Querida familia de Schoenstatt de Argentina:
¡Tengan Uds. un bendecido día de Alianza! Comienza el
año. Para muchos es tiempo de vacaciones o por lo menos de menor actividad dado
el receso escolar. Lo cual, en general, nos brinda la oportunidad de tener
mayores momentos libres y más oportunidades para compartir en familia y entre
amigos. Estamos menos presionados y tenemos más tiempo para disfrutar de esas
cosas que nos gustan y que, normalmente, no tenemos el espacio para hacer.
Aprovechemos de estos regalos que nos alegran la vida. La alegría no es un lujo
sino una necesidad del alma. Nos recrea y alimenta para sobrellevar el esfuerzo
del trabajo y las obligaciones cotidianas.
Dios es padre y amigo. No nos tomemos vacaciones de Él,
sino todo lo contrario. A mayor tiempo libre, mayor encuentro con Él y con la
familia que Él me regala y confía. Este receso estival es un tiempo propicio
para sopesar nuestra vida, saliendo de la rutina, intentando mirarla más desde
Dios. Y de esta manera, darle a nuestra Alianza de Amor una mayor temperatura
espiritual. El P. Guillermo Carmona nos quiere ayudar en este sentido en su
artículo
“Despedir el año con corazón abierto”.
Así se entiende que estos días de verano sean los
escogidos por muchos schoenstattianos para misionar. A fin de año
aproximadamente 1.000 jóvenes salieron a recorrer las calles con las imágenes
de la Mater peregrina convocados por nuestros grupos misioneros del NOA, centro
y litoral del país y la zona metropolitana. Y durante este mes de enero varias
misiones familiares convocarán a matrimonios, niños y jóvenes a misionar en familia, regalando la
visita de María y una profunda vivencia de familia como algo propio de nuestro
carisma.
Pasado mañana, el 20 de enero, recordamos aquella
decisión de nuestro Padre Fundador de aceptar el ingreso al campo de
concentración. El Padre vio en ese paso la voluntad de Dios de entregar su vida
por la libertad de la familia. Hoy nosotros vemos este segundo hito de la
historia de Schoenstatt como una irrupción de gracias y como una escuela de
vida. Dios nos guía y conduce, justamente en medio de las dificultades y
“guerras” de nuestro pueblo. Así lo hizo con nuestro Padre, así también quiere
seguir haciéndolo con nosotros.
Transitamos el año mariano y el lema “María, Madre del
pueblo, esperanza nuestra” nos ilumina como pueblo argentino. Venimos del
tiempo de Navidad donde Ella nos regaló a su hijo. Ahora quiere hacerlo crecer
en nuestra vida y la vida de nuestra Nación. Su presencia y acción nos llenan
de esperanza. La historia no la construimos nosotros solos sino que Dios es el
gran conductor de nuestra vida. Él es el Señor de la historia.
Deseando tengan todos un enero reparador para el cuerpo y
el alma, les mando saludos y bendiciones
de Alianza. Quedamos en eso, permanecemos fieles.
Padre Pablo Gerardo Pérez
Director Nacional