miércoles, diciembre 22, 2010

"Peregrinando a Belén".
Novena Navideña
P. Guillermo Carmona

Séptimo día: BELEN, PATRIA SOLIDARIA

Elemento del pesebre
: el buey y el burrito.

Un hecho de la vida real o legendaria

Un padre tenía siete hijos, que no eran ejemplo de concordia. Estaban desunidos y perdían, en esas rencillas, tiempo y energía. Esta situación era aprovechada por otros que, especulando con ella, querían quedarse con los bienes, una vez que el padre falleciera.

Entonces el padre decidió reunir a sus hijos y colocó delante de ellos un haz de siete varas: - Prometo- le dijo- cien rubíes para aquel que logre quebrarlo.

Los hijos, motivados por el premio, intentaron quebrarlo.
Pero el esfuerzo fue infructuoso. Y le dijeron a su padre que era imposible hacerlo.

-Sin embargo es posible- le replicó el padre. Y desatando las varas, las fue rompiendo una a una, con cierta facilidad.

-Oh, de esa forma es otra cosa- replicaron los hijos...

- Pues bien- concluyó el padre- como sucedió con estas varas, puede suceder también a ustedes. En la medida en que permanezcan unidos entre sí nadie los podrá vencer ni quebrar. Pero si se desata el vínculo que los liga, serán vencidos fácilmente, tal cual acabo yo de hacerlo con las siete varas que les puse como ejemplo.

Pautas para la reflexión

Para que la palabra patria no sea totalmente hueca, deben existir elementos aglutinantes, algo que relacione a los individuos que vivan en un mismo país. Entre las realidades que expresan nuestra identidad, está la persona de María y el misterio de Jesucristo hecho hombre. Ambos aspectos los encontramos en Navidad.

Pablo VI, al abrir la cuarta sesión conciliar expresaba algo hermoso: "Teníamos necesidad de verificar, casi experimentalmente, la unidad que nos hace a todos familia y templo de Dios, Cuerpo Místico; teníamos necesidad de encontrarnos y sentirnos verdaderamente hermanos, de darnos el beso de la paz, de amarnos, en una palabra, como Cristo nos ha amado".

En el Concilio se puso de manifiesto la enorme diversidad que late en el seno de toda unidad verdadera: la amplia variedad de expresiones lingüísticas, las formas rituales, las tradiciones históricas., las prerrogativas locales, los movimientos de espiritualidad, etc. "Porque así como siendo un cuerpo, tienen muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, con ser muchos, son un cuerpo único, así es también Cristo" (1Cor 12,12).

La unidad solidaria en la cual vamos educándonos debe ser orgánica; respetar la diversidad de dones, de partidos, de tendencias, de inquietudes. No es algo estático, sino una tensión creadora de la vida. Cada persona, cada grupo, cada curso, es diverso; su receptividad es también diversa; su efecto y misión, complejos, originales. Hay un solo obstáculo para la unidad esencial; el error o las formas degeneradas de relación, tales como falta de honestidad y de verdad; la manipulación y el utilitarismo; las alianzas viciadas por el puro interés y provecho particulares.

Cuando en Nochebuena los cristianos del mundo se unen en la Eucaristía, penetran en el misterio de esta unidad en la diversidad. Nunca la comunión ha sido confusión, sino participación original y propia de la misma realidad de Cristo Uno y Unico.

Algunas preguntas para la reflexión

1.- ¿Admiro alguna virtud en mi pueblo, que quiero conservar especialmente?.

2.- ¿Qué actitud o defecto del argentino me molesta particularmente y que yo también quiero apartar de mi vida?

3.- ¿Qué actitud social quiero cultivar para que en mi patria la Navidad se viva como una "Navidad de hermanos"?

PADRE NUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA

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