martes, noviembre 06, 2007



MES DE MARÍA. Hacia el 2014

Queridas madres de Federación:

A partir del 8 de noviembre y hasta el 8 de diciembre, como cada año en la Iglesia Argentina, celebraremos el mes de María, para honrar y recordar de manera especial a nuestra Madre.

Como preparación para la fiesta de la Inmaculada Concepción, comenzaremos un mes antes a disponer nuestro corazón renovando nuestro sí a María y nuestro sí a la Alianza en la que nos comprometimos a asemejarnos a Ella, a esforzarnos en nuestra autoeducación, a ser sus instrumentos, a amarla y servirla en su tarea de renovar el mundo en Cristo Jesús.

Siguiendo la propuesta del año pasado de un grupo de la C.O. de la Región Metropolitana, este mes de María sería el 2º en preparación a los cien años de la fundación de Schoesntatt que celebraremos en el 2014.

Queremos asumir actitudes marianas, manifestando el gozo de colaborar con lo que Dios quiere de nosotras, abandonándonos a su voluntad. El año pasado trabajamos la actitud de “escuchar” como María en la Anunciación.

Este año podríamos trabajar la actitud de descubrir la voluntad de Dios y seguirla. Recordemos que Jesús nos dice que su Madre y sus hermanos son los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen (Lc 8, 21).

Jesús ama a su Madre y a sus hermanos y nos pide que como gesto de amor aceptemos y vivamos la voluntad de su Padre, de nuestro Padre. Porque Dios nos ama, y nos ama gratuitamente y ese mismo amor es el que nos regala María. Ese amor que recibimos gratuitamente tenemos que darlo gratuitamente al Padre, a la Mater y a los demás.

Tratemos de descubrir la voluntad de Dios, que es manifestación de su amor de Padre. Él nos muestra su voluntad a través de las múltiples formas por las que nos habla. A través de las personas, cosas, hechos… Como nos dice nuestro Padre Fundador, deberíamos vivir con la mano en el pulso del tiempo y con el oído en el corazón de Dios.

Durante este mes busquemos descubrir el querer de Dios y vivamos con alegría en el abandono a su voluntad. De esta manera, nos dejaremos formar por María para que sea Ella la que forme a Cristo en nuestros corazones.

María es verdaderamente nuestra Madre y Dios Padre ha querido manifestarnos y hacernos cercano su amor en el corazón de María. El amor de Dios es infinito y nos ama también con un amor cálido propio de una madre. Es por eso que en su voluntad siempre tenemos que descubrir su amor paternal-maternal.

Con un corazón magnánimo, imitemos a María, diciéndole al Padre en cada momento de nuestra vida “Ita, Pater”, sí Padre.

Saludo a cada una con mucho cariño, “Quedamos en eso, permanecemos fieles”

M.Inés de Podestá

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