martes, marzo 27, 2007



Jornada de inicio de curso 17

El curso es oriundo de la ciudad de Gral. San Martín Mendoza. Viajamos todas juntas hasta el
SANTUARIO de La Puntilla. En todas preponderaba la alegría de concretar nuestro anhelo de aceptación como curso de Federación de Madres y también las expectativas que conlleva dicho evento tan esperado por todas.
Llegamos al SANTUARIO y de todas surgió la misma expresión “qué lindo es estar aquí” y superó todas las emociones que no tienen palabras para expresarlas.
El recibimiento fue cordial, amable, de amor fraterno por parte de las organizadoras, a quienes agradecemos todas las delicadezas que tuvieron para con nosotras. Nos sentimos realmente como en casa.
Comenzamos presentándonos cada una, hubo mucho respeto al escucharnos, haciéndose presente las enseñanzas del Padre. Luego nos dio una charla la Jefa territorial Inés Podestá y se repartieron los ministerios o tareas que cada una tendrá en su curso.
Subimos al SANTUARIO para celebrar la Eucaristía, muy emotiva y de gran relevancia puesto que el Evangelio se refería al Hijo Pródigo o Dios Misericordioso. Nos sentimos identificadas porque entendimos que el Señor nos recibía por ser HIJAS y no por lo que podamos ser o tener; sino porque nos ama como somos con nuestras fortalezas y debilidades.
Al finalizar la Misa, Inés Podestá comunicó que había sido elegida como primera prefecta Norma Salafia. Nos alegró mucho ya que se merecía ampliamente dicho servicio puesto que ella ofreció su empuje y perseverancia en convocar y acompañar al grupo permanentemente y con mucha fuerza en el Espíritu de Schoenstatt hasta ser aceptadas como curso.
Luego de realizar nuestra profesión de Fe, realizamos conjuntamente con el sacerdote el rito de compromiso de ingreso a FEDERACIÓN DE MADRES. Acto seguido leímos la oración que preparamos, donde todas nos sentimos identificadas con alguna frase o palabra que expresó el anhelo común sobre las metas a cumplir durante el tiempo de preparación. Dios tiene una misión para cada una que iremos descubriendo de la mano de la Madre Tres Veces Admirable de Schoenstatt. Tenemos el desafío de ser las pequeñas MARÍAS en el mundo que nos toca vivir y en el lugar donde nos toca desarrollarnos como persona y en comunidad.
Terminada la celebración llegó el momento de los saludos muy emotivos por cierto y de fijar a través de las fotografías este momento único e irrepetible.
Las organizadoras nos sorprendieron con un ágape riquísimo después de todas estas emociones.
Todo lo vivido fue intenso y profundo, conla comprensión de que es el comienzo de algo hermoso en nuestras vidas.
FELIZ COMIENZO y mejores frutos en la misión que Dios pensó desde la eternidad para cada una.
Todo lo podremos hacer basadas en el lema "Nada sin Ti, nada sin nosotras.
Lucía Licari

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