viernes, abril 15, 2011


El Puente

Año 5 - Nº 17 - Abril 2011

Sumario

a) Carta para nosotras: M. Inés Erice de Podestá, Encargada de las Comunidades Libres
b) Espíritu Mariano: “Como María” “María, si fuésemos como Tu”. Aporte 1º Curso Mendoza
c) Espíritu Comunitario: “Mujer nueva en una comunidad nueva” “Pastoral de familia, hacer familia”. Aporte 2º Curso RMet
d) Espíritu Apostólico: “Como sal y levadura en masa” “¡Caritas Christi urge nos!” El amor de Cristo nos apremia! Aporte 3º Curso Córdoba
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a) Carta para nosotras

M. Inés Erice de Podestá
Encargada de las Comunidades Libres
 Mendoza, abril 2011
Querida madres de Federación:

Cuando lean esta carta, ya estaremos terminando la Cuaresma y por comenzar la semana mayor de nuestra Liturgia. Este año la Pascua es casi, casi la más tardía. Como sabrán, la Pascua es una fecha móvil que se rige por la astrología, ya que se celebra el domingo siguiente a la primer luna llena posterior al 21 de marzo (la más temprana 22-3 y la más tardía 25-4).

Estamos viviendo momentos difíciles a nivel mundial y también de países, y posiblemente familiar o personal. Ante estas situaciones podemos preguntarnos ¿dónde está Dios? La respuesta está en la fe y confianza que ponemos en el Dios de la vida. El Padre Kentenich nos dice que “Dios es Padre, Dios es bueno y es bueno todo lo que Él hace”. Por eso, si todo lo vemos a la luz de la fe práctica en la Divina Providencia, nada puede asustarnos o angustiarnos. Nuestra vida y nuestra historia están signadas por el misterio de la Pascua. Pasamos del carnaval al Miércoles de Ceniza, y del viernes santo a la Resurrección, de la cruz a la Luz, de la noche a la aurora.

La Pascua nos regala un nuevo nacimiento, es el primer día de una nueva creación. Pascua es el paso, pasamos de la muerte a la vida, del mundo viejo y cansado al mundo nuevo de la libertad. Cada una de nosotras también tiene que ser una nueva creación y abandonar todo lo que no es de Dios. Para eso nos hemos estado preparando durante la Cuaresma, para dejar al hombre viejo y dar lugar al hombre nuevo. El Padre relacionaba la Cuaresma con la autoeducación, es la oportunidad que tenemos para cambiar, para convertirnos y mirar nuevamente hacia Dios, hacia el proyecto que Dios tiene para cada una de nosotras.

El Padre nos llama a seguir sus huellas. El otro día, Norma, mi hermana de curso, nos contaba que habían bendecido el Santuario de Miami y que en el camino hacia el Santuario, alguien había tomado los zapatos que usó el Padre y fue marcando sus pisadas sobre el cemento fresco. Así también me imagino que tiene que ser nuestra vida como herederas del Padre. Cierro los ojos y me imagino que voy pisando cada una de sus huellas. El Padre va adelante, él nos precede, es importante ponernos en camino cuanto antes. Si el Padre nos precede, no podemos volvernos atrás, no podemos quedarnos sentadas, sino seguir sus enseñanzas para alcanzar la meta. Es cierto que muchas veces podemos equivocar el camino, pero lo importante es volver a él. Dios Padre nos espera con un corazón pleno de amor misericordioso, que fue capaz de regalarnos a su Hijo para salvarnos.

Estamos transitando el año del Padre en preparación hacia los 100 años de la primera Alianza y como hijas suyas, como herederas de su misión, no sólo tenemos que conocerlo y seguir sus pasos, sino también ser profetas como él, ser profetas de la vida como dice el lema de la Familia argentina.

Como hermanas, unimos el lema argentino con el de Paraguay, ya que nos mueven objetivos y acciones muy similares en este año. Como herederas del Padre, de su mano, siendo familia misionera queremos regalar una cultura de Alianza, para refundar Paraguay y Argentina.

Ser profetas es ser misioneras, es llevar la buena noticia. Queremos ser y hacer apostolado en nuestra familia, y allí donde la Providencia nos muestre. Queremos regalar nuestro aporte, lo que es tan propio de Schoenstatt que es la Alianza de Amor.

En la fuerza de la Alianza de Amor podremos asumir nuestra misión y ser profetas de la vida, proclamando la vida humana como un don sagrado e inviolable, como nos dice el P. Carmona en su libro “Profetas de la vida”:

“Considerarnos instrumentos de María y de Jesús, y por lo tanto, instrumentos de la vida, no es ni vanagloria barata ni un yugo pesado, sino una alegría y un santo orgullo. La tarea del apóstol es asociarse a los primeros elegidos por Jesús: “Lo que hemos visto y oído, se lo anunciamos” (1Jn 1,3).

Para poder ser defensores de la vida y animarnos a defenderla en todo momento, aún cuando nos critiquen, nos agredan y nos pongan el mote de “mojigatas”, tenemos que capacitarnos para saber qué contestar frente a los ataques.

Como madres de Federación vivimos el ideal matrimonial católico y por lo tanto protegemos y cultivamos la vida “mediante cuidados maternales porque la vida es fruto del amor de Dios y en él tiene sentido la sexualidad y la donación de la vida” (Profetas de la vida).

Capacitarnos y también educar a otros, dar razones de la vida y promover movimientos que defiendan la vida porque somos responsables ante nuestra familia y la sociedad (ibidem).

Es todo un desafío, pero de la mano del Padre y de la Mater podremos ponernos en camino. Que esta Pascua despierte en nosotras un profundo cambio y nos regale la gracia para llevar y ser luz del mundo.

El Padre nos recuerda que “El hombre pascual es el hombre de la alegría... la alegría de saber que Dios nos quiere y tiene en sus manos las riendas de nuestra vida" (B. Blanca 13/4/52). Seamos también profetas de la alegría, porque el amor, todo lo vence.

Unidas en la Alianza y desde el corazón de nuestra Madre, les mando un cariñoso saludo a cada una

M. Inés Erice de Podestá
Encargada de las Comunidades Libres.

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b) Espíritu Mariano: “Como María”

Aporte Curso 1º Mendoza

¡MARIA, SI FUERAMOS COMO TÚ!

¡Dios te salve María, llena eres de GRACIA!

Este saludo de Isabel expresa la inmensa grandeza que Dios concedió a María, por la importante misión para la que había sido elegida. Los Padres de la tradición oriental la llaman toda Santa, la celebran como inmune a toda mancha de pecado, plasmada por el Espíritu Santo y hecha una nueva creatura L,G. 56.

Ella es la nueva Eva, la Madre de Jesús, del Hombre Nuevo.

Nuestro Padre y Profeta, que ha recibido la misión de formar un hombre nuevo para las nuevas playas del tiempo (que él juzga profundos y decisivos) piensa en María como la gran señal, así como Dios la pensó desde la eternidad y tal como nos la reveló. Quiere anunciar su misterio y su misión y llevarla al campo de batalla del tiempo actual porque Ella es el ser humano nuevo y plenamente redimido, y muestra en sí misma el orden querido por Dios, es el concepto incorrupto de Dios acerca del hombre.

En los albores del Movimiento propone a los jóvenes: Bajo la protección de María, queremos aprender a educarnos a nosotros mismos, para hacernos caracteres firmes, libres y sacerdotales y así años más tarde, a través de una Alianza de Amor con ella el pequeño Santuario se convierte en cuna de santidad, en un Tabor de María.

Dirá el Padre, lo mariano es lo fundamental de nuestra espiritualidad.

¿Cómo vivimos el Espíritu Mariano las madre de Federación?

Profundizando nuestra Alianza de Amor, estando unidas a Cristo en lo profundo del corazón y permaneciendo como ella serena y confiada, con un Fiat en los labios a los planes de Amor de Dios Padre.

María es la belleza plena del ser humano, porque sus instintos están totalmente bajo el dominio de la razón iluminada por la fe y de la voluntad no quebrantada, sostenida por la Gracia, y porque la razón, el corazón y la voluntad están unidos a Dios.

Como María queremos ser santas de la vida diaria, ser reflejo de su dignidad, de su belleza y armonía interior, de su integridad femenina materializada en una sana vinculación natural y sobrenatural.

Debemos implorar su ayuda, para cultivar un profundo espíritu de oración, preparando los momentos de encuentro con el Señor, haciendo un silencio interior para que Él pueda irrumpir en nuestros corazones.

Trabajamos nuestro Horario Espiritual, que es nuestro “plan de lucha” para lograr esa armonía, para que nuestra inteligencia, voluntad, afectos, vida instintiva estén ordenados para ser las “pequeñas María” que nuestro Padre soñó para los nuevos tiempos.

¿Qué significa llegar a ser una pequeña María? Es convertirse por obra del poder y amor divinos, en una imagen lo más perfecta posible de la Santísima Virgen, tanto en nuestro ser como en nuestro actuar. Schoenstatt no necesita tantas palabras, necesita vidas santas, porque es camino de santidad. El Padre nos dio una forma de vivir, de enfrentar y plasmar un estilo de vida mariano en un mundo adverso.

Si somos imágenes de María tendremos la función de María, que es dar a luz a Cristo y llevar a Cristo al mundo. Es la gran misión mariana a la cual el Padre nos invita para forjar en la crisis actual una sociedad y cultura nueva. Nuestro estilo de vida tiene un carácter evangelizador ¡que quien me mire te vea!

Por eso pedimos:

Piensa Tú en mí, María,
y mi pensar será iluminado y claro.
Habla Tú en mí, María,
y puro y veraz será mi hablar,
Obra Tú en mi, María,
y justo será mi tratar y obrar.
Santificado será mi trabajo.
Santificado será mi descanso.
Llena y compenetra todo mi ser;
que en mí se refleje
tu manera de ser y de actuar.
AMEN.

¡El Padre lo ha dejado en nuestras manos!

Bibliografía:

Catecismo de la Iglesia Católica.
Apunte de Espíritu Mariano. Primer curso.
Documento Fundamental. Primer curso.

Aporte de Leonor Fornés e Isabel de Danús. Primer curso: “Altera María Splendor Ordinis”.

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c) Espíritu Comunitario

“Mujer nueva en la Comunidad Nueva”:
Aporte del 2º Curso Región Metropolitana

Pastoral de presencia, hacer familia

Es providencial que escribamos este Puente en tiempo de Cuaresma. Tiempo como dice el P. Javier en su Carta de Alianza, en el cual, el Dios de la Vida, el Dios de nuestra vida, quiere que crezcamos más en el amor, porque sin amor no hay verdadera vida… será sólo un rudimento de vida. La vida verdadera es la que se plasma en, por y para el amor. Mujeres santuario y custodia de la vida, en especial nosotras, por “fuertes” razones: por ser mujeres en Alianza con María, por ser madres de Federación, por ser hijas del Profeta…

El ideal de “La mujer nueva en la comunidad nueva” responde netamente a la intención pedagógica del PK en la cual se da especial importancia al “firme apoyo en una comunidad religiosa, firme apoyo en un conocimiento claro y coherente y al apoyo en un ejemplo vivido previamente”. Por esto vemos que el PK fue un impulsor de la vida y de la originalidad femenina, fue un observador de los signos de los tiempos e inspirándose en ellos, elaboró nuevos acentos y objetivos, para la mujer. Dándole importancia a la formación y a su incidencia en la familia, en la comunidad, en la sociedad y por qué no, en la vida pública, intelectual y política. “… la mujer debe intervenir con energía en los destinos del mundo.” PK

Para ahondar en la comunidad tenemos que auscultar al “Dios del Corazón”, valorar a la persona, poniendo el acento en “creación predilecta de Dios”. Cada miembro de la comunidad es un misterio, su trato y desarrollo es también un misterio, al cual sólo puede acercarse con actitud de respeto y confianza. Esto vale tanto conmigo mismo, como con los demás.

Si como comunidad, tomamos conciencia del Bautismo y del anhelo de una cultura de Alianza, como un nuevo nacimiento en Cristo, entonces la Sma. Virgen pasará realmente a ser nuestra Madre y Educadora. Ella nos iluminará, protegerá y elevará de nuevo en Cristo para ese “más” de vida, que llamamos Gracia. El PK habla de milagros de la educación mariana. Pequeñas Marías, hijas del Padre, que en Ella podemos asumir la Incriptio Cordis in cor, en el espíritu del Cántico al Terruño.

“El auténtico amor jamás dice: “Es suficiente”. Porque la medida del amor es justamente no tener medida. Y nuestra mutua relación tiene que llevar más y más hondamente hacia esa medida sin medida, hacia el Dios eterno e infinito.” “…renovemos juntos la Inscriptio. Yo la renovaré junto con Uds.” “Vivimos en una estrecha comunión de amor y destinos que nos liga indisolublemente a Dios” PK. Estas Cartas del Carmelo, enriquecen nuestra Alianza Filial con el Padre.

¿Cómo hacemos realidad nuestro ideal de hacer familia?

Somos mujeres, capaces de comprender, de cultivar los vínculos, con tendencia a intuir, a ver lo personal, pero hoy la moda, la agitación de la vida, las obligaciones, la novedad, los cambios de lugar y de noticias etc. amenazan la condición femenina y cuesta encontrar el camino adecuado que nos lleve a hacer familia. “Quien conozca la época actual sabe que la naturaleza femenina ha sido afectada hasta su raíz más honda y por eso vacila.”PK

“Lo expresaré con mayor claridad aún: intuyo que todos los principios pedagógicos que hemos elaborado con sumo cuidado es lo correcto y lo orientador para el tiempo actual”, “a la sombra del Santuario”… “se puede atraer y formar cristianamente al hombre nuevo que poco a poco aparece en el horizonte del futuro” PK.

Queremos en “fidelidad creadora” generar una Pastoral de presencia, siendo mujeres: toda entrega, toda alma y toda pureza. Una Pastoral de presencia que convierta paulatinamente y por pequeños gestos de amor (Cántico al Terruño) a la sociedad y al mundo, en un Nuevo Nazaret.

Nos damos cuento que esto excede a lo netamente hogareño, exige una maduración psíquica y espiritual, acompañada de oración, entrega, desprendimiento y un actuar y pensar coherente; espíritu de inscriptio. Requiere actualización en todos los ámbitos, para elegir el bien, prudente, pero siempre “audaz en el riesgo”, como lo enseña el Padre, con su vida. A modo de ejemplo, para vestirnos adecuada y elegantemente: debemos saber qué cosas integrar y qué cosas dejar de lado. Es necesario la vida ascética: IP y EP.

Cuanto más claro es el Estilo de Vida, tanto mayor será el reflejo del ser, por lo tanto la resonancia que provocará en la familia, amigos, trabajo etc., producirá un proceso de búsqueda, hacia otra calidad de vida. Es decir el Estilo de Vida hará bello y bien a nuestro medio: siendo la mujer nueva en la comunidad nueva, constructora de la Cultura de la Vida. Como por ejemplo en la “aceptación gozosa”, actuar desde lo profundo, tranquila, serena y a la vez con sensibilidad y responsabilidad ante las exigencias de la realidad.

Esta Pastoral de presencia, nos invita a armar una fuerte red de vínculos, como lo hiciera la Sma. Virgen, que luego de la Muerte y Resurrección de su Hijo, la vemos en la joven comunidad cristiana, no como la que será consolada, sino como la Madre y Educadora que está gestando una nueva unión: Nuevo Nazaret.

El Santo Padre nos esclarece:

”Cristo murió por todos. Vivir para El significa dejarse moldear en su “ser-para”.

Y continúa, citando un ejemplo práctico de San Agustín:

“Esto supuso para Agustín una vida totalmente nueva. Así describió una vez su vida cotidiana: “corregir a los indisciplinados, confortar a los pusilánimes, sostener a los débiles, refutar a los adversarios, guardarse de los insidiosos, instruir a los ignorantes, estimular a los indolentes, aplacar a los pendencieros, moderar a los ambiciosos, animar a los desalentados, apaciguar a los contendientes, ayudar a los pobres, liberar a los oprimidos, mostrar aprobación a los buenos, tolerar a los malos y [ ¡pobre de mí! ] amar a todos”. “Es el Evangelio lo que me asusta”, ese temor saludable que nos impide vivir para nosotros mismo y que nos impulsa a transmitir nuestra común esperanza.”

Como "HEREDEROS DEL PADRE, PROFETAS DE LA VIDA" la mujer nueva está llamada a dar respuesta a la crisis actual en la familia y la sociedad.

El mundo necesita la presencia y la acción de mujeres santas, encendidas en los valores evangélicos que, como pequeñas Marías, generen una cultura de Alianza, promuevan y trabajen por la vida, ocupando espacios que han quedado vacíos . Este vacío de auténticos valores es lo que ha roto la armonía y la integración del orden social y familiar, porque se ha roto el vínculo con Dios.

Frente a esta sociedad desintegrada, Schoenstatt quiere forjar el hombre nuevo, una personalidad armónica y madura, capaz de ser apóstol del Evangelio, constructor de una sociedad renovada. Para ello nos propone como modelo a la Sma. Virgen; mirar a María es mirar al hombre nuevo integrado. Por la Alianza, María nos educa y nos forma según su imagen.

Caminando hacia el 2014 y en el año del Padre, seamos fieles a Ella y al Padre viviendo como auténticas personalidades nuevas, integradas, armónicas, constructoras de una nueva sociedad basada en la cultura de Alianza. Aunque veamos por delante un complicado panorama, de la mano de nuestro Padre caminemos en la " confianza divina ", hacia un horizonte de esperanza donde brilla la luz del amor de Cristo Resucitado.

Bibliografía:
- “Spe Salvi” – P. Benedicto XVI
- “Qué surja el hombre nuevo” P. José Kentenich
- Kentenich reader”, Tomo 1 – P. Locher, J. Niehaus, H-W. Unkel, P.Vautiér
- “¿Quién, si no yo?” Dra. Hna. M. Nurit Stosiek

Equipo: Inés, Lagos, María Marta Echavarría, Finita Beveraggi, Silvia Sánchez, Cristina Celso y Graciela Horga.
2do. Curso RMet:
“Filia Patris, Inscriptio Cordis in cor, Corazón de la Iglesia Nuevo Nazaret”

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d) Espíritu Apostólico



“Como sal y levadura en masa”

Aporte del Curso 3º Córdoba

¡Caritas Christi urget nos! ¡El amor de Cristo nos apremia!

“Jesús entre los samaritanos” Cita de Juan 4, 5/42

Hemos tomado esta cita del Evangelio de Juan recientemente propuesta por la Iglesia para su meditación porque es un pasaje que ilustra con toda claridad el proceso de la conversión y el envío apostólico:

En primer término está el encuentro de Jesús con la samaritana. Es un encuentro profundo y personal. Jesús le pone al frente toda su vida sedienta e insatisfecha y le propone algo nuevo, un “agua viva” que le quitará la sed para siempre porque brotará permanentemente hasta la vida eterna. La samaritana encendida por la revelación de Jesús se libera de su pasado y “dejando allí su cántaro corrió a la ciudad” a llamar a otros al encuentro con el Señor.

Este espíritu apostólico es un espíritu eminentemente mariano. María en la Anunciación recibe y acepta su misión, de prisa se pone en camino hacia la casa de Isabel y cuando llega hace un canto de alabanza al Padre por haberla elegido y haber bendecido con grandes dones su pequeñez. Revelada su misión María consagra toda su vida a ella.

Una vez convertido, el cristiano vive para. Este vivir para es la acción del Espíritu, es esa agua viva que fluye hasta la eternidad y que jamás vacía el corazón del misionero. Ese para es un acto de amor que no desgasta sino que acrecienta permanentemente el amor. El fuego misionero se re-alimenta en la realización de la propia misión.

Hay diversas formas de apostolado. El hacer está determinado por el momento que se está viviendo y los deberes de estado de cada una pero el espíritu es siempre el mismo. En donde estemos, todo lo que somos y hacemos tiene que ser apostólico, tiene que ser testimonio y anuncio de esa “agua viva” que brota permanentemente hasta la eternidad.

En la oración, en el silencio, en la meditación de la Palabra y en las voces del tiempo se nos revela nuestra misión personal. Una vez conocida y aceptada “ya no hay excusas” como decía Nonino Flecha de la familia de Paraguay, con prisa “que cada uno ponga al servicio de los demás la gracia que ha recibido como buenos administradores de las diversas gracias de Dios” San Pedro 1º 4/10. Esto es apostolado.

Todo apostolado supone coherencia y responsabilidad entre la palabra y el testimonio. Estas coherencias como federadas la logramos y garantizamos por medio de la autoformación en la Alianza de Amor.

“Para evitar el peligro de mundanizarse en medio de la labor apostólica, el instrumento se esforzará continuamente por consolidar, profundizar y asegurar una íntima unión con Dios, porque si pierde la unidad de vida y pensamiento con la causa principalis se degradará, borrará su carácter instrumental y con el paso del tiempo perderá la unidad de metas con ella. Al no existir en él plenitud interior, sucumbirá tarde o temprano a la soberbia y se buscará a sí mismo; la labor apostólica transparente y entusiasta se convertirá en mero activismo sin alma, en puro desarrollo de las cualidades naturales de la persona y autoglorificación que se alternarán con períodos de asedia y búsqueda compulsiva de gratificaciones” P.K. (Instrumento de María).

Es bueno preguntarnos si:

-¿La Alianza de Amor nos vincula con nuestro apostolado cotidiano?
-¿La tenemos presente y apelamos a ella en todo momento?
-¿Nos ponemos los anteojos de la Fe práctica en la Divina Providencia, para descubrir el querer de Dios en nuestro ser y quehacer de todos los días?
-¿Escuchamos la voz del Señor que nos habla en su Palabra, en las voces del tiempo y en los otros?
-¿Somos testimonio y anuncio de vida y esperanza?

La oración y el sacrificio realizados para son la forma de más elevada de apostolado . La vida de Santa Teresita del Niño Jesús que la Iglesia designó como patrona de las misiones es un testimonio de ello.

Todo lo dicho se resume en la tercera gracia del Santuario. En el Santuario, al experimentar el encuentro con el Señor de la mano de la Mater, recibimos del Espíritu el fuego y el fermento de nuestro apostolado que nos urge a ponernos en camino para anunciar a otros la Buena Nueva revelada.

Participaron: Nelly D. de Vázquez, Roxana A. de Rey Nores, Milagros D. de Ramacioni, Ana Ma. Tonnelier, Bibiana Beberina y Diana A. de González del Pino
 “Mujer nueva portadora de Cristo, sirve gozosa como manantial de agua viva”

Bibliografía:
“Instrumento de María” (P. José Kentenich)
“Retiros” (P. Nicolás Schwizer)
Conferencia P. Guillermo Carmona “Id y encended el mundo”

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