viernes, diciembre 30, 2011


Queridos hermanos en la Alianza:

El Símbolo del Padre está peregrinando por Latinoamérica. En estos momentos lo tiene la Familia de Schoenstatt de Brasil y el próximo 2 de enero se hará la entrega a la Familia de Argentina. La Comunidad de Schoenstatt de Oberá y Posadas irá en peregrinación hasta Santa María - Brasil para recibirlo y traerlo a nuestra Patria. Esta ceremonia podrá ser vista en directo desde Brasil por www.tvschoenstatt.org a las 17:00 hs. de Argentina. El día 3 de enero por la tarde habrá una Misa en el Santuario de Oberá, y luego una fiesta familiar con bailes folklóricos y fuegos artificiales. Así comenzará la peregrinación del Símbolo del Padre por las distintas comunidades de nuestra Familia argentina hasta el mes de mayo. ¡A prepararse para recibirlo!

El próximo 20 de enero celebraremos los 60 años del Santuario del Padre con una Misa a las 19 hs. Todos están invitados a unirse en acción de gracias. Ese día el símbolo de Dios Padre estará en Nuevo Schoenstatt.

Queridos hermanos, los invito a participar de estos festejos (física o espiritualmente) con alegría y agradecimiento, caminando juntos hacia el gran jubileo del 2014.

 Desde el Santuario les mando un cordial saludo deseándoles un bendecido año 2012.

P. José Javier Arteaga

viernes, diciembre 23, 2011

Carta de Alianza
Navidad 2011

Queridos hermanos en la Alianza:

Hace unos años pasé por Glew, una pequeña ciudad cercana a Florencio Varela, y recordé que allí, en la Iglesia de Santa Ana, hay una colección de murales con la historia de la Virgen María y Santa Ana pintados por el gran maestro Raúl Soldi. ¡Dios nos regala tesoros que están escondidos en lo simple y pequeño! Una imagen del mural de la adoración al Niño Jesús ilustra esta carta de Navidad.

Al contemplar esta obra nos sorprende el color azul del cielo, como si la noche estuviera iluminada por una hermosa y suave luz que todo lo abraza. Vemos a los reyes en segundo plano: son distintos entre sí y llevan grandes regalos al Niño Jesús; detrás aparecen dos servidores cuidando un hermoso caballo blanco. Pero en primer plano aparece un pastor; lleva vestiduras sencillas como las de San José, está de rodillas frente al Niño y a su Madre y no se ve ningún presente suyo, pero tiene un lugar privilegiado en la Adoración: sus manos casi tocan a Jesús.

¿Cómo nos acercamos a Dios? Podemos hacerlo de diferentes maneras: como los reyes que le dieron sus regalos, como los servidores que llegaron sin quererlo acompañando a sus señores, o como el simple pastor que, con sus compañeros, fueron siguiendo el llamado de los Ángeles de Dios (Lc 2, 15-20).

Navidad es el tesoro de Dios escondido en lo simple y pequeño. ¡Dios nos llama a adentrarnos en el misterio de la Navidad! Podemos llegar con nuestros regalos o solo con nuestra pobreza entre las manos. Lo importante es llegar a Él con un corazón creyente y abierto, como María, José, los pastores y los reyes. Se trata de escuchar y recibir la Palabra, ponernos en marcha y buscarlo, adorarlo y anunciarlo compartiendo este gran Don. La Navidad es un llamado a vivir en Alianza con Dios y con los hombres.

 Queridos hermanos, en esta Noche Santa acerquémonos a María. Ella nos regala a su Niño, el Dios con nosotros, que en su pobreza y pequeñez quiere fortalecernos en la fe, animarnos en la esperanza y enriquecernos en el amor. Acerquémonos con fe al pesebre de Belén: allí nos espera el Dios-Amor quien nos invita a ser su Santuario vivo y hogar para el mundo.
“Tu Santuario es nuestro Belén,
en cuya aurora Dios se regocija”.
                                                       P. José Kentenich

Reciban un cordial saludo y bendición para ustedes, sus familias y comunidades.
¡Feliz Navidad y bendecido año 2012!

P. José Javier Arteaga

domingo, diciembre 18, 2011

El Puente


 
Nº 20
Diciembre 2011

Sumario

a) Carta para nosotras: “Una nueva oportunidad” Lux Elena Ramírez
b) Espíritu Mariano: “Como María” María:  “Morada del Dios Trino” Aporte Curso 9º RMed  
c) Espíritu Comunitario: “Mujer nueva en una comunidad nueva” Aporte Curso 2º Py
d) Espíritu Apostólico: “Como sal y levadura en masa” Aporte Curso 10º RMet
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a) Carta para nosotras
“Una nueva oportunidad”
Aporte de Lux Elena Ramírez Sub Jefa Territorial

Queridas madres,


Diciembre, enero ¡qué meses!

Todo se acelera, se aglutina, se vuelve denso. Actividades, compromisos familiares, laborales y sociales. Las agendas y publicidad nos empujan a una vorágine del hacer, correr, cumplir, gastar. El mundo nos atrae con cantos de sirena. Luces y ruido pueden distraernos de nuestro eje.

El P. Kentenich, en plena guerra mundial dijo: “En este caos ponemos a punto un programa que equivale a un solemne compromiso para la vida interior. Como Familia, hemos quedado fieles a ese principio, nos avocamos con seriedad a encarnar concretamente la vida espiritual, la vida con Dios, en Dios, por Dios. Pero sentimos al mismo tiempo y a menudo la extrema inestabilidad de la vida interior, pensemos en nuestro cuerpo: qué de tormentas tiene que soportar!! Y así también y con más razón, cuántas tormentas tiene que soportar nuestra alma”.

 Diciembre, Adviento, nos da la oportunidad de recomenzar.

Durante el Adviento, la Iglesia quiere llamar nuestra atención sobre el hecho de que la santidad auténtica y equilibrada reside en el coraje de hacer de cada día un nuevo recomenzar.

 Hace falta un gran coraje para sobrellevar cada día. Es por eso que, debemos tener ideas claras y justas para la vida interior.

 Cuando Francisco de Asís estaba en su lecho de muerte, dijo a sus hermanos que le rodeaban: “vamos, llegó el momento de comenzar”. También nosotros, concibamos así nuestra existencia.

 Este coraje implica que tenemos dentro de nosotros el gran deseo vivo de consagrarnos a un ideal. A este ideal la iglesia le hace resplandecer delante de nuestros ojos a lo largo de las 4 semanas de Adviento. El Adviento está totalmente orientado hacia Navidad.

¿Qué anunciaba el canto de los ángeles a los pastores?: “Encontrarán a un recién nacido”. Esta es la oportunidad que nos ofrece, un nuevo nacimiento, ser más hijas de Dios.
Cuanto más abiertos estemos a Dios y a la realidad divina, más fuertes seremos frente al llamado del mundo. Así podremos, viviendo en el mundo, vencer el espíritu del mundo. Servir al mundo con un corazón vuelto y orientado hacia Dios.

¿Qué pide el Señor? ¡un nuevo nacimiento!
Enero, tiempo para descansar, proyectar y avanzar.
Una oportunidad para recomenzar, esbozar propósitos, establecer metas.

Vislumbrar el año nuevo que se viene como una oportunidad. Nos disponemos concientemente al optimismo, a lo positivo. El acompañante principal de la esperanza sobrenatural es el optimismo.

Es hacia el optimismo, con esperanza, hacia donde queremos orientar nuestro pensar y querer, todos nuestros anhelos, en esta época difícil y conmocionada.
Recibir todo con entusiasmo, con espíritu positivo. ¡Será un buen año!

Toda la realidad es positiva, porque todo es signo de algo del más allá, del infinito, del amor de Dios.
La realidad en cuanto que es creada, es positiva. ¡Positivo en todo lo creado! Desde las estrellas hasta las lagrimas de quien sufre.

¿Qué hay dentro de cada una que nos impide vivir como nuestro corazón desea? ¿Qué nos impide una visión positiva de la vida? El Pecado original.

Sin embargo, desde hace más de 2000 años, “El verbo se hizo carne y habita entre nosotros”. Todo es positivo para los que reconocen que la realidad es signo del Misterio y que el Misterio se hizo carne y habita entre nosotros.

Veamos lo positivo del nuevo camino, el horizonte de la vida y saquémosle provecho.

Cada día estemos detrás de algún proyecto. Además de las actividades rutinarias, nuestra acción persiga un ideal, un objetivo que nos hemos trazado. Ideal que da en el momento clara emoción a nuestra vida.

No nacimos para conformarnos con los logros obtenidos, por importantes que fuesen. Jamás estamos enteramente contentos con lo que hicimos. Estamos prestas una y otra vez a seguir amando, renovando acciones y sentimientos.

La vida nos enseña lo trabajoso que es un logro, cómo hay que luchar para conseguir una meta. Incluso para conservar lo alcanzado, tanto en lo espiritual como en lo material.

Miremos hacia atrás y hacia delante; transitemos, avancemos. Hay travesía por hacer, y en este menester pongamos esfuerzo: la casa por construir, la educación por terminar, la vida familiar, comunitaria y muchos otros aspectos que se nos presenta. Luego, hecho el camino, marcharemos hacia otros desafíos.

Queremos vivir el nuevo año, 2012, con un espíritu, una actitud para amar más, renovarnos constantemente en el amor. Vivir para construir, queremos edificar. Vivir para pensar, tratemos de vivir con racionalidad. Vivir para luchar, sin descansar, no a la deserción, al desánimo.

Encaremos con un fuerte optimismo el futuro. Tenemos un medio que nos da seguridad para adoptar esta profunda actitud optimista: La Mater. Ella es la que aplasta la cabeza a la serpiente. Ella es la gran Mujer, la gran señal en el cielo.

Por nuestra Alianza de Amor contamos con Ella. Encomendémosle sin reservas nuestras necesidades. Entreguémonos nosotras mismas y a nuestros seres queridos, a los que nos fueron confiados, a la Bendita entre todas las mujeres.

Miremos hacia el porvenir con tranquilidad, con Fe en la Divina Providencia, aunque el horizonte se muestre oscuro, se ciernan nubes y debamos contar con tempestades, “La Mater cuidará perfectamente”, “Un servidor de María nunca perecerá”.

Coloquemos el 2012 en sus manos.

¡Hacia delante! ¡Tenemos una nueva oportunidad!

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b)                                  
Espíritu  Mariano: “Como María”
Aporte Curso  9º Región Mediterránea
                                          MARIA, MORADA DE DIOS TRINO
Introducción
María es el gran “Símbolo personal” del Espíritu Santo. En efecto, el Espíritu Santo es el Amor de Dios personificado, ese amor que –en el seno de la Trinidad- ata o “abraza “al Padre con el Hijo, como dice Juan Pablo II, con ese tipo profundísimo de vínculo que llamamos “comunión”. ¿Por qué ver al Espíritu Santo simbolizado en María?. No solo por  ser Ella la tres veces “llena de dicho Espíritu (en su Inmaculada Concepción, en la Anunciación y en Pentecostés), sino también por ser la “Madre” y la “Mujer “  perfectas.
En efecto, desde los orígenes de la reflexión teológica cristiana, el Espíritu Santo ha sido asociado a lo “materno” y lo “femenino” de Dios. Ya para San Pablo es El quien nos enseña a llamar a Dios ¡Abba! (rom.8,15), es decir, Papá, como lo hacía Jesús. También podemos aplicarle a El la expresión “vínculo de perfección” (Col.3,14) con la que el mismo Pablo llama al Amor de Dios o Caridad ya que el Espíritu Santo es la personificación del “Amo” de Dios (así como el Hijo lo es de su Verdad (Jn 14,6) Asimismo, ya para San Irineo (180 d.C) es como el seño materno de Dios que posibilita que el hijo (a quien el Padre engendra haciendo “salir de si) permanezca siempre “en “ El (Jn 17,21)
 El P. Kentenich, por su parte, destacará permanentemente como toda madre humana cumple idéntica misión al interior de su familia: pues ella constituye el lazo personificado que (mediante su diálogo cercano a la vida) está siempre tratando de religar al padre con los hijos y a los hijos con el padre. Es como el lazo vivo y personal que los ata ayudando así, a genera, crecer y cimentar sólidamente esa vinculación paterno-filial, que debería llegar a ser la viga maestra, sustentadora de todos los otros vínculos vitales del hijo sean de “fraternidad” hacia los hombres o de recto “señorío” frente al mundo.
Además el P. Kentenich. siempre ha destacado en la mujer lo mismo que acentúa ahora Juan Pablo II: que “la mujer es aquella en quien el orden del amor, en el mundo creado de las personas, halla un terreno para su primera raíz “La mujer, sin duda, tiene una capacidad de diálogo y de fácil vinculación personal en la que, normalmente, supera al varón. También en su capacidad de ser fiel.
Todo esto culmina en María, la llena del Espíritu. Por eso Dios-pensaba el  P.K.- la había escogido como instrumento para implorar ese “nuevo Pentecostés”, que el profetizaría el 31 de mayo de  1949 y que ayudaría, decisivamente, a penetrar de fe y de humanismo personalizantes las culturas del pasado mañana de la historia. Para ayudarlas a vivir de un modo nuevo y más pleno ese organismo doble de vinculaciones personales, que permitirá a los hombres encarnar con original riqueza, su vocación fundamental de “imagen (Gn 1,26) e hijos” (Ef 1,5) de Dios (La propuesta evangelizadora de Schoenstatt, P. Hernán Alessandri Morande, Capitulo 7, pág. 209-210).
TERRUÑO INMACULADO
Cristo es el único hombre que por derecho propio –desde su misma concepción- ha estado arraigado en ese “Terruño divino” que es el “corazón”  de su Padre. “en” el cual ya moraba (como Dios) desde toda la eternidad y siendo “uno” con El (Jn 17,21) Pero, asimismo, El es el único hombre que –también por derecho propio- se arraigó, desde su misma concepción, en ese “terruño inmaculado” que fue no sólo el cuerpo, sino el corazón de María. Desde el bautismo, los cristianos participamos –por mediación y gracia de El- de dicho doble arraigo suyo. Que es también arraigo en la Iglesia y en la comunión con quienes la forman (Rm 12,5). Y el efecto propio de la gracia del arraigo, que se nos regala desde el Santuario es el de profundizar este don bautismal.
María es la mujer que fue morada viva y física del Dios hecho hombre.
Es la mujer “cuya función maternal se dilató, asumiendo sobre el Calvario dimensiones universales”.
 MARIA, VOCACION DE AMOR
 Eras su tesoro
Preparado durante siglos
De la antigua Alianza
El cofre de tu corazón, María,
Fue imán
Para los dones de la Trinidad Santísima
“Un abismo llama a otro abismo”
Tu abismo de apertura.
De acogimiento y de pobreza.
De Vaciedad, de nada propia,
Atrae hacia sí el abismo de las riquezas
De la misericordia absoluta.
(P. Joaquin Alliende L. Dueño y cofre)
 ¿Cómo es el amor de María? ¿Qué características tiene?
1- Es un amor que se “adelanta” a amar
“En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá (Lc 1,39)
María es la mujer solícita como nos la muestra Lucas, luego de la Anunciación va con prontitud a visitar a su prima Isabel.
“Amar no es un paso instintivo sino la decisión consciente de tu voluntad de ir hacia los otros y entregarte a ellos”
“El amor es un camino con dirección única: parte siempre de ti para ir a los demás”.
2- Un amor que ve
      “Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: “No tienen vino” (Jn 2.3)
      “En Caná no se trataba de necesidades vitales sino de cosas suplementarias. En efecto, los invitados ya habían bebido suficiente vino. Sólo para socorrer a los novios, y llevada por una genuina compasión humana, María se vuelve hacia su hijo pidiéndole un milagro” P.K.
María mira con los ojos de Dios, ve realmente la imagen de su Hijo en cada uno de nosotros y nos ama como ama una madre a su hijito: con los ojos.
3- Un amor que sabe escuchar la voz de Dios
“Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo” (Lc 1,29)
“María percibe una voz, vale decir, que “desde afuera”  le viene una impresión. Son muchísimas las impresiones que llueven sobre el hombre de hoy. Este las recibe pero no las elabora. De ahí que habláramos ya de un hombre de impresiones efímeras, un “hombre película” Pero no ocurrió así en el caso de María. “Ella discurría qué significaría  aquel saludo” He aquí el primer paso hacia una sana formación del entendimiento: la reflexión personal, el examen y la consideración personales de la realidad. Al no alcanzar una explicación por esta vía, la Sma. Virgen preguntó al ángel : ”¿Cómo será esto? (Lc 1,34), pregunta que nos da una pauta de una sana formación del entendimiento, de la existencia de un sano sensor para captar las verdades, y de sentido para la verdad y la transmisión de la verdad. Recién cuando se hizo la luz sobre esas cuestiones, María pronunció su “Ecce ancilla Domini” (P.K.)
4- Un amor que sabe escuchar a sus hermanos
María tiene el oído pegado a su corazón, por eso escucha corazones en los tonos de la voz. Como nuestra madre, que muchas veces no está tan atenta a lo que decimos sino a nuestro estado de ánimo.
5- Un amor que toca y sana
María tiene el corazón a flor de manos. Sus manos acariciaron tanto al niño Jesús y al Jesús herido que conoce al tacto todos los gozos y todas las penas de la carne humana.
Es un amor que “contempla desde la cumbre de la persona la razón de las heridas” (F.L. Bernardez)
Su sentido del dolor le hace saber dónde hay una cruz, dónde está el problema de fondo de cada corazón. Nuestra  psicología hace que a veces desplacemos los dolores. Algo muy hondo que nos duele lo proyectamos en otro lado. Por eso necesitamos a la madre que se dé cuenta de dónde viene el dolor.
6. Un amor que perdona
Camino al Calvario asume por amor la corredención del mundo perdonando a los que “no saben lo que hacen”.
“Dejas que aten a Cristo a la columna
Para expiación
De nuestros pecados de sensualidad
Con cada azote
Se estremece tu corazón de Madre;
Por nosotros soportas con El cada sufrimiento” (Hacia el Padre)
7. Un amor extremo
“Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás y María Magdalena” (Jn 19,25)
“María supo decir si: Ecce…fiat” Y jamás retiró ese sí. Ella es la Virgen fiel, también en situaciones difíciles, como por ejemplo la del Calvario, donde fue marcada con el estigma de ser madre de un delincuente y donde la cruel muerte de su Hijo la conmovió más hondo que su propio destino. Sin embargo, allí estuvo de pie.”stábat”
María, ¡Cuánto ha crecido en la entrega radical!. Ella ahora puede entregar todo a la voluntad del Eterno, del Infinito” (P.K.)
8- Un amor misericordioso
La misericordia es lo contrario de la “eficacia”, tal como la entiende el mundo moderno: el misericordioso pierde tiempo, hace cosas inútiles y no gana nada…más que la amistad y el agradecimiento, y aún esto no siempre. No cosecha “cosas”, no logra “resultados” comprobables…si recibe algo recibe  lealtad, amistad, alegría. La misericordia se queda después de hora, atiende un poco más, de deshilacha en sus atenciones…y no es muy eficiente: no recibe mucho en pago. Sólo agradecimiento y amistad…y a comenzar de nuevo (P. Diego Fares. S.J.)
9. Un corazón sencillo, humilde, sanamente humilde, sin pose, por su genuina conciencia de pequeñez.
 “porque miraste con bondad la pequeñez de tu sierva” (Lc 1,48)
10- Un corazón consciente de haber sido regalado con muchísimos dones, talentos, capacidades.
“En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mi grandes cosas” (Lc 1,48)
A ejemplo de Ella debemos tener una sana autoestima. Conciencia de dignidad, conciencia de nobleza (“eso que nos hace falta”-nos decía el Padre Horacio Sosa en una Jornadas de dirigentes …”pecaríamos menos, estaríamos más contentos, conscientes de haber sido regalados por el Padre. Y ustedes me dirán: “no me lo merezco”...¿y cuándo vieron que un milagro se merece?. No se merece nunca. Los carismas no se merecen, se regalan porque Dios es Amor. Son dados gratuitamente, son gratis, lo que pasa es que uno puede guardar el regalo y meterlo en el ropero 25 años. “La humildad es la verdad”.
11- Un corazón servicial
El amor concreto es servicio. Servicios pequeños, grandes. A veces nadie se entera. Mejor a veces que nadie se entere lo que le cuesta, lo que hace todos los días, nadie sabe, pero ella lo sigue haciendo: no usar la pequeñez para obstáculo para la tarea. Monseñor Karlich dijo algo fantástico el 25 de mayo en Paraná:
“Nadie es tan chico que no pueda hacer algo grande por el mundo, y nadie es tan grande que pueda ser él todo”
A Dios le encanta, le complace, le gusta, hacer lo más grande con los más pequeños. Así que sí uno tiene un corazón realmente consciente de su debilidad, de su pasado, de su pecado, de su miseria, dé más gloria a Dios, porque está más seguro de ser llamado, justamente para ser un testigo de la misericordia. Pequeñez servicial, desinteresadamente servicial.
12- Un corazón valiente, audaz, corajudo.
Aún cuando naturalmente sea miedoso, cuando según su naturaleza sea cobarde, según su temperamento sea tímido y le de vergüenza, le de miedo y sea cómodo y burgués y le encante pasarla bien y de repente el Espíritu Santo le empieza  a sacudir.
En síntesis, podemos decir, el corazón de María es un corazón arraigado en Dios:
Corazón habitado eres, María
Arca de Alianza eres,
Tabernáculo
Santuario de la Trinidad
El corazón de María es un corazón hogar, heimat, hogar, que regala más amor del que se merece. Un corazón cálido y familiar, donde uno le gusta estar. Un corazón puro y transparente; libre y generoso; un corazón transido de alegría que a las tristezas las transforma en alegrías por la varita mágica del amor; un corazón veraz, un corazón luchador, valiente porque Dios le infunde su fuerza.
 EL SECRETO DE MARIA
María, la plena de gracias, alcanza tan alto grado de amor por su profundo espíritu de oración, es la mujer “modelada en la oración” y porque se reconoce hija predilecta del Padre

“Mi alma canta la grandeza del Señor,
Y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador,
Porque El miró con bondad la pequeñez de su servidora” (Lc 1,46-47)
Un corazón que reza y por eso tiene fuerza, valiente, porque el Padre en esa comunión de amor le confiere la fuerza de la audacia, como le pasó al Padre Kentenich, ese intrépido coraje y esa audacia filial que le caracterizó siempre, en el fondo ese corazón no tiene más miedo, ni a nada ni a nadie. Así fue el corazón del Padre. “Los que contemplan el rostro de Dios Todopoderoso esos no tienen más miedo ante ningún poderoso de este mundo” P.K.
Y este anuncio de María sobre el amor del Padre es el “Evangelio” que cada uno necesita creer con más urgencia, que es un hijo predilecto de Dios..
“En Dios, ser predilecto no hace que el otro sea menos que yo. Sólo Dios puede concederse plenamente esta posibilidad de que cada hijo sea predilecto sin que esto vaya en desmedro del otro, del que quedaría en segundo lugar. Cuando decimos entre nosotros “vos sos mi predilecto”, el tercero necesariamente lo siente, le duele y piensa para sus adentros “a mi éste no me quiere, o al menos no tanto como a este otro”; y no es raro, a no ser que sea muy virtuoso, que se le despierte en menor o mayor grado la espina de los celos o de la envidia” (¡y entonces, yo que soy para este?). El otro se siente desplazado y lo sufre. Frente a Dios en cambio todos somos predilectos.
San Juan también nos habla de esta predilección del amor de Dios. El se nombra así mismo “el discípulo al que Jesús amaba” (Jn 13,23), no porque pensara que los otros no lo eran sino porque su corazón había sido traspasado por el amor de Cristo de tal manera que él no podía nombrarse sin reconocerlo, a modo de aposición: Juan, el discípulo al que Jesús amaba. Dos modos de nombrar al mismo sujeto
Ese amor de predilección es el que debemos vivenciar para convertir nuestro corazón en “hogar”, en morada de puertas abiertas.
Corazón sereno porque reposa en el corazón de su Padre. Corazón filial. Sabe, está absolutamente seguro de su amor, del Padre. Porque si no está seguro., si todavía no está seguro no va a poder ser corazón de la Iglesia, va a andar con miedos, con dudas y con angustias, con ansiedades “pero será que Dios realmente es tan bueno?”; entonces ese corazón que duda se convierte en un corazón con certezas: “Sí, el Padre está siempre conmigo. Y cuando pase por oscuras quebradas, y no sientas nada y no entiendas nada  y se muera alguien de cáncer: “el Padre está siempre conmigo, su Amor está siempre conmigo, no entiendo nada, no siento nada, no tengo ganas de hacer nada, pero no desconfío de Ti, Padre, por eso ese corazón puede llegar a ser corazón de la Iglesia.
Haznos así, Padre, absolutamente convencidos de tu Amor, del colmo del Amor, de la Misericordia,  incondicional Amor sin reservas, total   ¡Gracias Padre!
Que María, nuestra Madre, nos regale un corazón hogar, morada de Dios Trino
Ave María:
Puerta del pan
Que nos devuelve
La libertad.
Santa María:
Llave de amor
Que abres la cárcel
Del corazón;
Ahora y siempre
Ruega por nos.
             F.L.Bernardez
 Realizado por Alicia Chavez, Marta María Espina , Gabriela Rinke, Nuria de Platzeck Noveno curso "Toda Tuya, corazón de familia, como Manantial de Vida"
 Bibliografía
La propuesta evangelizadora de Schoenstatt. P. Hernán Alessandri Morande
La Santísima Trinidad. P.J.Kentenich
Triunfo Michel  Quoist
Pedagogía para educadores P.J.Kentenich
Pequeños gestos con gran amor. P.A.Rossi S.J. P. Diego Fares S.J.
Teresa de Lisieux. P. A. Rossi
Hacia el Padre. P. J. Kentenich
El ruiseñor, Francisco Luis Bernardez
Corazón de la Iglesia. P. Horacio Sosa
El cobijamiento Interior. P. Alberto Eronti

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c)           
Espíritu comunitario
Aporte Curso 2º Paraguay
La mujer nueva en la comunidad nueva

En unos Ejercicios Espirituales para madres del Movimiento de Schoenstatt, nuestro Padre Fundador nos invitaba a conquistar el mundo: “¿Dónde están las madres de Federación que tienen el ánimo de conquistarlo? Debemos forjar un Reino, una comunidad unida, una generación de jefas. ¿Las entusiasman estas metas o prefieren quedarse con una mentalidad estrecha? Es necesario que rompamos las estrecheces para crecer”.
Esta invitación del Padre Fundador a forjar  una comunidad nueva conformada por mujeres nuevas, decididas a romper las estrecheces para crecer ha sido ampliamente aceptada. Al incorporamos a la Federación de Madres expresamos nuestro anhelo de encarnar en nuestras vidas la Alianza de Amor, como comunidad de dirigentes y apóstoles, poniéndonos a disposición de la Mater para ser educadas por Ella y transformarnos en sus instrumentos y confirmando nuestra disposición para asumir la misión del Padre Fundador y darle vida en la Iglesia y en el mundo.
Hoy más que nunca Dios nos pide el cultivo de una nueva comunidad. ¡Cuánta desintegración de la comunidad humana se puede observar en nuestra sociedad! Los tiempos actuales nos exigen una educación que nos capacite para enfrentar la vida en nuestros días. Porque según el pensamiento del Padre: “Los valores propios y peculiares, a no ser que estén arraigados en un modo extraordinario, son barridos en un momento” (P. Kentenich).
Como federadas cumpliremos nuestra misión en la medida que cultivamos el espíritu de comunidad. Siendo la Federación una comunidad de vida, este espíritu comunitario es parte esencial de nuestra vocación. Una fuerte comunidad de vida nos ayuda, nos fortalece y asegura en nuestros ideales.
Pero, ¿de qué forma lograremos esta meta común a todas? La respuesta se refleja en el ideal con que cada comunidad nueva expresa el querer de Dios para ella. Este ideal nos afirma como comunidad al otorgarnos una misión común a cada una. Anhelamos ser una auténtica “comunidad nueva”, esto es, “una familia integrada por personalidades nuevas, unidas por la fuerza fundamental del amor. Es la comunidad que tiene alma, donde estamos  interiormente una en la otra, con la otra y para la otra.”
Así, nuestro ideal de curso “CORAZON FUERTE AL SERVICIO DEL PADRE” expresa que queremos alimentar esa fortaleza ancladas en Dios Padre, en Alianza de Amor con María y en Alianza filial con nuestro Padre Fundador. Como hermanas unidas en un solo corazón, en estrechos lazos de amor, construir esa comunidad nueva para colaborar en la gran misión que el Fundador nos legara a la Federación y a la Familia.
 Aspiramos ser “pequeñas María”, asemejándonos a Ella en todos los momentos de nuestra vida, aún en los difíciles, como María al pie de la cruz, porque el amor es más fuerte que el dolor. Queremos vivir como María con una sencilla filialidad, que nos permite entregarnos confiadamente a Dios Padre y como Ella podamos decir: “Todo lo puedo en Aquel que me conforta”. El que sólo confía en sus propias fuerzas se condena en sus propios límites; en cambio si nos entregamos en las manos de Dios seremos capaces de enfrentar el mundo, porque hay un Padre que vela por nosotros, que nunca duerme y nos cuida siempre.
Nuestro anhelo es servir desinteresadamente con un amor magnánimo, haciendo lo ordinario de manera extraordinaria, perseverando en la entrega y en el servicio. María nos ayuda a ver que aunque vivimos en medio de luchas, también creemos en la victoria de cada batalla. Como hijas del Padre deseamos vivir  esa actitud de victoriosidad.
Este anhelo implica tareas, y éstas a su vez, son responsabilidades que cada una asume por el crecimiento interior de sí misma y de las hermanas de curso. En vistas a ello, como CORAZÓN FUERTE AL SERVICIO DEL PADRE, aspiramos ser mujeres nuevas insertas en la comunidad nueva cultivando actitudes características de la misma, tales como:
1- Aceptamos nuestra pluralidad:
Somos una comunidad de diversos corazones que se unen en uno solo, con fuertes lazos de amor; y de esta unión nace toda nuestra fortaleza. Por ello, nuestro corazón es cálido y cobijador. Nos aceptamos mutuamente en nuestras originalidades e individualidades, tratando de complementarnos y enriquecernos a través de ellas:
- Escuchamos a la hermana y respetamos su criterio, integrándolo como un aporte importante al todo.
- Estamos dispuestas a aceptar con el corazón las sugerencias que buscan mejorar nuestro crecimiento interior.
- Rezamos las unas por las otras

2.  Respetamos la autonomía original de cada una:

Somos un solo corazón, pero sin que cada una de nosotras pierda su respectiva originalidad. Esto lo vivimos por medio de las siguientes actitudes:
- Al descubrir el misterio de otra, buscamos admirarla en su originalidad, esto es, aceptarla y valorarla en sus virtudes, comprender sus defectos y acogerla tal cual es. 
- Destacamos siempre los rasgos positivos de cada una. 
- Respetamos la libertad de pensar y actuar de cada una.
- Respetamos las decisiones individuales y comunitarias, demostrando obediencia a las disposiciones que se toman.
3.  Somos un solo cuerpo:
Nuestra comunidad es un solo cuerpo, fuerte y solidario. Cada una se compromete con sus responsabilidades, y al mismo tiempo, se integra con actitud de servicio a las hermanas de curso. Esto lo desarrollamos cuando:
- Participamos activa y comunitariamente en las corrientes vitales de la Familia y de la Iglesia.
- Colaboramos solidariamente con las inquietudes y necesidades de los demás cursos, la Federación de Madres, la Rama de Madres, la Familia de Schoenstatt
-  Estamos siempre atentas a las necesidades de cada hermana.
- Irradiamos alegría y calidez en nuestro entorno.
- Como madres, evangelizamos a nuestras familias con nuestros actos y palabras.
- Estamos atentas, como María, para brindar alivio a las necesidades espirituales y materiales de las personas que Dios nos pone en el camino.
- Acercamos a nuestros Santuarios Hogares a las personas que nos visitan o que tienen necesidades.
4.  Sabemos incentivar creadoramente:
Como comunidad de jefas, somos capaces de ser líderes que despierten una nueva relación en los demás, tanto en nuestro curso como en nuestras familias, pues somos capaces de delegar y de incentivar en otros sus responsabilidades propias, en función de sus capacidades y necesidades. Por ello:
- Cuando delegamos una responsabilidad o tarea, evitamos intervenir nuevamente.
- Buscamos compartir las decisiones importantes con otras instancias en la Familia.
- Nos comunicamos a través del contacto vital: escucho atenta, miro a los ojos y abrazo con el corazón al que me habla.
- Asumimos con responsabilidad nuestros compromisos y demostramos ser solidarias en su cumplimiento, conscientes de que el afán de cada una repercute en nuestra vida comunitaria.
5.  Somos mujeres nuevas:
La comunidad nueva se forma con mujeres con personalidades nuevas que se animan mutuamente. Para ello es importante el cultivo y la educación consciente de cada una a fin de conquistar verdaderas actitudes schoenstattianas que se plasmen en la vida comunitaria. Es muy importante conocernos unas a otras, dejando que cada una de mis hermanas “viva” en mi interior. Esto se traduce en una mujer nueva que es capaz de vivir plenamente la confianza y el respeto a través del cultivo de las siguientes actitudes:
- Luchamos por superar la timidez y la inseguridad, que nos aíslan de los demás y se manifiestan a través del barniz de la autosuficiencia, la soberbia, la agresividad y el hermetismo.   
- Aprendemos a dialogar comunicando vida, diciendo siempre la verdad, hablando lo necesario y reconociendo las propias fallas con humildad.
- Expresamos cordialidad con gestos y palabras, alegrándonos de la compañía de cada una. 
- Adoramos a Dios en el corazón de la hermana, alabando interiormente al Padre al saludarla
- Nos alegramos en celebrar juntas las fiestas y fechas especiales de nuestras hermanas de curso.
- Cultivamos una actitud de silencio exterior ante las fallas de la hermana, evitando criticar las actitudes ajenas (“Ver todo, pasar por alto muchas cosas, y hablar muy poco de lo negativo que veo”, P. Kentenich).
- Nos ayudamos mutuamente a superar nuestras debilidades, expresando el hecho (nunca la intención) en el momento oportuno y con una actitud afable.
- Perdonamos cuando se nos ha ofendido o cuando nos sentimos ofendidas.
- Buscamos comprender en todo momento las reacciones personales de cada una, respetando la historia de vida que cada una guarda en sí.
- Somos capaces de renunciar a nuestro tiempo y gustos personales, expresando compromiso y responsabilidad por las acciones comunes a todas.
Finalmente, compartimos esta reflexión del  P. Javier Arteaga, en la cual nos expresa porqué Dios nos llama HOY a las Madres de Federación para ser mujeres nuevas en una Comunidad Nueva:
“En este mundo no basta ser cristianos por tradición. Solo subsistirá el cristiano por convicción y decisión personal, aquel que sepa nadar contra la corriente... Dios nos ha puesto en este tiempo distinto y desafiante para que le imprimamos su rostro. Nuestro desafío es ser fieles y fuertes en la fe, el amor y la esperanza en Cristo. Y para cumplir esta misión de los nuevos tiempos, necesitamos fortalecernos mutuamente y apoyarnos profundamente en la vivencia de una comunidad nueva.
 (P. Javier Arteaga)
EQUIPO DE REDACCION: Fanny de Daniel y Norma de Figueredo
BIBLIOGRAFIA
ü  Principios Generales del Movimiento Apostólico de Schoenstatt. P. José Kentenich. 
ü  Desafíos de nuestro tiempo. P. José Kentenich, 1998
ü  La Comunidad Nueva. Jornada de Dirigentes. Nuevo Schoenstatt. Mayo, 1973
ü  Retiros.  P. Nicolás Schwizer  
ü  Cartas de alianza. P. Javier Arteaga

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d)
Espíritu Apostólico: “Como Sal y Levadura en Masa”
Aporte Curso 10º Región Metropolitana
 Mis queridas hermanas me han pedido que, como humilde testimonio de que estamos llamadas a “ser sal y levadura”, escriba una reseña de mis actividades apostólicas, en estos 10 años en que volví a vivir en Merlo, San Luis, lugar donde nací, después de vivir 32 años en Buenos Aires, la mayoría de ellos en Villa Ballester, cuna del Schoenstatt argentino, pero también mi cuna, ya que en ese querido Santuario Nazaret comencé siendo misionera en el año 1991 y participé de la Rama de Madres. Más adelante, fui convocada para incorporarme a mi querido 10º Curso de Federación de Madres.
Después de tres años, descubrí que en los planes de Dios estaba que debía regresar a mi querido San Luis. No fue fácil dejar todo lo que uno tanto amaba, aunque ese fuera el sueño más grande que tenía como familia, pues había dejado a mis padres allí. Pero partí con una gracia especial: seguir perteneciendo al Curso, con unas hermanas que ya sentía como tal, con un ideal común para ser vivido y el regalo de las gracias que la Mater nos regala en el Santuario. Ella me cobijó, me transformó y entonces me enviaba a ser apóstol, en el lugar donde más deseaba vivir.
Llegué a Merlo el 5 de diciembre de 2001, con alegría pero también dolor, porque el motivo económico por el que regresábamos no era tan bueno, pero nuestra entrega fue total y será por eso que la Providencia de Dios obró maravillosamente en nuestras vidas, en estos años.
El primer año, apostólicamente, fue sabático. No conocía gente de Schoenstatt, iba a la misa en la Capilla que hoy es de la Mater y nada más. Después comprendí que Dios Padre en su infinita misericordia lo había dispuesto así, para ayudarme de esa manera a organizar mi vida ante este gran cambio.
Pero pasó algún tiempo y recuerdo que un día le dije a la Mater: ¿No me necesitas más? La respuesta no se hizo esperar.  Comencé ayudando en la Capilla y un día, me encontré con el P. Guillermo Cassone, asesor en la provincia, que al enterarse de que yo pertenecía a Federación -y como después de 12 años tenían que renovar la Coordinación- me propuso que me hiciera cargo de Merlo y cinco localidades más. ¡Había que animarse!  Así comencé dando charlas para nuevos misioneros, de preparación para la Alianza que sellaron doce señoras, de Santuario Hogar, con un regalo muy grande ya que pude invitar al matrimonio Vallendor, de Villa Ballester, quienes habían recibido la misión de difundir el Santuario Hogar en Argentina, enviados por  el P. Kentenich desde Milwaukee. Ellos aceptaron con gusto, nos visitaron en Merlo y compartieron la bendición de los 10 primeros Santuarios Hogar.
Más adelante, formé aquí  la Rama de Madres, siendo el segundo grupo de la provincia, pero el primero en tener su nombre “Pequeñas auroras de María”. Al año siguiente, sellaron su Alianza como colaboradoras de la Rama.
Algo que me emociona recordar, inspirado por el Espíritu Santo,  es que en nuestra Capilla de la Mater, comencé a organizar nuestra primera fiesta patronal del 18 de octubre. Preparamos una novena, un triduo de misas, procesión de antorchas, y ese gran día, la alegría de recibir la visita de las imágenes auxiliares de las otras localidades. Después de la misa, se hizo la procesión de la Mater con desfile de gauchos, puestos de comidas, en fin, toda una fiesta como se acostumbra acá. Así hemos continuado realizándola, año tras año.
En el 2005, nos tocó preparar nuestro primer Encuentro Diocesano de San Luis que se llamó “Encuentro del Anhelo”. Sugerí ese nombre porque mi corazón anhelaba tanto tener acá un Santuario y actualmente, lo estamos conquistamos con mucho amor.
En el 2007, peregrinamos con un grupo de señoras a Santa María.
En el 2008, terminé mis primeros dos años de coordinación y me pidieron que continuara por dos más. Fueron cuatro años hermosos, intensos, ¡con tantas gracias recibidas! Seguí ayudando a la nueva coordinadora hasta que ¡oh sorpresa! Me piden que acepte ser la Coordinadora Diocesana, o sea coordinar toda la provincia. Nuevamente como María, di mi sí.
El 18 de enero de 2009, comencé esa tarea confiando en que la fuerza viene de lo alto. Dios nos sabe y nos elige pequeños, nos capacita y nos regala la gracia que necesitamos para la misión encomendada. En principio era por dos años, después fue por tres y ahora me han pedido uno más, hasta el 18 de enero de 2013.
Debo decir que, más que una tarea, es un regalo muy grande el que Dios me ha hecho con esta misión que me ha encomendado. Lo primero, compartir con todos los coordinadores de la provincia y jefes de las Ramas, que están en pleno proceso de crecimiento. Comenzamos trabajando juntos y hemos formado un hermoso equipo de trabajo. Cada tres meses tenemos una reunión. Somos aproximadamente 30 personas y nos reunimos en diferentes lugares. Para que tengan una idea de este hermoso y entusiasta equipo de la Mater, el 2 de julio pasado, en Villa Mercedes, 9 grados bajo cero y ¡estaban todos! En esa oportunidad les dije que eso era demostrarle a la Mater cuánto la amamos.
Como el Movimiento está muy disperso por toda la provincia y yo vivo en un rincón de la misma, sentí la necesidad de comenzar a visitar las distintas localidades, para conocer a la Familia, ya que no se puede amar lo que no se conoce. Pude experimentar que la Mater me regalaba la oportunidad de ser la savia que recorre la planta para darle vida, así iba transmitiendo las actividades, encendiendo los corazones, pero sobre todo recibiendo muchísimo amor.
En una de estas reuniones de coordinación, recibimos la visita del Padre Guillermo Mario y hablamos con nuestro asesor de la corriente de Coronación. Entonces, él nos preguntó qué íbamos a coronar. Nos miramos sin comprender y ante nuestra sorpresa, nos dijo que tenía una imagen destinada para un Santuario y estaba ya enmarcada en Villa Ballester. Si  aceptábamos, nos la regalaba a nosotros. ¿Se imaginan nuestra alegría? La Mater nos daba una “gran señal”: el cuadro para nuestro futuro Santuario, que tanto anhelamos, y para mí, la doble alegría de que provenía de mi querido Villa Ballester.
“Nada es por casualidad”. En esos días, yo viajaba con mi esposo a Buenos Aires, para mi Consagración Perpetua y mi amado Santuario Nazaret, el que me había cobijado, transformado y enviado cumplía sus 30 años. Así fue que en un día inolvidable, junto a mi esposo nativo de Villa Ballester, recibimos como envío el cuadro del futuro Santuario de San Luis y pude llevarlo a Nuevo Schoenstatt para nuestra Consagración Perpetua, junto a mi querido Curso 10º. Actualmente, esta imagen de la Mater peregrina por todo San Luis, conquistando corazones.
Recuerdo también, que al poco tiempo de asumir la Coordinación, se comenzaba en Argentina con las Jornadas de Dirigentes regionales. Nosotros, junto a Mendoza, San Juan y La Rioja, constituimos la región de Cuyo y tuve la alegría de trabajar con los Coordinadores de la región, el P. Guillermo Carmona y la Hna. Catalina, con quienes hemos logrado formar un lindo grupo, estrechar vínculos muy fuertes, a través de la preparación de las tres jornadas ya realizadas, con una entusiasta asistencia puntana.
La última experiencia llevada a cabo, como Familia de San Luis, fue una peregrinación al Santuario de Villa Warcalde, Córdoba, de la que participaron 57 personas. Fue un verdadero acontecimiento para quienes no conocían el Santuario y llegaban a él por primera vez.
Como ven, sólo puedo dar gracias a la Santísima Trinidad, a la Mater, al Padre Fundador, a Don Joao, por tanto amor recibido. Y debo decir algo muy importante: si algo, poco o mucho, he podido hacer es porque Dios me regaló ése, mi hermoso Curso. Porque sé que fui enviada desde mi amado 10º Curso, no fuera de él.
  
Rosa Andrada
Hija de la Divina Providencia - Instrumento de Luz