“Mujer, mi hora aun no ha llegado” Jn 2, 4
“María solo pronuncio dos frases durante la vida pública de Jesús: un
pedido y una invitación a sus discípulos y, con ello también nosotros: “No
tienen vino”. En respuesta a esa delicada petición “dio Jesús comienzo a sus
señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus
discípulos.
En la austera escuela de Cristo, fue viendo cada vez con mayor
conciencia, que ella no era solo Madre suya sino también su Colaboradora y
Compañera permanente en la obra total de la redención.
Cuan austera debe haber resonado en los oídos de María la palabra
“mujer”, estando acostumbrada, seguramente a oír de labios de su Hijo la
invocación “madre”. Cristo la orienta con suma precisión hacia una gran tarea.
María intuye que pasan a segundo lugar los afectos tiernos y cálidos del amor
maternal y en cambio Cristo, su Hijo, se adelanta al primer plano como Redentor
del mundo, siendo ella misma su Compañera” (María si fuéramos como tú, La
actualidad de María – PJK)
ORACION
“Cada vez que vulnere la verdad,
la justicia o el amor,
o por cobardía contravine tus deseos,
entonces, junto a tus verdugos,
me aparte de ti
y prive de tu amor a la tierra de Schoenstatt.
Junto con tu Esposa,
que contigo sobrelleva los pesares,
quiero morir a todos mis egoísmos.
Con alegría hago renuncia total,
también de mi honor y de mis derechos;
a todo renuncio si el Padre así lo pide.
Por ti, Señor Jesús, con María, tu Madre y Esposa,
la que vence la serpiente pisando su cabeza,
concédenos ser, en el Espíritu Santo,
instrumentos del Padre,
para construir aquí en la tierra
su reino de Schoenstatt.” (HP 248-250)
Amén.
Y me consagro a ti, diciendo: Oh Señora mía, Oh Madre mía. . . . .
PROPOSITO
Poner especial atención a la convivencia familiar, para que este día
esté caracterizado por la alegría.
Irene
Bareiro
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