lunes, noviembre 08, 2010

MES DE MARÍA
8 de noviembre de 2010

3 minutos con María
Primera semana: la Alianza de Amor – 8.11.2010

“La Alianza de Amor con María" es el mensaje de Schoenstatt. El espíritu de las Actas de Fundación es: una Alianza de Amor perfecta de la Madre y Reina tres veces admirable de Schoenstatt con la Familia de Schoenstatt. Es una Alianza de Amor que recibe su impronta original por la fe en la Providencia divina y se expresa en la conciencia de misión:

Una Alianza de Amor perfecta: “No se preocupen por la realización de su deseo. Amo a los que me aman. Ámenme, y yo haré lo que ustedes me piden”. Donde se ha de dar prueba del amor, se lucha por alcanzar un amor perfecto. Queremos y debemos intensificar al máximo nuestro amor. Entonces, es evidente que la Santísima Virgen nos retribuirá con amor perfecto.

Es una Alianza de Amor perfecta en cuanto a la altura: la Alianza de Amor con la Santísima Virgen se tornó una Alianza con el Señor, con Dios Padre, con el Espíritu Santo, con la Trinidad. Son perspectivas de conjunto misteriosas y de maravillosa profundidad, que sólo son visibles para aquel que penetre con su mirada en el gran organismo del orden de la gracia. Ella introdujo a la Familia en la correspondiente Alianza de Amor esponsalicia con el Señor, con el Padre y con el Espíritu Santo.

Se habla del “Mensaje de Fátima” ¿No tiene acaso también Schoenstatt un mensaje? ¿En qué consiste? En introducir en esa Alianza con la Santísima Virgen, a fin de que la Alianza con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo llegue a ser profunda, indestructible, y lo sea en forma permanente. La falta de alma y de sentido que hay en el mundo se supera en la medida en que nosotros estemos traspasados de la convicción de que Dios ha sellado una alianza con sus criaturas.

Nuestra tarea consiste ahora en despertar en el mundo la conciencia de esa Alianza de Amor. Y lo hacemos poniendo al mundo nuevamente en relación con la Alianza de Amor con la Santísima Virgen. Éste es el gran mensaje de Schoenstatt.” (Padre Kentenich, Jornada de Delegados de la Familia de Schoenstatt, 14 al 18 de octubre de 1946)

Reflexión elaborada por los Padres de Schoenstatt de Córdoba para el Mes de María de 2010

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