viernes, diciembre 24, 2010

"Peregrinando a Belén".
Novena Navideña
P. Guillermo Carmona

Noveno día: BELEN, PATRIA CRISTIANA
Elemento del pesebre: Jesús- Reyes

Ambientación histórica

En este último día de la novena navideña queremos recordar a aquellos personajes del Oriente que, guiados por la estrella de Belén vinieron a adorar a Jesús. La estrella se movía y caminaba ante ellos y "se detuvo en el lugar donde estaba el niño"(Mt. 2,9). San Mateo nos habla del gozo de estos reyes que " al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y, postrándose, le rindieron homenaje'(Mt 2,11).

¿ Quiénes eran los Reyes Magos? ¿De donde venían? ¿Cómo se llamaban? No lo sabemos exactamente.

Considero la hazaña de los reyes como un ejemplo preclaro de la búsqueda de Dios y de la fe: abandonar todo para lanzarse hacia el Señor; dejarse guiar sólo por su voluntad; correr el riesgo de la libertad que consiste en dar el sí. El claroscuro de la fe en el silencio de una estrella que, aunque elocuente, sigue muda. Nada esperabaN estos buscadores sino hallar un pueblo alegre y gozoso, debido al nacimiento del Mesías. Pero ¡qué desilusión ! Nadie conocía al libertador, todos lo ignoraban; salvo Herodes, que tenía mucha angustia y un miedo pavoroso.
Lo misterioso de aquel encuentro es la fe que tuvieron estos Magos. Es necesario tener un corazón de niño para aceptar este misterio. Y ellos lo tenían. Ellos que, quizás antes, se habían arrodillado ante la vanidad, la pompa y el dinero, se arrodillaron de golpe ante Jesús. ¡Cuánta felicidad y libertad había sentido! ¡Y abriendo sus cofres ofrecieron sus dones"(Mt 2,11). ¿No les habrá parecido ridículo, oro, incienso y mirra, ante la magnificencia y la impotencia de Jesús? Pero era, al fin y al cabo, lo único que traían, la expresión del amor que, en ese momento , abrigaba el corazón.

¿Cuánto tiempo quedaron con Jesús los Reyes Magos? ¿Un día, dos, algunas horas? No lo sabemos. Sólo sabemos que se perdieron en la noche de la historia. Ya habían cumplido su misión: seguir la estrella, arrodillarse ante un Dios que eligió como trono un pesebre. Creer y ser libres, para siempre.

Un hecho de la vida real o legendaria

Un niño encontró, en un viejo baúl de la casa, entre muchos otros cachivaches, una estrella plateada.

-¿Qué es esto, mamá?-preguntó.

-Es una estrella de navidad- contestó la madre.

-¿Una qué?

-Algo de antes, de una fiesta que había-se apresuró la madre a contestar.

-¿Que tipo de fiesta? -seguía indagando el muchachito.

-Una muy aburrida -volvió a contestar la madre.-

Toda la familia se reunía alrededor de un árbol y se cantaban canciones. O las canciones se oían en la televisión.

-¿Cómo alrededor de un árbol?...¿Es que acaso crecía en la habitación?.

-Era un pino que se adornaba con velitas y bolas de colores- corrigió la madre, y agregó: -En la punta del árbol se colocaba una estrella. Ella debía representar a aquellos hombres y pastores que, siguiéndola, encontraron al pequeño Jesús.

- ¿A quién? ¿Quién era ese pequeño Jesús? -preguntó, cada vez más inquieto, el niño.
-Eso te lo cuento en otra oportunidad- concluyó la madre No se acordaba muy bien de aquella historia.

-Tiene que haber sido una fiesta muy hermosa- dijo el chico, luego de una pausa, mientras pensaba en el árbol adornado con las luces encendidas y los cantos.

- ¡No! replicó la madre disgustada. Era muy aburrida.
Todos tenían miedo de ella y estaban felices cuando, por fin terminaba.

La madre abrió la tapa de incinerador, donde se tiraba la basura y dándole a su hijo la estrella, le dijó

-Mira cuán vieja es, cuán insignificante y descolorida, Tírala y observa con qué rapidez desaparecerá.

El niño tiró la estrella por el caño y sonrió al ver como caía. La madre fue a la puerta, pues habían llamado. Cuando regresó vio que su hijo todavía estaba allí, inclinando, mirando.

-Mamá- dijo en voz baja- la veo aún... tintinea y reluce todavía... Si ¡todavía está allí.

Pautas para la reflexión

Percibimos, cada vez más, que la Navidad va perdiendo su sentido y se transforma en una fiesta profana y materialista

La Navidad tiende a sucumbir bajo el flujo consumista y económico: el regalito navideño sin contenido ni presencia espiritual profunda. Con ello se desvirtúa lo central y se albergan nuevos ídolos.

Pero constatar esto no debería desanimarnos, sino exigirnos una nueva toma de conciencia, un replanteo de nuestra tarea como cristianos. Esta tarea no es fácil. En realidad se trata del desafío de la nueva evangelización. Esta misión consiste en dinamizar nuestra virtualidad cristiana, iluminando todas las realidades a partir de la Alianza y de los gérmenes de la fe en que se basa el pueblo cristiano. Esta nueva evangelización, porque de eso se trata, es casi tan difícil, hoy, como hace 500 años.

Para lograr esto será necesario cambiar muchas posturas: habrá que renunciar a la vida fácil y ser más "agresivo"en el testimonio de la Alianza. Habrá que renunciar a la pasividad de las costumbres y despertar la mejor de nuestra originalidad para que la fe sea algo vivo, atrayente, fascinante, como lo fue para los primeros cristianos. Exigirá responder al Dios de la historia, jamás huir o aislarse de la sociedad en que se debe ser fermento.

Cuando las campanas de la Nochebuena resuenen en el alma, aún cuando ya no existan campanas en la ciudad secularizada de nuestro mundo, debemos recordar que Jesucristo sigue naciendo en nuestra patria. El no conoce sábado, día de descanso. Sigue trabajando para la navidad eterna, la que será de alabanza a la Trinidad. Y nosotros con El también trabajaremos. Aguardaremos activos y pacientes lo que viene: ya está dibujado en el rostro de aquel Niño a quien "aupamos", porque María, nuestra Madre, nos lo presta en el Santuario.

Algunas preguntas para la reflexión.

1.- ¿Qué puedo hacer para darle a la Navidad un cuño bien religioso?

2.- ¿En qué medida integro el tema religioso en el proyecto personal o familiar del año que viene?

3.- Frente al abuso de la sociedad de consumo, de la abundancia y lo superfluo, ¿vivimos con austeridad y sencillez de vida?.

4.- ¿Será posible asociarse a otros con el objeto de estudiar la cultura de nuestro pueblo, sus aspiraciones y necesidades, a fin de colocar bases para una nueva evangelización?

No hay comentarios.: