Día 29 del Mes de María

6 de diciembre

               Alelí. Es originario del este del Mediterráneo. Son plantas bienales: el primer año producen una roseta de hojas que construye reservas alimenticias para el desarrollo de la flor. Esta última aparece al año siguiente. La espera bien vale la pena pues las flores  reunidas en racimos terminales  y formadas de cuatro pétalos son  rosadas, rojas, azul pálido o blancas conformando un escenario precioso y complementan sus encantos con un delicioso aroma que puede enriquecer la atmósfera de cualquier espacio.

                           Es considerada por muchos la flor de la alegría.

                          Para tener alelíes siempre (¿alegría?), hay que sembrarlos cada año, de tal forma que siempre habrá flores. Los que sembramos el año anterior florecerán cuando los de este año apenas se encuentren en su período inicial.

                          Hay que  tener cuidado de no dañar las raíces al trasplantar los alelíes.

“Querida María:

                          Hoy quiero regalarte flores de alelí, flores de alegría dando alguna alegría a mis hermanos. Señora ayúdame a cultivar siempre esta flor, la flor de la alegría y a cuidar delicadamente sus raices, de las cuales la más importante, es el amor a Dios. Amén”

Oh Señora mía......