Creo que todos nosotros tenemos una imagen errónea de la vida de fe
de la Santísima Virgen. Es probable que nos imaginemos que María vivió en una
copiosa abundancia de calidez interior, que en su vida no hubo dificultades para
el entendimiento y que las hubo pocas para el corazón.
Siempre pensamos que la vida de María no tuvo la sobriedad de nuestra
vida habitual y cotidiana, y que ella no debió pasar por la oscuridad de la fe.
El amor y el sufrimiento caminan estrechamente ligados y enlazados en
la vida de María. La voluntad del Padre involucra también pruebas de obediencia
en el terreno de la fe.
¡Oh, hubo tantas cosas incomprensibles en la vida de María que
también ella tuvo que practicar el heroísmo de la fe!
María conservaba todas estas cosas en su corazón: ella repasaba una y
otra vez el acontecimiento a fin de entender.
Mantenga esto con firmeza: la fe presupone oscuridad, y, a la larga,
sin oscuridad, difícilmente puede existir la fe. (La Actualidad de María –
PJK)
¿Cuándo llegaremos a tener resistencia para la cruz y el
sufrimiento?, cuando seamos y en la medida en que seamos hijas de la
Providencia. ¿Qué significa eso? Tenemos que tener la más viva convicción de que
Dios ha diseñado un plan, no solamente un plan universal, sino también un plan
propio para mi vida personal. ¿Quien ha diseñado ese Plan? No solo la sabiduría
y la omnipotencia de Dios, sino también el amor de Dios. Por eso es un plan de
sabiduría, de omnipotencia y sobre todo un plan de amor. Tienen que escuchar
exactamente la expresión: mi plan de vida es un plan de amor.
Ser hija de la Providencia significa tener la concepción de que todo
destino, toda alegría, todo dolor, toda decepción es un elemento esencial del
plan de omnipotencia, de sabiduría y de amor de Dios.
La hija de la Providencia se experimenta en toda situación como hija
predilecta de Dios.
¡Yo la ocupación predilecta de Dios, y Dios, mi ocupación predilecta!
Esto significa en la práctica ser hija de la Providencia. (Jornada de Unión
para la Unión Apostólica Femenina de Schoenstatt – PJK)
ORACION
“Cuando mi alma esta fatigada de muerte
y mis miembros piden indulgencia;
cuando el corazón esta colmado
hasta el desborde
y entre temblores y gemidos
corren torrentes de lagrimas,
entonces mi alianza
suscita todas mis fuerzas diciéndome:
¡Ha llegado la hora de tu amor!
“Cuando me transformo mas y mas
en la alegría del Padre,
en hijo predilecto suyo,
habitante de su tierra asoleada;
cuando, uno tras otro, voy superando mis limites
y nuevas fuerzas me impulsan a la acción,
entonces mi alianza
Suscita todas mis fuerzas diciéndome:
¡Ha llegado la hora de tu amor!” (HP 589-595)
Y me consagro a ti, diciendo: Oh Señora mía, Oh Madre mía. . . . .
PROPOSITO
Hacer una visita a Cristo Eucaristía para
reflexionar sobre la Divina Providencia, a fin de que nunca me decepcione o dude
de su Palabra.
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