martes, marzo 08, 2011

CUARESMA

La Plata, marzo 2011

Queridas Madres:

Regresamos a nuestras tareas, después de un bendecido y merecido descanso, comenzamos nuestro trabajo dispuestas a esforzarnos seriamente y con entusiasmo con el corazón abierto y disponible al querer del Padre.

Este miércoles con la imposición de las cenizas, daremos inicio a una preparación profunda para nuestra conversión practicando lo que la iglesia nos propone: oración, ayuno y caridad, comenzamos la cuaresma.

Durante estos cuarenta días recordamos a Cristo en el desierto, recordando las tentaciones pero por sobre todo la victoria de Cristo que cumpliendo la voluntad del Padre, anticipa la victoria para cada uno de nosotros.

El tiempo de cuaresma nos invita a la oración, a orar, a disponer nuestro corazón en silencio ante el Dios de la vida, para escuchar su Palabra y hacerla nuestra. El papa Benedicto XVI en la exhortación apostólica "La Palabra del Señor” (Verbum Domini) nos pide a la Iglesia un esfuerzo para hacer de la Palabra de Dios una fuerza vital y el anuncio de ella al mundo de hoy. Los tiempos que corren no favorecen al silencio, debemos esforzarnos para lograrlo, nos dice también Benedicto XVI “tan solo en el silencio la Palabra puede hallar morada en nosotros, como le sucedió a María, mujer de la Palabra y del silencio inseparablemente”. Experimentemos un encuentro personal con Cristo, en su Palabra y en los sacramentos. ¿Imito a María disponiendo mi corazón en silencio para que la Palabra de Dios se cumpla en mí?

El tiempo de cuaresma nos invita al ayuno. Jesús en oración y ayuno se preparó para dar su vida por nosotros. Jesús siente hambre y allí se aprovecha el demonio para tentar a Jesús: “Si eres el Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan”. Jesús le responde: “No solo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. La respuesta de Cristo nos muestra como siempre cumple con la voluntad de su Padre. Jesús busca el alimento en la voluntad del Padre. El ayuno nos recuerda que la conversión afecta a todos los aspectos de nuestra vida. ¿Qué hago por conquistar la libertad interior?

El tiempo de cuaresma nos invita a la caridad. La iglesia tiene la misión de testimoniar el amor de Cristo hacia los hombres, amor dispuesto al sacrificio. La caridad no es simplemente manifestación de la solidaridad humana sino que es participar en el amor divino. La caridad requiere una disponibilidad para servir al prójimo. Se manifiesta en el respeto y la estima hacia toda persona humana. Se requiere del diálogo, de la búsqueda común de la verdad y del bien. ¿Cómo vivo la caridad para con mis hermanos?

Como madres federadas estamos llamadas a vivir esta cuaresma siendo fieles a la herencia y misión recibida de nuestro Padre y Fundador. Sabemos de nuestro gran desafío y compromiso en el trienio que comenzamos rumbo al 2014: “Durante el Trienio podemos desarrollar juntos la Cultura de la Alianza, particularmente a través de nuestros proyectos apostólicos. La cultura de la Alianza es nuestra forma original de expresar nuestro estilo de vida y de trabajo: nuestra vinculación a Dios, a las personas, a la naturaleza y la cultura, a la Iglesia y al mundo, siempre basado en la Alianza de Amor” (“Conferencia 2014”, febrero de 2009).

Aprovechemos este tiempo de gracias que nos regla la Iglesia para convertirnos y llevar a nuestros hermanos el mensaje de Jesucristo. Seamos portadoras del carisma del Padre Fundador para regalarlo a la iglesia y el mundo.

Que la Mater, modelo y educadora, desde el Santuario, en la fuerza de la Alianza de Amor, nos regale las gracias para cumplir nuestro anhelo y misión.

Matilde C. Di Battista de Giménez
Federación de Madres – Jefa Territorial

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