viernes, diciembre 04, 2009

MES DE MARÍA
3 minutos diarios con el P.Kentenich en este mes de María
Reflexión elaborada por los Padres de Schoenstatt de Córdoba, Argentina

5 de diciembre

María es la Compañera de Cristo durante su caminar por la tierra, desde la Encarnación hasta su sepultura. Ella está siempre presente. En el silencio orante de Nazaret, pronuncia su Sí receptivo que será el comienzo de la salvación. Santo Tomás declara al respecto: “En la Anunciación, Dios aguarda la aceptación de la Virgen como expresión de la voluntad de aceptación de toda la humanidad”. Y a partir de entonces, María queda unida de manera inseparable a Cristo para siempre. Rica en fruto precioso, ella lleva, como Theophora (portadora de Dios), al Jesucristo a través de las montañas de Judea hacia su pariente Isabel. Al entrar, llega con ella la bendición de Cristo: la mujer, que llevó el oprobio de Eva, queda llena del Espíritu Santo. El hijo que lleva en su seno recibe participación en la salvación, y el varón recupera su voz, comienza a orar y es nuevamente un profeta de Dios. Pocos meses después, la Madre lleva al Señor hacia Belén: en efecto, el mundo entero debe recibir el más digno Bien. Y después vienen los pastores y los sabios del lejano oriente: ellos encuentran al Niño en brazos de su Madre, le ofrecen sus dones entregándoselos a su Madre. En brazos de María, el Salvador del mundo ofrece en el templo el sacrificio matutino de su vida. En Simeón y Ana se acerca la más noble piedad y la más pura expectativa del Mesías de la antigua alianza, para encontrar en brazos de María la salvación del mundo, la luz de los pueblos y el consuelo de Israel. Siguen los años en Egipto y después en Nazaret, y la maravillosa comunidad de casa y mesa de Jesús con su Madre. (Milwaukee, 1954).

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