lunes, diciembre 11, 2006




2º Domingo de Adviento

El Adviento es tiempo de acercamiento sincero al Señor, quien está por venir y que a la vez ya está entre nosotros. Pero no podemos acercarnos a Él si no lo buscamos, si no estamos en constante tensión por ponernos en su presencia.
La oración, personal y comunitaria, constituye un medio eficaz de búsqueda hacia un encuentro real con el Señor Jesús; mediante la escucha atenta, la meditación y la interiorización de su Palabra, lo que debe constituirse en una exigencia y necesidad en este tiempo de espera.
Hoy, segundo domingo de Adviento, tiempo de búsqueda y oración encenderemos el segundo cirio virtual, que será la luz de nuestra plegaria sencilla y sincera.
Ofreceré mi oración al Señor. Miraré el mundo, el país, mi barrio, mi familia con afecto y comprensión. Miraré al Señor llevándole el vistazo que he echado al mundo y le rogaré con mi oración que mire Él con su bondad al mundo entero.
La súplica de una bendición de Dios será “mi” regalo para todos.

Encendemos, Señor, esta luz, como aquel que enciende su lámpara para salir en la noche, al encuentro del amigo que ya viene. En esta segunda semana del Adviento queremos buscarte, encontrarte y esperarte meditando, tu palabra.

Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen. Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú nos traes la luz más clara, la paz más profunda, y la alegría más verdadera.

¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!

Pidámosle a María, Madre del Adviento, Virgen de la esperanza que nos enseñe a esperar con su misma actitud orante.

Te invitamos a rezar un Salve.

10º curso "Hija de la Divina Providencia; instrumento de Luz"

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