lunes, agosto 28, 2017

El Puente N° 7 / 2017 - ALMA Y CORAZON

ALMA Y CORAZON... cultivando la cultura de la alianza, cultivando la cultura del encuentro

¡SALIR AL ENCUENTRO PARA SERVIR!

Aporte del Curso 14 – Región Metropolitana


“Cuando nos abrazamos al Señor y Él nos abraza, crecemos en la actitud de obrar como Él” (Sta. Teresita). Este vínculo - sagrado, íntimo, de alianza y de conversión- busca a la vez que crezcamos en un sano vínculo a las personas; amando más allá de todo a la creación de Dios en ellas, su carisma y el mensaje que Él tiene para mí a través de las mismas.







Creo poder decir, afirmar, que el organismo de vinculaciones será por siglos la preocupación que debemos mantener para comprender y sanar esta época y la que vendrá”. (P.K.)

Cada individuo es un pensamiento original y encarnado de Dios que tiene una misión de amor absolutamente personal e individual. Cuando nuestro Padre Fundador usa el término vínculo habla de un lazo estable de un amor profundamente afectivo y lúcido que abarca toda la potencialidad del amor humano y divino. En este vínculo queremos encontrarnos.

El gran mal del fondo de nuestra cultura es la destrucción del organismo natural y sobrenatural de las vinculaciones.

Hoy vemos más claro su diagnóstico y pronóstico. La disolución de los vínculos de amor personal es una realidad palpable. El ciberespacio nos va tragando, estamos más tiempo mirando una pantalla que mirando a los ojos de mi hermano. Se ha generado un tipo de hombre carente de raíces, en medio de una cultura de lo descartable, donde reina el impersonalismo y la masificación tantas veces explicada por el Padre.

Las voces del tiempo nos llaman a salvar al hombre actual de la soledad, la angustia y del materialismo que lo consume.

Los vínculos de amor en el orden humano están llamados a ser expresión, camino y protección de los vínculos en el orden sobrenatural. La vivencia de los vínculos en el orden humano nos prepara y enseña cómo hacer vida los vínculos en el orden sobrenatural. Amamos a Dios a través de las criaturas y al mismo tiempo, el amor a Dios nos lleva a amar las criaturas. 

“Cuando nos abrazamos al Señor y Él nos abraza, crecemos en la actitud de obrar como Él” (Sta. Teresita). Este vínculo - sagrado, íntimo, de alianza y de conversión- busca a la vez que crezcamos en un sano vínculo a las personas; amando más allá de todo a la creación de Dios en ellas, su carisma y el mensaje que Él tiene para mí a través de las mismas.

¿Cómo podemos nosotras vivir, encarnar lo que nuestro Padre Fundador quería? Él decía: “Esto sólo es posible a través del contacto personal y a través del “servicio desinteresado a la vida ajena”

¡Salir al encuentro para servir!

El amor es una fuerza vinculante. Es posible la formación de las personas a través de los vínculos personales, de manera a despertar sus talentos innatos y acrecentarlos. 

¡Nosotras respondemos siendo Alma y Corazón!

Alma: Lo que da vida, aliento y fuerza a una cosa. 

Corazón: Sede y fuente de la sensibilidad afectiva y los sentimientos, en especial de la bondad y el amor.

Alma y corazón, sede y fuente del Amor Misericordioso del Padre, se complementan mutuamente, armonizando lo sobrenatural y lo natural. Decía el Padre Fundador: “los más sobrenaturales deben ser los más naturales”.

Esto significa estar atenta a las necesidades del otro, acercándome con respeto y con cariño. Soy solidaria, cordial (cor que nace del corazón), cuido los vínculos naturales.

Nuestro estilo de vida no debe ser simplemente una acumulación de buenos propósitos pasajeros, sino que debe ser la forma original de expresión de nuestro espíritu. Dicho en otras palabras, el estilo de vida es la forma creadora en que se manifiesta el Espíritu de Schoenstatt en mi vida; el modo en que expreso mi Ideal Personal. Esta afirmación tendría que leerse en la vida de cada una de nosotras.

Si bien siempre habrá tensión entre el espíritu y las formas; se hace necesario expresar el espíritu, porque éste se protege y asegura con las formas.

El espíritu que anima nuestro estilo de vida mariano está infundido del Amor del Padre. Cada encuentro debe construir un encuentro con María, que nos lleva al Padre; y que en Jesús hace que nos abracemos unos a otros.

Nos decía el Padre Javier en la homilía de nuestra Consagración Perpetua: “Tenemos que ser la Canciller de la Mater en todas partes, “quien me vea te vea”. Entonces, que en el encuentro el otro pueda sentir: “He encontrado un Padre amoroso en esa persona…surgió de un trato maternal.”

“Aseméjanos a ti”    

¡Salgamos al encuentro para servir como María! En actitud silenciosa, humilde, con el corazón tierno, filial y maternal, lleno de compasión. Cada costumbre que asumamos sea una forma de devolver al mundo el orden querido por Dios. Se trata de evangelizar la Cultura. Es una decisión heroica: “Necesitamos personas con la fortaleza de María” (PK). 

Hemos sellado una Alianza de Amor y Ella ha comenzado una tarea en nosotras como madre y educadora. ¿Cuántos rasgos ha imprimido María en nosotras que transmitimos al mundo? La medida del amor es la de la “semejanza”. Nuestro Estilo de vida es fruto de la Alianza de Amor; y siendo fieles a ella, ayudamos a María a que aparezca en el mundo, a fin de que Cristo surja en nosotras y en nuestros hermanos. ¡Estamos ante la Gran Misión Mariana del Padre, y la tenemos que asumir!

La madre federada sabe que Dios le regala una Familia que la ayuda en su camino a la Santidad. Se siente cobijada y se alimenta en la Eucaristía, en actitud contemplativa, como Custodia Viva. 

También sabemos que Ella nos va transformando, y en vínculo amoroso con el Padre le ofrecemos nuestro tiempo concreto, la vida diaria. Desde el Santuario, Ella nos envía como Instrumentos.

Nuestras vinculaciones no deben menospreciar el poder de la gracia y su acción. 

EN GRACIA:
  • Conocemos el Amor y por eso podemos transmitirlo a los demás
  • Sentimos la presencia de Dios y podemos entregarnos como instrumentos en Alianza de Amor para que “EL QUE ME VEA TE VEA”
  • Contamos con su ayuda y nos impulsa a ser solidarios y atentos a la necesidad el otro.

“Haz que esa luz me ilumine y mire con fe como el Amor del Padre me acompañó en este día. Fidelidad a la Misión sea mi agradecimiento por sus innumerables dones.” (H.P.)

Vincularnos también implica cercanía y acompañamiento. Jesús camina con nosotras como lo hizo con los discípulos de Emaús. 

Transmitir el Amor, revelado por Jesús, transforma…
  • el miedo en valentía, para enfrentar la realidad, aunque sea adversa
  • la tristeza en alegría

Aliados a María, Jesús transita con nosotras los caminos de nuestra Patria amada para refundar nuestros vínculos sociales y políticos, desde la vocación solidaria; esto es, satisfacer las necesidades en comunión. 

En una comunidad que siente al otro como a uno mismo, apoyándose en lo positivo del otro. Que busca el diálogo como vía de convivencia, lo que nos une y construye, participando con creatividad en todos los ámbitos de la vida social. Este vínculo social exige integración social y lucha por la libertad.

El acentuar siempre lo bueno - los logros de una persona, de una nación - nos afianza para perseguir nuevas metas con esperanza. El enfocarse en los fracasos y errores, propios o ajenos, paraliza y divide. La sociedad debe así encontrarse hacia el bien común. 
“Todos deben hallar hogar en mí. Para que esto sea posible, he de tener hogar en Dios” (P. Kentenich)
Si cultivamos los vínculos en un encuentro profundo, el sentido siempre será que el otro se encuentre con Cristo: Por Él se puede, en Él la Patria se puede sanar y transformar en el hogar de todos.

¡Madre tres veces Admirable! Consérvanos siempre como instrumento tuyo. Haz que con amor, ese amor que viene de un Padre amoroso y misericordioso, hoy y todos los días nos pongamos a tu servicio y a través de Ti, al servicio de nuestros hermanos.

Curso 14 – Región Metropolitana

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