viernes, noviembre 12, 2010

Mes de María 2010

Primera semana: la Alianza de Amor - 3 minutos con María -

5° día - 12.11.2010

Transmitir el sello mariano de todo el orden de la salvación es una misión especial de nuestra Familia. Si se quiere saber sobre algo, debe conocerse su génesis. ¿Cómo surgió Schoenstatt? Desde el comienzo, con una misión mariana.

Extraigo un par de consecuencias prácticas de lo dicho. Conocemos expresiones como “clarifica te - clarifica me, glorifícate – glorifícame”. En su trasfondo se trata de la Santísima Virgen, tal como se presenta en Schoenstatt: ella es la gran educadora, la gran maestra. No se trata de la mediación universal de gracia, sino más bien del poder que ella tiene en el Reino de Dios, sobre todo a la hora de responder a los grandes problemas de nuestro tiempo.

Ustedes deben contar con una gran cantidad de dificultades que todavía deben superarse. Pero si sabemos que la Santísima Virgen es la “fundadora” y que ella quiere glorificarse, entonces tendrán motivo para estar siempre alegres.

Si algo se complica podremos decir siempre: ¡Clarifica te, se trata de tu obra!”. Y si tú quieres que se te reconozca hoy como la Mujer que engendra a Jesucristo, tienes ahora la gran oportunidad. Como ven, se lo expresamos de una manera ingenua y sencilla; en realidad mucho depende de que cultivemos esta actitud de niño, la sencillez del corazón.

Otra expresión adquiere también un colorido especial: ¡clarifica me! ¿En quién deberás manifestarte admirable? En mí, en mis dificultades: debes señalarme y certificarme como objeto de tu particular amor. ¡Clarifica me! No sé qué dificultades tiene cada uno de ustedes. Pero ella debe glorificarme y ella se glorifica cuanto me glorificas a mí, en cuanto haces milagros de orden moral en mí.

Cuando el Movimiento entró en una relación más fuerte con Vicente Pallotti, se hizo corriente una expresión suya: “Ella es la gran Misionera, ella obrará milagros”. Junto a esto decimos siempre que ella es la gran Educadora.

¡Tú debes glorificarte! Es una convicción tan sólida e inconmovible. El suelo donde me paré fue siempre la posición de la Santísima Virgen: Ella es quien debe hacerlo!

(De: Plática para estudiantes de teología, Milwaukee, Estados Unidos, 1 de enero de 1963)

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