lunes, octubre 10, 2011

Acto de inicio del “Año del Santuario”
18 de octubre 2011
Familia de Schoenstatt de Argentina

Canto

Guía: De la mano del Padre Kentenich, hace un año empezamos a caminar hacia la celebración de los 100 años de fundación del movimiento de Schoenstatt. Este itinerario quiere ser una peregrinación que nos ayude a prepara el corazón. Unidos a la Familia de Schoenstatt de todo el mundo, en cada Santuario, en cada Ermita, queremos agradecer el año que hemos recorrido poniendo en el centro al Padre Fundador y comenzar con él una nueva etapa de nuestro camino: el año dedicado al Santuario.

El Santuario es “la secreta idea predilecta” del Padre Kentenich. Él nos dice que conquistar un Santuario es “la acción apostólica más grande” y es “la herencia más preciosa que podemos dejar a nuestros sucesores”. (P. José Kentenich, 18.10.´14)

Como Familia de Schoenstatt Argentina, este año celebramos los sesenta años de la bendición de nuestro Santuario Nacional. El aniversario del Santuario del Padre en Nuevo Schoenstatt también nos invita a profundizar en el misterio de nuestro lugar santo.

Ese día, el 20 de enero de 1952, el Padre Fundador nos dijo: “estamos convencidos que la Madre de Dios elige hoy este lugarcito como su propiedad”. Y lo describe con cuatro características: “este Santuario es un signo de fe, un signo de unión, un signo de lucha y un signo de victoria.”

1. Diálogo para profundizar (conocer)

Sacerdote: "¡El Santuario es un signo de fe! El santuario es fruto de la fe y también una fuente de donde brota una fe inmensa. Fe en la posición singular de la Madre de Dios en el plan de Redención, fe en el carácter instrumental del Santuario y de todos aquellos que una vez encontrarán en él su hogar.” (P. José Kentenich. 20.1.´52- Bendición del Santuario del Padre – Florencio Varela)

Todos: Querida Mater, en un tiempo donde la inseguridad muchas veces nos paraliza, queremos volver a encontrar en el Santuario una escuela para aprender a creer y a confiar más en Dios, en nosotros mismos y en los demás. El Padre nos dice que “la Familia ha recibido de Dios el carisma de la fe en la Divina Providencia”, por eso te pedimos que nos regales tu mirada para descubrir la presencia del Dios vivo en nuestro día a día.

Sacerdote: El Padre Kentenich nos dice: “Vemos los muros del Santuario y miramos el corazón, entonces tengo que decir: este Santuario es un signo de unión y estos muros quieren ser también fuente de la aspiración común. Un signo de unión en un tiempo de contradicción y de discordia… El Santuario quisiera permanecer como una fuente de unión que mana continuamente. El tiempo actual se caracteriza por dividir a los hombres.” (P. J. K. 20.1.´52 Bendición del Santuario del Padre – Florencio Varela).

Todos: Madre nuestra, una vez más te agradecemos porque el Santuario es nuestra casa y en este lugar aprendemos a ser hermanos. Desde este lugar bendice a todo nuestro país despertando en nosotros “la valentía de la libertad de los hijos de Dios, para amar a todos sin excluir a nadie, privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden”.

Sacerdote: Nos dice el P. Fundador: “El Santuario es también un signo de lucha. Fruto de una seria aspiración, pero también fuente de una lucha ardiente. Por ello dijimos: los Santuarios no son solamente regalos de arriba sino también vigorosos ofrecimientos de abajo. Por nuestro trabajo de autoeducación queremos inducir a la Santísima Virgen para que nos regale este lugar, que erija aquí su trono y lleve a nuestras casas, a nuestra Familia, a nuestras ciudades, y más allá, a todo el mundo, la corriente de gracias.” (P. José Kentenich, 20.1.´52 Bendición del Santuario del Padre – Florencio Varela).

Todos: Te pedimos Mater, que el Santuario sea cada vez más el taller donde modelas nuestro corazón. Que sea siempre el lugar donde nos renovamos para ser protagonistas de nuestro tiempo, donde volvemos a entusiasmarnos por la misión y desde donde contagiamos a otros.

Sacerdote: El santuario es un signo de victoria. “¿Cuál es la condición? Es la misma que ha puesto a toda la Familia en 1914, es la entrega total de la Familia y de cada miembro particularmente, como instrumento en su mano. ¿Y el efecto? Desde aquel momento la Santísima Virgen ha comenzado realmente, desde Schoenstatt, una marcha victoriosa por el mundo.” (P .José Kentenich, 20.1.´52).

Todos: Este es el lugar de nuestro reposo y nuestra alegría. Querida Mater, gracias por estar presente en nuestras vidas, renuévanos en la creatividad misionera y la fuerza apostólica. En cada visita vamos a decirte: ¡Lo que quieras, Mater, con alegría!

Sacerdote: las condiciones y promesas de la Alianza siguen siendo las mismas:

"Tráiganme con frecuencia contribuciones al Capital de Gracias. Adquieran, por medio del fiel y fidelísimo cumplimiento del deber y por una intensa vida de oración, muchos méritos y pónganlos a mi disposición. Entonces con gusto me estableceré en medio de ustedes y distribuiré abundantes dones y gracias. Entonces atraeré desde aquí los corazones jóvenes hacia mí, y los educaré como instrumentos aptos en mi mano.” (P. José. Kentenich, 18.10.´14).

2. Gesto y Compromiso misionero (amar)

(Para este momento se puede encender el cirio 2014, o una vela en el altar o una antorcha)

Guía: Desde el cirio de la Alianza, bendecido el año pasado y encendido en todos los dieciochos y alianzas, encendemos velas para todos los presentes. Desde el Santuario queremos ser “como antorchas en el mundo” (Fl. 2,15). Queremos vivir en radicalidad el misterio del Santuario, y por eso queremos “santuarizar” nuestros lugares. Queremos llevar la presencia luminosa y transformadora de María a nuestros hogares y nuestros trabajos.

Sacerdote: Decía el P. Kentenich el 18 de octubre de 1914: “Un pensamiento audaz, casi demasiado audaz para el público, pero no demasiado audaz para ustedes. ¡Cuántas veces en la historia del mundo ha sido lo pequeño e insignificante el origen de lo grande, de lo más grande! ¿Por qué no podría suceder también lo mismo con nosotros? Al decir esto, mis queridos congregantes, siento que mis palabras encuentran eco. ¡Ya están ardiendo sus corazones!”

Todos:

Querida Madre, Reina y Victoriosa
tres Veces Admirable de Schoenstatt:
Con alegría peregrinamos a tu Santuario.

La fe del Padre
te movió a construir
un hogar en Schoenstatt.

A la sombra de tu Santuario
surgió una Familia,
un nuevo camino espiritual en la Iglesia
y un carisma para nuestro tiempo.

Llenamos las vasijas del Santuario
con nuestros dones:
con el agradecimiento y la entrega
con el arrepentimiento y el anhelo.

A cada paso de nuestra peregrinación te pedimos:
reaviva en nosotros
el fuego del amor a ti, a nuestro Padre
y a la Familia.

Danos fuerza para plasmar
una cultura de Alianza en nuestro mundo,
y edúcanos como misioneros tuyos
para este siglo.

¡Tu Alianza, nuestra misión¡

Oh Señora mía…

Canto final

No hay comentarios.: