Carta de Alianza
Abril 2013
Queridos hermanos en la Alianza:
Queridos hermanos en la Alianza:
El Papa Francisco nos sigue
sorprendiendo, alegrando y enseñando con cada gesto y cada palabra. Su mensaje,
simple y claro, es profundamente evangélico, sabio y oportuno. Hace unos días
una mujer me decía que el mensaje del Papa la interpela a un cambio; un muchacho me
decía que nuevamente se siente “parte” de la Iglesia y que siente una alegría por la Iglesia que hacía tiempo
no tenía. Hoy leí el mensaje que el Papa envió a los obispos de Argentina
reunidos en asamblea plenaria. Les decía: “Que toda la pastoral sea en clave
misionera. Debemos salir de nosotros mismos hacia todas las periferias
existenciales (...). Una Iglesia que no sale, a la corta o a la larga, se
enferma en la atmósfera viciada de su encierro. Es verdad también que a una
Iglesia que sale le puede pasar lo que a cualquier persona que sale a la calle:
tener un accidente. Ante esta alternativa, les quiero decir francamente que
prefiero mil veces una Iglesia accidentada que una Iglesia enferma. La
enfermedad típica de la Iglesia encerrada es la autoreferencial; mirarse a sí
misma, estar encorvada sobre sí misma como aquella mujer del Evangelio. Es una
especie de narcisismo que nos conduce a la mundanidad espiritual y al
clericalismo sofisticado, y luego nos impide experimentar “la dulce y
confortadora alegría de evangelizar”.
Una Iglesia que sale y es
solidaria. Todos recordamos las
tormentas de principio de mes que se abatieron sobre Buenos Aires y luego sobre
La Plata, que inundaron muchos barrios y en pocas horas arrasaron con vidas
humanas, bienes y recuerdos. Un desastre. En medio de tanto dolor e impotencia
(y bronca por la incapacidad de reacción rápida y eficiente del estado y por el
uso desvergonzado de la situación para rédito político), nuestro pueblo
reaccionó solidariamente, como siempre, poniéndose al hermano al hombro. Desde
todas partes de país llegaron ayudas (y siguen llegando). Mil variadas formas de
ayuda, porque la solidaridad es creativa y esforzada. Aquí va un testimonio de
una familia: “Nosotros fuimos de los
tantos afectados en alguna medida, pero en la cuadra había vecinos en peores
condiciones y con limitaciones de muy diversa índole, física, de compañía, de
estructura de casa, etc. Grande fue nuestra sorpresa cuando temprano en la
mañana aparecieron dos jóvenes preguntando casualmente en nuestra casa: ¿en qué
los podemos ayudar? Por nivel de gravedad los derivamos a una vecina, sola, con
la casa baja, sin parientes, sin equipos para sacar agua. Eran de City Bell y
venían a ofrecer su colaboración a Tolosa. Y doy fe de que lo hicieron a baldazo
corrido durante 8 horas o más. A la tarde llegaron como 4 más. Daba gusto verlos
desarrollar su ímpetu juvenil en algo de tanto VALOR en esa circunstancia. Al
día siguiente (ayer) aparecieron una docena de chicos y chicas del Colegio
Estrada de City Bell, nuevamente ofreciéndose, y les pedimos que siguieran su
camino hacia lugares cercanos más complicados. Vaya entonces nuestro
reconocimiento a todos esos chicos y el agradecimiento de la vecina que nos
comentaba -casi admirada por su actitud- “sin estos chicos no sé qué hubiera
hecho””. Una Iglesia que sale y es solidaria…
Una Iglesia que sale y es misionera. En el año de la corriente
misionera el P. Ángel Strada nos decía en la Jornada de Delegados pasada que
para realizar la misión hay que asumir
los desafíos de nuestro tiempo: “María vivió atenta a los desafíos de su
época, no recluida en una torre de marfil. Nosotros estamos desafiados por
profundos cambios culturales y religiosos”.
La realidad de nuestra Patria
nos está llamando a salir, a dar y anunciar. Como Iglesia y Familia misionera
nos hacemos eco de este pedido del Papa en este tiempo de nuestra historia, como
lo hemos hecho tantas veces y lo seguiremos haciendo siempre. Los obispos
sacaron ayer este comunicado: “Los
obispos argentinos, reunidos en la 105º Asamblea Plenaria, consideramos que los
proyectos de ley que se encuentran en el Poder Legislativo en orden a regular el
ejercicio de la Justicia presentan aspectos que merecen un profundo
discernimiento por la importancia de la materia que tratan. Por ello se requiere
de amplias consultas, debates y consensos previos en consonancia con la magnitud
de los cambios propuestos. Entendemos que un tratamiento apresurado de reformas
tan significativas corre el riesgo de debilitar la Democracia Republicana
consagrada en nuestra Constitución, precisamente en una de sus dimensiones
esenciales como es la autonomía de sus tres poderes”.
Creo pertinente traer aquí el
siguiente párrafo del Documento de los obispos latinoamericanos en Aparecida: “Constatamos un cierto progreso democrático
que se demuestra en diversos procesos electorales. Sin embargo, vemos con
preocupación el acelerado avance de diversas formas de regresión autoritaria por
vía democrática que, en ciertas ocasiones, derivan en regímenes de corte
neopopulista. Esto indica que no basta una democracia puramente formal, fundada
en la limpieza de los procedimientos electorales, sino que es necesaria una
democracia participativa y basada en la promoción y respeto de los derechos
humanos. Una democracia sin valores, como los mencionados, se vuelve fácilmente
una dictadura y termina traicionando al pueblo. (Doc. Aparecida, nº 74)
Queridos hermanos,
en este 18 de abril pidamos
firmemente a María, Madre de
los argentinos, que ilumine las mentes, abra los corazones y disponga las
voluntades hacia el diálogo y la
paz. Que los Santuarios de Nuestra Señora de Schoenstatt sean en este tiempo
focos de unidad, paz y renovación para todo el pueblo de Dios.
Tiempos difíciles exigen mayor entrega en la Alianza, misionera y solidaria.
Reciban un cordial saludo y mi bendición,
P. José Javier Arteaga
¡CON MARÍA
ARDAMOS POR LA MISIÓN!