viernes, noviembre 27, 2009

CALENDARIO DE ADVIENTO

(Publicado por el Círculo de Adoración de Schoenstatt, Hermanas de María, circular número 80, noviembre 2009)

Este calendario de Adviento es una invitación a prepararnos conscientemente a la Navidad. El recoge la “Pequeña Consagración”,una oración que se ha convertido para muchas personas en la valiosa experiencia: Contemplando a María, unidos a ella, nos adentramos en un profundo amor a Cristo para dar su forma a la vida cotidiana.

Oh Señora mía, oh Madre mía,yo me ofrezco todo a ti.Y en prueba de mi filial afectote consagro en este día:mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón;en una palabra, todo mi ser.Ya que soy todo tuyo,oh Madre de bondad,guárdame, defiéndeme, utilízamecomo instrumento y posesión tuya. Amén.

1. SEMANA DE ADVIENTO
Madre, te consagro mis ojos; haz que yo vea como tú.

Domingo:
Tú eres la Inmaculada, aquella que mira a Dios, que percibe sus milagros y descubre sus huellas en medio de la vida. Eres aquella que sabe que la mirada amorosa de Dios descansa sobre ella y le responde con una mirada llena de amor. Eres la que contemplada por Dios, contemplas a los otros y quieres dignificarlos. Te urge encontrar la manera de contagiar a todos ese amor, y eres feliz cuando muchos se dejan tocar por ese amor.
Madre, en esta semana de Adviento, regálame algo de tu mirada: enséñame a mirar a Dios y a ver a través de sus “anteojos” a las personas. Haz que mis ojos descubran el amor de Dios para cada día de nuevo y lo irradien a todos los que me rodean. Entonces será Navidad, en mí, y a mi alrededor.

Lunes
Ayúdame hoy a percibir las huellas de Dios. Déjame ver dónde Él caminó delante de mí para dejar un signo de su cercanía.

Martes
Concédeme hoy algo de tu mirada atenta. Déjame descubrir dónde se ocultan pequeños y grandes milagros de Dios.

Miércoles
Regálame la conciencia de que la mirada llena de amor de Dios descansa sobre mí. ¿Qué es lo próximo que haré? Él me mira...

Jueves
Hoy quiero aprovechar muchas oportunidades para corresponder a la mirada amorosa de Dios. Ayúdame una y otra vez a detenerme para estar un momento, sencillamente, bajo su mirada.

Viernes
¿Con quién puedo entablar hoy un buen “contacto visual” a través de una visita, una postal, un correo electrónico?

Sábado
Ayúdame a ser ingenioso: ¿Cómo puedo contribuir a través de pequeños gestos a crear un buen clima? ¿Qué posibilidades se me presentan?

2. SEMANA DE ADVIENTO
Madre, te consagro mis oídos; haz que yo escuche como tú.

Domingo
Tú eres la llena de gracia, aquella que escucha a Dios, percibe su voz y lleva a cabo sus deseos.
Eres aquella que está completamente abierta, dispuesta a recibir el mensaje de Dios, aquí y ahora.
Eres aquella que, llena de la voz de Dios, está libre para escuchar a los demás. Aquella a la que le interesa todo lo que conmueve a los otros. La que acepta , acoge y medita en su corazón aquello que escucha.
María, en esta semana de Adviento regálame algo de tu arte de escuchar, de tu capacidad de escucha y percepción. Haz que cada día me disponga a recibir el mensaje de Dios para mí, a través de las personas con las que me encuentre. Entonces será Navidad, en mí a y a mi alrededor.

Lunes
Hoy me regalo un tiempo de silencio, un pequeño descanso para mi alma.- Diez minutos para escuchar a Dios en mi corazón.

Martes
Ayúdame hoy a escuchar muy conscientemente a Dios a través de una situación concreta. Abre mis oídos y mi corazón, para que pueda percibir lo que Él quiere decirme.

Miércoles
Miles de voces y de ruidos y resuenan en mí. Ayúdame hoy a hacer de vez en cuando una pausa para volverme a Dios y preguntarle: ¿Qué es lo verdaderamente importante?

Jueves
Hoy quiero prestar especial atención para descubrir dónde Dios me muestra sus deseos. ¿Qué esperas de mí a través de esta o aquella situación, de esta o aquélla persona?

Viernes
Hoy conscientemente quiero escuchar más que hablar, para estar atento y percibir qué piensan aquellos que están a mi lado: mi cónyuge, mi hijo, mi amigo, mi colega, mi vecino...

Sábado
¡Es tan bueno saberse comprendido! Haz que a través de mi alguien experimente que lo llevo en mi corazón, que llevo en mí aquello que le preocupa o inquieta.

3. SEMANA DE ADVIENTO
Madre, te consagro mi lengua; haz que yo hable como tú.

Domingo
Tú eres la Bendita entre todas las mujeres: Aquella que está en diálogo con Dios, cuyo corazón y boca cantan su alabanza, la que anuncia sus palabras que son para sí misma un mensaje de vida y alegría. Aquella cuyas palabras están llenas de fuerza y claridad, que tiene el coraje de decir la verdad con amor, cuyas palabras no hieren ni lastiman sino que reconfortan y fortalecen. Eres aquella cuyas palabras expresan respeto y estima, que para cada uno tiene una palabra comprensiva, bondadosa, maternal. María, en esta semana de Adviento enséñame algo de tu arte de hablar. Dame palabras de alabanza frente a lo grande que Dios ha obrado y obra en mí y en tantas personas. Concede a mis palabras claridad y fuerza para brindar ánimo y esperanza. Que todos aquellos con quienes hable, intuyan algo de tu estilo, del estilo de Dios. Entonces será Navidad, en mí y a mi alrededor.

Lunes
¿Cómo se presenta el día de hoy? ¿Dónde puedo planificar un tiempo para conversar con Dios? A Él puedo contarle todo.

Martes

¡Alabar a Dios! ¿Cuándo fue la última vez que lo hice conscientemente? Hoy me tomaré el tiempo para alabar a Dios: canto una canción de alabanza o escribo una letanía de gratitud personal.

Miércoles
¿Qué pasaje del Evangelio me llega más? Hoy lo leeré nuevamente y me dispondré a hablar con Dios.

Jueves
Decir la verdad sin amor hiere. El amor que no tiene el coraje de decir la verdad, no perdura. ¿Dónde esperas que le diga a alguien la verdad con amor?

Viernes
Las palabras pueden obrar tanto positiva como negativamente. Ayúdame hoy a que mis palabras sean de respeto y aprecio.

Sábado
¡Cuánto destruye la crítica negativa y cuánto bien hacen las palabras de bondad! ¿A quién quieres decirle hoy a través de mí una palabra buena?

4. SEMANA DE ADVIENTO
Madre, te consagro mi corazón; haz que ame como tú.

Domingo
Tú eres la Madre de Dios, aquella cuyo corazón le pertenece por entero y por eso también a todas las personas. Tú lo amas con toda la fuerza de tu corazón y amas como a ti misma, a todos lo que Él te confía. Sabes dónde reside tu más profunda vocación que es también la nuestra: Vivir en el amor y crecer en el amor. Tú eres aquella que dejó que su amor le costara sacrificio. Que, decidida, vigorosamente, desde adentro, dio todo de sí. Y por eso eres tan feliz. Tu corazón está lleno de amor y conoce sólo un deseo: brindar ese amor a muchos.
María, en esta semana de Adviento, enséñame algo de tu arte de amar, a abrir el corazón a Dios y a los demás. Dame el valor de realizar aquello que me inspire el amor, aunque me resulte difícil o me haga sufrir. Muéstrame cómo puedo ayudarte, concretamente, en las pequeñas cosas cada día “a saciar la sed de amor que padece el mundo” (J.K.). Entonces será Navidad en mí y a mi alrededor.

Lunes
Mi corazón, el centro de mi personalidad. El lugar donde Dios habita. Una jaculatoria me acompañará en este día; “Tú en mí y yo en ti”.

Martes
Dios es amor. Dios es el amor. Siempre que me falta amor, capacidad de amar, experimento: En Dios reside la abundancia y Él no quiere otra cosa que darme a manos llenas. Hoy le pido una y otra vez: ¡Dame tu amor!

Miércoles
¿Me amo a mí mismo como, y porque Dios me ama? ¿Qué regalo puedo hacerme hoy a mí mismo?

Jueves
A menudo estamos agitados, no hay tiempo. Hoy quiero detenerme y prestar atención a las personas con las que me encuentre. ¿Con quién deseas encontrarte a través de mí?

FELIZ NAVIDAD!

“El camino por el cual Dios vino al hombre debe ser el camino por el cual nosotros lleguemos a Dios. El camino se llama MARIA.” Padre José Kentenich

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