martes, diciembre 21, 2010

"Peregrinando a Belén".
Novena Navideña
P. Guillermo Carmona

Cuarto día: BELEN UNA FAMILIA DONDE VIVE UN PADRE.

Elemento de Pesebre: San José

Ambientación histórica

Queremos prepararle a Jesús un Belén familiar, reflejo del hogar de Nazaret. Tres instancias constituyen una familia: el padre, la madre y los hijos. Hoy meditaremos sobre el padre. Y tendremos a San José como guía en el camino.

¿Quién era José? sabemos poco o nada de su origen:
San Mateo nos narra que María estaba desposada con José y que, antes de que conviviesen. Ella se sintió embarazada. María no develó el misterio ni dialogo sobre esto con su esposo.
Calló. San Juan Crisóstomo, tratando de explicar la actitud de María, nos comenta; "Ella estaba segura de que su esposo no hubiera podido creerle si le contaba un hecho tan extraño. Temía, incluso, provocar su cólera al dar la impresión de que ella trataba de encubrir una falta cometida. Si la Virgen había experimentado una extrañeza bien humana, al preguntar cómo ocurriría lo que anunciaba el ángel, al no conocer ella varón, cuánto más habría dudado José, sobre todo si conocía esto de labios de una mujer que, por el mismo hecho de contarlo, se convertiría en sospechosa". María guardó silencio y esperó.

No sabemos cómo José conoció que María estaba encinta.
En José no hay deseo de venganza, pero tampoco podía dar crédito a lo que estaba pasando. La serenidad de María seguramente lo desconcertaba: no defenderse era la mejor defensa. Por otro lado, sabía que, si aceptaba a ese hijo como suyo, atraería el castigo sobre su propia casa. Tampoco podía denunciarla, porque María sería apedreada. Decidió, por tanto, abandonarla. Así defendería a la madre y al hijo, asumiendo toda la culpa y las maledicencias de la gente, que lo acusarían de haber hecho abandono de hogar. Sí, la abandonaría sin aclarar causa alguna.

Mientras los dos callaban, sumidos en el silencio de Dios, se apareció el ángel en sueños. Su lenguaje era elocuente: "No temas en recibir a María, pues lo concebido en ella es fruto del Espíritu Santo. Ella dará a luz un Hijo y le pondrás por nombre Jesús"(Mt 1,21).

A partir de esa revelación todo comenzó a ser diáfano; la serenidad de María, su silencio, su virginidad. Supongo que a José no le habrá sido fácil creer que todo aquello era algo más que un puro sueño. Por eso la cita de Isaías que le recordara el ángel: "Una Virgen dará a luz un hijo y se le pondrá el nombre de Emmanuel"(Is 7,14).

Ahora sí podemos imaginar la alegría de José. Y también la de María. Podían confrontarse con el misterio. Comenzaban a entender que en el Reino de Dios la virginidad y la paternidad-maternidad no se excluían necesariamente.

Un Hecho de la vida real o legendaria.

"-¿Quién eres?- preguntó el principito-. ¡Pareces muy simpático!

-Soy un zorro-contestó el animal.

-Ven a jugar conmigo -le propuso el principito-.

-No puedo jugar contigo, porque no me han domesticado.

-¡Ah! Perdóname-se disculpó el principito. Pero luego de reflexionar, añadió:- ¿Qué significa 'domesticar'?...

-Es algo que se ha olvidado -dijo el zorro-. Significa "crear vínculos".

-¿Crear vínculos?

-Eso es- dijo el zorro...

El zorro guardó silencio y miró largo rato al principito.

-Si quieres, domestícame -dijo-...

-¿Qué hay que hacer? preguntó el principito-.

-Hay que tener mucha paciencia -contestó el zorro-. Al comienzo, te sentarás un poco lejos de mí, así, sobre el pasto.
Yo te miraré por el rabillo del ojo y no dirás nada. Las palabras son fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...

-Adiós -le dijo.

-Adiós contestó el zorro-. Mi secreto es algo muy simple: no se puede ver sino con el corazón. Lo esencial está oculto a los ojos.

-Lo esencial está oculto a los ojos-repitió el principito para recordarse.

-El tiempo que has perdido con tu rosa es lo que la ha hecho tan importante.

-El tiempo que perdí con mi rosa...-dijo el principito para acordarse.

-Los hombres olvidaron esta verdad- continuó el zorro-.
Pero tú no debes hacerlo, eres responsable, para siempre, de los que has domesticado. Eres responsable de tu rosa.

-Yo soy responsable de mi rosa- repitió el principito, a fin de recordarlo.

(Antoine de Saint-Exupéry, El Principito)

Palabras del Padre Kentenich

"¡Cuántos millones de hombres ya no tienen padre! No tienen más conciencia de tener padre, no tienen un verdadero padre. ¿Qué resuena hoy en la palabra "Padre"? Millones y millones de hombres no tienen idea de los rasgos paternales de Dios, porque nunca han percibido algo de El, de su paternidad, en un padre humano.

Algunas preguntas para la reflexión

1. ¿Qué cualidad admiro más en un padre?
2. ¿Qué puedo hacer para que en esta navidad, y más allá aún, los padres de familia, y yo mismo, podamos conocer y amar mejor la tarea delegada por Dios?
3. ¿Cómo crecer de la experiencia de paternidad humana a la paternidad de Dios?.
PADRE NUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA



Quinto día BELEN, UNA FAMILIA DONDE REINA UNA MADRE

Elemento del Pesebre
: una imagen de la Virgen.

Oración inicial

Madre acógenos solícita, bajo tu manto, para que nuestro caminar siempre sea en el cielo; a quiénes acudimos a ti con grandes necesidades, protégenos del hambre, de la peste y del fuego.

Habla a tu hijo, como cuando El estaba en la tierra y ayudaba en apuros y penurias. Dile: 'No tienen vino ni alimento, y El, con certeza, escuchará nuestra súplicas.

Ambientación histórica.

La figura de María concurre al misterio navideño y lo hace presente. Ella es el prototipo de toda maternidad y, por eso también, del nuevo Belén que preparamos.

Pautas para la reflexión

Todos precisamos de una madre. No sólo el niño, cuando al regresar del colegio se inquieta si no la encuentra en casa; También el esposo, al volver del trabajo espera la presencia de su esposa: es preciso que ella esté para "sentirse nuevamente en casa". No hay un hogar sin una madre. "De los cuatro rincones de una casa, dice un adagio húngaro, tres pertenecen a la madre y uno al padre".

Dios nos ha regalado, además de la madre natural, también una madre espiritual. María nos regala la experiencia de familia: la familia de los hijos de Dios.

No hay que pensar que María anula a Dios o a Cristo. Ella no es como una pantalla sino, más bien, como un espejo. Y mientras Dios es el sol, el Padre de las luces, ella, María, es la luna que reabsorbe la luz y la transmite; porque ella baña de plata el oro, a fin de que no nos ciegue.

María es una madre-educadora. Quiere transformar el corazón endurecido y moldearlo más humano, generoso, amante y fiel.

María educará especialmente a las madres a cumplir sus tareas: gestar la vida, vivir en donación, saber ser abnegada ("negada a sí mismo"), brindar confianza y protección. Si en esta Navidad queremos regalarle a Jesús un Belén nuevo, será sólo posible con la colaboración de madres nuevas.

Por eso, al acercarnos a la Navidad, le decimos a María que se Quede con nosotros, con las madres, presidiendo sus vidas, protegiendo el corazón, aliviando sus penas, aprobando sus luchas, enseñándoles a amar a Jesús en sus hermanos y en sus hijos.

Algunas pregunta para la reflexión

1.¿Qué hacemos para acrecentar nuestra vinculación a María?
2. ¿Qué regalo especial queremos hacerle a María en este día ?
3. ¿Qué actitudes de la Virgen me llegan especialmente y quisiera encarnar?
4. ¿Qué pedido especial quiero hacer a la Virgen en esta Navidad?

PADRE NUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA

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