miércoles, agosto 27, 2008

Pasión de San Pablo por el Evangelio es ejemplo para anunciar a Cristo, dice el Papa

VATICANO, 27 Ago. 08 (ACI).-El Papa Benedicto XVI dirigió la Audiencia General de este miércoles en el Aula Pablo VI del Vaticano. Ante los miles de peregrinos presentes retomó las catequesis sobre San Pablo, interrumpidas durante sus vacaciones, y alentó a que la pasión del Apóstol de Gentes por el Evangelio sea modelo para todos para anunciar a Cristo al mundo de hoy."Quisiera hoy detenerme en algunos puntos de la biografía de San Pablo. El Apóstol nació en Tarso de Cilicia. Hebreo de la diáspora, hablaba griego, no obstante tuviera un nombre de origen latino y gozara de la ciudadanía romana. Tal vez aprendió de su padre a tejer la lana para fabricar tiendas de campaña. Trasladado a Jerusalén con unos doce años, fue formado por el Rabino Gamaliel el Viejo en las rígidas normas del fariseísmo, mostrando un gran celo por la Ley Mosaica, lo que le llevó a perseguir a los cristianos", dijo Benedicto XVI. Al hablar luego de su vida ya como cristiano, el Santo Padre destacó que San Pablo "experimentó un gran cambio camino de Damasco, llegando a ser un apóstol infatigable del Evangelio. Realizó tres viajes misioneros: el primero con Bernabé; en el segundo escogió como compañeros a Silas y Timoteo. Durante el tercero, Pablo fue arrestado en Jerusalén por los judíos a causa de un malentendido". "Tras permanecer un tiempo en prisión, habiendo apelado al César, el Procurador Porcio Festo lo envió a Roma, donde pasó dos años en una casa custodiado por un soldado. Tradiciones sucesivas hablan de que Pablo fue liberado y pudo realizar desde Roma un viaje a España y otro a Oriente. Otras tradiciones señalan que fue encarcelado una segunda vez, acabando sus días martirizado", prosiguió.Haciendo una pausa en su paso por Atenas, en el Ágora y luego en el Areópago, el Papa resaltó que aquí predicó a los "paganos y a los griegos. El discurso en el Areópago, que aparece en los Hechos de los Apóstoles, es modelo de cómo traducir el Evangelio a la cultura griega, de cómo hacer entender a los griegos que este Dios de los cristianos, de los judíos, no era un Dios extraño a su cultura sino el Dios desconocido y esperado por ellos, la verdadera respuesta a las preguntas más profundas de su cultura".Asimismo, Benedicto XVI recordó que el tercer viaje misionero que comenzó como "siempre en Antioquía, que se había convertido en el punto de origen de la Iglesia de los paganos, también fue el lugar en donde nació la palabra 'cristianos'. Aquí por primera vez, dice San Lucas, los seguidores de Jesús fueron llamados 'cristianos'". "Este breve relato de los viajes de San Pablo es suficiente para comprender como él se dedicó al anuncio del Evangelio sin guardarse energías, afrontando una serie de pruebas graves, de las que ha dejado su testimonio en la Segunda Carta a los Corintios. Del resto, escribe 'todo lo hago por el Evangelio', ejercitando con absoluta generosidad lo que él llama 'preocupación por todas la Iglesias'", dijo luego el Pontífice.Seguidamente el Papa señaló que "vemos entonces un esfuerzo que se explica solo con un alma realmente fascinada por la luz del Evangelio, enamorada de Cristo, un alma sostenida por una convicción profunda: es necesario llevar al mundo la luz de Cristo, anunciar el Evangelio a todos".Lo que se debe tener en cuenta, continuó Benedicto XVI, es poder ver la pasión de San Pablo por "el Evangelio, intuir así la grandeza, la belleza, también la necesidad profunda del Evangelio para todos nosotros. Rogamos para que el Señor, que ha hecho ver su luz a Pablo, nos haga ver a nosotros su luz, para que nuestro corazón sea tocado por su palabra y podamos así darle al mundo de hoy, que tiene sed de ella, la luz del Evangelio y la verdad de Cristo".
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miércoles, agosto 20, 2008

HÖRDE, 20 DE AGOSTO DE 1919

89º Aniversario de la Jornada de Hörde
Carta de Inés Podestá

Queridas todas:

Hoy se cumplen 89 años de aquel salto mortal que dieran nuestros hermanos mayores, cuando Luis Zeppenfeld, a su regreso del frente escribiera al P.Kentenich soliciántole un retiro, porque "el fuego no debía extinguirse". Todas conocen lo que sucedió después con la ausencia del Padre, sin embargo, por la ley de la resultante creadora, sabemos que detrás de esa jornada estaba la voluntad de Dios para preparar "apóstoles laicos en el espíritu de la Iglesia". A pesar del tiempo transcurrido y de las variantes que puedan haber ocurrido, sabemos que el espíritu de Hoerde perdura aún hoy y por eso, no permitamos que el ardor de los "Héroes de fuego" se extinga. Les recomiendo un libro "Héroes de fuego, ardieron hasta consumirse" de P.Jonathan Niehaus para conocer los primeros tiempos del Movimiento y de la Federación.

A un año de un evento muy importante para nuestras vidas de federadas, les pido que lean la invitación de la Hna. Luciane para el encuentro de todas las federaciones en Alemania con motivo de los 90 años de su fundación. Dios quiera que muchas podamos peregrinar al Santuario original para agradecer estos años de fecundidad.

Unidas en el Santuario, deseo que ese primer amor no se extinga jamás y les mando un cariño grande a cada una,
M.Inés Erice de Podestá

Carta de Mili Díaz de Ramaccioni:
“Otra cayó en tierra Buena, creció y produjo el ciento por uno”

Queridas Madres de Federación: Hoy se conmemoran 89 años de Hörde, impronta del Espíritu Santo, al infundir en aquellos corazones el ardor de Pablo: "…El amor de Cristo nos urge…”, con esa fuerza y ese compromiso, bajo la mirada del Padre Fundador, surgió la Federación Apostólica, arraigada en un profundo amor a Maria, serios propósitos, y con confianza heroica en la Alianza de Amor. Con esta visión nace el apóstol laico, el hombre nuevo en la nueva comunidad. ¡Que asombroso es estar insertadas en esta corriente que tantos santos de la vida diaria han transitado, hasta llegar a nuestro tiempo! Seria maravilloso si pudiéramos peregrinar hasta el Santuario original en el nonagésimo aniversario de Hörde y decir: “Padre aquí estamos para hacer tu voluntad, siendo fieles a los pilares que sostienen la Federación Apostólica: “Magnanimidad, Instrumentalizad, Justicia, Pureza y Libertad”
Que este nuevo aniversario nos colme de gozo y renueve el entusiasmo por la vocación a la que hemos sido llamadas y con total humildad reconocer lo que la Mater y el Padre Fundador han forjado en sus “pequeñas hijas”.
Es importante la gratitud y reconocimiento a los que con audacia hicieron camino en el apostolado mariano sirviendo a la Iglesia.

Unidas en la Alianza de Amor, permanecemos fieles!

Mili Diaz de Ramaccioni.-

sábado, agosto 16, 2008

CARTA DE ALIANZA

Queridos hermanos en la Alianza:

El viernes 8 de agosto pudimos ver la magnífica apertura de los juegos olímpicos 2008 en Beijing. Palabras, cantos y bailes, destreza física, creatividad e ingenio, colores, luces y formas. Miles de hombres de todo el mundo estaban allí realizando y participando de esa maravilla; el espíritu del hombre estaba allí presente. Mientras escribo esta carta leo que ya fueron otorgadas 75 medallas de oro junto a otras tantas de plata y de bronce. El esfuerzo y la excelencia tienen su premio. Hace unos días leí un artículo que decía: “Cada atleta entrenó por mucho tiempo, preparó su estrategia y llegó a los juegos con la esperanza de llevarse un reconocimiento y una victoria. Todo se juega en pocos minutos. Algunos suben al podio de los vencedores, otros se contentan con haber participado. Algunos tendrán una segunda oportunidad en 4 años, otros no. La historia grabará algunos nombres y otros, como muchos, permanecerán en las memorias individuales de sus seres queridos y allegados”.

Nuestra vida tiene mucho de juego olímpico: sueños, esfuerzos, conquistas, victorias y derrotas. Ya sea en lo personal y en lo familiar, en un grupo pequeño o como nación, siempre estamos en carrera, a los saltos (a veces muy altos o muy largos), levantando pesas, lanzando jabalinas, haciendo goles o errándolos, llegando primeros, segundos o últimos. Tanto en los juegos olímpicos como en el juego de la vida lo importante es tener claro la meta ¿qué quiero alcanzar? el adecuado entrenamiento ¿Cómo me prepararé y lo lograré? y el fin último- trascendente ¿para qué hago todo esto?

Seguramente un jugador de fútbol no logrará ganar una medalla de oro si se pone a lanzar discos. Para ello es menester preguntarse cuáles son las capacidades y talentos personales y consecuentemente ponernos las metas a conquistar. Muchas frustraciones en la vida tienen su origen en la falsa percepción sobre uno mismo. Algo semejante pasa con la vida de un país: cuando se interpreta su historia y su presente con una mirada parcial o deformada estamos determinando un futuro mediocre y frustrante porque no está fundada en la verdad. En Argentina tenemos aún muchas metas por alcanzar: la unidad en la diversidad, el respeto a toda vida humana, el progreso equitativo para todos, etc., y para ello necesitamos hombres y mujeres de espíritu grande y generoso, atletas de la verdad y del amor.
Pero con las capacidades solas no llegaremos muy lejos; a los talentos personales debemos sumarle el esfuerzo del entrenamiento para desarrollarlos. Y para ello muchas veces necesitamos la ayuda de especialistas, de entrenadores, de los mejores que quieran sumar sus conocimientos en pro de la meta, de un bien común. ¿Por qué países como China, Estados Unidos, Alemania, Corea del Sur o Rusia han ganado hasta ahora la mayoría de las medallas de oro? La respuesta no es difícil: porque tienen un objetivo claro y han puesto todas sus posibilidades orientadas a ese fin, y evidentemente tiene muchas posibilidades, comenzando por las organizacionales, económicas, científicas, etc., etc.

Así sucede en la vida personal: solos no podemos, somos seres interdependientes. Pensando en la Patria recordé una excelente entrevista a Claudio Fernández Aráoz, uno de los mayores especialistas internacionales en la búsqueda de líderes empresariales, que publicó el diario La Nación el 30 de agosto pasado. Ante la pregunta si en la Argentina hay una masa crítica que ayude a pegar un salto cualitativo como país, Claudio Fernández Aráoz decía:
“En primer lugar, para que la Argentina pegue ese salto no hacen falta genios ni grandes ideas. Nunca es así para ningún país ni para ninguna organización que aspira a la grandeza. Más que grandes estrategias, hacen falta una opción consciente para perseguir la grandeza y un trabajo disciplinado para alcanzarla. Una primera condición es el liderazgo adecuado al máximo nivel. No tengo dudas de que tenemos candidatos potenciales calificados en el país, pero tenemos que aprender a elegirlos. La segunda condición para dar el salto es que los líderes correctos armen bien sus equipos. Y para esto la Argentina cuenta con una masa crítica más que suficiente de talento. Nuestra nación se construyó y se hizo grande en su momento por las aspiraciones de grandeza de nuestros predecesores, a pesar de las frustraciones inevitables de todo trabajo de liderazgo”.

¿Pero para qué sirve tanto esfuerzo y alcanzar finalmente la meta? El mismo San Pablo, a quien evocamos en este año paulino, nos lo dice claramente en la primera carta a los Corintios 9,25: “¿No sabéis que en las carreras del estadio todos corren, mas uno solo recibe el premio? ¡Corred de manera que lo consigáis! Los atletas se privan de todo, ¡y eso por una corona corruptible! Nosotros, en cambio, por una incorruptible. No perdamos de vista el fin último de nuestra gran olimpíada: la Vida Eterna en Dios.

Queridos hermanos de Alianza, con todo el amor y el respeto que me inspira la Sma. Virgen, me animo a decir que para las olimpíadas de nuestra vida tenemos la mejor entrenadora: María. Ella, la llena de gracia, que hizo este camino junto a su Hijo y ya llegó a la meta del Cielo, es la más interesada en que nosotros también lleguemos y podamos “subir” todos, junto a Ella, al podio de los benditos de Dios en el Cielo. Mientras tanto sigamos “entrenando”, trabajando por el bien, la paz, la solidaridad y la justicia cada día, construyendo aquí la cultura del encuentro y de la Alianza. El Padre José Kentenich desde el Cielo nos alienta: “¡Alegres en la esperanza y seguros de la victoria, con María, hacia los tiempos más nuevos!”.
Desde el Santuario les envío un cordial saludo y bendición en el día de Alianza,
P. José Javier Arteaga

"DESDE EL SANTUARIO, DISCÍPULOS-MISIONEROS PARA UNA PATRIA FAMILIA"

viernes, agosto 15, 2008

Asunción de María

María fue llevada al cielo en cuerpo y alma, y ella existe ahora en toda su realidad humana en un estado de glorificación anticipada. Este dogma nos regala la esperanza de llegar a esa situación después de la resurrección final.

María participó tan íntima y profundamente en la obra de redención, que Dios quiso regalarle esa resurrección final en forma anticipada.
Si el pecado es el fundamento de la muerte, María, concebida sin pecado, no podía permanecer sometida en su cuerpo al poder de la muerte.

La Asunción de María da sentido al cuerpo humano. Invita a valorarlo en su dignidad y función como expresión del espíritu, como medio de comunicación con la realidad y habitación de la Trinidad. El olvido o desprecio de esta dignidad conduce a una vivencia angelicista y descarnada del cristianismo.
El otro modo de violación de la dignidad del cuerpo es la exaltación y abuso del mismo. María asunta al cielo es una protesta enérgica contra la civilización de tomar al cuerpo como un ídolo, un mero objeto de placer, un artículo más de propaganda y consumo, un instrumento de satisfacción de los bajos instintos.
El cuerpo está llamado a ser santo y participará de la resurrección final. Lo que para nosotros es objeto de esperanza, para Ella es realidad experimentada.
Hoy el Santo Padre Benedicto XVI, en la Misa que celebró por la solemnidad de la Asunción de la Virgen María, dijo: "Ante el triste espectáculo de tantas falsas alegrías y de tanto dolor que inunda el mundo, debemos aprender de María a convertirnos en signos de esperanza y de consolación, debemos anunciar en nuestra vida la Resurrección de Cristo".

Pidamos a María que nos muestre el camino de la esperanza para que por Cristo Jesús podamos participar de su eterna gloria.

jueves, agosto 14, 2008

El crecimiento de nuestro
amor matrimonial


Padre Nicolás Schwizer


En el matrimonio, nuestra tarea permanente debe ser cultivar el amor, crecer en él hasta llegar a un amor perfecto y maduro. Al comienzo, todo amor es egoísta. Y sólo de a poquito se convierte ese amor primitivo en un amor maduro.

¿Cómo tenemos que cultivar nuestro amor matrimonial? El Padre Kentenich fundador del Movimiento de Schoenstatt, nos da tres respuestas:

1. Debemos querer hacernos felices mutuamente. Significa hacer feliz en primer lugar no a mí mismo, sino al otro; pasar del amor egoísta al amor desinteresado al tú. Me exige preguntarme permanentemente: ¿Con lo que estoy haciendo, con lo que estoy diciendo, haré más feliz a mi cónyuge?

Es un crecimiento muy grande en el amor. Es una altura de entrega y generosidad fuera de lo común.

2. Debemos ayudarnos mutuamente a perfeccionarnos. ¡Cuántas oportunidades de perfeccionamiento se nos presentan en la vida cotidiana! Por ejemplo cuando las personas viven permanentemente juntas, cuán difícil resulta mantener el respeto el uno al otro.

¿En qué forma nos hacemos ver nuestras faltas? ¿Es un sentir y adentrarnos en la debilidad del otro, un aguantar paciente sus limitaciones, o es un gritarse y ofenderse mutuo?

Y los sacrificios pueden convertirse en una carga pesada. Todos lo sabemos y lo hemos sentido ya en algunos momentos. Y el Padre Kentenich, también lo sabía y por eso dijo una vez, citando a un antiguo filósofo: “Si se compara la vida matrimonial con la vida de los mártires, encontramos pocos mártires que aguantaron tanto sufrimiento como muchos matrimonios deben soportar”.

Todo esto exige un alto grado de amor y de santidad. Es imposible llegar a eso, si nuestro amor matrimonial no tiene sus raíces en Dios.

3. El amor conyugal culmina en una fidelidad a toda prueba. Conocemos la descripción de fidelidad que nos da el Padre Kentenich: la mantención pura, lozana y creadora del primer amor. Es mantenerlo a través de las pruebas del tiempo para eternizarlo. Fidelidad en este sentido profundo y amplio es regalarle siempre al cónyuge todo mi corazón, regalarle mi tiempo privilegiado, mis intereses prioritarios.

Es imposible ser fiel en este sentido, sin un gran espíritu de sacrificio y sin un contacto directo con Dios a través de los sacramentos y la oración.

De todos modos, si miramos la vida matrimonial desde este punto de vista, se convierte en una escuela de santidad de primera magnitud. Se trata de vivir la santidad de la vida diaria matrimonial y además vivir también la espiritualidad de alianza matrimonial.

El matrimonio no es solamente una comunidad de amor, sino que se fundamenta sobre una alianza de amor mutua. Y esa alianza tiende a profundizarse. Quiere darle al otro todos los derechos sobre mí, para que él sea feliz: yo no quiero otra cosa que lo que tú quieres.

Y después podemos ir más lejos todavía: Estoy dispuesto a renunciar y regalarle hasta lo más difícil, lo más pesado, si tú lo deseas. Si quieres esa renuncia, te ruego que me lo pidas. Es así como quiero mostrarte mi amor.

Preguntas para la reflexión

1. ¿Nos reímos como matrimonio, como familia?
2. ¿Nos herimos al criticarnos?
3. ¿Estoy dispuesto a aceptar lo que mi cónyuge me pida?

Si desea comentar el texto o dar su testimonio, escriba a: pn.reflexiones@gmail.com

viernes, agosto 01, 2008

Agosto 2008

04 San Juan María Vianney. Día del Párroco
06 Transfiguración del Señor
07 San Cayetano







15 Asunción de la Sma. Virgen
18 Día de Alianza
19/8/1915 Se coloca imagen de MTA en Santuario Original
20 Hoerde
20 Primera Alianza Filial
22 María Reina
26 Beato Ceferino Namuncurá
27 Santa Mónica
28 San Agustín

29 Martirio de San Juan Bautista

30 Santa Rosa de Lima, patrona de América Latina