domingo, abril 18, 2010

El Puente

Año 4 Nº 13
Abril 2010

Sumario

a) “Carta para nosotras” de Nuria García de Platzeck
“Hágase tu voluntad”
b) “Esto nos pasa” aporte del Curso 13º
c) “Mujeres hoy y acá” aporte del Curso 12° “Volvamos a nuestra vocación: ser madres ”
.........................................................

a) “Carta para nosotras”

“Hágase tu voluntad”
Nuria García de Platzeck, pertenece al Curso 9º de Córdoba y es jefa de la Región Mediterránea
“Toda Tuya, Corazón de Familia, Manantial de Vida”

La disponibilidad al querer de Dios es lo que identifica un camino de santidad. En la Santidad de la vida diaria, se destaca este seguimiento a la voluntad de Dios, santo de la vida diaria es aquel que: “…cuando resplandece en algún punto la voluntad de Dios, la pone en práctica inmediatamente, y siempre que en la vida observa o experimenta algo, levanta su mirada al cielo y pregunta qué es lo que querrá Dios con eso” (1)

Para alcanzar esto es necesario el sacrificio y la renuncia a nuestra propia voluntad, dejar de girar en torno a nosotros mismos.

“Cuando se quiere hacer siempre la propia voluntad -afirma el padre Kentenich- cesa el instrumento de depender de la causa principal (es decir, de Dios), ya que no se deja guiar y conducir dócilmente por ella hacia las tareas y objetivos que ésta ha previsto y para los cuales quiere utilizarle… para estar siempre y del modo más perfecto a disposición de Dios, por todos los medios nos esforzamos como instrumentos por alcanzar una sana indiferencia frente a todas las creaturas; lo cual sólo es posible mediante un “agere contra” animado por el amor, o una amplia disposición para lo más arduo y difícil.”(2)

María, es el ejemplo más acabado de este desasimiento de sí mismo. Y también, entre los santos, encontramos ejemplos preclaros de esta unión. Entre ellos San Francisco de Sales que en cierta oportunidad expresaba: "Me gustaría, por ejemplo, en esta Cuaresma, predicar en un pueblito de mi diócesis. Pero si me pongo enfermo o me rompo una pierna, no es razón para entristecerme o desasosegarme…: porque entonces es ciertamente la voluntad de Dios que le sirva con el sufrimiento y no con la predicación.” (3)

En “Las cartas privadas de La Santa de Calcuta”, la madre Teresa manifiesta:
“¿Por qué nos debemos dar totalmente a Dios? Porque Dios se ha dado a Sí mismo a nosotros. Si Dios, que no nos debe nada, está dispuesto a darnos nada menos que a Sí mismo, ¿no responderemos sólo con una fracción de nosotros mismos? Darnos totalmente a Dios es un medio para recibir a Dios mismo. Yo para Dios y Dios para mí. Yo vivo para Dios y renuncio a mi propio yo y de este modo induzco a Dios a vivir para mí. Por lo tanto, para poseer a Dios debemos dejar que Él posea nuestra alma.”(4) Y en otro pasaje le escribe a un sacerdote: “Tenga solamente la alegría de Jesús, como su fuerza. Esté feliz y en paz. Acepte todo lo que Él le dé y dele todo lo que Él tome con una gran sonrisa -Usted le pertenece a Él- dígale yo soy tuyo y si me cortas en pedazos, cada pedacito será sólo tuyo.” (4)

El olvido de sí misma es la clave de la santidad, de la alegría alcanzada por Teresa de Calcuta quien, con profunda humildad, se reconoce pequeñita ante Jesús:
“Me maravillo ante su gran humildad y mi pequeñez -mi nada- Creo que es ahí donde Jesús y yo nos encontramos.- Él es todo para mí y yo, su pequeñita, tan débil, tan vacía, tan pequeña.”(5)

De esta entrega total, una y otra vez nos ha hablado nuestro padre, incansablemente, así lo hizo por ejemplo en setiembre de 1966 en Schoenstatt en una conferencia:
“¡Un vacío singular! Podemos creer que si uno se ha regalado totalmente, ya no tiene nada! ¡Ah! ¡No! Al contrario. En la medida en que el corazón se regale totalmente, transitará el camino más seguro para encontrarse a sí mismo con mayor plenitud. En una oportunidad, Jesús expresó esta ley a su manera diciendo: “El que encuentre su vida, la perderá…” por lo tanto, el que regale su corazón lo ganará, gana toda la originalidad de su personalidad. “…y el que pierda su vida por mí, la encontrará” (Mt.10, 39). Esto quiere decir que si en mi entrega reservo algo para mí, seguiré siendo eternamente una caricatura, y jamás realizaré el ideal que el buen Dios tuvo en su plan al crearme. “Oh Señora mía, oh madre mía, yo me ofrezco todo a Ti” (6)

Van Thuan, el cardenal vietnamita que estuvo trece años preso, descubre, en el seguimiento al querer de Dios, una gran paz interior:
“Durante mi larga tribulación de nueve años de aislamiento en una celda sin ventanas, a veces bajo la luz eléctrica durante muchos días, a veces en la oscuridad, me parecía que me ahogaba por el calor y la humedad, al límite de la locura. Era todavía un obispo joven, con ocho años de experiencia pastoral. No podía dormir, me atormentaba el pensamiento de tener que abandonar la diócesis, de que se derrumbasen tantas obras que había puesto en marcha por Dios.
Experimentaba como una rebelión en todo mi ser. Una noche, desde lo profundo del corazón, un voz me dijo: "¿Por qué te atormentas así? Tienes que distinguir entre Dios y las obras de Dios. Todo lo que has hecho y deseas seguir haciendo: visitas pastorales, formación de seminaristas, religiosos, religiosas, laicos, jóvenes, construcción de escuelas, de foyers para estudiantes, misiones para la evangelización de los no cristianos…: todo eso es una obra excelente, son obras de Dios, ¡pero no son Dios! Si Dios quiere que abandones todo eso, hazlo enseguida, y ¡ten confianza en Él! Dios hará las cosas infinitamente mejor que tú. Él confiará sus obras a otros que son mucho más capaces que tú. ¡Tú has elegido a Dios solo, no sus obras!
Esta luz me dio una paz nueva, que cambió totalmente mi modo de pensar y me ayudó a superar momentos físicamente casi imposibles. Desde ese momento una fuerza nueva llenó mi corazón y me acompañó durante trece años….
Elegir a Dios, y no las obras de Dios. Éste es el fundamento de la vida cristiana, en todo tiempo…” ( 7).

Es Dios mismo el que nos toma en sus manos y nos conduce, Él “es el águila, que en sus alas vigorosas lleva hacia el sol a los débiles polluelos” (8)

La lectura de esta breve entrevista realizada a un grupo de trapecistas que relatara el padre Ángel Rossi en un retiro, muestra en forma gráfica este juego de amor entre Dios y su criatura, entre “el acróbata” y su creador:
“Los Flying Rodleigh son un grupo artístico de trapecistas que se presentan en el circo Simoneit-Barum… Nunca olvidaré mi fascinación cuando vi por primera vez volar por el aire a los Rodleighs, cómo se soltaban mutuamente cual bailarines con movimientos arriesgados y elegantes, y cómo volvían a atraparse en el aire.
Un día, sentado en la casa rodante junto a Rodleigh, el líder de la compañía, conversé con él acerca de volar por el aire. Quizás usted y el público me consideren la gran estrella en el trapecio, pero el verdadero genio es Joe, mi receptor. Él debe estar listo para mí en una fracción de segundo y atraparme en el aire cuando vuelo hacia él formando un arco elevado.”
“¡Y cómo sale siempre bien?”, pregunté nuevamente. "Bueno -dijo Rodleigh- el secreto consiste en que el acróbata no haga nada y el receptor lo haga todo. Cuando vuelo hacia Joe, sólo debo extender mis brazos y mis manos y esperar que él me tome y me lleve de nuevo sobre la rampa”.
“¿Y usted no hace nada?”, le repliqué bastante sorprendido. "No, nada”, repitió Rodleigh, “Lo peor que puede hacer el acróbata es tratar de asirse al receptor. Pero no soy yo quien debe atrapar a Joe, sino él a mí. Si tratara de asir las muñecas de Joe, podría quebrar las mías y para ambos sería el fin. El acróbata no debe hacer otra cosa que volar, mientras que el receptor sólo debe atraparlo. El acróbata que vuela con los brazos extendidos debe confiar absolutamente en que el receptor lo tome en el instante preciso”.

Dicho con palabras de nuestro padre “…tratándose de la valoración de nuestras obras, estamos en camino de no conceder tanta importancia a nuestra cooperación personal. Lo más importante para nosotros es Dios, únicamente Dios y su amor misericordioso.”(9)

Nuria García de Platzeck
9º Curso RMed
“Toda Tuya, Corazón de Familia, Manantial de Vida”

Bibliografía
(1)La santificación de la vida diaria. Pág. 17
(2) Espiritualidad del Instrumento. Pág. 113
(3) La Santificación de la vida diaria. Pág. 110
(4) Las cartas privadas de la Santa de Calcuta. pág. 335
(5) Las cartas privadas de la Santa de Calcuta. pág. 325
(6) Padre te entrego mi dolor. PK pág. 112
(7) Testigo de esperanza. Van Thuan. pág. 55
(8) Hacia el Padre - 407
(9)Padre te entrego mi dolor-pág. 42
.................................................................

b) “Esto nos pasa”

Aporte del Curso 13º Cba
“Amadas por Cristo, Luz y Alegría para el Mundo”

Enmarcados en una realidad social donde los cambios son vertiginosos, donde nos rige la inmediatez, las propuestas son innumerables y efímeras, nos desbordamos de actividad y los resultados deben ser rápidos y exitosos.

Todas estas circunstancias fácilmente nos pueden llevar a un vacío existencial que manifestamos a través de una queja constante, anónima e impersonal, que nos distancia de la realidad y nos coloca como meros espectadores.

Al no asumir que somos parte del problema, no nos sentimos involucrados en la solución.

“Por qué me pasa esto a mi? Por qué vivo en este país, Por qué tengo este esposo o este hijo? Qué pasa con mi trabajo?...”

El gran desafío es mirar esta realidad que Dios permite a la luz de nuestro ideal “Amada por Cristo, luz y alegría para el mundo”

Lo primero que debemos hacer es detenernos… “gustar” del amor que Dios nos regala.

"…No es digno de la nobleza del ser humano el vivir el día a ciegas, dejándonos arrastrar por la corriente de la masa. Dios nos ha dado el don de la libertad, y nos invita a modelar el día junto a Él. Él espera de nosotras que nos comprometamos por la verdad y la justicia, que demos testimonio de Él con nuestra vida y sobrellevemos por amor a Él, cuando las circunstancias lo exijan, las cosas desagradables o difíciles, el desamor y la injusticia que pueda traer consigo nuestra jornada.

Vivir de veras implica tener la capacidad y el tiempo para “soñar” y seguir en pos de aquello para lo cual estamos en este mundo; para descubrir el misterio de nuestra vida y plegarnos valientemente a las iniciativas de Dios en nuestra vida. Se nos exige además tomar decisiones personales y asumir responsabilidades. Por eso, vivir en serio no es dejarnos guiar simplemente por las ganas o el estado de ánimo, o bien dejarnos manipular desde afuera y vivir así el día sin tener conciencia de él.

Vivimos verdadera y realmente cuando planificamos y organizamos cada día con Dios; cuando aceptamos el desafío que nos plantean las circunstancias, cuando tomamos decisiones y aceptamos responsabilidades; cuando ponemos prioridades, tomamos propósitos y los mantenemos; cuando arriesgamos vivir confiando en que es Dios quien juega con nosotras en el tablero.

Nos dice nuestro Padre Fundador “Examinemos de antemano y pregustemos las cosas eventuales que Dios quiera confiarme a través de mi labor profesional, mi situación particular, las inspiraciones interiores, etc. Examinemos lo que podrá suceder hoy, tracémonos un panorama general de la jornada que nos aguarda. Naturalmente no todo ocurrirá tan exactamente como yo lo había previsto por la mañana. De ahí la importancia de cultivar una actitud ante las cosas, de reflexionar con lucidez sobre las acciones concretas que Dios permitirá que realicemos en el día de hoy. Si no lo hacemos así, correremos el peligro de no vivir la jornada, sino de “ser vividos”, de buscar solamente la satisfacción de nuestros propios gustos e inclinaciones.”

“Toda nuestra mirada para el único Dios, todo el corazón para el único Dios”. P.K.
Para mantener vivo este vínculo de Amor, como madres federadas, contamos con los medios ascético: el Horario Espiritual (HE), el Propósito Particular (PP) y la Confesión Sacramental, que le da a nuestra vida espiritual mayor profundidad, hace que nuestros propósitos no sean solamente decisiones de nuestra voluntad, sino que expresen el anhelo de ser fieles a la Alianza de Amor, y a la gracia que el Señor y la Santísima Virgen constantemente nos regalan.

Pilar Freytes, Ercilia Arico, Mara Sarría, Vero Van Helderen,
Silvia Villegas, Magui O´Connor, Lucrecia Carranza, Marilén Otero, Dolores Calvo
Curso 13° RMed
“Amadas por Cristo, luz y alegría para el mundo”
................................................................
c) “Mujeres hoy y acá”
Aporte del Curso 12º Mza
“Madre Filial, Transparente de María, Instrumento de Amor, Paz y Alegría!

“Volvamos a nuestra vocación : ser madres ”

Desde la antigüedad se le reservó a la mujer un espacio en el mundo privado: la casa y lo artesanal. Las tareas privadas más ligadas a la reproducción era el campo de actividad específicamente femeninas, reservándose para el varón el mundo de la producción y de la creación externa.

Con la revolución industrial y la introducción de la máquina en forma masiva y la producción en escala se reemplaza tanto a artesanos como a robustos trabajadores y se empieza a hablar de “mano de obra” o de “fuerza de trabajo” sin que el hecho de ser varón o mujer resulte significativo.

Justamente para permitir la inserción de la mujer en el mundo público, tanto en el ámbito cívico (el voto femenino) como en el trabajo, donde su aporte no se veía y se lo consideraba casi invisible empezó el movimiento feminista en el siglo XX.

El resultado cultural de este movimiento es la eliminación de las diferencias entre los sexos. En esta lucha fue asumiendo en su conducta patrones masculinos, de tal modo que lo que se vuelve invisible es el hecho de ser mujer.

La consecuencia de este proceso es la fragmentación del tejido social, la disolución de la familia, la violencia social, etc. Todos signos que nos preocupan particularmente porque la situación llega, a veces, hasta el seno mismo de nuestros hogares.

Con el abandono de la feminidad aleja a la mujer de todo lo que significa hogar, servicio a la persona, capacidad de don, acompañamiento respetuoso y solícito de niños, la aleja del don del amor tan propio de nuestro sexo. Por eso muchos autores dicen que nunca como hoy el mundo y la cultura clama por el alma femenina auténtica y sufre la enfermedad humana más grande de los siglos que se ha llegado a convertir en una pandemia antropológica.

Sin embargo no se puede volver el tiempo atrás. Ahora no podemos, ni debemos volver lo bueno y noble que la mujer ha alcanzado en todo este proceso, ni tampoco entrar en una fantasía romántica de querer volver las cosas a como eran antes. El Señor, que es el Señor de la historia y tiene sus hilos en su mano, siempre nos señala y nos lleva hacia delante nunca hacia atrás. Nos invita a resolver en nosotros los problemas de una época y superarlos de modo creativo. Al respecto dice el P.Kentenich: “Aquellos que resuelven en sí mismos los problemas de una época, son los que inician el proceso de cambio. Ellos, por su respuesta, se convierten en modelos que superan la crisis de la época, resolviéndolas”.

Es necesario volver a lo esencial. Al crear al hombre y a la mujer, Dios quiso que el ser humano se expresase de dos modos distintos y complementarios, igualmente bellos y valiosos Ambos están llamados a realizarse más allá de sí mismos. Están hechos para ser cada uno y los dos totalmente de Dios.

Lo que hoy está en crisis es esta orientación vocacional básica del hombre, mujer y varón, hacia Dios, sentido y destino último de todo el hombre y de todos los hombres.

Por otra parte como dijo el P Kentenich a sus primeros discípulos: “No podemos volver el carbón a la tierra, ni la electricidad a las nubes. No podemos, ni debemos. Adelante! Nunca atrás”.

Él mismo reconoció desde el principio en los movimientos de liberación femenina un signo de Dios en los tiempos. Dios quiere algo con esto, de esto sacará algo bueno y muy bueno. El Padre Kentenich recogió este desafío, puso manos a la obra y formó a imagen de María cientos de mujeres y hombres para enviarlos hacia los tiempos más nuevos.

Debemos llevar la educación del hombre y la mujer a la altura de las circunstancias. Y en esto sí las mujeres tenemos una tarea propia, urgente e insoslayable, como educadoras y compañeras.

El futuro de la sociedad tiene que ver con el porvenir de la mujer. Lo que hoy está en juego es el futuro de una sociedad más humana. Una sociedad en la que:
- la vida venza a la muerte,
- el respeto a la eficacia,
- el servicio al poder,
- lo espiritual sublime a lo material.

Esto supone una obra que ha de ser hecha en común, hombre y mujer trabajando juntos y con Dios. Para la mujer correrá especialmente el ser alma y ser pedagoga, dos realidades propias de su ser compañera. Es ella la que hoy debe enseñar y alentar al varón en lo que significa un mundo más humano y más justo. Será un trabajo lento de raíz, pero hecho con fe, con esperanza y con amor recogerá frutos en abundancia.

Hoy abundan las mujeres en todos los sectores y estamentos, pero faltan mujeres-mujeres que hagan activo lo femenino en la sociedad, en la cultura, en la familia, etc. Falta lo que Juan Pablo II ha llamado “el genio de la mujer” o sea ese sentido por lo humano y por el servicio a lo humano.

Para esta tarea la mujer debe educarse y prepararse para ser como María, signo de luz sobre la oscuridad del tiempo. Aprender a ser madres filiales es decir no dejar de ser niños ante Dios, tener plena confianza en Él. Debemos retornar a la célula original de la sociedad humana: “la familia”. El Padre Kentenich nos dice: que las familias son el campo más fecundo de la Familia de Schoenstatt. Sólo a partir de ellas puede surgir una renovación del mundo”.

Como madres debemos atender la educación religiosa de nuestros hijos y nuestros esposos, dice el P. Kentenich.

Si el Espíritu Santo no halla a María en nosotros, no desarrollará su actividad creativa, su obra de alumbrar a Cristo. Ésta es una ley muy importante en la vida espiritual. La consecuencia que se desprende de esta realidad es que debemos aspirar fielmente a ser pequeñas Marías, a ser reflejo de la Santísima Virgen, ser transparentes de María regalando amor, paz y alegría.

Agustina Jofré de Jardel
12º Curso RCyo
“Madre filial, transparente de María, instrumento de amor, paz y alegría.”

No hay comentarios.: