lunes, diciembre 25, 2006


4º Domingo de Adviento


En el tiempo de Adviento la caridad, se nos presenta como un excelente medio de espera y conversión; ya que sólo a través de nuestra comunión de amor con el Señor, estaremos en condiciones de amar realmente a nuestros hermanos y de practicar la verdadera caridad con ellos. La caridad debe llevarnos durante este tiempo a expresarla concretamente a través de la atención de los más pobres y necesitados, buscando su promoción integral y radicalizando nuestra obligación de ser “guardianes del hermano” preocupándonos de colaborar con él para aliviar sus necesidades y problemas.

Hoy, encenderemos el cuarto cirio virtual.

Dios se ha hecho como nosotros.
De modo admirable ha asumido
un cuerpo en el vientre de María.
Ella es el templo en quien
Cristo se ha hecho sacerdote
en favor de los hombres.
María nos ha dado al Emmanuel:
Dios-con-nosotros.

Amanece un día santo para nosotros, hoy una luz espléndida desciende sobre la tierra.

Feliz Navidad!

lunes, diciembre 18, 2006

3º Domingo de Adviento


Dios nos envía un Salvador, su propio Hijo. ¿Pero estamos realmente preparados para acogerlo y recibirlo en toda su dimensión? Pongamos todo de nuestra parte, por asumir, sin contemplaciones, durante este tiempo de espera todos los sufrimientos, problemas y dolores que encontramos en nuestro camino de santidad buscando ponernos en forma concreta, en la Cruz del Señor, viviendo estas dificultades en sentido oblativo, de sacrificio y entrega; mediante la penitencia, medio necesario de preparación y espera hacia un encuentro definitivo con el Señor Jesús.

Hoy, tercer domingo de Adviento, tiempo de preparación y espera encenderemos el tercer cirio virtual, que será la luz que alumbrará nuestro camino hacia el encuentro con el Niño.

Encendemos, Señor, esta luz, como aquél que enciende su lámpara para salir en la noche, al encuentro del amigo que ya viene. En esta tercera semana del Adviento queremos entregarte nuestras dificultades y sacrificios para luchar contra las sombras que nos envuelven y los halagos que nos adormecen.
Queremos estar preparados, despiertos y vigilantes, porque Tú nos traes la luz más clara, la paz más profunda, y la alegría más verdadera.

¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!

Pidámosle a María, Madre del Adviento, Virgen de la esperanza que nos enseñe a esperar con su misma fe buscando ponernos en forma concreta, en la Cruz del Señor.

Te invitamos a rezar un Salve

lunes, diciembre 11, 2006




2º Domingo de Adviento

El Adviento es tiempo de acercamiento sincero al Señor, quien está por venir y que a la vez ya está entre nosotros. Pero no podemos acercarnos a Él si no lo buscamos, si no estamos en constante tensión por ponernos en su presencia.
La oración, personal y comunitaria, constituye un medio eficaz de búsqueda hacia un encuentro real con el Señor Jesús; mediante la escucha atenta, la meditación y la interiorización de su Palabra, lo que debe constituirse en una exigencia y necesidad en este tiempo de espera.
Hoy, segundo domingo de Adviento, tiempo de búsqueda y oración encenderemos el segundo cirio virtual, que será la luz de nuestra plegaria sencilla y sincera.
Ofreceré mi oración al Señor. Miraré el mundo, el país, mi barrio, mi familia con afecto y comprensión. Miraré al Señor llevándole el vistazo que he echado al mundo y le rogaré con mi oración que mire Él con su bondad al mundo entero.
La súplica de una bendición de Dios será “mi” regalo para todos.

Encendemos, Señor, esta luz, como aquel que enciende su lámpara para salir en la noche, al encuentro del amigo que ya viene. En esta segunda semana del Adviento queremos buscarte, encontrarte y esperarte meditando, tu palabra.

Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen. Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú nos traes la luz más clara, la paz más profunda, y la alegría más verdadera.

¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!

Pidámosle a María, Madre del Adviento, Virgen de la esperanza que nos enseñe a esperar con su misma actitud orante.

Te invitamos a rezar un Salve.

10º curso "Hija de la Divina Providencia; instrumento de Luz"

jueves, diciembre 07, 2006

Significado y contenido del Adviento

(Charla M.Rosa Reinhardt, Jornada Región Cuyo 25 de noviembre de 2006)

Durante cuatro semanas preparamos nuestro interior para la llegada del Señor en Nochebuena. Él llega con todas las gracias como la primera vez. Es tiempo de conversión, de cambiar de ruta, de decidirnos por Cristo, preparando su camino y allanando sus senderos. Adviento es tiempo de espera, de oración, de alegría, de esperanza.
Adviento significa venida, encuentro con Jesús vivo. Cristo está viniendo hoy y aquí a nosotros, dentro de nosotros, nos hace solidarios de su persona y de su misterio redentor. El adviento es radicalmente cercanía y presencia del Señor.
Los grandes testigos del Adviento:
Son tres: el profeta Isaías, Juan el Bautista y la Virgen María.
Isaías sacude la conciencia del pueblo para crear en él actitud de espera, para ello exige pureza de corazón. "El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande".
Juan el Bautista señala quién es el Mesías que ya ha venido. El mismo es modelo de austeridad y de ardiente espera.
María es la figura clave del Adviento. En Ella culmina la espera de Israel. Es la más fiel acogedora de la palabra hecha carne. La recibe en su seno y en su corazón, Ella le prestó su vida y su sangre, hizo posible la primera Navidad y es modelo y cauce para todas las venidas de Dios a los hombres. María por su fidelidad es tipo y madre educadora de toda la Iglesia. Dentro de su humilde simplicidad de aldeana de su tiempo fue educando a Jesús: alimentó a quien era la Vida, enseñó a hablar a la Palabra, enseñó a caminar al único camino, enseñó el nombre de las cosas a quien era la Verdad, enseñó a decir gracias a la Fuente de todas las Gracias.

Actitudes fundamentales del Adviento
Actitud de espera
: La humanidad desencantada y desamparada necesita de Dios. El adviento nos ayuda a comprender mejor el corazón del hombre y su tendencia insaciable de felicidad.
El retorno a Dios: la experiencia de frustración, de contingencia, de pérdida de la libertad exterior e interior puede suscitar la sed de Dios. La fidelidad a Dios hace la verdadera historia del pueblo.
La conversión: con Cristo: el reino está cerca, dentro de nosotros. La voz del Bautista es el clamor del Adviento. "Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas, que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios” (Is.40,3.5). El adviento nos enseña a hacernos presentes en la historia de salvación, a entender el amor como salida de nosotros mismos y la solidaridad plena con los que sufren.
Gozo y alegría: El reino de Cristo es interior y profundo. La venida del Mesías es el anuncio del gran gozo para el pueblo, de una alegría que conmueve hasta el mismo cielo cuando un pecador se arrepiente.

Un grupo de jóvenes decidió escribirle una carta a Jesús que lleva por título “NO VUELVAS, NO VALE LA PENA”. Presentamos lo esencial de su contenido:
“Se acerca Navidad, el día que tu quieres volver a la tierra. Hemos pensado que no vale la pena que vuelvas. Las razones por las que nos parece inútil tu vuelta son muchas:
En la fiesta de Navidad todos los años pasa lo mismo: unos días de fiesta, mejores comidas, vestidos elegantes mucha bebida, regalos, noches sin dormir...Y llega el día siguiente de los Reyes y todo y todos continúan como antes de las fiestas.
Vemos que son muchas las cosas que van mal por aquí: gente sin trabajo o mal pagada, gente que tiene casa y familia, pero viven como si no la tuvieran, matrimonios que viven malamente, pueblos que no se ayudan y en las ciudades: atentados, violaciones, miseria, etc... y en muchas parte del mundo guerra y hambre.
Tu Navidad es un comercio para alimentar a los que ya están hartos. Se hacen regalos a quienes ya tienen o a aquellos de quien se espera algún favor. Los hermanos de lejos o que no son de los nuestros no reciben ni una miga de nuestras cosas. ¿Ves? No despiertes a los pastores, no llames a los ángeles, quédate en el cielo, lo pasarás mejor. Aquí interesa más el dinero, las armas que el “Niño del Portal” y lo que nos puede decir.
Acabamos diciéndote “con los hombres”, no adiós, arregla esto como puedas porque sigues con los hombres. Tuyos,...”

Respuesta de Jesús: Jesús les agradece la carta a los jóvenes asegurándoles que siempre deben explicarle lo que sienten y las cosas que les pasan por negras que les parezcan. Jesús les dice: Me habéis escrito “no vale la pena que vuelvas”. Aquí, estáis equivocados, tengo que explicar dos cosas: cómo estoy entre vosotros y dentro de vosotros y otra cómo casi todos los hombres me buscan y me suelen encontrar. Ahora, ya cerca de Navidad, quiero recodar algunas maneras de celebrarla:
-cada vez que piensas en los otros entiendes la Navidad
-cada vez que rezas y ayudas a rezar descubres la Navidad
-cada vez que te decides a perdonar, consolar, comprender, crear alegría, anticipas la Navidad
-cada vez que descubres tus miserias y las aceptas o cuentas contigo mismo y conmigo deseas la Navidad
-cada vez que los novios, cada vez que los esposos se tratan como María y José disfrutas la Navidad
-cada vez que los mayores ven a los pequeños como semejantes a mí, hacen venir la Navidad
-cada vez que buscas a los pobres, a los que no tienen nombre, a los necesitados, celebras y haces celebrar la Navidad.
Sois suficientemente listos y buenas personas para continuar la lista y encontrar la manera de celebrar tu Navidad, mi Navidad, nuestra Navidad. Saludad de mi parte a los que os cuesta saludar. Estoy con vosotros y con cada uno de vosotros, Jesús”

Durante los primeros años del cristianismo, éste era llamado “el camino”, camino de luz y plenitud que debemos descubrir mientras caminamos por la vida.
No sólo hay luz, también hay tinieblas, por eso nos equivocamos en nuestro andar, porque además no vemos bien, caminamos a veces entre muchas tentaciones, especialmente el poder y el dinero.
Lectura del Evangelio de Marcos, 10-46
Simbólicamente Marcos ubica al ciego junto al camino. Recordemos que mujeres, niños, ciegos, enfermos, estaban excluidos del templo, pero el reino de Dios es para todos, es un Dios cercano, un Dios que reúne.
El ciego junto al camino ve lo que otros no pueden ver, su fe lo va a liberar. Jesús, el Dios que viene a nosotros le pregunta “qué quieres que haga por ti” y eso nos pregunta cada día de nuestra vida. “Qué quieres que te haga” y como Bartimeo le decimos: Señor que pueda ver. Ese Jesús que nace anualmente dentro de nosotros, que nos preparamos durante el adviento para recibirlo espera nuestra respuesta. Nada mejor que en este tiempo invernal de la historia le digamos “que yo pueda ver”. Que pueda ver la muerte, la injusticia, la destrucción, la angustia, el desconcierto, el miedo, la inseguridad, la indigencia material y moral de sus hijos, que pueda ver dentro de mí todo lo que me aleja de Él para poder decirle algún día “Jesús, qué quieres que haga por Ti”. Jesús, que pueda ver todo el nuevo año con los ojos de la fe, aunque me sumerja en la oscuridad podré encontrar la luz.
Tu fe te ha salvado, tu fe te ha curado. Es lo mismo que decir: tu confianza te ha salvado. “De repente vio y le iba siguiendo por el camino”, ese es nuestro deseo, ver por la gracia de la fe y en comunión con María acompañarlo por el camino. Jesús, el eterno enamorado del hombre nos busca siempre para darnos todo. Está reflejado en un soneto de Lope de Vega que ilustra lo que hemos dicho anteriormente:
Qué tengo yo que mi amistad procuras?
Qué interés se te sigue, Jesús mío, que a mi puerta
Cubierto de rocío, pasas las noches del invierno a oscuras?
Oh, Cuánto fueron mis entrañas duras, pues no te abrí
Qué extraño desvarío si de ingratitud el hielo frío
Secó las llagas de tus plantas duras!
Cuántas veces el ángel me decía: "alma asómate ahora
A la ventana, verás con cuánto amor llamar porfía!
Y cuánta hermosura soberana.
Mañana le abriremos respondía
Para lo mismo responder mañana".

Que esta Navidad que se acerca, cuando el Hijo de Dios abre ante nosotros la perspectiva de la infinitud del Padre, nos encuentre dispuestas para pedir al niño que nos haga ver como a Bartimeo, y así como sus discípulas y misioneras, desde el Santuario ayudemos a construir una patria Familia.

martes, diciembre 05, 2006

Feliz Adviento, Feliz espera
10º curso "Hija de la Divina Providencia; instrumento de Luz"

El tiempo de Adviento es un tiempo de espera activa en búsqueda del encuentro definitivo con el Señor Jesús.
Espera que implica tener deseos de cambiar, de prepararse; de volver nuestros pasos hacia Dios.
Es por eso que en este tiempo estamos llamados a la conversión, que debe abarcar todo nuestro ser, nuestros pensamientos, sentimientos y acciones; poniéndolas en concordancia con la manera de pensar, sentir y actuar de Jesús.
El prender, semana tras semana, los cuatro cirios de la corona debe significar nuestra gradual preparación para recibir la luz de la Navidad.
Hoy, primer domingo de Adviento, tiempo de espera y conversión encenderemos el primer cirio virtual, que será la luz de nuestra alegría esta semana.

Encendemos, Señor, esta luz, como aquel que enciende su lámpara para salir en la noche, al encuentro del amigo que ya viene. En esta primera semana del Adviento queremos levantarnos para esperarte preparados, para recibirte con alegría.
Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú nos traes la luz más clara, la paz más profunda, y la alegría más verdadera.


¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!


Pidámosle a María, Madre del Adviento, Virgen de la esperanza que nos enseñe a esperar con su misma fe.

Te invitamos a rezar un Salve.

lunes, diciembre 04, 2006

Fechas importantes diciembre

03 Comienza Adviento
08 Fiesta Inmaculada Concepción de María
10 Nuestra Señora de Loreto
12 Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de América
13 6 años del accidente del P.Nicolás -sigamos rezando por él-
22 Audiencia con SS Pablo VI y fin del exilio del P.Kentenich.
24 Regreso del Padre Fundador a Schoenstatt
25 Natividad de Jesús
28 Santos inocentes
31 Sagrada Familia

domingo, diciembre 03, 2006

ADVIENTO

Queridas madres de Federación:

Es una gran alegría volver a estar en contacto con ustedes a través de este nuevo medio. Agradezco especialmente a Malvina López Alconada y a su colaboradora Pelusa Bieule el que generosamente hayan aceptado este desafío y pido a la Mater que las acompañe en esta tarea que les ha regalado.

Es un clamor de las madres de Federación crecer en vínculos y para ello es muy necesario estar comunicadas. Principalmente por problemas económicos no es posible continuar con nuestro Boletín impreso, pero los avances técnicos nos permiten hacerlo a través de este medio.

Y justamente el “lanzamiento” coincide con este tiempo litúrgico tan importante para la Iglesia, ya que estamos comenzando el Adviento.

Aún transitando el mes de María en Argentina, continuamos con un tiempo mariano por excelencia ya que acompañamos a María durante las cuatro últimas semana de su embarazo. Estas semanas nos recuerdan la espera confiada de María en el misterio del nacimiento de su Hijo y nos invitan a disponer nuestro corazón, como lo hizo nuestra Madre, para que Cristo nazca en nosotros. Ella es modelo de espera confiada.

Terminamos el mes de María con la solemnidad de la Inmaculada Concepción que se celebra como "preparación radical a la venida del Salvador y feliz principio de la Iglesia sin mancha ni arruga” (Marialis Cultus 3). La “Virgen del Adviento” nos regala no sólo su presencia, sino también la de su Hijo y la gracia de la salvación.

Este tiempo nos invita a prepararnos para acoger al verbo que se hace carne para salvarnos y ennoblecernos, para que anunciemos su venida como hicieron los pastorcitos y que lo alabemos como lo hicieron los Reyes Magos. Salgamos de nosotras mismas y de nuestro entorno para anunciar la buena nueva, nuestra salvación y la felicidad en sentido pleno. Aún en medio de las dificultades cotidianas, esperemos con alegría la venida de Jesús.

Preparemos la corona de Adviento para que cada vela que encendamos nos recuerde que el Reino de Dios está cerca, que Jesús pronto va a llegar y busca un lugar donde alojarse. Vigilemos, estemos atentas y salgamos al encuentro del necesitado porque allí está Cristo. Esa vela es el signo visible de la preparación de nuestro corazón para su venida.

Esperemos confiadas, con profunda alegría, porque el Señor está por llegar y como todos los años volveremos a verlo nacer en el pesebre, en el lugar que cada uno de nosotras le ha preparado.

Es tiempo para reflexionar sobre nuestra vida, sobre las situaciones de nuestra vida, dolorosas y alegres Pensemos cómo está nuestro corazón. ¿Hay lugar para Jesús? ¿Le abrimos la puerta para que entre? Él nos llama, digamos con fuerza “Ven Señor Jesús”.

Así como los deportistas se entrenan antes de una competencia, nosotras también tenemos que entrenarnos espiritualmente en este tiempo fuerte de la liturgia para que ese encuentro sea fecundo.

Pidamos a la Mater que Ella convierta nuestro corazón y transforme nuestras debilidades y fortalezas en gracias para que nuestro corazón sea un floreciente jardín de María y se produzca en cada una de nosotras el “milagro de la Nochebuena”.

Acompañemos a José y María en este peregrinar buscando un albergue para recibir a Jesús y que encuentren nuestro corazón preparado para su nuevo nacimiento. Que el gozo anunciado por el ángel la noche de Navidad permanezca en nosotras, porque vuelve a la tierra el Emmanuel, Dios con nosotros.

Les deseo un feliz y fecundo Adviento, con mucho cariño,

M.Inés E. de Podestá