jueves, noviembre 18, 2010

Carta de Alianza
Noviembre 2010

Queridos hermanos en la Alianza:

El 18 de octubre pasado la Familia de Schoenstatt en todo el mundo dimos inicio al trienio de preparación al gran jubileo del 2014. Estos tres años nos quieren motivar e impulsar a una gran peregrinación espiritual al Santuario original que culminará con una gran peregrinación internacional a Schoenstatt y a Roma.

Animados por la fuerza de la Alianza de Amor con la Mater queremos ponernos en marcha y hacer este camino unidos al Padre y fundador. En este peregrinar al 2014 queremos regalar a nuestra Iglesia y a la sociedad aquello que hemos recibido por pura gracia y tanto bien nos ha hecho: la Alianza con María, renovando y gestando así una cultura de Alianza.

Justamente fue esa renovación del hombre y de la sociedad la que impulsó al P. Kentenich, al salir del campo de concentración de Dachau, a viajar a América Latina “buscando aliados para tirar del carro de victoria de la Santísima Virgen”. Aliados para la misión. Buscando aliados para la misión de María llegó a Argentina y nos dijo el 19 de marzo de 1952: “Queremos pedir que Dios nos regale hombres y mujeres que no solamente sepan hablar bien sino que comprendan toda la fuerza y el peso de esta inmensa misión que nos fue regalada por Dios para el tiempo actual y estén dispuestos a dar su vida por ella”. Por eso en la Jornada de Delegados del 30 y 31 de octubre pasados los dirigentes del Movimiento en Argentina vimos que el primer objetivo para el año 2011 es asumir al Padre como Padre y Profeta para seguirlo en la misión.

Hace unos días un grupo de jóvenes me invitó a participar en una de sus reuniones. Uno de ellos me preguntó: “¿cómo puedo hacer para conocer bien al Padre Fundador?”. Antes de contestarle le pregunté la causa de su interés en conocer más al P. Kentenich, y me dijo que quería ser un comprometido misionero de la Mater, y como para conocer bien a una comunidad u organización es necesario conocer bien a quien la fundó, por eso quería conocer bien al P. Kentenich, el fundador de Schoenstatt. ¡Excelente!, dije, “¿y cómo les parece que ha sido en otras comunidades?”, les pregunté. Uno de los jóvenes tomó la palabra entusiasmado: “los discípulos del Señor lo fueron conociendo a medida que lo escuchaban, hablaban y vivían con Él”. Me pareció un ejemplo genial y les comenté: “Para conocer al P. Fundador también hay que escucharlo leyendo sus escritos, hablar con él en la oración y vivir con él cada día. Solo así podremos comprender quién fue el P. Kentenich y experimentar su amor de padre-sacerdote, su sabiduría como maestro de vida y su fuerza profética. Por el vínculo entrañable a su persona llegaremos a asumir originalmente sus actitudes y su misión”.

En la Jornada de Delegados llegamos a una segunda convicción: observamos que se ha instalado en nuestra sociedad una cultura de muerte que está destruyendo la vida. Se trata del desprecio por la vida que se manifiesta en la violencia física, verbal, psíquica y moral, en la adicción a las drogas y al alcohol; en los abortos y los intentos por ampliar su legalización; en el abandono de personas indefensas; en los crímenes de cada día, en el desprecio por la dignidad del hombre. Por eso el Episcopado Argentino declaró el 2011, año de la vida. Se trata de la “Vida” con mayúsculas en sus todas sus dimensiones: del sentido de la vida, del amor a la vida humana y a toda la creación como expresión de la vida de Dios. Se trata de luchar a favor de toda vida y en contra de la deshumanización que padecemos como cultura. Alguien decía que un caballo no se puede “descaballizar” pero el hombre sí puede “deshumanizarse”, ¡y lo vemos cada día! Se trata de ayudar a dignificar la vida de tantos hombres, mujeres, niños y ancianos que viven en condiciones infrahumanas. Se trata de proclamar con fuerza y claridad que la vida es un don y merece ser vivida, que la vida es un derecho de todos y para todos los hombres. Dios es el Dios de la Vida y de la Alianza y Jesús vino para que “tengan vida y vida en abundancia”. Anunciar la Alianza de Amor con María es anunciar al Dios de la Vida que se hizo hombre en María para que todos tengamos Vida en Él. Queremos celebrar, defender y promover la Vida, ser profetas de la Vida que por la Alianza de Amor ayudemos a gestar una cultura de diálogo, de unidad, de vínculos sanos para el hombre de hoy en nuestra Patria.

Por eso el segundo objetivo del Movimiento para el año 2011 es promover la Vida y regalar la cultura de la Alianza a la Iglesia y a la Patria.

Como síntesis y expresión de los dos objetivos el lema para el 2011 es:

¡HEREDEROS DEL PADRE, PROFETAS DE LA VIDA!

Querida Familia de Schoenstatt, desde el Santuario les mando un cordial saludo y bendición pidiendo al Señor y a María que nos transformen cada día en misioneros y profetas de la Vida a imagen de nuestro Padre Fundador. ¡Feliz día de Alianza!

P. José Javier Arteaga

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