domingo, diciembre 23, 2007

“Tu Santuario es nuestro Belén
en cuya aurora Dios se regocija.”
P. José Kentenich


Queridos hermanos:

El espíritu de la Navidad se hace palpable en las personas de María y José. Como ellos y con ellos abramos el corazón y cada espacio de nuestra vida al Dios que viene a salvarnos. Esperemos con anhelo y confianza lo más importante, el Regalo de Dios, y al recibirlo compartámoslo generosamente. Alegrémonos con la presencia cálida de Dios en nuestras vidas y que esa alegría se manifieste en palabras y gestos de agradecimiento y solidaridad.

En esta Nochebuena acerquémonos al Pesebre de Belén, el que brilla en nuestro interior, y con un corazón humilde ofrezcámosle nuestros dolores y las ausencias de los que han partido; con un corazón confiado pidámosle aquello que más necesitamos para vivir; con un corazón magnánimo comprometámonos con el Señor para llevar su mensaje salvador a muchos hermanos; y finalmente con un corazón de niños contemplemos y recemos:

“Señora de Belén,
Señora de la Noche más buena y esperada,
Señora del Silencio y de la Luz,
Señora de la Paz, la Alegría y la Esperanza,
gracias por habernos dado al Señor,
por habernos entregado el Pan que nos faltaba.
Que esta Noche la Luz que Tú nos diste
sea el comienzo de una claridad que no se acaba. Amén.”
Card. E. Pironio

Queridos hermanos, que el Niño Jesús y su santa Madre los colmen de gracias y los fortalezcan en la fe, la esperanza y el amor para ser auténticos discípulos- misioneros del Señor. Reciban desde el Santuario un cordial saludo y mi bendición para cada uno de Ustedes y sus familias.

¡Feliz Navidad y bendecido año 2008!

P. José Javier Arteaga

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