miércoles, mayo 31, 2017

Mes de María - Día 30




“Estamos seguros que Dios, el infinitamente perfecto e infinitamente bueno, podía entrar en un ser humano, y que entro en el ser de la Santísima Virgen. Por eso, los doctores de la iglesia dicen con razón: un mundo más hermoso podía crear Dios, pero dar a su Hijo una Madre más bella, eso no lo ha podido hacer. Así, es enteramente comprensible que ella debía ser sin mancha de pecado original y “llena de gracia”. Total poder tenia Dios para adornar a María y preparar de esa manera la venida del Salvador.
En qué consiste la gloria perfecta de la Madre de Dios? Como se presenta ella delante de nosotros?
 Ella es la gran Mujer formada según Cristo y que forma a Cristo, la Mujer revestida de sol, rodeada por el sol, iluminada y penetrada por el sol, de un modo tan intenso, que Ella misma puede ser llamada un pequeño sol.
De tal modo Cristo se torno para nuestra Señora el ideal y el fundamento de su vida, que ella simplemente asumió la forma del Salvador.
Si es que estamos fuertemente unidos a la Madre de Dios y continuamente encontramos el camino hacia ella, también queremos oír de lo alto el milagro de la transformación: “Hágase la pequeña María, formada según Cristo y que forma Cristo. La semejanza a la Madre de Dios, se torna:
- Cristo, el gran ideal de vida
- Cristo, el fundamento de la vida
- Cristo,  La forma de la vida. (02.09.1947)
Cuanto más profundamente vivamos en su corazón, tanto más ella genera a Jesús en nosotras.  Esta es su gran tarea. (María si fuéramos como tú, No brilho do Tabor – PJK)

ORACION

Tres veces Admirable,
benigna y poderosa ,
espiritualmente me postro ante tu imagen
en unión con todos los consagrados a ti,
que están dispuestos
a morir por tu reino.
Queremos reflejarnos en tu imagen
y volver a sellar nuestra Alianza de Amor.
A nosotros, tus instrumentos,
en todo aseméjanos a ti
y en todas partes por nosotros
construye tu reino de Schoenstatt. (HP 179-180)

Y me consagro a ti, diciendo: Oh Señora mía, Oh Madre mía. . . . .


PROPÓSITO

 Buscaré descubrir a Dios en todo, usando con naturalidad formas como:
«gracias a Dios», «si Dios quiere», «que Dios te bendiga», «que Dios te pague». 



Irene Bareiro

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