viernes, noviembre 13, 2009

MES DE MARÍA
3 minutos diarios con el P.Kentenich en este mes de María
Reflexión elaborada por los Padres de Schoenstatt de Córdoba, Argentina

14 de noviembre

Cada uno debe investigar: ¿dónde experimenté yo, dónde experimentó la comunidad a la que pertenezco, de manera especial en los años transcurridos, el amor de María? ¿Dónde se manifestó ella como la Madre tres veces Admirable? Entonces, unimos las manos en oración, cantamos nuestro Cántico de gratitud y rezamos una y otra vez: “Quiero ofrecerte eterna gratitud…”.
Estamos vinculados con lazos triples. María no sólo nos ha regalado sus ojos, sino también sus manos fuertes. ¡Cuán a menudo le hemos ofrecido nuestras manos y hemos esperado que ella nos ofrezca las suyas! Pensemos en san Pedro: él se atrevió a caminar sobre el mar y el Señor lo dejó caminar sobre las olas. Pero, de pronto, su confianza vacila, comienza a hundirse y grita; de inmediato lo toma la mano del Todopoderoso, él puede caminar sobre el agua (Mt 14, 22-33).
¿Acaso no nos ha sostenido la Santísima Virgen, una y otra vez de manera semejante, en los años transcurridos? El tiempo actual se parece a un mar y, mañana o pasado mañana, una terrible tempestad lo azotará. ¿No queremos confiarnos una y otra vez a las manos admirables? ¡Cuán ricas en dones y gracias fueron esas manos en los años que han pasado! No puedo entrar en detalles: que nuestro corazón capte todo ese mundo. (Schoenstatt, octubre 1947)

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