sábado, mayo 08, 2010

CELEBRACIÓN DEL BICENTENARIO EN LUJÁN

MANIFIESTO DE LA ESPERANZA


El cardenal Jorge Bergoglio criticó a "los que no tienen en cuenta a los más pobres".
Frente a la Basílica de Luján, el arzobispo de Buenos Aires exhortó a "pedir por la Patria".

La Iglesia celebró el Bicentenario con una multitudinaria misa.

El obispo primado argentino, cardenal Jorge Bergoglio, volvió hoy a criticar a "los suficientes" que, advirtió, "no tienen en cuenta a los más pobres" y exhortó a pedirle a la Virgen de Luján que "cuide a nuestra patria, en particular a aquellos que son los más olvidados".

"No tenemos derecho a agacharnos, a bajar los brazos llevados por la desesperanza. Recuperemos la memoria de esta Patria que tiene madre, recuperemos la memoria de nuestra Madre", subrayó en una multitudinaria misa frente a la basílica de Luján por el Bicentenario de la patria.
En el marco de la celebración cívico-religiosa por el Bicentenario patrio, Bergoglio instó a los católicos a pedirle a la Virgen "la gracia de saber trabajar por la Patria, hacerla crecer en la paz y la concordia que nos da el sentirnos hermanos, desterrando todo odio y rencor entre nosotros".

"En este lugar tan santo, lleno de fe y esperanza, pedimos hoy a la Madre que cuide a nuestra Patria. En particular a aquellos que son los más olvidados, pero que saben que aquí siempre hay lugar para ellos", insistió.

El titular de la Conferencia Episcopal Argentina destacó que "desde el principio (la Virgen de Luján) cuidó desde muy dentro del corazón a esta Patria, comenzando desde los más pobres, los que para los suficientes no cuentan, pero que aquí sí son tenidos en cuenta".

"En Luján hay un signo para nuestra Patria: todos tienen lugar, todos comparten la esperanza y todos son reconocidos hijos. Hoy vinimos a rezar en esta fiesta de la Virgen, en este año Bicentenario, porque aquí crecimos y aquí nuestra Patria siempre tuvo una bendición, porque tiene una madre", subrayó.

Tras destacar que Luján es lugar de "solidaridad y fraternidad", recordó que José de San Martín y Manuel Belgrano pasaron por allí "en medio de la gloria, y también cuando quedaron solos y olvidados, le confiaron su tristeza".

Antes de la misa concelebrada por unos veinte obispos de la región Buenos Aires, a las 15 en punto, se encendió un cirio para "iluminar" la Patria y por "una luz nueva de esperanza para la Argentina".

Los fieles reunidos en Luján además rezaron un Padrenuestro, el Avemaría y la Oración por la Patria, acuñada por los obispos en plena crisis socio-política de 2001-2002.

El gesto se repitió a la misma hora en otros centros de devoción mariana como Itatí en Corrientes, Nuestra Señora del Rosario en San Nicolás, Guadalupe en Santa Fe y Virgen del Valle en Catamarca.

También en las catedrales de Córdoba, Salta, Jujuy, La Rioja y San Juan, entre otras, y en las plazas centrales de pueblos y ciudades y en los hogares que en forma espontánea replicaron el gesto.

Más tarde, Osvaldo González Prandi, de la Acción Católica Argentina, y su esposa leyeron la oración de consagración a la Virgen, a los pies de cuya imagen dejaron un ejemplar de la Constitución Nacional.

La celebración ciudadana siguió con un gesto de convivencia interreligiosa, con el testimonio del dirigente judío Raúl Alberto Woscoff, el empresario de fe islámica Omar Abu Arab, la metodista Amanda de Paoli de Pécora, y el obispo católico Carlos Malfa.

Después de un diálogo sobre valores entre el fraile Mamerto Menapace y el cuentista Luis Landriscina, el director ejecutivo del Departamento de Laicos (DEPLAI), leyó el "Manifiesto de la esperanza" y se representó la obra teatral "Belgrano, El Musical", a cargo de grupo Banuev.

El cierre del acto fue con el Himno Nacional argentino.


MANIFIESTO DE LA ESPERANZA

Por un Compromiso Ciudadano en el Bicentenario de la Patria, transcribimos parte del Manifiesto de la esperanza.

Queridos Hermanos en Cristo:

...... queremos hoy anunciar este Manifiesto, que es un verdadero compromiso ciudadano del Bicentenario, para que quede grabado en nuestro corazón y marque nuestro comportamiento cívico.

En él decimos que:

Creemos en la dignidad intocable de la vida humana y nos comprometemos a respetarla y a hacerla respetar integralmente en todas sus etapas.

Creemos en el valor de la transparencia y la honestidad. Nos comprometemos a cumplir con nuestros deberes familiares, cívicos y fiscales y también nos comprometemos a exigir el mismo comportamiento en nuestros representantes políticos; a no votarlos si incumplieren con ello y a movilizar a la opinión pública para que haga lo mismo.
“No robarás” es un mandato para todos, sin excepción.

Creemos en el respeto a las leyes por sobre todo otro interés personal o grupal y nos comprometemos a respetarlas y a hacerlas respetar democráticamente.
“Sin ley no hay verdadera libertad: existen sólo pasiones, desorden y anarquía”

Creemos en el fortalecimiento de nuestras instituciones republicanas, único camino para la construcción de un país para todos.

Creemos en el federalismo que supone y exige la necesaria y justa autonomía política y financiera de las provincias.

Creemos en el diálogo social. Es imprescindible lograr “consensos básicos” sobre un modelo de país, que nos abarque a todos. Trabajaremos y exigiremos a nuestros políticos ese dialogo.

Creemos en la participación ciudadana. Debemos pasar de ser simples habitantes a ciudadanos comprometidos con lo público. Pasar de una democracia delegativa a una democracia participativa y comprometida. No tenemos derecho a quejarnos de nuestros políticos si no participamos en lo público.
“Debemos crecer en la conciencia de ser pueblo”

Creemos en la importancia esencial de la educación y el trabajo digno como las verdaderas herramientas de desarrollo de nuestros hijos y de inclusión social de todos nuestros compatriotas. Si la máxima del Centenario fue “gobernar es poblar”, la del Bicentenario debe ser “gobernar es educar”.

Queremos ser Nación con mayúsculas, una Nación cuya pasión sea la verdad y el compromiso por el bien común.

Por eso ponemos nuestra Esperanza y trabajo en este compromiso, porque si lo cumplimos

ES POSIBLE que cada vida humana en nuestra Patria sea protegida y respetada desde el momento de la concepción sin ningún tipo de discriminación por sexo, edad, raza, situación socio económica o estado de salud. Que sea tratado siempre como una persona.

ES POSIBLE lograr las condiciones mínimas para la plena integración social de cada habitante de esta bendita tierra, y su grupo familiar con igualdad básica de oportunidades. Que no haya más hermanos nuestros que tengan hambre o estén excluidos. “Que la Patria sea para todos”.

ES POSIBLE que nuestros niños cuenten con un hogar que los contenga y los proteja. Que todas las políticas de inclusión social tengan como eje el fortalecimiento familiar. Que se promueva el matrimonio como realmente es, una comunidad estable de vida y amor entre una mujer y un hombre.

ES POSIBLE que todos nuestros niños y jóvenes reciban la educación que les permita su pleno desarrollo laboral, social y espiritual.

ES POSIBLE que nos consolidemos como pueblo.

Sacudamos nuestros desánimos, pongámonos de pie y caminemos guiados por nuestra Fe y Esperanza, junto con todos los compatriotas que acepten nuestra invitación.

Jesucristo, el Señor de la historia está con nosotros. María es Madre de nuestro pueblo y nos acompaña.

Nuestros padres y nuestros hijos nos están mirando.

No permitamos que nada nos detenga hasta que los campos y las ciudades de nuestra bendita Patria vuelvan a brillar.

No tengamos miedo. Es posible. Y así será para que con Cristo y María “construyamos una Patria para todos”, para ese pueblo a quien saludamos cantando:

“Al Gran Pueblo Argentino ¡Salud!

Justo Carbajales
Director Ejecutivo del Departamento de Laicos (DEPLAI). CEA


AGRADECIMIENTO

Querida Familia de Schoenstatt:

Quiero darles las GRACIAS, Schoenstatt, junto a otros Movimientos, estuvo en la GÉNESIS, ORGANIZACIÓN Y PARTICIPACIÓN de este hermoso e importante Gesto por la Patria.

Quiero darles las GRACIAS a todos y a cada uno, Sacerdotes, Hnas de María, Rama de madres, Obra Familiar, Profesionales,Círculo de Miembros, Federación, Juventud Femenina,Juventud Masculina, Campaña, en síntesis a toda la Familia.

Esto no hubiese sido posible sin el apoyo incondicional

de cada uno de ustedes.

El 8 de Mayo de 2010 quedará grabado en nuestros corazones, y hoy más que nunca podemos decir las palabras de nuestro querido Padre Fundador “Schoenstatt para la Iglesia”.

Esto es el comienzo; sigamos juntos trabajando por la Iglesia y para la Iglesia que en definitiva somos todos.

Justo Carbajales
Director Ejecutivo del Departamento de Laicos

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