasado en ese hombre para llegar a tal extremo?

No se sabe con seguridad cuáles han sido los motivos de su traición. Unos piensan que ha sido por codicia. Según el Evangelio de San Juan, él estaba encargado de la bolsa común y los demás apóstoles sospechaban que era un ladrón. Pero, por otra parte, treinta monedas era muy poco dinero en aquel tiempo. Sabemos también que Judas, cuando supo que Jesús había sido condenado, se llenó de remordimientos y devolvió las treinta monedas a los sumos sacerdotes.

Otros piensan que Judas se sintió defraudado por su Maestro: Jesús no era lo que él esperaba. Él esperaba una liberación de su pueblo del yugo de los romanos, esperaba a un Mesías político. Los demás apóstoles tenían también ambiciones humanas, pero en su contacto con Jesús, lograron purificar su fe. Judas no consiguió eso y la traición fue su manera de vengarse.

De todos modos, es muy difícil penetrar en el misterio de ese hombre y de su acción: misterio de la debilidad y la maldad humana.

Como contraste, tenemos que ver la actitud de Jesús frente a Judas. Más de un año antes de estos sucesos, el Señor le advierte a Judas: “Yo mismo los elegí a ustedes los doce, y sin embargo uno de ustedes es un demonio” (Jn 6, 70).

Después, cuando se acerca el momento, un acto de humillación profunda frente a aquel que está a punto de traicionarlo: “Se levantó mientras cenaba, echó agua en un recipiente y empezó a lavarles los pies a sus discípulos” (Jn 13, 4s), y sabemos que Judas estaba entre ellos.

Y enseguida una segunda advertencia ante los doce: “Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar... El Hijo del Hombre se va como está escrito de él; pero ay del que va a entregar al Hijo del Hombre, más le valdría no haber nacido”. Y cuando Judas le pregunta, si está hablando de él, Jesús se lo confirma.

Y, finalmente cuando Judas consuma su traición con un beso, el Señor le pregunta: “Amigo, ¿a qué vienes? ¿Con un beso traicionas al Hijo del Hombre?” (Mt 26, 40; Lc 22, 48). Hasta el final, Jesús lo considera amigo...

Por una parte, Jesús -por todos los medios- trata de salvar a Judas, de detenerlo a tiempo. Por otra parte, quiere aceptar y cumplir la voluntad del Padre en todo.

Queridos hermanos, ¿Y nosotros? ¿Tenemos motivos para indignarnos contra Judas, motivos de condenarlo?

Preguntas para la reflexión

1. ¿Cuántas veces nosotros hemos traicionado al Señor?
2. ¿Cuántas veces le hemos sido infieles, lo hemos dejado solo, hemos antepuesto otros intereses a los suyos?
3. ¿Y cuántas veces lo hemos traicionado a Jesús en uno de nuestros hermanos, amigos, compañeros?

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lunes, marzo 29, 2010

SALUDO PASCUAL DESDE ROMA

BUONA PASQUA O MALA PASQUA?

P.GUILLERMO MARIO CASSONE

Este título un tanto provocativo me surgió estos días mientras pensaba en este saludo pascual cuando un conjunto lírico cantó en la Parroquia la ópera más conocida de Pietro Mascagni “CAVALLERIA RUSTICANA” que termina cuando la mujer engañada por su marido a modo de maldición, desea para él y su amante una "MALA PASQUA”. Les recuerdo que se desarrolla en un pueblo, en la mañana de Pascua, cuando todos se saludan con la "BUONA PASQUA”.

Por cierto que mi deseo es que todos tengan una BUONA PASQUA, pero sé que en esta Semana Santa lamentablemente habrá tantos que vivirán la experiencia de la Pasión con más fuerza que el gozo pascual...

Hace un mes nuestros hermanos chilenos sufrieron un terrible y devastador terremoto, hace más de dos meses uno aún peor los haitianos con tantísimas víctimas fatales y un pais literalmente en el suelo. Sólo dos ejemplos cercanos y recientes de pruebas y dolor, causados por fenómenos de la naturaleza.

Pero hay tantos otros dolores causados por el pecado humano ...

Sólo enumero algunos sin detenerme en ninguno particularmente, ni pretender ser exaustivo: las guerras de Africa y Medio Oriente, las guerrillas en Colombia, la guerra de los narcos mejicanos, las persecuciones a los disidentes cubanos, la corrupción política y económica en varios paises de nuestra América, de Europa y de Asia, las terribles persecuciones a los cristianos en India, China, Nigeria y Sudán, así como las sofísticadas campañas contra la vida especialmente en la etapa de gestación y en la fase terminal, las consecuencias crueles de la crisis financiera global que la terminan pagando los más pobres e indefensos, el deterioro de la ecología, etc .

Me detengo en un dolor grande que afecta a toda la Iglesia y en especial a los sacerdotes: la pedofilia de algunos sacerdotes en varios países, que recientemente se focalizó en Irlanda, pero no se reduce a este país.

Como cristianos nos duele por lo que implica de pecado grave y por sus consecuencias para las víctimas y sus familias, así como para la Iglesia en esos países.

En esta Cuaresma estoy haciendo penitencia especialmente por este motivo y creo que como Iglesia debemos hacerlo también. Es ante todo una ofensa grave al Señor y más cuando los causantes son personas especialmente consagradas a El, esto requiere nuestra humilde expiación y nuestra penitencia.

Les recomiendo que lean el texto completo de la Carta del Papa a los irlandeses (la encuentran en vatican.va o en zenit.org) donde manifiesta con sinceridad y franqueza su posición, pide perdón a nombre de la Iglesia con humildad y muestra una estrategia a futuro muy clara y terminante. LEANLA.

Pero, por favor, no se dejen llevar por una cierta campaña mediatica muy bien orquestada por determinados lobbys que aprovechan estos hechos reales para una generalizada e injusta crítica a toda la Iglesia y para denigrar el valor del sacerdocio o pretender ligar el problema al celibato. Creo que la humildad no significa dejar de defender la verdad frente a las calumnias. Ojalá esto se vea en un contexto de la permisividad sexual patrocinada por muchos de los que hoy se rasgan las vestiduras por este escándalo. Y que otros también pidan perdón por promover estas conductas o querer justificarlas, o lo que es peor, hacer negocio con el abuso de menores.

Y sin negar estos dolores y pecados quiero subrayar la confianza en el poder salvífico de la CRUZ DE JESUS que incluye el asumir y ofrecer nuestra propias cruces unidas a la suya, para que sean redimidas por su Sangre.

En esta manifestación suprema del AMOR MISERICORDIOSO de la Santísima Trinidad está la clave de nuestra fe y de nuestra esperanza, que nos permite participar en la Pascua de Jesús ya ahora y como anticipo de la Pascua eterna.

Por eso hemos caminado por el desierto cuaresmal purificando el corazón y la vida toda para merecer la experiencia salvadora y sanadora de la Resurrección de Jesús, que no es tan sólo un hecho histórico sino tiene vigencia y fuerza en el aquí y ahora de la humanidad también en 2010.

Me permito expresar tres deseos para que el saludo de BUONA PASQUA tenga este año un contenido y colorido original:

- Que nos convirtamos en anunciadores valientes de la Buena Nueva del AMOR VICTORIOSO Y MISERICORDIOSO DE JESUS RESUCITADO viviendo en santidad la vida cotidiana, donde el amor sea nuestra norma de vida en cada opción, chica o grande.

- Que nos dejemos educar y conducir por MARIA para caminar por el mundo como ella repartiendo a todos amor, paz y alegría, mostrando que es posible un mundo mejor.

- Que sepamos que al mal se lo vence por la sobreabundancia del BIEN y nunca nos demos por vencidos aunque a veces nos abrume la fuerza del mal cerca nuestro.

Los tendré presente a cada uno en mis oraciones de esta Semana Santa, en especial a los que sufren en el cuerpo o en el alma, pidiendo a JESUS RESUCITADO los colme de bendiciones y todos vivan una BUONA PASQUA.

Con mi afecto y bendiciones los saludo a cada uno desde Roma con un fraterno abrazo

P.Guillermo Mario Cassone

Roma,28 de marzo de 2010.



¡ BUONA PASQUA A TUTTI !

jueves, marzo 18, 2010

Carta de Alianza
Marzo 2010

Queridos hermanos en la Alianza:

Mientras escribo estas líneas el Cardenal Jorge Bergoglio, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, con los obispos Luis Villalba y José María Arancedo, vicepresidentes primero y segundo respectivamente, están visitando a la Presidenta de la Nación para entregarle el documento que han sacado la semana pasada, “la Patria un don de Dios, la Nación una tarea permanente”. Ayer se reunieron con el Presidente de la Corte Suprema de Justicia. También se reunirán con el Vicepresidente de la Nación, y mañana se encontrarán con el presidente de la Cámara de Diputados. Estos encuentros son una invitación a crear condiciones de convivencia más armónicas y más institucionales, y así cooperar a lograr la amistad social; son un signo de ir al encuentro, crear vínculo y generar diálogo entre los dirigentes. Un ejemplo para todos.

Con claridad profética nos dicen los obispos que “la celebración del Bicentenario merece un clima social y espiritual distinto al que estamos viviendo. Urge recrear las condiciones políticas e institucionales que nos permitan superar el estado de confrontación permanente que profundiza nuestros males. La situación actual requiere una actitud de grandeza de parte de todos los argentinos, en particular de sus dirigentes.”

Hace algunos años, en una de estas cartas de Alianza, les escribí: “Los argentinos venimos de una larga historia de desencuentros y no queremos más confrontaciones y rupturas. Esa dolorosa historia ya la conocemos, esos caminos equivocados ya los hicimos y nos costaron profundas divisiones, irreparables pérdidas humanas, debilitamiento de las instituciones y retraso en el desarrollo social, cultural y económico. Son cicatrices de heridas profundas que todavía están allí y duelen mucho. Los argentinos no necesitamos nuevas luchas que abran heridas antiguas. Hoy necesitamos dirigentes que sepan dialogar respetando las diferencias; que sepan consensuar políticas a largo plazo. Líderes sociales y empresariales que cuiden la unidad, el desarrollo y la paz del tejido social. Argentina una vez fue grande porque sus dirigentes supieron incluir, sumar inteligencias y voluntades en un proyecto de Nación que nos transformó en “tierra de esperanza”.

Incluir, respetar, dialogar, consensuar son palabras de un nuevo “lenguaje” que debemos aprender todos los argentinos. Incluir, respetar, dialogar y consensuar son las actitudes que dan fundamento y sustento a la vida social, democrática y republicana que hoy debemos conquistar en todos los ámbitos, hasta en la vida familiar. Cambiemos hacia una convivencia más dialogante y respetuosa que busque la unidad. ¡Caminemos hacia una cultura del encuentro, hacia una cultura de Alianza!

Los obispos finalmente nos exhortan: “la Patria es un don que hemos recibido, la Nación una tarea que nos convoca y compromete nuestro esfuerzo. Asumir esta misión con espíritu fraterno y solidario es el mejor modo de celebrar el Bicentenario de nuestra Patria.”

Queridos hermanos, Ntra. Sra. de Itatí, del Valle, de Luján, del Milagro y la Auxiliadora, junto con muchas advocaciones más, forjan el “tejido mariano” de nuestra historia y geografía nacional. Argentina se forjó bajo el amparo maternal de María y con la fuerza moral de los padres de la Patria. A Ella acudieron en los momentos de angustia y desamparo; a Ella volvemos a acudir hoy nosotros para que nos muestre nuevamente el camino para ser Nación.

Por esa causa el 8 de Mayo, día de Ntra. Sra. de Luján, Patrona de Argentina, queremos encontrarnos para celebrar y pedir por la Patria. Lo haremos en distintos centros del país: la región cuyana en San Juan, la pampeana en Luján, el noroeste en Catamarca, el noreste en Itatí, el centro en el monumento a la Bandera de Rosario y patagonia en Bariloche. Pero todos, allí a donde estemos ese día, queremos unirnos en oración a las 15 hs. y encender una vela, una luz de esperanza por Argentina, rezando un Padrenuestro y un Ave María pidiendo por la paz, la unidad y el desarrollo para todos los argentinos. En Luján pondremos a los pies de María nuestra Constitución Nacional pidiéndole a Ella que nos enseñe a amar y servir a la Patria como verdaderos hermanos y ciudadanos.

Queridos hermanos en la Alianza, es para todos nosotros compromiso y misión anunciar y participar en las celebraciones por la Patria el 8 de mayo próximo. Más aún, se trata de participar, cada día, en la construcción de una Patria con alma de familia, fraterna y solidaria, una Patria para todos.

Desde el Santuario reciban en este día de Alianza un cordial saludo y bendición,

P. Javier Arteaga


CON MARÍA REINA, CONSTRUYAMOS UNA PATRIA PARA TODOS

lunes, marzo 15, 2010

Isabel nos presenta a María: Feliz tú...

P.Nicolás Schwizer

María es presentada por su prima Isabel con su saludo de alabanza: “Feliz tú que creíste”. Nos invita a reconocerla como la Madre y Educadora de la fe y modelo de nuestra propia fe.

Si miramos con atención el mundo de hoy notamos que está pasando por una fuerte crisis de fe. Existe el proceso lento de descristianización, de una paralización y aun de una extinción de la fe en el hombre moderno, y hasta en los movimientos religiosos.

Tal vez también a nosotros nos ocurra un día que debamos constatar: En el fondo ya no creo más lo que he creído antes; se perdió mi entusiasmo, el fervor religioso de mi juventud. Y tal vez no nos sentimos demasiado tristes, sino lo constatamos simplemente.

Nuestra vida de fe tiene sus altos, y bajos. Tenemos épocas en que todo nos anda mal, en que nos cuesta rezar, confesarnos, buscar a Dios. Pero, ¿qué pasará si estos se reiteran y llegan a ser permanentes?

En esa crisis de fe, la Iglesia hoy nos muestra la actitud de la Sma Virgen, nos muestra su fe ejemplar. ¿Y cómo nos presenta el Evangelio la fe de María?

a) Fe personal: Para Ella, creer no es saber de memoria el “Credo”, aceptarlo, defenderlo y confesarlo todos los Domingos en la Eucaristía. Para María, creer es mas bien comprometerse con toda su persona y con toda su existencia con el Dios personal. No es tanto aceptar verdades y artículos de fe, sino más bien, unirse de persona a persona con Dios. María está siempre abierta para Dios y para su deseo, porque le tiene una confianza inmensa, porque se fía de Él.

b) Fe activa (libre y obediente): El relato de la Anunciación pone de relieve el diálogo entre María y el Ángel. Así se destaca que María no da su respuesta en una forma pasiva, sino con una fe libre y obediente. Es un consentimiento activo y responsable.

María nos enseña que la fe verdadera está lejos de ser totalmente pasiva. María obedece entregándose enteramente al plan de Dios. Pero esta entrega incondicional no le impide interrogar para asumir su obediencia con libertad, convirtiéndose en colaboradora de ese mismo plan. La fe de María es activa, porque soporta y acepta que se destruyan siempre de nuevo sus propios proyectos. No cuestiona a Dios, sino a sí misma.

c) Fe fuerte y fiel: La fe de María no es una fe acabada desde el inicio. También Ella con su fe está en camino.

Muchas veces no entiende el por qué de los acontecimientos, tiene que pasar por la oscuridad - como todos nosotros. Pero Ella, como dice el Evangelio: “Guardaba y meditaba estas cosas en su corazón”

Pone todo lo que le pasa en relación con Dios, con su palabra y su voluntad. Busca el sentido de las cosas, el deseo divino detrás de ello.

María ha mantenido la fe a través de muchas pruebas y muchas oscuridades, hasta al pie de la cruz. Dice de Ella el Papa Juan Pablo II: “Conoció las mismas contradicciones de nuestra vida terrena.
Se le prometió que a su Hijo se le daría el trono de David, pero cuando nació no hubo lugar para Él ni en el mesón. Y María siguió creyendo.
El ángel le dijo que su Hijo sería llamado Hijo de Dios. Pero lo vio calumniado, traicionado y condenado, y abandonado a morir como un ladrón en la cruz. A pesar de ello, creyó María que se cumplirían las palabras da Dios.”

Es realmente admirable la fuerza y la fidelidad de su fe. Nunca hubo alguien que la igualara. Por eso, el Espíritu Santo la alaba en su prima Isabel, proclamándola feliz por la firmeza incomparable de su fe.

María, es feliz, bendita, llena de gracia, la más grande porque creyó en Dios y se entregó a Él sin condiciones.

La Sma. Virgen, esta mujer de una fe extraordinaria, se nos ha dado a nosotros por modelo en nuestra peregrinación de fe. De María aprendemos a confiar y entregarnos a un Dios personal. De María aprendemos a aceptar la voluntad de Dios con libertad y colaborar con Él con una fe activa. De María aprendemos también a creer cuando no entendemos el plan de Dios y permanecer fieles en las pruebas de la vida.

Pidámosle, por eso, a la Sma. Virgen, que nos forme y eduque en la fe, según su gran ejemplo. Entonces también a todos nosotros se nos dirá, un día: ¡Felices Uds. porque creyeron!

Preguntas para la reflexión

1. ¿Cómo definiría mi fe: tibia, profunda…?
2. ¿Soy un cristiano por tradición?
3. ¿Mantengo la fe en las pruebas difíciles?

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viernes, marzo 12, 2010






Carta del Deplai por el Bicentenario 12/03/2010

Celebración ciudadana por el Bicentenario

Se invita a encender una vela y a rezar una oración por nuestra Nación

El próximo 8 de mayo a las 15, el Departamento de Laicos de la Conferencia Episcopal Argentina invita a todos los argentinos a realizar un gesto nacional como celebración del Bicentenario.

El mismo consiste en encender una vela y en rezar una oración por la Patria.

Habrá un Acto Central frente a la Basílica de Luján como así también en distintos puntos de la Argentina.

Bajo el lema “Con María, construyamos una Patria para todos”, el Departamento de Laicos de la Conferencia Episcopal Argentina (DEPLAI), convoca a la misma hora a todo el país a encender una vela, que simbolizará el pedido de una luz nueva de Esperanza para la Argentina, y a rezar una oración por la Patria (un Padrenuestro y un Avemaría), por lo que se sugiere que se haga en todas las plazas, en todos los hogares y en todas las calles del país.

Ese día, la celebración tendrá su punto central en la plaza frente a la Basílica de Luján, con una misa presidida por el cardenal Jorge Bergoglio y luego se realizará una celebración ciudadana con la presencia de otros credos. Allí se espera el arribo de numerosas delegaciones de parroquias, colegios, movimientos y asociaciones de la Ciudad de Buenos Aires y de toda la provincia de Buenos Aires.

El viernes 7 de mayo se iniciará la caminata a partir de las 17 desde la Basílica San José de Flores para llegar a Luján el sábado 8 de mayo a las 15 hs y participar del Acto Central.

El evento se hará en forma simultánea en distintos centros de devoción mariana como Nuestra Señora de Itatí en Corrientes; Ntra. Sra. del Valle de Catamarca, en las ciudades de Rosario, Bariloche, Salta, Jujuy, La Rioja y San Juan entre otras.

Para mayor información comunicarse con:
info@deplai.org.ar
http://www.deplai.org.ar/
4394-0014 de lunes a viernes de 15 a 19 hs.

jueves, marzo 11, 2010

La Patria es un don, la Nación una tarea

AICA – Buenos Aires – Servicio Nacional – 10 de marzo de 2010

Declaración de la 155º Comisión Permanente del la Conferencia Episcopal Argentina

1. La celebración del Bicentenario merece un clima social y espiritual distinto al que estamos viviendo. Urge recrear las condiciones políticas e institucionales que nos permitan superar el estado de confrontación permanente que profundiza nuestros males. La situación actual requiere una actitud de grandeza de parte de todos los argentinos, en particular de sus dirigentes. También nosotros, como pastores, nos sentimos interpelados por esta situación y no nos excluimos del examen de conciencia que se debe hacer.

2. La que sufre es la Nación toda; no es momento para victimizarnos ni para procurar ventajas sectoriales. “Aunque a veces lo perdamos de vista, la calidad de vida de las personas está fuertemente vinculada a la salud de las instituciones de la Constitución cuyo deficiente funcionamiento produce un alto costo social”. La calidad institucional es el camino más seguro para lograr la inclusión de todos en la comunidad nacional. Por eso, es necesario que los poderes del Estado, de acuerdo a su naturaleza, actúen respetando su legítima autonomía y complementándose en el servicio al bien común.

3. Si toda la Nación sufre, más duramente sufren los pobres. Este es un reclamo del cual nos volvemos a hacer eco, porque se trata de una deuda que sigue vigente, y que se lee “en los rostros de miles de hermanos que no llegan a vivir conforme a su dignidad de hijos de Dios”. Por ello, es el momento de privilegiar la sanción de leyes que respondan a las necesidades reales de nuestro pueblo, y no de detenerse en opciones fijadas por intereses que no tienen en cuenta la naturaleza de la persona humana, de la familia y de la sociedad.

4. La Patria es un don que hemos recibido, la Nación una tarea que nos convoca y compromete nuestro esfuerzo. Asumir esta misión con espíritu fraterno y solidario es el mejor modo de celebrar el Bicentenario de nuestra Patria.

5. Los cristianos invitamos a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a unirse a nosotros en la oración para invocar al Señor, que es la fuerza de su pueblo, y a pedirle por nuestra querida Patria argentina: “Salva a tu pueblo y bendice a tu herencia; apaciéntalos y sé su guía para siempre”. Una vez más ponemos estos deseos y esperanzas en las manos de Nuestra Madre de Luján.

155º Comisión Permanente
Buenos Aires, 10 de marzo de 2010

martes, marzo 02, 2010

Fechas importantes marzo 2010

07.- 3° Domingo de Cuaresma
11.- El P.Kentenich es trasladado al campo de concentración de Dachau
14.- 4° Domingo de Cuaresma
18.- Día de Alianza
19.- P.Kentenich celebra por primera vez Misa en Dachau
19.- San José. Onomástico del P.Fundador
21.- 5° Domingo de Cuaresma
25.- Anunciación del Señor
28.- Domingo de Ramos
Solidaridad

Padre Nicolás Schwizer


Todos conocemos la frase bíblica: “Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis”….
Al escucharla, es como si de pronto nos vemos despedidos del cielo a la tierra, del espiritualismo a la encarnación. La sorpresa es profunda y general. Los justos como los condenados, protestamos: “¿Cuándo te hemos visto...?”

Jesús nos avisa de antemano que no seremos juzgados por nuestras prácticas religiosas: no nos preguntarán si hemos rezado, si hemos profetizado, si hemos asistido a charlas, retiros o reuniones religiosas. El juicio final no se basará en la cantidad de nuestras comuniones, de nuestras misas dominicales, de nuestras confesiones. Toda esa intimidad aparente con Jesús no nos impedirá ser puestos a la puerta del Reino. No seremos interrogados sobre lo que hicimos frente a Dios, sino sobre lo que hicimos frente a los demás.

Cristo se identifica aquí plenamente con los pequeños, pobres y humildes. En ellos, Dios está a nuestro alcance, para que podamos amarlo y servirlo. “Cuando lo hicieron con uno de estos mis hermanos, conmigo lo hicieron”.

Él está allí, a nuestro lado, con mil rostros distintos. Pero nosotros, ciegos, duros, egoístas y negligentes, no sabemos verlo, peor todavía, no queremos verlo. Lo dejamos ir. Y, tal vez, hasta lo despreciamos. Provocamos su justicia con nuestra injusticia y falta de solidaridad. “Cada vez que no lo hicieron con uno de estos mis hermanos, conmigo no lo hicieron”.

Si la solidaridad fraterna es la única garantía para entrar en su Reino, entonces no nos queda otro camino que buscar el rostro de Cristo en el rostro de nuestros hermanos que sufren. Y cuando lo descubrimos, tenemos que acogerlos y, ayudarles como lo haríamos con Jesús mismo.

Y así ningún cristiano puede permanecer tranquilo, mientras que haya niños que no tienen qué comer, jóvenes sin posibilidad de instruirse, adultos que carecen de trabajo, ancianos pasando los últimos años de su vida en una resignada desesperación.

En cada uno de estos rostros se refleja nuestro Señor. Porque en cada uno de estos hermanos necesitados nos sale nuestro Dios al encuentro.

El auténtico amor se manifiesta y realiza cuando es capaz de traducirse en solidaridad. Porque el amor es una fuerza de unión, una tendencia a considerar al otro como parte de mi propio ser, como mi verdadero hermano en Cristo.

Por eso, amar es compartir: sentir mías las alegrías, las esperanzas, las angustias y las necesidades del otro. Y hacerle sentir que también lo mío, mi corazón, mi tiempo, mi pan está a su disposición. En esto consiste la solidaridad. Y en este tiempo difícil que estamos viviendo, es necesario que todos seamos solidarios con los hermanos necesitados. Además, es el único signo por el cual los hombres podrán reconocernos como discípulos de Cristo e instrumentos del Espíritu Divino.

Pues lo peor no es ciertamente el mal que cometemos, sino el bien que dejamos de hacer. Existe un grupo numeroso de gente que “no roba, ni mata, ni hace mal a nadie”. Pero tampoco hace el bien.

Retirarse a la vida privada, refugiarse en la multitud, lavarse las manos ante los gritos de los más pobres y oprimidos - es hacerse cómplice y corresponsable de la injusticia. Pero todos serán descubiertos y condenados cuando llegue el día de las responsabilidades. Todos serán despojados de su paz y de su seguridad burguesas, en aquel día terrible. Porque Dios vendrá como un ladrón que no anuncia ni el día ni la hora de su visita.

Queridos hermanos, renovemos por eso no sólo nuestro amor al Señor, sino también nuestra entrega generosa a los hermanos, sobre todo a nuestros hermanos pobres, desamparados y marginados. Y entonces nos esperará, al final de nuestra vida, la invitación del Juez divino: “¡Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo!”

Preguntas para la reflexión

1. ¿Qué hago por los más pobres?
2. ¿La religión es un refugio para mí?
3. ¿Me considero una persona solidaria?

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