Carta de Alianza
Octubre 2013
Queridos
hermanos:
¡Feliz día de la Alianza! Este 18 de octubre
comenzamos el último tramo de
la peregrinación espiritual hacia el 18 de octubre de 2014 donde celebraremos el
centenario de la Alianza de Amor con la Sma. Virgen en Schoenstatt.
Una fiesta jubilar, como la que queremos celebrar
el año que viene, se prepara con mucho anhelo y se la “peregrina” durante mucho
tiempo. Hay que preparar muy bien el corazón para poder gustar y apreciar tantas
bendiciones. Por eso hemos caminado del 2010 al 2011 el Año del Padre Kentenich,
del 2011 al 2012 el año del Santuario, del 2012 al 2013 el Año de la Misión, y a
partir de hoy, 2013 al 2014, comenzamos el año jubilar de la Alianza de Amor.
¿Qué es un año jubilar?
En la tradición judía se
anunciaba el comienzo del tiempo de gracias con el sonido de un cuerno de
carnero, “yobel” en hebreo, de ahí la palabra “jubileo”. El jubileo es un tiempo
de gracia destinado a promover la santidad de vida, consolidar la fe, favorecer
la reconciliación, la comunión fraterna y las obras de solidaridad en el seno de
la Iglesia y en la sociedad.
En la Iglesia un jubileo es un gran acontecimiento religioso y un
año de gracias, ya sea celebrado por toda la Iglesia como el Jubileo del año
2000, o por una comunidad como en el 2005 el año jubilar ignaciano para los
jesuitas. En nuestro caso el 2013 – 2014 se trata de los 100 años de la Alianza
de Amor con la Sma. Virgen en el Santuario, los 100 años de Schoenstatt.
¿Cómo viviremos este año jubilar?
Es una antigua tradición en la Iglesia que al
comenzar un año jubilar se abre y se traspasa una “puerta santa”. Este 18 de octubre nuestra Familia de
Schoenstatt también abrirá la puerta
santa del Santuario y al pasar por ella entraremos en un año de gracias y
renovación.
En este año de gracias queremos expresar al Señor
y a la Sma. Virgen:
1. Nuestra gratitud y alegría por todo lo recibido en estos 100 años,
especialmente por el don de la Alianza de Amor, por seguir a Cristo en las
huellas del P. Kentenich, por la bendición de los hermanos y ser Familia, por la
misión recibida y compartida, y especialísimamente por el regalo inesperado del
Santuario original en este año.
2. Nuestro arrepentimiento y perdón por las
infidelidades a la Alianza de Amor; por las egoísmos, mezquindades y malicias
para con los hermanos; por las veces que impedimos la unidad y la concordia
familiar; por encerrarnos y negarnos a salir y compartir los dones recibidos
gratuitamente.
3. Nuestro compromiso como expresión de
agradecimiento, especialmente compromiso por consolidar la unidad fraterna, renovarnos
en la misión y anunciar la Alianza
de Amor como clave para desarrollar la vida personal, familiar, eclesial y
social: la Cultura de Alianza.
Mientras les escribo viene a mis oídos la
conocida canción de nuestra Familia, “Caminando en la Alianza, en la fe probada
del ayer, caminando en la Alianza, hacia un nuevo amanecer”. Se trata de
caminar a lo largo de este año con la Alianza ardiendo en nuestro
corazón, con la Alianza sirviendo a los hermanos,
con la Alianza anunciando la presencia
de Cristo salvador y de María en nuestras vidas. Caminando en la Alianza hacia un nuevo
amanecer… Sí, hacia un nuevo
día, un nuevo tiempo, hacia un nuevo siglo de
Schoenstatt.
¿Qué esperamos de un año
jubilar?
“¿Qué quiere un
año jubilar? ¡Una nueva
fundación!
¿Qué quiere un año
jubilar? Quiere despejar los fundamentos de la familia, para construir
nuevamente sobre estos fundamentos.
¿Qué quiere un año jubilar? Probar si todo lo que
ha surgido y crecido es sano y bien orientado, o si está torcido y debe ser
enderezado” P. Kentenich,
octubre
1951.
El Año de la Alianza
de Amor con María nos interpela
interiormente a una renovación personal y
comunitaria. Renovación en los ideales y en la misión para edificar un
mundo nuevo en Cristo, como nos invita permanentemente el Papa Francisco. Como
Familia de Schoenstatt argentina, en este año jubilar, queremos asumir la
invitación del Papa Francisco de construir una cultura del encuentro, una
Cultura de Alianza. El Papa nos dice: “El encuentro y la acogida de todos, la
solidaridad y la fraternidad, son los elementos que hacen a nuestra civilización
verdaderamente humana. Ser servidores
de la comunión y de la cultura del encuentro. Permítanme decir que
debemos estar casi obsesionados en este sentido” (SS.
Francisco a los sacerdotes, Río de Janeiro, 27/7/2013).
Al iniciar este año
jubilar, bendecimos y abrimos las puertas del Santuario. “Atravesar
el umbral” del Santuario significa la certeza de que el costado de Cristo y el
corazón de María, como la Iglesia, están abiertos para todos sus hijos y que
cada peregrino al entrar en él recibe las gracias especiales del año jubilar. La
apertura de la puerta del Santuario nos recuerda también que cada uno de
nosotros está llamado a ser un Santuario
abierto para encontrarnos con el hermano. Atravesar el umbral del Santuario
representa el compromiso de vivir este año jubilar en
Alianza de Amor con María y trabajar cada día por una nueva cultura del encuentro con el hermano y con Dios,
una cultura de vínculos y de diálogo sincero, una cultura de la verdad y la
reconciliación, una cultura del trabajo y el bien común, una Cultura de
Alianza.
Como aquel 18 de octubre de 1914 hoy le volvemos
a decir: ¡Ven Madre, quédate con
nosotros, acompáñanos, edúcanos, renuévanos en Cristo y envíanos a la misión!
En este día saludamos especialmente a la Familia
de Schoenstatt en Buenos Aires que hoy celebra los 50 años del Santuario de
Belgrano, “Tabor de María, corazón de la ciudad”.
Queridos hermanos, desde el Santuario les deseo
un bendecido comienzo del año jubilar y ¡feliz día de
Alianza!
P. José Javier Arteaga
¡CON MARÍA
ARDAMOS POR LA MISIÓN!
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