lunes, mayo 18, 2020

CARTA DE ALIANZA


Querida familia de Schoenstatt Argentina:

A la distancia física, tal como lo indica el protocolo actual pero con muchísima cercanía espiritual, les deseo un bendecido día de Alianza para cada uno de ustedes, sus familias y comunidades. En estos días hemos vivido celebraciones importantes que, por la pandemia, pueden no haber calado tan hondo en nuestro corazón. Por ello vale la pena recordar los 400 años de la presencia de la Virgen del Valle de Catamarca y que hace unos días, nos congregábamos como pueblo argentino, también espiritualmente, en Luján para celebrar a nuestra Patrona. Aquí “estamos todos”, nos repetía el obispo E. Scheinig, hermanados por una misma madre.

La pandemia nos exige el salto mortal de la filialidad

Transitamos un tiempo de profundo desamparo y desvalimiento. En el pensar de nuestro fundador, estos tiempos, son permitidos y hasta buscados por Dios para desafiarnos a crecer en filialidad:
“El hombre debe sentirse desamparado, sino, cesa su crecimiento. El desamparo involuntario es el gran factor de salvación en nuestra vida. Las condiciones naturales para este descobijamiento se presentan hoy día con mucha más fuerza, ya que el tiempo actual arrasa con todo lo superficial. El hombre experimenta su desesperación desnuda. ¡Qué hermosa es la tarea que nosotros tenemos en este sentido! Si enfrentamos el descobijamiento absoluto con nuestro profundo cobijamiento, habremos dado al tiempo de hoy un testimonio inapreciable”. (P. Kentenich, Retiro Lumen Christi, 1937)

La coronación del mes pasado fue vivida en ese espíritu filial que encuentra reposo y cobijo en los brazos de una Madre y Reina. Ahora la Presidencia Internacional nos vuelve a invitar a continuar en esta corriente de coronación y sumarnos al acto del próximo 31 de mayo, en la fiesta de Pentecostés, en Bellavista. Un Santuario histórico, bendecido por nuestro padre, donde coronó a María como Reina de la Misión y a fin de este mes, la Mater volverá a recibir la corona.

En el pensar del Padre Kentenich la coronación no acaba en reconocer el poder de Reina de María, sino que, como garantía de la corona, implica ponernos a su servicio en la plasmación de un nuevo orden social, plasmación de su reinado. ¡Qué claro está ahora que se está gestando un nuevo orden social! Se está hablando de una “nueva normalidad”. ¡Cuánto más nos necesita el Señor para que esta gestación tenga un rostro más humano y divino!

Las consecuencias económicas todavía no están claras, pero seguramente serán fuertes. La confianza en el Dios providente, nuestro protagonismo – principalmente  el de quienes se sienten llamados por profesión y vocación al servicio y plasmación de estructuras públicas – y nuestra solidaridad con aquellos que menos tienen, son la clave para esta “nueva normalidad” que se avecina y quiere ser configurada.

Update Pastoral

En la vida del Movimiento me alegra constatar cómo se van activando reuniones, encuentros, talleres y retiros de manera virtual. Sabemos que no es lo óptimo. Extrañamos reunirnos presencialmente, pero es lo que el Señor pone en nuestras manos y por eso queremos aprovecharlo.

Va surgiendo también la sorpresa de ver cómo ésta nueva modalidad, acerca a personas y comunidades que antes considerábamos tan lejos que ni soñábamos entrar en contacto con ellas. Paradójicamente, con algunos estamos ahora más conectados que antes. Pastoralmente hablando, el nuevo límite es la conexión a internet y el idioma, ya no más la distancia geográfica.

La oferta pastoral virtual se ha elevado exponencialmente. Estamos llenos de alternativas. En principio esto es bueno. Aquellos que se encuentran en lugares más periféricos, nunca antes habían tenido tanto acceso a material y propuestas como en este tiempo. El peligro es perderse en el infinito océano de lo digital y la sobreabundancia de ofrecimientos.

Los animo, de todas maneras, a aventurarnos en este mundo digital de las comunicaciones. A mi entender, lo peor que podemos hacer es, como en el Evangelio, esconder los talentos que Dios pone en nuestras manos. Ya en el Acta de Prefundación el P. Kentenich nos lanza hacia adelante, sabiendo que los medios de comunicación, como todos los avances científicos, puestos al servicio del hombre, al cultivo de su mundo interior, son oportunidades de desarrollo.

Me despido, invitándolos a unirnos en oración, en especial el Rosario, en este mes de María europeo que el Papa nos ofrece al mundo entero y que para los schoenstattianos tiene su historia. De Engling nos llegaron las famosas “Flores de Mayo”, que el congregante ofrecía como muestras de amor por su madre.

Saludos y bendiciones. Quedamos en eso, permanecemos fieles.

Padre Pablo G. Pérez
Director Nacional

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