jueves, noviembre 19, 2009

MES DE MARÍA
3 minutos diarios con el P.Kentenich en este mes de María
Reflexión elaborada por los Padres de Schoenstatt de Córdoba, Argentina

19 de noviembre

No quisiera demostrarles ahora cómo María fue, sin más, la niña de Dios Padre. Habrá otros que podrán decirlo de sí mismos. A mí me importa grabarles lo siguiente: si el Señor establece la exigencia de que lleguemos a ser niños hasta la plenitud, nunca podremos realizar solos ese mandato, menos aún en el tiempo actual. Por esa razón: ¡intercambio de su persona y la nuestra! La Santísima Virgen es ambas cosas al mismo tiempo: la niña singular e insuperable, la extraordinaria hija de Dios, pero también la figura femenina más vigorosa, que no tiene parangón a la hora de dominar las situaciones más difíciles. Por eso nos alegramos de saber ahora un camino seguro y fácil para que se manifieste en nosotros la imagen de María. (Schoenstatt, Agosto 1966).
La imagen de María es precisamente la imagen ideal de mujer. ¿Cómo la hemos presentado? Como el fulgor admirable de la dignidad, grandeza y nobleza femeninas. Ciertamente, podemos imaginarnos a la Santísima Virgen de tal modo que ella se yergue ante nosotros como la encarnación femenina de la imagen de Cristo, en la medida en que esto es posible. Por tanto, si una mujer quiere imitar, a su modo, la vida de Cristo, no necesita realizar largas reflexiones. Sólo necesita detenerse a contemplar la imagen de María. Ella es la forma femenina de la figura de Cristo en su máxima posibilidad de realización. (EEUU marzo 1966)

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