Día 18 del Mes de María
25 de noviembre
La flor del girasol llega a tener un tamaño muy grande. Sus pétalos son de color amarillo intenso, lo que le da a la planta una belleza única.
Tiene también su leyenda sobre la hija del cacique de una tribu a orillas del Paraná que vivía solo para el dios Sol. Cuando su tribu fue atacada y la princesa se resistió, su enemigo le dijo: “Tendrás que pedirle a tu dios que te libere”. Ella rogó a su querido sol por su pueblo y por ella. En ese instante la joven se rodeó de potentes rayos que la hicieron desaparecer. En ese mismo lugar, brotó una planta hermosa con una flor dorada que siguió siempre, para toda la eternidad, mirando siempre al rumbo del sol.
Queridas hermanas, como en la leyenda guaraní, no dejemos nunca de mirar al Sol de la vida que es Dios. Que ningún dolor ni adversidad pueda ni en vida ni en muerte separarnos de Él.
Del Espejo de Maravillas, María, al Sol. De allí nuestra fidelidad.
Querida Madre del Cielo:
Hoy queremos entregarte nuestra fidelidad en todo momento y ofrecerla como Capital de Gracias por nuestra hermana María Eugenia, que la cobijes y protejas en este duro momento de su vida; por el alma de Eduardo, su esposo, para que pueda gozar del Sol que brilla eternamente, y por toda su familia, para que por tu infinito amor puedan vivir tu consuelo maternal. Pasa entre ellos “bendiciéndolos en silencio, para darles el inmenso poder de tus manos de madre”*. Amén”.
Oh Señora mía......
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