“Dio a luz a su Hijo…, lo envolvió en pañales y lo
acostó en un pesebre…”
(Lucas, 1,7)
Queridos hermanos en la Alianza:
El año jubilar ha llegado a su “plenitud”. Esta
expresión es la que usa San Pablo cuando se refiere al nacimiento del Hijo de
Dios “nacido de una mujer”. ¡Qué hermoso es contemplar que en la
“plenitud” de los tiempos y en la “plenitud” del año jubilar celebramos la
Navidad.
¿Qué ha nacido en nuestra Familia de Schoenstatt en este
año de plenitud? ¿Qué obra ha realizado el Espíritu en la Familia, en cada una
de nuestras Comunidades y en cada uno de nosotros? No se vive un tiempo de
plenitud en Dios sin que “algo” ocurra. Este algo es expresado en la Biblia como
un Pentecostés: “He aquí que vengo y hago algo nuevo, ¿no lo están
notando?”
Se trata del mismo Espíritu que “bajó” y “cubrió” con su
“fuerza” de amor a María. Navidad es la más grande acción del Espíritu. Lo fue
en María, y es en esta “plenitud” del gran jubileo. ¿Estamos notando ese “algo
nuevo”? La novedad está en el cúmulo de vivencias que hemos tenido como Familia.
Vivencias que tienden a alumbrar la novedad del Espíritu en el nuevo tiempo de
la Familia. Sí, estamos en una gran Navidad…, al Niño del Padre y de María hay
que hacerle lugar para que nazca. Este lugar es el Santuario, es la Familia, es
el corazón de cada hijo de Schoenstatt.
Será bueno rezar así: “Tú llevas, María, el Sol en la
entraña. Dentro de ti ya amaneció” ¡Haz, que ahora amanezca en nosotros!”.
Amén.
¡Muy bendecida Navidad para todos!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario