lunes, diciembre 18, 2006

3º Domingo de Adviento


Dios nos envía un Salvador, su propio Hijo. ¿Pero estamos realmente preparados para acogerlo y recibirlo en toda su dimensión? Pongamos todo de nuestra parte, por asumir, sin contemplaciones, durante este tiempo de espera todos los sufrimientos, problemas y dolores que encontramos en nuestro camino de santidad buscando ponernos en forma concreta, en la Cruz del Señor, viviendo estas dificultades en sentido oblativo, de sacrificio y entrega; mediante la penitencia, medio necesario de preparación y espera hacia un encuentro definitivo con el Señor Jesús.

Hoy, tercer domingo de Adviento, tiempo de preparación y espera encenderemos el tercer cirio virtual, que será la luz que alumbrará nuestro camino hacia el encuentro con el Niño.

Encendemos, Señor, esta luz, como aquél que enciende su lámpara para salir en la noche, al encuentro del amigo que ya viene. En esta tercera semana del Adviento queremos entregarte nuestras dificultades y sacrificios para luchar contra las sombras que nos envuelven y los halagos que nos adormecen.
Queremos estar preparados, despiertos y vigilantes, porque Tú nos traes la luz más clara, la paz más profunda, y la alegría más verdadera.

¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!

Pidámosle a María, Madre del Adviento, Virgen de la esperanza que nos enseñe a esperar con su misma fe buscando ponernos en forma concreta, en la Cruz del Señor.

Te invitamos a rezar un Salve

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