BODAS DE PLATA
Queridas
hermanas de Federación:
En este día en que también recordamos cuando la mamá del P.Kentenich
lo dejó en el orfanato, no sin antes consagrárselo a María, celebramos las Bodas
de Plata de nuestra querida Federación de Madres.
Comparto con ustedes nuestra alegría y gratitud porque ese 12 de abril de 1988
recibimos una hermosa carta del P.Antonio Cosp en la que aceptaba al primer
curso para comenzar la Candidatura.
Comparto con ustedes nuestra alegría y gratitud. Ese 12 de abril de 1988
recibimos una hermosa carta del P.Antonio Cosp en la que aceptaba al primer
curso para comenzar la Candidatura.
El P.Antonio
nos decía:
“Quiero
escribirles para dar paso a la experiencia fascinante de vivir como consagradas
en la Federación. Por largo tiempo han estado ante las puertas de esta familia
que hoy las acoge. El gran anhelo puede convertirse ahora en
realidad... Me siento muy feliz en este momento que podemos vivir
juntos y me complace pensar en lo orgulloso que estará el Padre por los avances
pequeñitos de sus hijos. Si Argentina vive momentos tan particulares, nosotros
debemos aportar nuestra riqueza y entrega. Minutos antes de la medianoche,
queremos encender una luz que no se apague en la gestación de las culturas del
Tercer Milenio. Agradezco de corazón el trabajo hermoso realizado con ustedes de
parte de la Hermana Regina”...
Ya lo creo que
ha sido una experiencia fascinante, y hemos podido descubrir el querer de Dios
para nuestro curso. Agradecemos el que nos haya elegido y la paciencia que tiene
con sus “altera María” que luchan por conquistar el esplendor del orden para
encender el mundo en Cristo. Hemos recorrido un largo camino, y seguimos
luchando para conquistar tan alto ideal. Nos alegra ver cómo la Federación sigue
creciendo y que otras generaciones siguen nuestros pasos.
Agradecemos de
corazón todo el amor y dedicación de la Hna Regina y del P. Antonio y la
confianza que pusieron en nosotras para fundar la Federación. Sabemos que no es
mérito nuestro celebrar los 25 años, sino que es obra de la Mater, quien nos ha
acompañado en todo momento como hizo con el P.Kentenich desde que su madre se lo
entregó. Agradecemos también a los asistentes que continuaron su obra y a cada
una de ustedes por su entrega a la misión del Padre.
Tomadas de la
mano del Padre, continuamos nuestro camino: “Con María, alegres por la esperanza
y seguros de la victoria hacia los tiempos más nuevos”, un cariño grande a cada
una
M.Inés E. de
Podestá
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