Cuarto
día del Mes de María
Santuario
de Bellavista
El Padre llega a
Chile en
1949 para la inauguración del Santuario de Bellavista, su mensaje es
claro:
“Ahora yo no lucho por
Schöenstatt, sino que lucho por la Iglesia"
Su amor de hijo lo compromete en la tarea de
realizar un cambio radical: se trata de desenmascarar y sanar radicalmente el
germen de la enfermedad que aqueja al alma occidental: el pensar mecanicista. Comprometernos desde nuestro desvalimiento.
“La Sma. Virgen está desvalida, ella sola nada puede. Es un honor para nosotros
poder ayudarla.”
Tenemos que pensar en David enfrentándose con
Goliat.
Nosotros
somos el pequeño y desvalido David, la fuerza nos viene de Dios, y María es
nuestra aliada. Es el momento de la entrega, heroica y confiada...
Nada sin Ti, nada sin mí.
Padre Nuestro….
Ave María….
Gloria….
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