jueves, mayo 31, 2007

Boletín on line


Junio 2007 Nº 2


Sumario

1. Carta de Beatriz Bigliardi para Nosotras
Beatriz Bigliardi es Sub Jefa Territorial, pertenece al 4º curso de la Región
Metropolitana y nos envía su saludo con reflexiones sobre el 31 de mayo. Y para acercarnos más hemos colocado su foto

2. Miradas y respuestas sobre La Mujer y sobre La Iglesia
desde el Ideal del 4º y del 5º Curso.

· “Esto nos pasa” no llegó.

· “Mujeres Hoy y Acá” lo puedes leer más abajo

· “A la Sombra del Santuario” lo puedes leer más abajo


3. Círculo de Adoración de la Federación de Madres
Argentina – Paraguay
Cómo se gestó, quienes lo anhelaron y las que se sumaron, todo esto en una muy buena crónica de Cristina Celso. Lo puedes leer más abajo

Carta de Beatriz Bigliardi
Sub Jefa Territorial


Queridas madres de Federación:

El nuevo aniversario –58 años- del tercer hito de la Historia de Schoenstatt, es la ocasión que la Divina Providencia ha puesto a mi alcance para compartir con ustedes algunas reflexiones nacidas a la sombra del Santuario de la Liberación y del Amor a la Iglesia de La Plata, donde nació mi vocación a la Federación.
Este Santuario, fue bendecido el 15 de agosto de 1965, pocos meses antes de que nuestro Padre y Fundador, a su regreso de Milwaukee, se entrevistara con S. S. Pablo VI comprometiéndose a que él y su fundación empeñarían todas sus fuerzas para la realización del programa de renovación de la Iglesia surgido del Concilio Vaticano II.
Para nosotras, como hijas fieles de nuestro Padre, este esfuerzo implica necesariamente dar a conocer, mediante nuestro apostolado del ser y del hacer, la riqueza de la misión del 31 de mayo en un tiempo en que están seriamente comprometidas las raíces cristianas de nuestra cultura.
Hoy, la desintegración de la familia, el generalizado relativismo moral, la falta de respeto de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural, el individualismo y la incapacidad de contacto personal, la violencia e inseguridad han alcanzado niveles de deshumanización que hasta hace poco eran impensados.
Nosotros tenemos el “secreto” para hacer frente a estos desafíos. Nuestro Padre nos señaló el camino el 31 de mayo de 1949, recapitulando proféticamente el carisma y la misión de Schoenstsatt, al servicio de La Iglesia y la sociedad:
“Desde hace años venimos diciendo que uno de los mensajes nucleares de Schoenstatt, es el de la paternidad de Dios y de sus imágenes terrenas, sus transparentes, como caminos de vital importancia para despertar en forma viva y eficaz una profunda e íntima filialidad frente al Padre Dios” (palabras del P. Kentenich en el Santuario del Padre, Nuevo Schoenstatt en marzo de l952)
En estrecha comunidad de corazones, como Federación de Madres, formamos parte de una familia que, de acuerdo al querer del Padre se asume patrocéntrica, mariana, filial, fraterna y misionera y como tal, hermanadas en Cristo, participamos “en la misión evangelizadora de la Iglesia, viviendo y forjando el organismo natural y sobrenatural de vinculaciones y particularmente por nuestra condición laical en el mundo, contribuyendo a conducir toda la creación según los planes del Padre Dios.” (del Documento Fundamental de la Misión Nacional de la Familia Schoenstattiana en Argentina).
En un artículo publicado en la Revista del Movimiento Apostólico de Schoenstatt en Alemania, del 1 de febrero de 1999 se sintetiza con claridad y profundidad que la única manera de llevar adelante nuestra misión es solidarizarse con lo acontecido el 31 de mayo de 1949 a través de una profundizada renovación de la Alianza.
Nos corresponde a nosotras tomar conciencia, como allí bien se dice, que quien quiera llevar adelante la misión de un profeta, tiene que adherirse estrechamente al profeta y en cierto modo vivir una existencia profética, que sólo puede intentarse ejercitando intensamente la Fe en la Divina Providencia, con el auxilio del Espíritu Santo.
Hoy los signos de los tiempos nos desafían e impulsan a inscribirnos en el corazón de la Mater para desde su Santuario animarnos a rezar y vivir decididamente con amor y confianza filial:

“Sí, Padre, vamos contigo!
Nuestro corazón en tu corazón,
Nuestro pensamiento en tu pensamiento,
Nuestra mano en tu mano. Amén.

Tu Alianza, nuestra vida!
Hombre de Dios, Padre y Profeta, vamos contigo!”

En la fuerza de la Alianza de Amor las abrazo fuertemente a cada una y quedamos en eso permanecemos fieles.

Beatriz Gómez de Bigliardi
4to. Curso
“Filia Confidens Fidelis Adjutrix Patris Amoris”



Mujeres hoy y acá

El Padre Raniero Cantalamessa, en la homilía del Viernes Santo en el Vaticano, el 6 de abril de 2007, nos muestra en ella cuan importante es y ha sido el papel de la mujer en la sociedad. Nos dice que después de María fueron las únicas en haber seguido a Cristo por Él mismo, por gratitud del bien de Él recibido.

Recuerda el P. Cantalamessa que "Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena" (Jn 19, 25).
Por una vez pongamos aparte a María, su Madre. Su presencia en el Calvario no requiere de explicaciones. Era "su madre" y eso lo dice todo, las madres no abandonan a un hijo, aunque esté condenado a muerte. ¿Pero por qué estaban allí las otras mujeres?.. Llegadas con Jesús de Galilea, esas mujeres le habían seguido, llorando, en el camino al Calvario (Lc 23, 27-28), ahora en el Gólgota observaban "de lejos" (o sea, desde la distancia mínima que se les permitía).
Estas "piadosas mujeres", son igualmente "Madres Coraje". Desafiaron el peligro que existía en mostrarse tan abiertamente a favor de un condenado a muerte. Jesús había dicho: "Dichoso aquel que no halle escándalo en mí" (Lc 7, 23). Ellas fueron las únicas que no se escandalizaron de El.
Es cierto que Jesús murió también por los pecados de las mujeres, pero históricamente sólo ellas pueden decir: "Somos inocentes de la sangre de éste" (Mt 27, 24).
Siempre ha surgido la cuestión de ¿cómo es que las "piadosas mujeres" son las primeras en ver al Resucitado y a ellas se les dé la misión de anunciarlo a los apóstoles?
La respuesta es que fueron ellas porque habían sido las últimas en abandonarle muerto e incluso después de la muerte acudían a llevar aromas a su sepulcro. (Mc 16,1).
A ellas no se les había prometido "doce tronos", ni ellas habían pedido sentarse a su derecha y a su izquierda en su reino. Le seguían, "para servirle" (Lc 8, 3, Mt 27, 55), eran las únicas, después de María, en haber asimilado el espíritu del Evangelio. Habían seguido las razones del corazón y estas no les habían engañado.
En si, su presencia junto al Crucificado y el Resucitado contiene una enseñanza vital para nosotros hoy. Nuestra civilización, dominada por la técnica, tiene necesidad de un corazón para que el hombre pueda sobrevivir en ella, sin deshumanizarse del todo. Debemos dar espacio a las "razones del corazón".
A la potenciación de la inteligencia y de las posibilidades cognoscitivas del hombre no le sigue con el mismo ritmo, lamentablemente, la potenciación de su capacidad de amor.
Aunque sabemos muy bien que la felicidad o la infelicidad en la tierra no dependen tanto de conocer o no conocer, sino de amar o no amar, de ser amado o no ser amado.
Estamos ansiosos de incrementar nuestros conocimientos y tan poco de aumentar nuestra capacidad de amar: el conocimiento se traduce automáticamente en poder, el amor en servicio. Ya San Pablo escribió: "La ciencia hincha, el amor en cambio edifica"(1 Co 8, 1).
De todo lugar brota la exigencia de dar más espacio a la mujer. La experiencia diaria demuestra que la mujer puede "elevarnos", pero que también puede hacernos caer. También ella tiene necesidad de ser salvada por Cristo. Pero una vez redimida por El y "liberada", en el plano humano de antiguas discriminaciones, puede contribuir a salvar nuestra sociedad de algunos males que se ciernen amenazantes: violencia, voluntad del poder, aridez espiritual, desprecio por la vida...
Sólo hay que evitar repetir el antiguo error según el cual la mujer, para salvarse, debe dejar de ser mujer y transformarse en hombre.
El prejuicio está tan enrraizado que las propias mujeres han acabado a veces ,en que para afirmar su dignidad, han creído necesario asumir actitudes masculinas, o bien minimizar la diferencia de sexos.
¡Qué agradecidos tenemos que estar a las "piadosas mujeres"! A lo largo del Camino del Calvario, sus sollozos fueron el único sonido amigo que llegó a los oídos del Salvador, sobre la cruz, sus "miradas" fueron las únicas que se posaron con amor y compasión en Él.
No sólo por el papel desempeñado en la Pasión, sino también por el de la Resurrección, las piadosas mujeres son ejemplo para las mujeres cristianas de hoy. Jesús dijo a las mujeres: "Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea, allí me verán" (Mt 28, 10).
"Ellas partieron a toda prisa del sepulcro, con miedo y gran gozo, y corrieron a dar la noticia a sus discípulos" (Mt 28, 8).
Mujeres cristianas, seguid llevando a los sucesores de los apóstoles y a nosotros, los sacerdotes y colaboradores suyos, el gozoso anuncio: "El Maestro está vivo! !Ha resucitado! La vida ha triunfado, en Cristo, sobre la muerte, y así sucederá un día también en nosotros.
El P. Cantalamessa termina su Homilía con las siguientes palabras: Junto a todas las mujeres de buena voluntad, vosotras sois la esperanza de un mundo más humano.
Finalizando con una oración a la primera de las "piadosas mujeres" e incomparable modelo de éstas, la Madre de Jesús.

Reflexión a la luz del Ideal

Esta homilía del Padre Cantalamessa realmente nos ha conmovido y pensamos que seguramente ha de conmover a toda mujer.
Creemos que da para un profundo examen de conciencia, en el cual nosotras, como Madres de Federación, nos debemos sentir interpeladas.
El Sumo Pontífice ha dicho que el gran problema de Occidente es el olvido de Dios, un olvido que se difunde.
En la actualidad la necesidad de fe es mayor que nunca dada la complejidad de los temas a enfrentar: desvalorización del matrimonio y de la familia, la falta de respeto a la vida desde la concepción hasta la muerte natural, la paz social, el materialismo, la ausencia de los principios cristianos, etc.
Como nos dice el P. Cantalamessa, esas mujeres que acompañaron al "Condenado" han sido "Madres Coraje" que no abandonaron a Cristo, aunque todo se hacía muy difícil no se escandalizaron…
También hoy la fidelidad a nuestros Ideales, la coherencia de vida a la hora de tomar decisiones en el día a día, es nuestro seguro frente a los desafíos que nos propone nuestro tiempo.
Sólo si encarnamos vitalmente desde cada una de nosotras y desde cada curso un rayo de las magnificencias de María, podremos encender el mundo.
Nos preguntamos:
¿En nuestra situación personal, cómo puedo aspirar a ser como estas mujeres?
Heroicamente Filial y Heroicamente Fiel, con mi familia, con mis amigos, con el trabajo, como ciudadana y con Dios.
¿Cómo luchar en nuestros ambientes por una imagen auténtica de la mujer cristiana?

· ¿Mi presencia eleva el ambiente donde estoy?
· ¿Mi palabra ilumina el diálogo?
· ¿Mi servicio impulsa y dignifica creadoramente a quien lo necesita?

Nuestra "gran respuesta" está en nuestro Ideal, en particular ser "Hija confiada", ser heroicamente confiadas, cuando todo nos sale mal o cuando nos sentimos dejadas de lado porque el "mundo" no comparte nuestros ideales. Al sentirnos elegidas y enriquecidas por el Amor de Dios, queremos ofrecer a los demás esta fe que sostiene nuestra existencia y de la cual nacen convicciones y sentimientos que iluminan y fortalecen nuestro vivir frente a las vicisitudes y obligaciones de nuestra vida social, cultural, económica y política.

Como dijera el P. Kentenich, hoy más que nunca necesitamos la conciencia de una misión divina. Nuestra MTA nos quiere utilizar como sus instrumentos para la renovación del mundo.
La Fe Práctica en la Divina Providencia es el ejercicio, que como hijas de nuestro Padre estamos llamadas a practicar, "con la mano en el pulso del tiempo y el oído en el corazón de Dios".
Se ha dicho que el hombre de hoy no cree en ninguna "Buena Nueva" que se le anuncie con palabras, lo único capaz de impactar al hombre moderno es el Evangelio hecho vida en los cristianos, lo que alguien ha llamado el "quinto Evangelio". Así fue la evangelización en los primeros tiempos del cristianismo.
Como federadas, ¿cómo respondemos a este desafío?
Con su Sí María trajo a Cristo al mundo. Todos los que participamos de la conciencia de una misión divina, podemos llegar a ser, con la ayuda de la gracia y bajo la luz de cada uno de nuestros ideales, los que ayuden a que Cristo siga naciendo en la vida de los hombres.
Como "hijas confiadas" sentimos que es urgente que se recobre la confianza en la capacidad y la fuerza de la fe para incidir positivamente en la configuración de una nueva cultura.
Como "colaboradora del amor del Padre", sentimos que ese amor nos empuja a recuperar la esperanza y confianza que nos hace ver que sin estridencias debemos aprender a ser, por encima de todo y de acuerdo a nuestras circunstancias, como estas mujeres que cita el P. Cantalamessa en su Homilía.

Cada una podría hacer una lista de lo que nos proponemos en esta línea, es una magnífica oportunidad que la Misericordia divina pone a nuestro alcance. No la dejemos pasar, no tengamos miedo, nuestra Aliada, está con nosotras y nos dice: "Animo que yo estaré con vosotros hasta el final de los siglos!


4° Curso - "FILIA CONFIDENS FIDELIS ADJUTRIX PATRIS AMORIS"
“Hija confiada, fiel colaboradora del amor del Padre”
Equipo de trabajo: Beatriz Bigliardi, Pinki Fernandez, Alicia Dighero, Maria Salaber y Marina Nordenstohl



A la sombra del Santuario

Un tema importante y de total actualidad que queremos destacar, es el mensaje y la tarea que nuestro Santo Padre encomendó a todos los fieles comprometidos con el Señor, en su discurso inaugural de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, el 13 de mayo último, en Aparecida, Brasil.

Como todas sabemos el Papa Benedicto XVI estuvo en ese país haciendo una visita pastoral, que culminó con la inauguración de dicha Conferencia.
En su discurso, el Papa trazó un claro itinerario que orientará el compromiso de la Iglesia católica en América Latina.

Él afirmó la absoluta prioridad de la fe y cómo ésta ha entrado en relación con nuestros cuestionamientos profundos y con nuestras necesidades personales y sociales más urgentes.

Con mucha sencillez y capacidad pedagógica nos ha marcado un camino que nos sirve para liberarnos del aislamiento del yo, ya que nos lleva a la comunión y que, a su vez, nos indica la responsabilidad hacia el otro, especialmente cuando éste es frágil, pobre y vulnerable.

En nuestras comunidades eclesiales de América Latina hay muchos laicos y laicas maduros en la fe que están activos y entregados al Señor, junto con movimientos eclesiales, catequistas e institutos de vida consagrada.

Sin embargo, se percibe un cierto debilitamiento de la vida cristiana en el conjunto de la sociedad y de la propia pertenencia a la Iglesia Católica debido al secularismo, al hedonismo, al indiferentismo y al proselitismo de numerosas sectas y expresiones seudo religiosas.

Su Santidad nos incita a una renovación y revitalización de la fe en Cristo quien es “nuestro único Maestro y Salvador y el que nos ha revelado la experiencia única del Amor infinito de Dios Padre a los hombres”.

Benedicto XVI resaltó también la importancia de la familia para llevar a cabo la renovación de la Iglesia, porque ella constituye uno de los tesoros de los pueblos latinoamericanos ya que es escuela de fe, impulsora de valores humanos, cívicos y respetuosa de la vida humana a la que acoge con generosidad y responsabilidad.

El lema de esta Conferencia General es “Discípulos y misioneros de Cristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida”.
Este lema fue el que inspiró el de nuestra Familia para este año: “Desde el Santuario, discípulos misioneros para una Patria Familia”.

Dice Benedicto XVI que es la Iglesia la que tiene la tarea de alimentar la fe del Pueblo de Dios y por lo tanto nosotros, los fieles de este Continente, en virtud de nuestro Bautismo, estamos llamados a ser discípulos y misioneros de Cristo. Todo bautizado recibe de Cristo el mandato de la misión: “Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará” (Mc 16, 15).

Para ser discípulos y misioneros de Jesucristo debemos estar profundamente enraizados en Él. Debemos estar realmente convencidos de que Dios es la realidad fundante, un Dios de rostro humano que nos amó hasta la cruz; si comprendemos la dimensión de este amor de Cristo, hasta el extremo, vamos a responder a ese amor con un amor semejante.

Dios nos convoca a formar parte de su familia y esta familia universal es la Iglesia católica. La fe nos libera del aislamiento del yo porque nos lleva a la comunión, ya que el encuentro con Dios es también encuentro con los hermanos.
Esta convocatoria de responsabilidad hacia el otro, señala especialmente “la opción preferencial hacia los pobres que está implícita en la fe cristológica”.

¿Cuál es la manera de conocer realmente a Cristo para poder seguirlo, vivir con Él, encontrar la vida en Él y comunicarlo a los demás, a la sociedad y el mundo?

Para ser discípulos y misioneros de Cristo es condición indispensable el conocimiento profundo de la Palabra de Dios.

El Papa propone que la realidad sociopolítica de América Latina sea atendida con fieles laicos bien preparados. Somos los fieles laicos quienes estamos llamados a trabajar movidos por la caridad, a favor de sociedades más justas, sin comprometer el nombre de la Iglesia en nuestras opciones o decisiones políticas.

El Santo Padre nos llama a colmar la notable ausencia, en el ambiente político, comunicacional y universitario, de voces e iniciativas de líderes católicos de fuerte personalidad y de vocación abnegada, que sean coherentes con sus convicciones éticas y religiosas.

La Iglesia tiene la vocación de formar las conciencias, comprometerse con la verdad y la justicia y educar en las virtudes individuales y políticas; y nosotros los laicos debemos ser conscientes de nuestra responsabilidad en la vida pública.

El Papa llama a los fieles laicos a trabajar a favor de sociedades más justas para lo cual recomienda que debemos ser educados en el orden intelectual, en el afectivo y en el estrictamente espiritual. Para ello la Doctrina Social Cristiana (DSC), la experiencia eclesial de los movimientos laicales y la Eucaristía, son los principales recursos.

¿Cómo responderemos a la convocatoria de nuestro Santo Padre?

Ya a principios de la década de 1930 nuestro Padre Fundador comenzó a hablar del santo social.
En la jornada de 1930 (Industriepädagogische-Tagung) él lo describió de esta manera:

“Debemos descender, inclinarnos ante el pueblo sencillo. Nuestro tiempo clama por el santo social, que integra la unión a Dios con un corazón lleno de sentimientos auténticos, con la disposición y la fuerza de ayudar al pueblo sencillo. Por eso, observen hoy el anhelo por los santos sociales, por aquellos hombres que están íntimamente unidos a Dios, anclados en Él, pero que tienen la valentía, desde esa decisión por Dios, de unir el mundo con Schoenstatt, de descender más profundamente hacia los pueblos para elevarlos a Dios, hacia Cristo, hacia la Iglesia”.

“Filia Inmaculata Patris, instrumento de tu amor”
Nuestro Documento Fundamental, dice refiriéndose a nuestra misión:

“…Mirando a la Inmaculada, pedimos la gracia de amar y comprender a todos los seres en su limitada condición humana, mostrando el rostro misericordioso de Dios, nuestro Padre.

…Trataremos de ser mujeres sencillas, sin apegos materiales… con pureza en el obrar y en la entrega al otro.

…con amor, nos dispondremos al servicio allí donde nos toque actuar. Si soy instrumento, educo, vinculo… Si tengo amor, tengo y doy paz, aprendo a crecer en confianza y esperanza… El amor vence todo”.

Nuestro compromiso es en primer término nuestra familia, allí es donde más nos tenemos que esmerar para formar al hombre nuevo. Por eso debemos ser siempre abnegadas, generosas y coherentes, para así lograr promover los valores necesarios para desarrollar personalidades maduras.

También tenemos muy claro que el santo social es el que se compromete con los problemas sociales en el sentido propio de la palabra y a estos problemas los encontramos en todos los lugares donde nos toca actuar: en el barrio, en la parroquia, en nuestro lugar de trabajo, entre las personas que trabajan para nosotras…
Siempre hay alguien en nuestro entorno a quien podemos ayudar y tratar de acercar a Dios.

¡Que María nuestra madre acreciente en nosotras el amor y el espíritu de discípulas y misioneras, para poder ser instrumentos fieles en sus manos!

“Filia Inmaculata Patris, instrumento de tu amor”
5º Curso
Grupo de trabajo: Virginia Camiri, Gigi Fontana, Elvirita Yaciófano, Manica Centeno y Cheli Díaz Araujo




Crónica sobre el Círculo de Adoración de Federación de Madres


De izquierda a derecha 1º fila: Rosita Buduba 4º; detrás Inés Podestá 1º; Hilda Montervino 2º; Carolina Peralta de Py; Pelusa Bieule 4º.
Detrás de Inés: Beatriz Bigliardi 4º; detrás apenas se la ve a Luisa Ruete +; de saco colorado: Cristina Celso 2º; de turquesa: Dolores Villanueva 6º; a su lado Leonor Cudugnello 8º
Detrás de Cristina: Malvina López Alconada 8º; Pinki Fernández 4º; de celeste Matilde Giménez 4º; Ana María Tonellier 3º.
Detrás de Cristina e Hilda, Alicia Dighero.




En la jornada de inicio de Comunidad Oficial de la Región Metropolitana del año 2005, el tema fue la Eucaristía, y especialmente la Adoración. Allí quedó de manifiesto el deseo de tener un Círculo de Adoración y así nació esta “ idea predilecta” que comenzó a desarrollarse “de puertas para adentro” en el 6º grupo de Comunidad Oficial de la región Metropolitana, hasta el jueves 2 de marzo de 2006 , fecha en la que fue constituido oficialmente el Círculo de Adoración de Federación de Madres. El anhelo de tenerlo caló muy hondo en las entonces integrantes del grupo, el 6º : Pinki Fernanez, Leonor Cudugnello, Rosita Buduba, Hilda Montervino y quién escribe: Cristina Celso.
La propuesta hecha a todos los cursos tuvo muy buena repercusión y fue tomada con gran entusiasmo, fervor y compromiso.
El jueves 2 de marzo de 2006 fue la Constitución oficial del Círculo de Adoración de Federación de Madres que, en iniciativas individuales y grupales y en el anhelo y en el corazón ya hacía mucho tiempo que había comenzado. La misma se llevó a cabo con la celebración de la Santa Misa en Confidencia presidida por el Padre Javier, con la presencia de la Hermana Mariela e Inés Podestá . En el curso de la misma, Inés , como jefa territorial tomó el compromiso de las madres a realizar Adoración formando parte del Círculo de la Federación de Madres.
Se nombraron las encargadas regionales: Yoli Castro (Cuyo), Perla Caballero, Teresa Rufinelli (Paraguay), Mili Ramacioni ( Mediterránea), y Rosita Buduba (Metropolitana).

La meta del Círculo de Adoración en la Federación de Madres consiste en ser en Alianza de Amor con la MTA y unidas al Fundador, “el corazón (orante) adorante o adoratriz o adorador” de nuestra Comunidad.
Transcribimos a continuación las condiciones para pertenecer al Círculo de Adoración:
“Después de haber sellado su 2ª Consagración, todas las madres que están dispuestas a cumplir las siguientes condiciones podrán pertenecer al Círculo de Adoración:
Deberán ser madres federadas que animadas por un profundo amor a la Eucaristía, quieren adorar a Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar y buscar en El la fuente de gracias para enriquecer a la Federación, Schoenstatt y la Iglesia.
Ellas cultivan, animan y estimulan el espíritu de adoración frente a las Personas de la Santísima Trinidad y frente a la voluntad de Dios, y se comprometen a hacer mensual, semanal o diariamente un determinado tiempo de adoración, en lo posible frente al Santísimo.
Las madres del Círculo de Adoración tratan de cumplir ejemplarmente sus obligaciones como federadas. Como “pequeñas Marías orantes”, se esfuerzan en la vida cotidiana por “vivir espiritualmente en el Santuario”, aspirando a una vida interior basada en la fe práctica en la Divina Providencia.
Con responsabilidad ellas interceden especialmente por
· Todas las federadas y sus familias
· Por las intenciones de la Federación de Madres, de la Familia de Schoenstatt y la Santa Iglesia
· Por nuevas vocaciones para nuestra comunidad y toda la Obra de Schoenstatt.
· En todas las intenciones que les son encomendadas”.

Actualmente son muchas las madres que se han unido al Cïrculo de Adoración… a todas nos mueve un profundo amor al Santísimo Sacramento y tenemos aun otro anhelo predilecto…y es que no falte la Adoración allí donde haya una madre de Federación.
¿Podremos llegar a ser: “Ángeles custodios” de la Adoración?

Según dice el Cardenal Bergoglio: “Yo quisiera que esta comunidad especialmente se contagiara de esta "enfermedad" entre comillas. Que se contagiaran de ganas de adorar con la puerta abierta. Que vayan entrando y se vaya creando un clima de adoración. Que sea una comunidad orante. (…)
Contagiar la adoración es capitalizar el tiempo perdiéndolo... "perdiéndolo en Su presencia".(…)
Bueno, eso es lo que les deseo. Que adoren en comunidad, que adoren intercediendo y que adoren contagiando”.

Por tanto queremos seguir adorando en comunidad y adorando, interceder ante el Señor y contagiar a muchos… a todos… el deseo de acercarse al Santísimo Sacramento que se ofrece por amor a nosotros cada día.




Tristeza de amor

Tu corazón se entristece si yo no vengo Señor
a adorarte en tu Santuario... en silencio a estar con Vos.
No permitas que no crea en tu tristeza de amor;
mas… busque siempre alegrarte y acompañarte Señor.

Maestro, dulce Maestro conquista mi corazón,
y el corazón de otros hombres que no se acercan a vos .
y acercándose te adoren, alegrándote Señor,
como se alegra el amante que da vida por amor .

Eucaristía: milagro que a los hombres quiere dar
torrentes de amor y gracia...destellos de eternidad.

Cristina Celso . Filia Patris

Desde ese momento, presidió nuestras reuniones una hermosa estampa de Juan Pablo II sosteniendo la custodia con el Santísimo Sacramento, pues Él, Jesús Sacramentado, era el centro de nuestro trabajo.
Y así nos abocamos en primer lugar, a fortalecer nuestra propia experiencia de Adoración como manantial inagotable de inspiración para esta dulce tarea.
Asesoradas por el Padre Alberto, pensamos que lo conveniente era comenzar por un Círculo menor de Adoración[1] , pero en vistas a llegar a ser un Círculo mayor[2].
Nos pusimos a recabar bibliografía sobre el tema para poder ofrecer a las futuras integrantes del Círculo y a todo/a interesado/a en el tema.
Practicamos canciones relacionadas con la Adoración para que en futuras Horas Santas todas pudiésemos participar cantando, y tuviésemos entre el material también canciones adecuadas para utilizar en las mismas.

[1] Los integrantes se comprometen a realizar Adoración una vez por semana, cada 15 días , por mes, etc, 15’, 30’, 1 h. etc.
[2] Adoración diaria.








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