sábado, mayo 09, 2009

El amor, es más fuerte

Ordenaciones sacerdotales, para alegría de la Iglesia Argentina y del mundo entero
ARGENTINA, Juan Barbosa. En un día soleado de la "hermosa Córdoba otoñal" como dice una zamba, dos jóvenes muy queridos y sumamente arraigados desde pequeños en la familia schoenstattiana, recibieron, el pasado 2 de mayo, el sacramento del Orden Sagrado: el P. Federico Piedrabuena y el P. Facundo Bernabei.

La frase que titula la presente nota, ha sido la elegida por los Neo-Sacerdotes para sus recordatorios. Todo un compendio de lo que significa el amor para ellos, tomada justamente de quien dio su amor hasta la última gota de su salud: el Papa Juan Pablo II.

Las familias de Córdoba y Paraná movilizadas desde mucho tiempo atrás

Córdoba y Paraná son dos ciudades argentinas hermanadas profundamente. Es que desde el Santuario de Villa Warcalde (Córdoba), partió la corriente fundacional hacia La Loma (Paraná) y luego de un enorme y enriquecedor trabajo espiritual de la familia, se bendijo el Santuario que en pocos días cumplirá sus primeros 34 años. Dos familias muy unidas que celebraban un hito en común: dos ordenaciones sacerdotales y en el Santuario que las hermana.

El día tan esperado… ¡Por fin llegó!

Las corridas desde la mañana se iban sucediendo y eran una constante entre los organizadores. Engalanar el Altar, preparar las sillas, terminar con el parque, recibir a los visitantes (asistieron representantes de la provincia de Entre Ríos, miembros de las familias de Chile, Paraguay y por supuesto de la Parroquia de San Pantaleón de Buenos Aires, donde el P. Facundo trabajó durante su Diaconado), eran algunas de las tareas que se realizaban "contra reloj".

Los Neo-Sacerdotes llegarían sobre la hora, provenientes de la Abadía Benedictina Gaudium Mariae, donde realizaron su Retiro previo, de una semana, predicado por el P. Manuel José, quien junto al P. Gonzalo Castro, Rector del Colegio Mayor en Chile, acompañó al P. Facundo y al P. Federico en sus últimos años de formación.

El P. Juan Pablo (Superior de los Padres de Schoenstatt en la Región) y el P. Javier Arteaga (Director del Movimiento en Argentina) desde tiempo antes compartían con SU familia profundos momentos de integración. El P. Antonio Cosp y el P. Benjamín Pereira permanecían rodeados de muchos amigos que supieron hacerse durante sus tareas de superiores en Córdoba. Lo mismo sucedía con el P. Juan José Riba y con otro sacerdote muy querido en su Córdoba natal por todo lo que dio y además lo que recibiría: la Ordenación de su sobrino. Estamos hablando del P. Gerardo Cárcar quien por estos días desempeña su pastoral en la Parroquia Santi Patroni di Italia, en Roma, pero que de ningún modo podía estar ausente en este momento de enorme bendición para su sobrino, el hoy P. Facundo Bernabei Cárcar.

El P. Marcelo Gallardo, el P. Guillermo Carmona y el P. Pastor Achával, asesores del Movimiento en Córdoba, oficiaban de anfitriones para el resto de los padres de la Comunidad que asistieron a la Ordenación (más de 20 padres de Schoenstatt dijeron ¡Presente! y pidieron alojarse con familias… ¡Un hermoso símbolo de paternidad!), por lo que su tarea fue tan grande como enormemente gratificante, según sus propias palabras. Y no hacía falta que lo dijeran… ¡La alegría podía verse en sus rostros!

La Santa Misa de Ordenación

Una columna avanzaba sobre el pasillo central hacia el Altar Mayor, ubicado en el centro del hermoso parque de Villa Warcalde. La iniciaban los seminaristas y novicios seguidos por los ordenándoos y cerrándola se encontraban los Padres de Schoenstatt y párrocos invitados. En medio de ellos peregrinaba, con su presencia tan marcada y tan querida, el Cardenal Mons. Estanislao Esteban Karlic, obispo emérito de Paraná, Celebrante Principal de la Eucaristía (sin dudas otro símbolo de unión de ambas comunidades, ya que el Cardenal nació y vivió por muchos años en la ciudad de Córdoba). El guión estuvo a cargo del P. Pablo Mullín, y la impecable organización de la Ceremonia, era responsabilidad del P. Tomy Dell'Oca. La Santa Misa, que en su comienzo era concelebrada por otros 29 sacerdotes… ¡Culminaría con 31 sacerdotes acompañando al Cardenal!

"¡Qué alegría representa este momento para la Argentina y para la Iglesia del mundo entero!" comentaba Mons. Karlic en su homilía citando en distintos momentos al Papa Benedicto XVI, con relación al sacerdocio "que no tiene límites en su ejercicio". "Dos jóvenes que han decidido seguir a Cristo y llevarlo a los demás, sin límites de frontera, de tiempos, de distancias, representan una verdadera y enorme gratitud hacia Dios Padre". Agradeciendo una y otra vez por las vocaciones de estos jóvenes diáconos, citaba que "El amor en la vida es lo más grande, lo más hermoso, lo que nos asemeja más a Cristo, y, tan hermoso es, que no deja de tener también la cruz…".

Las familias acercaron al Altar los ornamentos con los que el P. Facundo y el P. Federico fueron revestidos por otros sacerdotes y recibieron luego la bendición de sus manos en un momento de hondo contenido emocional. Entre los asistentes, superiores al millar, podían escucharse varios sollozos de emoción y era muy común ver que los ojos brillaban más de lo acostumbrado.
Luego de ese momento, los diáconos cruzaron el Altar situándose uno a cada lado de Mons. Karlic. ¡YA ERAN SACERDOTES!

"Abrazos, llantos, risas, saltos, rondas, bailes…distintas formas de expresión de un mismo motivo: alegría y más alegría porque tenemos dos sacerdotes más" nos resume entre sollozos un integrante de la familia argentina.

En la finalización de la Santa Misa, el P. Federico Piedrabuena agradeció en su nombre y en el de su amigo, tantas cosas recibidas en estos años. Su amigo, el P. Facundo Bernabei, bendijo los recordatorios de la Ordenación Sacerdotal con la frase que dio título a esta nota. Ahora, ambos amigos, son hermanos para siempre.

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