martes, noviembre 10, 2009

MES DE MARÍA
3 minutos diarios con el P.Kentenich en este mes de María
Reflexión elaborada por los Padres de Schoenstatt de Córdoba, Argentina

10 de noviembre

María no ocupa este lugar en mi vida desde ayer o antes de ayer. ¡Desde tiempos inimaginables, ella está presente en mi vida consciente bajo esta perspectiva! Es difícil comprobar a partir de qué instante comencé a considerarme y a valorarme totalmente como su obra y su instrumento. Este proceso puede rastrearse hasta los más tempranos días de la infancia. A partir de lo dicho debería comprenderse también por qué razón me bloqueé más adelante ante influencias de parte de Pallotti. En cuanto fuese posible, quería depender sólo y en todo de la Santísima Virgen. Aquí, naturalmente, me refiero a la Santísima Virgen siempre como símbolo y en relación con Cristo y el Dios Trino. Muchas veces, en los años pasados, me vi como un ermitaño en un gran desierto, pero en todo momento unido a la Santísima Virgen como la gran maestra de mi vida interior y exterior.
Desde que la Familia nació, mi más importante propósito fue conservarla en íntima vinculación con la Santísima Virgen. De ahí que años más tarde, con frecuencia anunciaba cursos sobre distintos tema, pero al final no me decidía a dictarlos, porque desde lejos creía descubrir pequeñas nubes que indicaban que la Familia podría estar en peligro, si no de perder, al menos de aflojar su tierra madre: el amor a María. Así ha de entenderse la expresión: Servus Mariae numquam peribit (un siervo de María nunca perecerá). (Milwaukee, 1955)

"Con Maria Madre y Reina, construyamos una Patria para todos"

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