domingo, noviembre 15, 2009

MES DE MARÍA
3 minutos diarios con el P.Kentenich en este mes de María
Reflexión elaborada por los Padres de Schoenstatt de Córdoba, Argentina

15 de noviembre

¡Cuán a menudo, en los años pasados, hemos denominado, con enorme gratitud, pero también con enorme confianza, a María como nuestra Madre de Gracias! ¡Cómo estaban sus manos repletas de gracias! ¡Cuán a menudo la hemos llamado nuestra Madre del pan, nuestra Madre del hogar! Queremos detenernos a considerar hoy una vez más todo ello y seguir ocupándonos de lo mismo en los próximos días.
¿Y cuál habrá de ser nuestra reacción? En la fiesta de la Maternidad de María, en la fiesta en la que tomamos conciencia de que nos hemos transformado en su ocupación predilecta, queremos prometerle nuevamente que, en el futuro, ella se transformará también en nuestra ocupación predilecta, y más aún de lo que lo ha sido hasta ahora. “Quiero ofrecerte eterna gratitud…”.
“Los atraje a mí con lazos triples”. Me pertenecen sus manos de Madre, me pertenecen sus ojos de Madre, pero también, y sobre todo, su corazón de Madre. María sabe sobre aquella ley que nos es ya familiar, según la cual nos vinculamos más fácilmente a una criatura, a un ser espiritual, cuando nos manifiesta su amor en forma sobreabundante. Por esa razón, ya durante su vida, María nos colmó de dones y de gracias. Nos colmó de dones y de gracias, porque no escatimó esfuerzos por nuestra salvación y elección. Por esa razón, ella no es solamente Madre del Señor, sino también la mujer configurada según Cristo y la que configura a Cristo en nosotros. (Schoenstatt, octubre 1947)

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