lunes, noviembre 08, 2010

MES DE MARÍA

Queridas hermanas de Federación:

El próximo 8 de noviembre comienza un nuevo mes de María.
Como todos los años desde el 2006, venimos regalando a nuestra Madre un “mes de María santo y heroico” en preparación y como Capital de Gracias para el jubileo de la Alianza de Amor en el año 2014; y como concreción de dicho Capital de Gracias, regalamos una Custodia conquistada con nuestro esfuerzo genuino, para una Capilla pobre que no tenga Adoración.

Queremos llegar al año 2014 habiendo obsequiado a María una corona de Custodias, símbolo de nuestro amor a su Hijo, de nuestro compromiso con la Adoración y de nuestra profunda Alianza de Amor con Ella.

Este año será la región Mediterránea quien regalará la Custodia que entre todas nos comprometamos a conquistar espiritualmente y, como lo hacemos cada vez, trabajaremos una actitud que caracterice nuestro esfuerzo. Dicha actitud es “la unidad”, en la que tenemos que crecer como personas, como comunidad de Federación, como Iglesia, como ciudadanos, como prójimos.

La Unidad… nos remite a vínculo… de cercanía, vínculo de amor al otro, vínculo libre y liberador; vínculo de respeto por el otro, por su realidad por su vida por sus necesidades; vínculo de solidaridad: me uno también en su dolor, en su carencia, me uno y comparto lo bueno y lo malo. Por tanto, unidad me remite a “orgánico”, íntegro e integrador y para ello necesito “identificarme” con mi hermano sin perder mi identidad.

Y si seguimos profundizando nos remite a familia: familia natural; a familia de Federación, a Familia de Schoenstatt; a Familia Iglesia. Es ejemplo de Comunidad Nueva y vínculos firmes en un mundo viejo y desunido.

Para ello queremos vivir este tiempo reflexionando y pensando en que Unidad, en su esencia más honda es:

Familia de Nazareth: unida en el amor, la humildad y la sencillez, en la tolerancia, en el trabajo y el esfuerzo cotidiano ofrecido a Dios con dulzura;
Jesús y sus discípulos: unidos en el amor y la enseñanza, en el seguimiento y la Palabra; en el ejemplo y la Esperanza.
María al pie de la Cruz: unida en la “Cruz de la Unidad” al dolor del Cristo del dolor: recibiendo su sangre y su misión de Madre de todos los hombres.
Cenáculo, junto a María y los doce para recibir del Espíritu de Amor la misión de apóstoles para el mundo.
Cuerpo Místico: todos miembros de un mismo cuerpo y Cristo la cabeza: “En ellos repercuten mi ser y mi vida, deciden su aflicción o acrecientan su dicha”.
Alianza de Amor… vínculo unitivo con María y a través de Ella con Dios.
Comunión: Cuerpo y Sangre de Cristo en frágil Hostia Consagrados para alimento de nosotros, débiles criaturas a quien quiere unir su fuerza Redentora.
Trinidad Santa: misterio máximo de nuestra Fe: Padre, Hijo, Espíritu en un solo Dios verdadero, fuente, principio y fin de toda unidad que pueda existir.

Por todo esto y más, en este mes de María, Madre de la unidad, comprometámonos a empezar ya a encarnar el ser “Herederos del Padre, profetas de la vida”.

Si queremos ser profetas de la vida, debemos trabajar en y por la unidad: no al individualismo, sí a vínculos, sanos, por, con y para el amor; no a la pelea, a la guerra, a la muerte, al abandono de mi hermano. Sí a la unidad en paz que es vida, fuerza, construcción, crecimiento. Lo más grande, lo más excelso ocurre y procede de la unidad.

Por ello ruego y roguemos al Espíritu Santo, Fuego del Amor Unitivo, que infunda en nuestros corazones el ardiente anhelo de conquistar esta gracia para que, como Herederos de nuesto Padre Fundador, vayamos al mundo a ser profetas de la unidad que da vida.

Profundamente unida a toda la Federación de Madres con Cristo su Hijo, bendíganos la Virgen María.

Cristina Celso.

Encargada del Círculo de Adoración de Madres de Argentina Paraguay

Espíritu de Dios: fuego del Amor unitivo

La fuerza unitiva es la que permite que el universo exista sin desintegrarse.

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