domingo, noviembre 14, 2010

Mes de María 2010
2ª. Semana: 15.11. Fe práctica Divina Providencia

Conviene tener presente que la concepción schoenstattiana de la fe práctica en la Divina Providencia, en el sentido de su misión, muestra un carácter masculino-activo extraordinariamente acentuado. A través de los signos del tiempo, como voces de Dios, constantemente se dejan mostrar tareas claramente definidas. Conoce, por tanto, no sólo una actitud de “Fiat” (“Hágase”), pasivo-femenina, sino también una actitud masculina-activa, de “Volo” (“quiero”), que impulsa con fuerza hacia delante y que es creativa. Está lejos de entregar así nomás a los hijos de este mundo el mundo dejándolos librados a su dominio. Trata más bien de intervenir poderosamente, por supuesto orientándose siempre por el deseo y la voluntad de Dios, en el engranaje del mundo y de la Iglesia. No se limita siempre sólo a decir que sí, no conoce sólo una ley de la puerta abierta, sino también de la puerta cerrada. Está traspasada de una apremiante corresponsabilidad por la “cristíficación” mariana del mundo.

Para una mentalidad femenina, el tema de la Divina Providencia cobra otro matiz del que solemos darle. Cuando hoy se practica la fe en la divina Providencia, suele hacerse más bien pasivamente: “Es Dios quien nos ha enviado tal y cual cosa, resignémonos; no vale la pena hacer nada.” … Se suele decir, por ejemplo: “Estoy enfermo; Dios lo quiere; me resigno y beso su mano”. Está bien, pero eso constituye sólo una parte de la Fe en la Divina Providencia. Para nosotros, la fe en la Divina Providencia no se reduce a la recomendación: “Calla; resígnate; Dios hará que todo salga bien.” No, no; hay que actuar según el ejemplo de la santísima Virgen: ella fue una Colaboradora permanente. La santísima Virgen fue la Colaboradora permanente del Señor en la ejecución del plan de redención (De un curso dado por el PK en Milwaukee, 1963).

Reflexión elaborada por los Padres de Schoenstatt de Córdoba para el Mes de María de 2010

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